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“China ya está caminando hacia una transición energética que pretende ser lo suficientemente
efectiva y duradera. Es decir,
China sigue demandando energías
fósiles, pero esos valores de demanda están estancados desde 2023, ha alcanzado lo que el gigante Sinecop y la AIE auguran, un techo efectivo o lo que los norteamericanos le
llaman sweetspot,
lo que traducido significa punto dulce
del consumo, para el 2027.
“Aunque el
gigante asiático lidera la demanda global, esta ha descendido del 60% de la década pasada al
19% actual. China solo ha
tenido un aumento de solo 150.000
barriles diarios, en incremento interanual,
lo que en comparación con el
incremento anual promedio de 600.000 barriles diarios registrado en la
década anterior es una baja considerable y que, prospectada, es aún mayor. El centro, el punto en disputa
que responde a por qué los EEUU
principalmente, pero en una gran medida Europa
también (Merz ha dicho en una entrevista de DW que está dispuesto con otros líderes europeos de independizar a
Europa de los EEUU y ha remarcado su
preocupación por la seguridad energética de Europa) están interesados en los recursos naturales de los países
dependientes. Lo cual en la
práctica significa más colonialismo y
expansionismo.
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GEOPOLÍTICA,
PETRÓLEO Y PERSPECTIVAS FUTURAS.
Volatilidad de los precios internacionales y demanda global.
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Por R. Gómez Mederos. | 04/03/2025/. Economía.
Fuentes
Revista Rebelión martes 4 de marzo del 2025.
Según los
datos del Banco Mundial, explayados en su informe “Perspectivas de los
mercados de productos básicos”, la oferta global de petróleo
va a superar la demanda promedio: 1,2 millones de barriles diarios, un
excedente solo superado por lo ocurrido en la pandemia del 2020 y por el colapso del precio del crudo en 1998 cuando
el precio medio del barril de petróleo
Brent en diciembre de 1998 cayó hasta los 9,82 $, desde los 11,04 $ del mes
de noviembre, un 11,05%.
Este nuevo escenario de sobreoferta
y excedente, que por ahora se muestra relativo a un poco menos de la mitad
habitual, es decir 700.000 barriles
diarios (lo normal), no tiene perspectivas de cambiar. China es su principal protagonista por
dos razones: la primera, por su acertada política de reconversión en el
uso de energías fósiles, con lo cual ha desacelerado su producción
industrial basada en el uso de la fósil energías.
Segundo, porque el gigante
asiático supo sobreponerse más rápidamente a la debacle energética que supuso la crisis de la pandemia, debido
a que viene experimentando una transición energética desde los años 90 en adelante, eso ha hecho
que sea más fácil para la gran nación
enfrentar escenarios energéticos complejos.
La demanda
china de petróleo para combustible de automóviles,
aviones, buques o calefacción ha llegado a su meseta más prominente.
Según la Agencia Internacional de la
Energía (AIE) el consumo de crudo en China aumentará todavía este 2025, pero será todo gracias a la industria química y petroquímica, es
en este sector donde la demanda de crudo es mayor. Las perspectivas de la AIE prospectan que la demanda se
estancaría aún más este año marcando un prematuro principio del fin de
la era del crudo en China.
Pero esto que parece trágico para Occidente, para China es
la confirmación de una acertada
política de reconversión y de una imparable transición de los fósiles hacia las energías de bajo
impacto ambiental.
China ya está caminando hacia una transición energética que pretende ser lo suficientemente efectiva y duradera.
Es decir, China sigue demandando energías fósiles, pero
esos valores de demanda están estancados desde 2023, ha alcanzado lo que el gigante
Sinecop y la AIE auguran, un techo efectivo o lo que los
norteamericanos le llaman sweetspot, lo que traducido significa punto dulce del consumo, para el 2027.
Aunque el gigante asiático lidera la demanda global, esta ha descendido del 60% de la década pasada al 19% actual. China solo ha tenido un aumento de solo 150.000 barriles diarios, en incremento interanual, lo que en comparación con el incremento anual promedio de 600.000 barriles diarios registrado en la década anterior es una baja considerable y que, prospectada, es aún mayor. El centro, el punto en disputa que responde a por qué los EEUU principalmente, pero en una gran medida Europa también (Merz ha dicho en una entrevista de DW que está dispuesto con otros líderes europeos de independizar a Europa de los EEUU y ha remarcado su preocupación por la seguridad energética de Europa) están interesados en los recursos naturales de los países dependientes. Lo cual en la práctica significa más colonialismo y expansionismo.
Factores geopolíticos que afectan la Demanda de Petróleo.
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En el
medio, dos escenarios se proyectan como posibles en términos
inmediatos; primero, la gran
volatilidad a principios de año de los precios internacionales en los mercados del petróleo, en los
cuales se experimentó en el primer
momento un aumento considerable, 82
dólares el barril, debido principalmente a las sanciones impuestas a Rusia e Irán, como las más importantes,
tampoco las únicas, es más, de hecho, en el nuevo aniversario del comienzo de
la guerra de Ucrania la UE ha impuesto nuevas sanciones a Rusia, las que
incluyen restricciones comerciales, sanciones financieras y una
ampliación de la lista de entidades y personas sujetas a prohibiciones, la
importación de aluminio primario desde Rusia,
un sector que, según la UE, genera ingresos significativos para el país.
Los cinco
meses de estabilidad del Brent a 82 dólares por barril, han retrocedido a los 74 actuales,
remarcado por las tensiones
comerciales internacionales, como también el posible final de la guerra en Ucrania.
Y
segundo, la demanda global aún
crece (en medio de
un escenario de volatilización de los precios internacionales del crudo), las proyecciones para este año sitúan un aumento poco significativo de 1,1 millones de barriles diarios (Mb/d), un aumento superior al crecimiento
de los 870.000 barriles diarios de 2024, pero que aun así es bajo.
El
desequilibrio entre oferta y demanda se incrementará para
este año; esa brecha será aún mayor,
en la medida que las contradicciones y tensiones a escala global crezcan, que el cerco proteccionista
de Trump, el cierre del suministro
ruso hacia Europa y el encarecimiento
del transporte del petróleo
y gas norteamericano hacia el viejo continente, las
nuevas sanciones a Rusia, las nuevas
necesidades de seguridad de Europa sin
EEUU, cambiarán el escenario inmediato.
Argentina petrolera.
Frente al
desarrollo de más de 20 años en el sector upstream y la capacidad de
articulación de nuevas exploraciones (claro, con el incentivo para las empresas de más producción más
exportaciones) el descubrimiento
y el afinamiento de nuevas dinámicas exploratorias,
la capacidad del Estado argentino,
a través de YPF, de mejorar la
gestión logística, del mantenimiento y
de los costes de dimensionamiento,
una efectiva y acertada evaluación geológica
de las reservas de petróleo, como
también la construcción del troncal Néstor Kirchner, Vaca Muerta como una formación geológica de alta performance tecnológica, y por
ende el sobrevuelo de los grandes
interesados, los países como EEUU,
que siguen poniendo la mirada sobre estas reservas (Vaca muerta) y
su desarrollo, el cierre del grifo de gas de Ucrania a Rusia al vencer el proyecto
que se inició en la era soviética, que continuó proveyendo de gas al Este de Europa
a pesar de la guerra, las dificultades
que promete el nuevo proteccionismo
norteamericano, el costo del GNL
de EEUU hacia Europa, como
también la licuefacción de gas hacia
el viejo continente, ponen a la Argentina en un lugar de extremo interés.
Para Matías
Togni, de Next Barrel, nada
“…impidió a Argentina
alcanzar niveles de producción y exportación de crudo no vistos en los últimos
20 años, lo que augura un buen 2025
con proyecciones de duplicar las exportaciones y diversificar los destinos. El
sector de energía sigue siendo el más atractivo en esta nueva economía” Claro está que la renta obtenida está fijada para que
ganen las grandes transnacionales.
El interés es
duplicar las exportaciones
y diversificar los destinos frente a los nuevos y viejos conflictos del capitalismo
contemporáneo.
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