EL MUNDO CONTINÚA CELEBRANDO DECISIONES DE MANDATARIOS DE CUBA Y ESTADOS
UNIDOS.- La inmensa mayoría de las
naciones del orbe han acogido con beneplácito el acuerdo para el
restablecimiento de las relaciones entre ambos países BEIJING.— China saludó este jueves la decisión de normalizar las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos, expresó confianza en el levantamiento lo antes
posible del bloqueo económico, comercial y financiero mantenido contra la
nación caribeña y reiteró el apoyo a La
Habana en su proceso de actualización. El vocero gubernamental Qin Gang aseguró que su país apoya la
normalización de los lazos diplomáticos y subrayó las relaciones amistosas que
mantiene China con Cuba. Apreciamos
nuestra amistad con Cuba y como hacemos siempre seguiremos apoyando a Cuba
en los cambios que decida hacia su desarrollo, agregó el portavoz. China —precisó— seguirá apoyando a
Cuba en su justa política en el campo económico, los apoyaremos sin
importar qué cambios tengan lugar, nuestra posición no cambiará.
A su vez, Vietnam celebró los anuncios sobre el restablecimiento de
relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La portavoz de la
Cancillería, Pham Thu Hang,
transmitió la confianza del Gobierno vietnamita de que esos pasos históricos
impulsen una normalización completa de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos
tras más de 50 años de hostilidad. En
conferencia de prensa, la funcionaria subrayó que será en pro de los
beneficios legítimos de los dos pueblos y que contribuirá de forma
significativa al mantenimiento de la paz y estabilidad, y al fomento de la
cooperación en América y en mundo.
Por su parte, el Buró Político del Partido Comunista de la
India-Marxista (PCI-M) acogió con satisfacción
el acuerdo entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos de tomar medidas para
normalizar las relaciones, señaló la organización en un comunicado. La liberación por Estados Unidos de tres
antiterroristas cubanos y la voluntad de ambas naciones de restablecer
relaciones diplomáticas fueron señalados como “una victoria del pueblo y el gobierno
cubanos”. Los miembros del PCI-M
recordaron que por más de medio siglo Estados
Unidos ha sometido a la isla del Caribe a un bloqueo económico que concitó
el repudio de la comunidad internacional y fue, desde su instauración, un
absurdo llamado a desaparecer. El
Congreso norteamericano tiene que derogar esa ley sin sentido, indicaron,
pero el presidente Obama pudiera
hacerlo en uso de sus facultades ejecutivas. Asimismo, Pakistán celebró el
anuncio de los presidentes de Cuba y de Estados Unidos de restablecer las
relaciones diplomáticas y dar otros pasos hacia el entendimiento mutuo. Consideramos esta decisión como un paso en
la dirección correcta, por lo cual los dirigentes de los dos países merecen
el crédito, dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Tasnim Aslam, al
expresar la posición del gobierno pakistaní sobre el particular. Granma
Internacional. 18 de diciembre del 2014.
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Dr. Emir Sader. Sociólogo y Cientista Político brasileiro. Pensador de orientación marxista. Docente Universitario. Pensamiento crítico sobre el neoliberalismo.
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LAS VICTORIAS DE CUBA.
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Emir Sader.
Página
/12 viernes 19 de diciembre del 2014.
Cuba y Berlín eran las
dos esquinas más tensas de la Guerra Fría. La caída del Muro sacó a Berlín del
juego, ahora la normalización de las relaciones entre La Habana y Washington
hace lo mismo con Cuba.
Cuba siempre consideró
que un gobierno demócrata en segundo mandato –cuando ya no depende tanto de la
colonia cubana en Florida– era la chance más grande de que esa normalización se
diera. Jimmy Carter no tuvo segundo mandato. Al final del segundo mandato de
Bill Clinton hubo una intensificación de las acciones terroristas contra Cuba,
hasta con una avioneta tirando panfletos sobre La Habana. Eso llevó a que Cuba
derribara una de las avionetas, con la muerte de sus dos tripulantes, y la
aprobación de parte de EE.UU. de leyes todavía más duras de bloqueo.
Ahora, intermediado por
otros factores –la prisión de un empresario norteamericano que llevaba
materiales de comunicaciones a sectores de la oposición clandestina al gobierno
y la campaña por la liberación de tres de los cinco cubanos que todavía
permanecían en las cárceles de EE.UU.– se confirmó la previsión: un presidente
demócrata en segundo mandato protagoniza el restablecimiento de relaciones
diplomáticas con Cuba.
La ruptura de relaciones
y el bloqueo, hace ya más de medio siglo, eran instrumentos con los cuales los
Estados Unidos consideraban que asfixiarían al nuevo gobierno cubano. Había un
dogma en ese momento según el cual “sin cuota no hay país”, esto es, si los
americanos dejaban de comprar su cuota de azúcar cubano, el país se hundía.
Cuando Washington
suspendió la compra de azúcar cubano, una parte de la burguesía del país cerró
sus casas y se fue a Miami esperar la caída del régimen de Fidel Castro. Cuba
sufrió duramente esas medidas. Todos los países latinoamericanos –a excepción
de México, que mantuvo relaciones diplomáticas– hicieron lo mismo que Estados
Unidos, rompieron relaciones con Cuba, haciendo que para cualquier compra el
país tuviera que apelar a algún país europeo.
Cuba tuvo que sufrir un
intento de invasión en 1961, el bloqueo naval de 1962, innumerables acciones de
terrorismo, intentos de asesinar a Fidel Castro, sanciones económicas que
bloquearon su capacidad de desarrollo económico. Pero Cuba logró resistir.
Los americanos no contaron
con que los soviéticos los sustituirían, comprando el azúcar cubano y
proveyendo el petróleo que Washington dejaba de entregar a la isla. La
inolvidable imagen de un inmenso buque soviético, con la hoz y el martillo,
entrando al puerto de La Habana, a 90 millas de Estados Unidos, era un gesto de
audacia que empezaba a romper el bloqueo a Cuba.
Con el paso del tiempo,
los países de América latina fueron restableciendo relaciones con Cuba, primero
diplomáticas, después comerciales, hasta que la situación se revirtió. Si Cuba
estaba aislada al inicio del bloqueo, eran los Estados Unidos los que quedaron
aislados en las votaciones en Naciones Unidas donde, desde 1992, pasaron a
contar apenas con el apoyo de Israel y de alguna islita lejana frente a las abrumadoras
votaciones de condena del bloqueo. El aislador se volvía aislado.
Ahora, Cuba logró dos
grandes victorias en un solo día: resistió al bloqueo, rompió el bloqueo, no
cedió para nada frente a las amenazas y ataques de la mayor potencia imperial
de la historia de la humanidad, logró el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, en los términos que siempre planteó –con respeto entre iguales,
como naciones soberanas e iguales– y, a la vez, logró el retorno de los cinco
cubanos que estaban presos en Estados Unidos.
Entre los temas de las
densas discusiones que se desarrollarán a partir de ahora estará seguramente
Guantánamo. Ese pedazo de territorio cubano apropiado por los americanos cuando
desembarcaron en Cuba con el pretexto de pacificar el conflicto con España,
cuando Cuba ya estaba cerca de expulsar a sus antiguos colonizadores y volverse
independiente. La apropiación de Guantánamo estuvo en el marco de las sanciones
impuestas a España, junto con la anexión de Filipinas y las Islas de Guam.
Lo que iba a ser una
ocupación de un siglo se volvió algo permanente, al contrario que el Canal de
Panamá, que volvió a la soberanía panameña. Como base militar, Guantánamo no
tenía ninguna importancia, pero permanecía como presencia soberbia de la
potencia imperial derrotada por los cubanos. Y recientemente se volvió la
vergonzosa prisión fuera de cualquier cobertura jurídica internacional, donde
Estados Unidos procedió a torturar a los acusados de terrorismo.
Ahora no hay ninguna
razón más para que Obama no transfiera los más de 160 presos que todavía
quedan, cierre la base naval y devuelva a Cuba el territorio que pertenece por
todo derecho a la isla. Ahí sí se habrán normalizado totalmente las relaciones
entre Cuba y los EE.UU.
Obama tuvo que confesar
que la estrategia norteamericana de intentar asfixiar a Cuba por el bloqueo
económico y el asedio terrorista fracasó. Los dos países vuelven a tener
relaciones diplomáticas, el inmenso edificio volcado hacia Miami, en el Malecón
habanero, abrigará de nuevo a un embajador norteamericano, mientras que Cuba
tendrá, en el mismo viejo caserón de su embajada en Washington, un embajador.
Se
cierra la última página de la larga Guerra Fría de la segunda posguerra. A lo
mejor empezamos otras, con carácter y dimensiones distintos, pero esta ahora
está definitivamente cerrada. Y de la mejor manera posible para Cuba y para todos los que
la apoyaron en contra del injusto bloqueo.
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