NUESTRA OPINIÓN SOBRE LA TRANSICIÓN.- Nosotros
consideramos, el actual proceso político que vive América latina, NO como el
cambio económico-social y político de un sistema socio-económico
hacia otro diferente y superior, producto de una Revolución o de un proceso político de transformaciones
profundas económico sociales, básicamente en tiempos políticos de Democracia
– pero que debe ser un tiempo político e histórico muy amplio, violento,
profundo – porque están “en juego” dos sistemas, dos alternativas políticas,
donde en el centro está el Poder y en este proceso el Poder del Estado si
ingresa a cambios profundos y significativos, en beneficio del Movimiento
Político – Partido Político, su Proyecto Político Nacional anti-neoliberal,
anti-capitalista – muy sencillo Cuba
es el ejemplo del primero, producto de una Revolución y en cambio en segundo –
fracasó por la traición? En Chile – podría encaminarse desde sus
orígenes en proceso de la República Bolivariana de Venezuela?. El Estado
Plurinacional de Bolivia o los procesos políticos de la izquierda
progresista en Nicaragua, Ecuador, Uruguay, Brasil e incluso Argentina o los
inicios de los gobiernos democráticos en Chile después de rescatar la Democracia
de la más feroz y criminal dictadura?. Estamos en condiciones, hay facultades
teórico-doctrinarias científicas para afirmar de procesos de Transición de
un sistema en crisis final hacia otro diferente y superior o simplemente
nos encontramos en el escenario de políticas anti-neoliberales, como
resultado de un proceso de lucha y transformación interna, que genere cambios
internos principalmente el “mundo social” de las
políticas sociales, pero NO se toda para nada el problema del
Poder y menos del Poder del Estado. Nos parece que es parte hoy del escenario de escenarios de las clases y lucha
de clases en el continente de Nuestra América, la Patria Grande?.
Pero nos preguntamos Políticamente?- En
el escenario de La Sociología de las Ausencias, que hay dentro del propio sistema, que no alcanzamos a comprender y nos
siguen ocultando por defender o proteger “intereses sagrados” de los poderes
facticos globales?. El proceso político actual del Multilateralismo (multidimensional)
global, en un Mundo Multipolar. Es producto NO de una transformación
revolucionaria, pero SI, de profundos cambios económicos-sociales y
políticos que se producen en su estructura sistémica, como se ha denominado que
desde el “septiembre negro” del 2008 – año de la gran crisis de las hipotecas -,
estamos viviendo, transitando un proceso
de “Cambio de Época, Histórica”, proceso global donde el sistema vigente, caduco, en
crisis, no ingresa a su fase final – no se produce un cambio y transformaciones
socio-económicas y políticas, que nos conducen hacia otro sistema superior – NO,
sino que dentro del propio sistema, se producen NUEVOS procesos de
acumulación que el propio capitalismo va generando, produciendo, producto
de las propias contradicciones internas de carácter sistémico. Fracasó y entro
en crisis el modelo del capitalismo financiero especulativo mundial –
con el “cual llegó” al mundo la globalización neoliberal -, el propio capitalismo
en tiempo de crisis sistémica, creó, desarrolló nuevas formas de acumulación
mundial del capitalismo, es el capital de la desposesión, basado fundamentalmente en la expoliación, saqueo y
explotación de los recursos naturales, la biodiversidad y los conocimientos
ancestrales, así como nuevas y más feroces formas de explotación de la fuerza
de trabajo a nivel sistémico – la era de las políticas del Consenso de Washington, es sustituida por la era del Consenso
de los Commodities –.
Volvemos a preguntarnos en el amplio escenario de La Sociología de las Ausencias, la propia era de la explotación
de los Commodities – no satisface la voracidad del capital, busca nuevas
fuentes de acumulación, como respuesta a la Poli-crisis sistémica del
capitalismo, que ha generado procesos contestatarios muy violentos social y
políticamente a nivel mundial, así como crecen en forma incontrolable para los
poderes facticos globales, los Movimientos Sociales anti- globalización (movimientos de carácter cultural, ambiental y
territorial) aumenta también la voracidad
y la búsqueda insaciable de nuevas fuentes de acumulación, precisamente hoy
en la coyuntura mundial encontramos que se encuentra en pleno proceso de
apertura, una nuevas formas, fuentes de acumulación del capital a
nivel mundial, centrado en los países en Desarrollo, por el área de los Derechos Sociales
y los Servicios Públicos, sectores económico-sociales (pendientes de
la llamada “segunda revolución neoliberal”, – abandonados, ninguneados,
marginados - por el poder de los intereses globales de los poderes facticos,
pero llega un tiempo en el escenario mundial que ese “mundo marginado” llega a ser importante,
poderosamente deseable, altamente productivo por los millones de millones de
usuarios en la Nueva Ciudad Global (el ascenso de la nueva clase media)
y que definitivamente, por la propia crisis del Estado al haber sido desplazado
por el mercado, se dejó a la ventura aspectos centrales de la vida moderna: Educación, Sanidad, Pensiones, Seguridad, Créditos,
Transporte, Vivienda, etc. Y más allá a nivel mundial “abierto”
totalmente para los intereses voraces del gran capital (corporaciones y
mega corporaciones globales), los grandes “beneficios” que genera matando millones
de seres humanos, eso es hoy lo que está haciendo la “economía de la guerra” en
Siria, Irán, Irak, Libia, Afganistán, Túnez, Turquía, en “igualdad de condiciones”
los ejércitos del mundo Islámico como los poderosos ejércitos del
Occidente y el resultado millones de seres humanos, asesinados y millones
que huyen de sus países y se produce la más grande migración, jamás vista
en la historia de millones de niños, mujeres, ancianos y hombres que intentan
llegar a los territorios de quienes son
los responsables de esta masacre humana, Europa y cuál es la respuesta de los
valientes gobernantes como Francia, Inglaterra, Italia, España, Hungría,
Alemania y el propio Estados Unidos, el gran responsable de la llamada
crisis humanitaria – producto de la crisis migratoria – pero en realidad es una crisis civilizatoria, el mundo exige, lucha y camina
hacia una Nueva Civilización.
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EL CONCEPTO DE TRANSICIÓN.
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Francois
Houtart.
La Jornada
martes 8 de marzo del 2016.
Se habla mucho de transiciones para calificar
periodos de cambio socio-económico o político. Es el caso actualmente frente al
agotamiento de las experiencias posneoliberales en América Latina por razones
externas (crisis mundial) e internas, lo que no significa el agotamiento de las
luchas antisistémicas. El término puede tener muchos sentidos, según la lectura
de los eventos. Carlos Marx desarrolló el concepto de transición a propósito del
paso del modo de producción feudal al capitalismo en Europa y Maurice Godelier,
economista y antropólogo francés, lo resume de la manera siguiente: es la fase
particular de una sociedad que encuentra más y más dificultades a reproducir el
sistema económico y social sobre el cual ella se funda y empieza a
reorganizarse sobre la base de otro sistema que se trasforma en la forma
general de las nuevas condiciones de existencia (Maurice Godelier, 1982, 1165).
Se trata evidentemente de procesos largos, no lineares, más o menos violentos
de acuerdo con las resistencias de los grupos sociales involucrados. Muchos
analistas estiman que el capitalismo llegó al fin de su papel histórico porque
se ha vuelto un sistema destructor de las propias bases de su éxito, la naturaleza
y el trabajo, como ya lo decía Carlos Marx. Es así que Samir Amin habla del
capitalismo senil, que Immanuel Wallerstein publicó un artículo en medio de la
crisis financiera diciendo que se asiste al fin del capitalismo y que István
Mészarós habla de su incapacidad de asegurar el mantenimiento del metabolismo
social de la humanidad (2008, 84).
Si, por una parte, se puede aceptar la idea de que
estamos viviendo una transición del modo de producción capitalista a otra forma
y que el proceso puede ser precipitado por la crisis climática, por la otra, no
se debe olvidar que un tal cambio será el resultado de un proceso social y que
no puede realizarse sin luchas ni una transformación de las relaciones de
fuerza. En otras palabras, el capitalismo no caerá por sí solo y la
convergencia de todas las luchas sociales y políticas es un requisito para
llegar a un resultado. La historia nos enseña que el capitalismo es capaz de
transformar sus propias contradicciones en un aporte al proceso de acumulación.
Ya se habla de un capitalismo social y de un capitalismo verde. La elaboración
teórica del concepto en el contexto histórico de la crisis sistémica actual
permitirá la elaboración de instrumentos de evaluación de las experiencias
sociales y políticas en curso. Es particularmente el caso en América Latina con
los regímenes que empezaron procesos de cambio y que se reclaman del socialismo
del siglo XXI. La cuestión fundamental es de saber en qué medida las
experiencias políticas latinoamericanas fueron transiciones hacia otro modelo
social o adaptaciones del capitalismo contemporáneo a las nuevas demandas
ecológicas y sociales.
Las transiciones que pueden conducir a un cambio de
paradigma son numerosas, pero exigen una visión específica. De hecho muchas de
las medidas presentadas como transiciones son adaptaciones del sistema y no
orientaciones hacia una construcción realmente pos-capitalista. Eso se nota en
todos los países del Sur y también a los tratados que se concluyen entre países
del Sur o en el cuadro de las políticas del BRICS. El apoyo al desarrollo de un
capitalismo moderno en América Latina, el acaparamiento de tierras en África
por parte de India y de China, la extensión de los monocultivos en Asia del
suroeste para la producción de agro-combustibles o de madera, no son
transiciones, sino nuevos caminos hacia un capitalismo nuevo, con todas las
consecuencias de concentración del poder económico y de ignorancia de las
externalidades (daños ambientales y sociales) que constituyen las
características de todo capitalismo, aun el verde y el social.
El concepto puede también ser aplicado a procesos
particulares dentro de una transformación general, por ejemplo en los campos
económicos, sociales, culturales, políticos, religiosos, etcétera. En todo
caso, se trata, sin perder la radicalidad de los objetivos, de definir las
acciones que pueden conducir al resultado (otro paradigma de desarrollo humano)
teniendo en cuenta, por una parte, las circunstancias concretas del desarrollo
material, y, por otra, las relaciones de fuerza existentes en los campos
económico-social y político. Un ejemplo típico son las economías de extracción,
que, a pesar de ser dañinas ecológica y socialmente y de ser dominadas
ampliamente por los interés del capital, no pueden ser paradas de un día al
otro en los países que, en América Latina, por ejemplo, empezaron cambios
importantes, porque, entre otros factores, constituyen la fuente financiera de
las nuevas políticas. Es el caso de Venezuela, del Ecuador y de Bolivia. La
transición consistiría: 1) en
iniciar una política económica basada sobre las necesidades del mercado
interior (lo que es a largo y mediano paso); 2) en promover leyes ecológicas y sociales más estrictas para las
explotaciones; 3) hacer pagar sus
costos (daños ambientales y sociales) a los usuarios, y 4) promover una
legislación internacional para evitar el fenómeno de las ventajas comparativas
en favor de los que aplican regulaciones más laxas.
La utilización de este instrumento conceptual no
puede servir de pretexto a concesiones políticas o ideológicas de tipo
socialdemócrata, es decir, aceptando que el desarrollo de las fuerzas de
producción exige la adopción de principios, herramientas y recetas del
capitalismo. Eso se traduce en el reforzamiento del poder de las clases
sociales más opuestas a un cambio de modelo, como es el caso del Brasil, a
pesar de avances en otros dominios. O también, como sucede en países
socialistas, se crean nuevas diferencias sociales que inevitablemente alargarán
un proceso de transición, tal como en China o en Vietnam.
De verdad eso plantea un problema fundamental:
¿cómo desarrollar las fuerzas productivas en una perspectiva socialista, es
decir, en función del bien común de la humanidad y cuáles fuerzas desarrollar
en prioridad? Es un problema que los países socialistas y los regímenes
progresistas que nacieron desde la Segunda Guerra Mundial, no pudieron resolver
adecuadamente y que fue el origen, tanto de los fracasos, como de la
orientación neoliberal de la mayoría de ellos. Como lo decía Maurice Godelier
en sus cursos en la Universidad Católica de Lovaina: El drama del socialismo es
que ha tenido que aprender a caminar con los pies del capitalismo.
Frente a esto urge, por ejemplo, desarrollar la
agricultura campesina orgánica, como se lo propuso en un seminario asiático en
la Universidad Renmin (popular) en Pekín en 2010 y en otro, latinoamericano, en
La Paz en 2013, en vez de promover los monocultivos de una agricultura
agro-exportadora; o también, reorganizar la red de ferrocarriles locales en
América Latina, en vez de adoptar los proyectos del IIRSA (la Iniciativa para
la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana). Muchas otras
propuestas podrían ser pensadas como elementos de una verdadera transición que
no sea una simple adaptación al sistema.
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François Houtart. Sacerdote católico. Fundador del
Centro Intercontinental de la Universidad Católica de Lovaina.
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