Los
gobiernos progresistas en América latina, hoy se juegan el destino político, no
solo de nuestra América, sino una nueva ubicación en el sistema mundo, ser
los protagonistas por forjar, luchar, para construir políticamente una nueva
alternativa política de clase, el Socialismo,
Democrático, Participativo, Ciudadano, de profundo respeto con nuestra Madre Naturaleza. Las grandes tareas y
responsabilidades son muy fuertes, sacrificadas, pero es cumplir con la CONFIANZA personal, social e institucional –
aquel Don social, cultural, político – que nuestro pueblo entrega a un proceso
político revolucionario a sus Dirigentes,
Conductores, Líderes, que encargan y representan la voluntad, derechos y
reivindicaciones históricas del pueblo.
Sólo enumeramos, para nosotros las principales
responsabilidades políticas que el proceso progresista exige para salir del
empantanamiento, encasillamiento social y político del movimiento en la sola
realización y ejecución - incluso con mucho éxito – de las Políticas Sociales, /el asistencialismo, el paternalismo
caudillista, así como el burocratismo de su dirigencia y el pacifismo de su
movimiento ) son las siguientes:
1.-
Trabajar desde el Poder Popular de la nueva sociedad civil emergente, ( quienes
están? Sindicatos, movimientos sociales, organizaciones culturales, ambientales,
de mujeres, campesinos, juventud, desocupados, migrantes, etc.), que la Ciudadanía suma la gran responsabilidad
de Participar activamente en todo el proceso. Constituyen el motor del proceso revolucionario. (No
son invitados ni menos son consultados, “cuando las papas queman”).
2.-
El Proyecto Político con el cual se entró triunfante al proceso democrático, tiene
que ser recreado, enriquecido en el “camino” con el aporte permanente y diario del Poder Popular, Plataforma Política
que se encamina en el escenario de las clases y la lucha de clases (la calle,
la plaza pública, el camino, el puente, la carretera, el campo de cultivo, el
pueblo, la comunidad, la ciudad) constituyen ahora “nuevos escenarios de lucha”
que NO debemos perderlos ( aquí
nacimos, es nuestro hogar histórico y este es el “gran teatro” social de las
definiciones políticas diarias, mirando siempre hacia las realización de las
grandes responsabilidades estratégicas.
3.-
Desde el inicio del proceso, la Izquierda nació, (in)surgió en el mundo de las
clases y la lucha de clases, tomando como principio la lucha franca, total
contra todo tipo de desviacionismos, cretinismos parlamentarios, topos sociales
y políticos, así como la lucha (con un aviso definitivo) contra la CORRUPCIÓN- Los Corruptos búsquense otra
organización, otro partido, otro frente electoral, ahí donde se alquilan,
venden, compran puestos, ubicaciones en la “política”
electoral, ese es el lugar de las tiendas comerciales, dedicadas a la
anti-política. La Izquierda Democrática, Revolucionaria – expresión política de
la Ciudadanía – no acepta y menos tienen ubicación en nuestro movimiento los
corruptos.
4.-
Hay que forjar y trabajar todos los días por la UNIDAD de la Izquierda, pero con
principios, sobre la base de una Plataforma de Lucha que logre trabajarse por
construir la Unidad. Pero no unidad de dirigentes, menos de camarillas o
élites, la única posible forma práctica, positiva, creativa, que enriquece la
lucha del pueblo, es la UNIDAD que se forja
desde el Poder Popular Local – es la base y cimiento, fuente inagotable de
experiencias y sabidurías – que nos iluminen en la lucha diaria contra todo
tipo de desviación política, corrupción y se comiencen a formar grupos
privilegiados que ejerzan “poder” dentro del movimiento. La UNIDAD es de principios, es de Programas de Gobierno, para el
trabajo y orientación de nuestros Líderes
y su permanente creatividad y desarrollo por la sabiduría y experiencia de
nuestro pueblo.
5.-
Señores, la CONFIANZA personal, social, institucional es la base y fortaleza
social y política de nuestro Movimiento de Izquierda Democrática, proceso que
nos garantiza ampliar la credibilidad con nuestro pueblo, nos garantiza
construir y forjar la Legitimidad Institucional, porque en el proceso estamos
desarrollando, implementando, recreando en cada circunstancia hacia una visión panorámica
del proceso, la Rendición de Cuentas –
hoy la columna vertebral del proceso revolucionario – enriquecemos la función
de la Veeduría Ciudadana – con la
finalidad de no traicionarle a nuestro pueblo y que nuestros Líderes cumplan
con el Gran Compromiso Político con la Ciudadanía. La transparencia pública así como el Accountability Social deben
ser la garantía política-institucional de ir construyendo en forma progresiva
las bases principales de la Gobernabilidad Democrática. Por ahora punto
seguido??.
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HACIA UNA OPCIÓN SOCIALISTA
POSCAPITALISTA.
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Francoise Houtart.
Net.globalización enero del 2016.
Frente a la crisis que afecta todos los países de
América latina y en particular los países “progresistas” y frente a la ofensiva
de la derecha, no se trata de abandonar la lucha social y política hacia una
opción socialista poscapitalsita. Por eso se debe redefinir los objetivos. Está
claro que no basta construir sistemas pos-neoliberales, ni un capitalismo
moderno, sino alternativas, en otras palabras un nuevo paradigma, que sea de
vida y no de muerte, como el capitalismo. La solución a la crisis de las experiencias
pos-neoliberales no puede ser un retorno a la dictadura de los mercados
Hacia una opción socialista poscapitalista.
Esta orientación solo se puede proponer como una
meta, porque no tiene realización política, aun si existen muchas iniciativas
económicas, sociales y culturales que van en este sentido. Hablaremos de los
ensayos en América latina y después de los principios y aplicaciones posibles.
1° Los ensayos.
La Revolución cubana ha sido el resultado de la
voluntad de constituir una sociedad post-capitalista, pero con todas las
dificultades, los obstáculos y las limitaciones, por una parte del aislamiento
en un océano capitalista (y con un embargo) y por otra parte, de un socialismo
del siglo XX : concepción acrítica de la modernidad, una división del trabajo
interna al mundo socialista (monocultivo del azúcar dentro del COMECOM), un
socialismo de guerra y últimamente ensayos para salvar los logros socialistas
frente a las nuevas relaciones económicas y políticas con un mundo dominado por
la ley del mercado. Sin embargo muchas enseñanzas pueden servir de base de
reflexión.
El ALBA se construyó sobre una base de teoría
económica opuesta al capitalismo: no sobre la competencia, sino la
complementariedad y la solidaridad. Varias aplicaciones concretas resultan de
estas primicias. En plan económico, Petrocaribe, con un precio preferencial por
los países no productores de petróleo; en el plan social, con la operación
milagros (cura de los ojos con la técnica médica cubana y el apoyo económico
venezolano) y en lo cultural con TeleSur. A escala del continente, la
experiencia se queda relativamente marginal y muy vulnerable, dependiente en
mayor parte de un Venezuela bolivariano.
2° Los pasos de una transición posible.
Un paradigmapt-capitalista de la vida colectiva
sobre el planeta exige una redefinición de sus ejes fundamentales: la relación
con la naturaleza: de explotación a respeto como fuente de toda vida; la
producción de la base material de la vida: privilegiar el valor de uso sobre el
valor de cambio; la generalización de los procesos democráticos en las
instituciones sociales y políticas y en todas las relaciones sociales (incluido
hombres-mujeres) y el fin de la hegemonía de la cultura occidental para adoptar
la interculturalidad. Podemos dar algunos ejemplos de transiciones hacia un
post-capitalismo, que lo llamamos Socialismo del siglo XXI, el Buen Vivir, el
Bien Común de la Humanidad o cualquier nombre, a condición de preocuparse del
contenido del concepto.
2.1) Transformar la relación con la naturaleza.
Se trata de realizar el paso del extractivismo
(basado sobre el valor de cambio) a la extracción (basada sobre el valor de
uso), implicando como primer elemento la aplicación de leyes duras sociales y
ambientales; una acción a escala de la integración continental, porque un solo
país no puede afrontar solo la fuerza de las multinacionales del sector y una
legislación internacional para evitar las “ventajas comparativas” de países no
respetando normas sociales y ambientales. Medidas similares valen para los
monocultivos de exportación. Frente a la destrucción de las selvas y bosques,
una reforestación masiva con plantas y árboles nativos sería un inicio de
cambio, acompañado por la creación de condiciones necesarias a la ampliación de
la agricultura familiar campesina e indígena..
2.2) Privilegiar el valor de uso.
La transición en este sector podría consistir en
abolir los paraísos fiscales en la región y nacionalizar las principales
instituciones financieras; realizar una .Reforma agraria integral y popular
(ver programa del MST en Brasil); promover el mercado interno, los circuitos
cortos y la soberanía alimentaria y luchar contra la reprimarización. promover
la economía popular solidaria.
2.3) Generalizar los procesos democráticos y la
participación.
Luchar para erradicar la pobreza por políticas
centradas sobre la manera de producir más que sobre el aumento del consumo,
construyendo actores sociales y no clientes (políticas de compensación) es una
primera propuesta. También se puede ampliar los mecanismos de participación en
todos los sectores (la economía, la política, la cultura, el deporte, los
sindicatos, las religiones, etc.). Un punto esencial será la descentralización
de los Estados, desde abajo y la comunicación y el diálogo como formas de participación.
2.4) Promover la interculturalidad.
Asegurar la participación de todas las culturas,
los saberes, las espiritualidades a la construcción de un paradigma
pos-capitalista, es un paso indispensable para la construcción de una ética
adecuada, de un pensamiento crítico y de valores espirituales capaces de
transformar lo cotidiano y de dar un sentido a la vida.
Muchos otros ejemplos de transición a una
orientación post-capitalista podrían ser citados, porque ya funcionan a pequeña
escala o son realizados por iniciativas y movimientos populares, en varias
partes del mundo, prueba que no se trata de una utopía en el sentido de una
ilusión. La nueva etapa consiste a construir los nuevos actores políticos.
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