DE BOXEADOR A JEFE DE GOBIERNO.
Hijo de una costurera y de un colectivero Khan regirá la capital Británica.
*****
Es el quinto de ocho hermanos
nacidos de un matrimonio paquistaní. Sus padres unieron sus sueldos y las
ayudas públicas para sacar adelante a su familia en Tooting, un barrio que aún
lucha por sacarse de encima su fama de conflictivo.
El
laborista Sadiq Khan, hijo de un matrimonio paquistaní que se instaló en un
suburbio en el sur de Londres en los años 60, se convirtió ayer en en el primer
alcalde musulmán de la capital británica.
Khan
nació en Tooting, al sur de Londres, poco después de la llegada al Reino Unido
de sus padres, Amanullah Khan, un conductor de autobuses y Sehrum, una
costurera que unieron sus sueldos y las ayudas públicas para sacar adelante a
su familia en Tooting, un barrio que aún hoy lucha por sacarse de encima la
fama de conflictivo. Es el quinto de ocho hermanos, siete varones y una mujer.
Sus abuelos habían migrado de la India a Pakistán después de la división de la
India en 1947. La familia sigue enviando dinero a sus parientes en Pakistán,
“porque fuimos bendecidos en este país”.
El
político laborista, que entrenó como boxeador en su juventud, durmió en una
litera en casa de sus padres hasta los 24 años, cuando se independizó tras su
boda con la también abogada Saadiya Ahmed, con quien tiene dos hijas.
En
esa época entró como becario en la firma de la activista humanitaria Louise
Christian, que apenas tres años después le designó como asociado en su bufete,
renombrado como Christian Khan. También fue durante tres años presidente de
Liberty, un grupo de presión a favor de los derechos civiles.
Khan
ha repetido durante la campaña que su trayectoria personal es paralela a la
historia reciente de Londres, una metrópolis con 8,6 millones de habitantes en
la que el 44 por ciento de la población forma parte de una minoría étnica.
Como
abogado comprometido con los derechos civiles, el candidato laborista
representó hace más de una década a figuras controvertidas como el líder del
grupo “Nación del Islam”, Louis Farrakhan, lo que ha servido a sus críticos
para acusarle de ser transigente con el extremismo.
Su
programa promete soluciones drásticas a la crisis de la vivienda y el
congelamiento del precio del transporte urbano. Como letrado en 2001, Khan
argumentó a favor de que Londres revocara ese veto, una petición que salió
adelante en primera instancia pero fue anulada después tras la apelación del
Gobierno. Khan obtuvo el premio al “Recién llegado del Año” por su
determinación y claridad con la que expresa los muy difíciles temas del terror
islámico”. En agosto de 2006, fue uno de los firmantes de una carta abierta a
Tony Blair, criticando la política exterior del Reino Unido.
Sus
tiempos como abogado terminaron cuando quedó vacante la plaza laborista en la
circunscripción de Tooting, en 2004, que le permitió un año después ser elegido
miembro de la Cámara los Comunes.
Khan
se saca una foto con dos simpatizantes en un mercado de Londres, en la víspera
de las elecciones en las que venció con holgura a su rival conservador.
***
El
primer ministro Gordon Brown le nombró en 2008 secretario de Estado “júnior”
para las Comunidades Locales, convirtiéndose en el segundo paquistaní británico
sirviendo en el gobierno y, en 2009, pasó a ser secretario de Estado de
Transporte, convirtiéndose en el primer musulman en el Gabinete. En lo que se
cree fue la primera vez que un miembro del Parlamento lo hiciera, Khan twiteó
en su cuente su promoción a Secretario de Transporte. El espaldarazo definitivo
a su carrera dentro del partido llegó en 2010, cuando dirigió la campaña que
llevó a Ed Miliband a ser elegido líder de la oposición.
En
marzo de 2010, Khan estableció públicamente que por segundo año consecutivo no
se aumentaría el sueldo como miembro del Parlamento o ministro, declarando: “en
un momento en que mucha gente en Tooting y en todo el país tienen que aceptar
congelamientos, no creo que sea apropiado que los miembros del Parlamente
acepten un aumento en su paga. Durante sus quince años en el gobierno, no quiso
aceptar un aumento de salario, habiendo que había ganado suficientemente dinero
como abogado.
En
2013 también fue nombrado ministro de la oposición de Londres. En Mayo de 2915,
renunció al gabinete de la sombra para nominarse como el candidato para ser
alcalde por el Partido Laborista y ganó la candidatura en septiembre de 2015.
En
las elecciones generales de 2015, Khan regresó como miembro del Parlamente por
Tooting en un tercera mandato, derrotando a su rival conservador. Khan fue uno
de los dirigentes que nominó al izquierdista Jeremy Corbyn para suceder a
Miliband, si bien desde entonces se ha distanciado del nuevo líder y de sus
políticas.
En
la recta final antes de los comicios a la alcaldía, el jueves, Khan lanzó
diversos guiños al sector más centrado del partido y más crítico con la actual
dirección. En una de sus declaraciones más polémicas de los últimos meses, Khan
dio la “bienvenida” a que Londres sea una ciudad donde viven “más de 400.000
millonarios”. “Eso es algo bueno”, remachó el laborista, una afirmación que dio
combustible a numerosas críticas.
Figura
regularmente entre los 100 políticos más importantes de Londres de acuerdo al
sondeo del London Evening Standard y es un embajador de la Mosaic Network, una
iniciativa establecido por el príncipe Carlos.
/////
Khan
aparece delante de una imagen suya durante un acto de campaña en el este de Londres.
***
LONDRES ELIGIÓ
POR PRIMERA VEZ UN ALCALDE MUSULMÁN.
El Laborista SADIQ
KHAN terminó con 8 años de gobierno conservador en la Capital Británica.
*****
Khan será el primer alcalde de origen musulmán de una capital europea y
su victoria es la principal conquista del laborismo en la jornada electoral. Su
gran desafío es la resistencia de los conservadores que, después de seis años
de austeridad, no recibieron el típico voto castigo.
Marcelo Justo
Desde Londres sábado 7 de mayo del 2016.
El
laborismo de Jeremy Corbyn obtuvo una histórica victoria en la Alcaldía de
Londres, buenos resultados en Inglaterra y Gales y una desastrosa derrota en
Escocia, donde quedó relegado a un tercer lugar. La joya fue el categórico
triunfo de Sadiq Khan, primer alcalde de origen musulmán de una capital
europea. El gran desafío es la resistencia de los conservadores que, después de
seis años de austeridad, no recibieron el típico voto castigo de un a elección
de medio término.
Sadiq
Khan terminó con ocho años de gobierno conservadoren Londres conquistando el 44
por ciento de los votos, una ventaja de nueve puntos sobre su rival, el
multimillonario conservador Zac Goldsmith. Ni la insidiosa campaña de Goldsmith
sobre la vulnerabilidad de la capital si se elegía a un musulmán ni los errores
de la maquinaria nacional laborista en las últimas dos semanas erosionaron el
apoyo que consiguió este abogado especializado en derechos humanos, hijo de un
colectivero pakistaní en una ciudad que tiene un 14 por ciento de musulmanes y
un 37 por ciento de inmigrantes en su población.
Khan
respondió a los ataques conservadores con una campaña centrada en las grandes
prioridades de los londinenses: transporte y vivienda. Londres tiene un déficit
habitacional calculado en decenas de miles de viviendas en una ciudad de
billonarios, con ese corazón de las finanzas globales y los paraísos fiscales
que es la City. El precio de la propiedad está por las nubes y el de los
alquileres también. Los jóvenes de menos de 35 años sin chances de acceder a la
casa o departamento propio tienen su propio apodo: la “generation rent”. El
hijo de inmigrantes que creció en los monoblocks municipales sintonizó mucho
más con estas necesidades sociales que un multimillonario como Goldsmith.
Corbyn saludó su victoria y el desempeño del laborismo. “Decían que íbamos a
perder municipios, pero no fue así porque nuestro partido está enfrentando los
problemas de nuestra industria, los recortes de los beneficios sociales y los
grotescos niveles de desigualdad. Nuestro mensaje es que puede haber otra
política económica”, señaló el líder laborista.
La
realidad es un poco más compleja. En la elección en 124 municipios ingleses, el
laborismo renovaba casi el doble de concejales que los conservadores. El
partido de Corbyn mantuvo su mayoría, ganó en algunas zonas del sur de
Inglaterra hasta hace poco vedadas a la izquierda como Exeter, pero en el
recuento total perdió el control de un municipio y unos 25 concejales. En la
Asamblea Autónoma de Gales sigue siendo el partido mayoritario, pero con una
caída en la proporción de votantes mientras que en Escocia, cuna del partido y
bastión hasta 2010, quedó relegado a un tercer lugar, detrás de los
nacionalistas escoceses y los conservadores.
En
contraste, los conservadores no salieron mal parados. Acosado por los Panama
Papers, por el enfriamiento económico, por conflictos con médicos y maestros, y
las profundas divisiones internas en torno a Europa, el primer ministro David
Cameron no sufrió un voto castigo que reflejara un atribuladísimo primer año de
gobierno con mayoría propia. El segundo puesto en Escocia de la mano de una
carismática líder, la abiertamente gay Ruth Davidson, es su punto más alto: la
derrota en Londres el golpe más duro. En Inglaterra perdieron unos 36 concejales,
pero la gran noticia es que evitaron un derrota apabullante a seis semanas del
referendo sobre la permamencia o salida de la Unión Europea que puede decidir
el futuro del primer ministro.
La
incapacidad para asestar un golpe demoledor a Cameron es una señal de la
considerable distancia que le falta recorrer al nuevo proyecto de la izquierda
laborista para poder ganar las elecciones de 2020. Al mismo tiempo, el
resultado está lejos de la debacle que predecía (y deseaba) la derecha
partidaria. En esta suerte de empate técnico, la derecha volvió ayer a la
carga. El ministro en la sombra por Escocia, Ian Murray, señaló que los
británicos no ven al laborismo de Corbyn “como una alternativa de gobierno para
2020”. Un diputado, David Winnick, exhortó a Corbyn a renunciar. “El partido
está en crisis. Jeremy tiene que decidir si su liderazgo ayuda o entorpece.
Toda la evidencia muestra que entorpece”, señaló. Tim Roache, secretario
general del GMB, uno de los sindicatos más poderosos del Reino Unido, exhortó a
la unidad. “La gente no quiere un partido desunido. Es hora que la derecha
partidaria le de una oportunidad a Corbyn. Con lo que están haciendo,
perjudican al partido y a los trabajadores”, señaló.
El
desempeño electoral podría haber sido mejor si sectores de la misma izquierda
laborista no insistieran en marcar goles en contra. Los últimos diez días de
campaña se vieron eclipsados por acusaciones de antisemitismo contra el partido
de Corbyn a raíz de las declaraciones del ex alcalde de Londres, Ken “el Rojo”
Livingstone, sobre una presunta coincidencia política entre el sionismo y
Adolfo Hitler a principios de los 30. No era el tema más candente para los
británicos, pero con esa comparación consiguió que los medios debatieran
durante días si el partido, de larga tradición antiracista y igualitaria, era
antisemita. Corbyn calmó las aguas con la formación de una comisión
independiente para investigar las alegaciones, pero está claro que un proyecto
de izquierda en un país moderado y políticamente escéptico como el Reino Unido
no se puede permitir resbalones políticos autoinfligidos de esta naturaleza.
La relativa satisfacción de Cameron antes estos resultados tiene una
posible fecha de vencimiento. El 23 de junio los británicos tienen que decidir
si siguen en la Unión Europea o se convierten en el primer miembro en abandonar
el bloque. Cameron cuenta con el apoyo de la City, el empresariado, sectores de
los conservadores, el resto de la clase política y medios como el The Economist
y el Financial Times. En su reciente visita al Reino Unido, el mismo Barack
Obama respaldó el sí a Europa advirtiendo que el Reino Unido podría esperar una
década para poder firmar un tratado de libre comercio bilateral con Estados
Unidos si abandona la UE. Pero nada despierta pasiones entre los británicos
como el tema europeo. Ambos campos están cabeza a cabeza en las encuestas. La tregua por las
elecciones del “superjueves” se acabó: a partir de ahora recomienza la guerra
interna conservadora en torno a Europa.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario