martes, 29 de marzo de 2016

SILENCIO ANTE LA RECAPTURA DE PALMIRA. AL RESCATE DE LAS RUINAS DE PALMIRA.

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AL RESCATE DE LAS RUINAS DE PALMIRA.
Tras la destrucción causada por el Estado Islámico.
La antigua ciudad de Palmira –una vez la capital de un imperio, el símbolo de la resistencia a la Roma Imperial y, durante muchos siglos, un icono de comercio internacional y prosperidad– una vez más se encuentra en el centro de los acontecimientos mundiales. Los iconoclastas del Estado Islámico (EI) fueron expulsados de este vasto patrimonio de la humanidad –y los arqueólogos están a punto de evaluar los daños. La información preliminar indica que el EI no dañó ni destruyó tanto de la antigua ciudad en ruinas como se temía. Sin embargo, dos de los principales templos –el de Bel y Baal Shamin– parecen haber sido totalmente destruidos. Ciertamente, las fotografías aéreas sugieren que el edificio principal del templo desa- pareció totalmente. Sin embargo, todavía no está claro adónde se llevaron los escombros –así que potencialmente, puede ser que algunos elementos se pueden recuperar–. También se destruyeron tumbas antiguas.
Sin embargo, los bloques de piedra monumentales del gran arco de triunfo romano, derrocado por el EI, parecen estar intactos –y puede ser que los conservadores eventualmente lo puedan volver a erigir. El espectacular teatro romano de la ciudad antigua no fue destruido– probablemente porque el EI lo utilizó para las ejecuciones públicas. Varios templos en ruinas también parecen no haber sido dañados por la organización.
El experto en antigüedades y museos de Siria, Mamoun Abdul-Karim, dijo que un equipo de su departamento se dirigirá a Palmira para estimar las pérdidas. Pero antes los escuadrones desactivadores de bombas deben quitar los explosivos colocados por el EI antes de que perdiera la ciudad.
Una unidad especial de EI aparentemente tenía la tarea de seleccionar los objetivos e implementación su destrucción. Sin embargo, Palmira representa sólo un pequeño porcentaje de la destrucción cultural global causada hasta el momento por la organización. En Irak, Siria y Libia, el EI destruyó sistemáticamente más de 30 grandes iglesias, mezquitas y tumbas –algunas de las cuales datan del siglo VII. David Claves *
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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La antigua ciudad de Palmira, símbolo histórico de la resistencia al Imperio Romano.
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SILENCIO ANTE LA RECAPTURA DE PALMIRA.
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Robert Fisk,
La Jornada Lunes 28 de marzo del 2016.
La mayor derrota militar que el Isis ha sufrido en más de dos años –la recaptura de Palmira, la ciudad romana de la emperatriz Zenobia–, y guardamos silencio. Sí, amigos, los malos ganaron, ¿cierto? De otro modo estaríamos celebrando, ¿verdad?
Menos de una semana después de que las almas perdidas del califato islámico destruyeron la vida de más de 30 seres humanos inocentes en Bruselas, deberíamos estar aplaudiendo la más aplastante derrota militar que ha sufrido el Isis hasta ahora. Pero no. Mientras los oscuros maestros de la ejecución huían de Palmira este fin de semana, los señores Obama y Cameron estaban tan callados como las tumbas a las que el Isis ha despachado a tantas de sus víctimas. El que humilló nuestra bandera nacional en honor del rey de Arabia, cortador de cabezas (hablo del señor Cameron, desde luego), no dijo una palabra.

Como solía decir mi colega John Gordon, del Sunday Express, fallecido hace mucho tiempo: Como que te levanta un poco de la silla, ¿no? He aquí al ejército sirio, respaldado, claro, por los rusos de Vladimir Putin, echando de la ciudad a los payasos del Isis, y no nos atrevemos a decir una sola palabra que signifique bien hecho.
Cuando cayó Palmira, el año pasado, predijimos la caída de Bashar al Assad, pero pasamos por alto la gran pregunta del ejército sirio: ¿por qué, si los estadounidenses odiaban tanto al Isis, no bombardearon los convoyes suicidas que atacaban las líneas frontales del ejército sirio? ¿Por qué no atacaron al Isis?

Si los estadounidenses querían destruir al Isis, ¿por qué no bombardearon a sus combatientes cuando los vieron?, me preguntó un general del ejército sirio, luego de la derrota de sus soldados. Su hijo murió en la defensa de Homs. Sus hombres habían sido capturados y decapitados en las ruinas romanas. El oficial sirio a cargo de las ruinas (que tanto nos preocupaban, ¿recuerdan?) también fue decapitado. El Isis incluso volvió a ponerle los lentes a su cabeza cercenada, por diversión.
Putin notó esto y habló de ello, prediciendo con precisión la recaptura de Palmira. Sus aviones atacaron al Isis –lo que no hicieron los aviones estadounidenses– en preparación de la conquista del ejército sirio. No puedo menos de sonreír cuando leo que el comando estadounidense afirmó haber realizado dos ataques aéreos contra el Isis en los alrededores de Palmira en los días anteriores a la recaptura por el gobierno. Eso nos dice todo lo que necesitábamos saber de la guerra al terror de los estadounidenses. Querían destruir al Isis, pero no tanto.
Así que al final, fue el ejército sirio, junto con sus amigos del Hezbolá en Líbano, los iraníes y los rusos, el que echó de Palmira a los asesinos del Isis, y el que incluso –el cielo nos guarde de semejante victoria– podría invadir la capital siria del Isis, Raqqa.
He escrito muchas veces que el ejército sirio decidirá el futuro de Siria. Si recupera Raqqa –y Deir el-Zour, donde el frente Nusra destruyó la iglesia del genocidio armenio y arrojó a las calles los huesos de las víctimas cristianas de 1915–,. les prometo que volveremos a guardar silencio.

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