LA DERECHA POLÍTICO-EMPRESARIAL, NEOLIBERAL EN LOS ULTIMOS TIEMPOS EN
LOS GOBIERNOS DE VARIOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA, ha generado cambios “muy
importantes” en el escenario político de América
del Sur. Argentina – por elecciones – Brasil
– por golpe de estado mafioso – Chile
– elecciones – Perú,- elecciones – Colombia – elecciones -, bloque político-empresarial
que ha logrado “fortalecer” el llamado “Grupo
de Lima” – y su injerencismo en los asuntos de Venezuela, y el ataque permanente sobre violación de los Derechos Humanos, desde los Medios de la SIP ( Las mega-empresas y
la concentración de la información), situación política de crisis de los Gobiernos de Izquierda Democrática, que
se agravó con dos hechos y acontecimientos que han marcado la profundización de
la crisis. Primero la crisis del “viejo modelo extractivo exportador de materias primas”
y Segundo la destrucción que originó
en todo América latina, el proceso de CORRUPCIÓN
de ODEBRECHT, envenenando y destruyendo no solo Instituciones, sino Gobiernos, Presidentes, Ministros, Funcionarios, así como partidos
políticos.
La coyuntura política de América del Sur – de crisis de los gobiernos de
izquierda democrática – que fueron la base principal – de varios
acontecimientos políticos, así como de Instituciones Regionales, como la UNIÓN DE NACIONES DEL SUR. UNASUR, que desde su creación en Brasilia el año del 2008, se propuso
como FIN ESTRATÉGICO la UNIDAD DEL
CONTINENTE – el proceso de Integración Autónomo, Independiente,
Democrático – desde
la UNASUR, no solo para fortalecer
el MERCOSUR, sino también la propia COMUNIDAD ANDINA. Políticamente,
significa terminar con el dominio “político”
de sometimiento y dependencia de la OEA,
UNIDAD que servirá como fortaleza social y
política para la INTEGRACIÓN DE AMÉRICA
LATINA – sin Estados Unidos y Canadá – como es la COMUNIDAD de ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS CELAC– Fundado en Caracas el año 2010 -.
TODO MARCHÓ POLÍTICAMENTE con los Gobiernos Democráticos. Sin embargo, la “semilla de la división” ya (in)surgió
con la creación de la ALPA, ALIANZA DEL
PACIFICO, por interés – comercial - (creada en abril del 2011, por iniciativa de México, Colombia, Perú y Chile) no sólo
para oponerse al MERCOSUR, pero
también aislar económica y comercialmente a VENEZUELA, - ya en problemas que impedían su Ingreso al Mercosur). Hoy la CRISIS
POLÍTICA es evidente, los gobiernos de Democracia Empresarial –
Democracia de Mercado – Argentina. Brasil, Chile, Perú, Colombia – NO quieren dejar al enemigo político, “solamente
herido”, hay que acabarlo, aislarlo totalmente, terminarlo para siempre, (“su asesinato
político”, es parte de su Agenda de Gobierno) de la Comunidad Latinoamericana y
mundial – proceso que hoy vemos contra el Pueblo
Venezolano, su Gobierno y su intento de acabar con la Revolución Bolivariana. Cómo?. Liquidando UNASUR políticamente dejar solo
a MADURO – profundizar el criminal bloqueo
económico – declarar ante el mundo desde la SIP, la CRISIS HUMANITARIA, la vuelta y retorno de la OEA – gran servicio doméstico al
Imperio y utilizando “armas” de sometimiento, como el “sicariato político” – y golpear desde todas las tribunas y medios
la “dictadura
y violación de los DD.HH. en Venezuela” y liquidar – en el camino – la UNASUR y
acto seguido será destruir el CELAC
para poner la “mesa bien servida y obediente” a la OEA - recordando su
pasado como el “Ministerio
de las Colonias Yanquis” y
profundice el proceso de dominación neocolonial, en su “patio trasero”. Trabajo concluido NO?, por ahora – ganaron la batalla, cantan victoria – pero NO ganaron la Guerra?. Los PUEBLOS
de América del Sur, la Nueva Sociedad Civil Popular, Plural y Democrática del
Continente Americano VOLVERA, recuperando, rescatando desde raíces la CONFIANZA,
personal, social y político-institucional de los CIUDADANOS de NUESTRA AMÉRICA la
PATRIA GRANDE.
/////
Hombres y Mujeres Políticos Revolucionarios de su Tiempo. Gobernantes der Izquierda Democrática de Nuestra América, la Patria Grande.
***
AMÉRICA DEL SUR.
¿ QUÉ LE PASÓ A UNASUR?.
*****
Oscar
Ugarteche y Armando Negrete.
ALAI.
América Latina en Movimiento.
Miércoles
23 de mayo del 2018.
La
Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) entró en funciones en agosto del 2008 a través del
Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas, firmado por
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela y fue ratificado con su firma en marzo del 2011.
La
búsqueda de su constitución fue motivada por la interferencia abierta de
Estados Unidos en la vida política de Bolivia
tras tres años de acciones sistemáticas de desestabilización incluyendo un
intento de guerra interna, luego que Evo
Morales fuera electo presidente.
El
presidente Morales
conversó con los presidentes Kirchner y
Lula y acordaron que lo correcto era organizar un espacio de discusión
autónomo que fuera autónomo de la OEA.
El presidente Chávez estuvo de acuerdo con esto y se organizó la reunión de
Brasilia del
2008 donde se juntó por primera vez UNASUR. Esto era un espacio
análogo al Consejo de Europa para discutir temas de manera autónoma, sin
interferencias extra regionales. UNASUR
puso en evidencia que había una distancia entre América del Norte y Central que
terminan en Panamá y América del Sur. También evidenció que la interfere4nciao
en Sudamérica era inaceptable mientras que la otra mitad del hemisferio estaban
abiertamente subordinados y era irremediable.
Apoyados en la convergencia política
y económica de los gobiernos progresistas de Lula en Brasil, de Michelle
Bachelet en Chile, Tabaré Vázquez en
Uruguay, de Hugo Chávez en
Venezuela, de Evo Morales en
Bolivia, de Rafael Correa en Ecuador
y de Cristina Fernández en
Argentina, se conformó el bloque político más grande en la historia del
continente. Desde entonces, sobre un particular esquema de integración definido
como regionalismo abierto, a UNASUR
le hubiera gustado conformar el Mercado
Común del Sur, juntando Mercosur
(1991), con la Comunidad Andina
(1993) pero al final no se logró. Se fortaleció, en cambio, la autonomía de
la región en materia de gestión de crisis política y construcción de
condiciones regionales para superar las limitaciones de cooperación que impone
la estructura de la Organización Estados
Americanos (OEA) y la influencia de EEUU
en el continente. Se avanzó de manera importante en la discusión sobre
cooperación financiera regional y la promoción de fondos regionales de
desarrollo, con la fundación del Banco del Sur y el lanzamiento en Quito en el 2007 de la arquitectura
financiera regional.
UNASUR enfrentó cambios en la convergencia
de sus objetivos regionales con los giros políticos de los gobiernos de Argentina (2015), Brasil (2016) y Chile
(2017). Los desacuerdos y división generados llegaron al punto en que el
organismo operó, desde el 31 de enero de 2017, sin Secretario General por falta
de acuerdo; sin acuerdos en la agenda; ni consenso sobre las reuniones de los
órganos colectivos de decisión; mientras que cada vez eran más repetidos los
enfrentamiento políticos entre las facciones de los gobiernos. El organismo
cayó en una situación de parálisis institucional que tornó su operación
ineficiente, e irrelevante. En este marco se creó el grupo de Lima en agosto del
2017 para enfrentar al gobierno de
Venezuela, por iniciativa del gobierno peruano, tomando los gobiernos
sudamericanos un papel a la inversa del de UNASUR.
Una semana después de la VIII Cumbre de las Américas en Lima, y
dos días después del nombramiento de la presidencia pro tempore boliviana de UNASUR,
el 20 de abril de 2018 presentaron su baja temporal e indefinida de Argentina,
Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú. Esta decisión fue anunciada
bajo la consigna de la no reincorporación hasta que “no se garantice el funcionamiento adecuado de la organización”.
Con esto, UNASUR se quedó con seis
miembros activos, menos de la mitad más uno, lo cual la dejó sin fondos y sin
poder de decisión, y la convirtió en un organismo únicamente testimonial. Se
truncó este esquema de integración política como antes se truncaron todas las
iniciativas planteadas desde que Bolívar
primero, Diego Portales y Juan Bautista
Alberdi, pensaron esquemas de integración recién obtenida la independencia
de España.
La retirada de estos seis países se
vincula, por una parte, con los diversos mecanismos de presión del gobierno estadounidense contra los
esquemas de integración regionales en el tiempo. Esta vez el pretexto fue la
oposición a Nicolás Maduro, en Venezuela
vía el Grupo de Lima. Los seis miembros que suspendieron su participación
son, casualmente, los mismos que se unieron a EEUU en la campaña de condena a Venezuela por violación de los derechos humanos y que pueden ser
identificados como las “repúblicas de los
empresarios”. Por otro parte, su salida expresa la divergencia
política que existe entre los gobiernos suramericanos. Después de una década y
media de gobiernos progresistas, con fortalecimiento de mercado interno y
promoción de la integración regional, con el regreso de las repúblicas de los empresarios,
se han fortalecido las políticas neoliberales de desregulación económica,
crecimiento liderado por exportaciones y fortalecimiento de las políticas
panamericanistas con EEUU. En la
nueva visión no hay disputa por la autonomía política sino que los países
latinoamericanos son vistos por el gobierno estadounidense como “un perro simpático que está durmiendo en la
alfombrita y no genera ningún problema”. (Kuczynski, Discurso en la Universidad de Princeton. Febrero,
2017). Es una clara expresión de la subordinación esperada y obtenida, en la
relación amo/siervo.
De manera oficial, la salida fue
atribuida a la objeción al uso del consenso para la toma de decisiones. El
desacuerdo que mostraron Venezuela y
Bolivia a la candidatura argentina de Octavio
Bordón, para la Secretaría General, fue percibida como un veto político y
juzgada como parte del entrampe ideológico en el que había caído el organismo.
Sin embargo, no ha sido casual la reaparición en escena de la OEA como
el organismos de choque y truncamiento del proyecto de integración regional
autónomo.
Desde
su fundación, UNASUR
planteó conformarse como un bloque regional que permitiera autonomía regional, especialmente comercial y financiera, frente a la
subordinación y dependencia a las instituciones multilaterales del Consenso de Washington. La pérdida de
un organismo regional como éste representa, no sólo un retroceso político en
términos de integración, sino el
reforzamiento del patrón económico
neoliberal y dependiente del modelo
primario exportador, en el marco de una guerra comercial entre Oriente y
Occidente. El vaciamiento de UNASUR
abre la puerta a la intervención
legitimada, económica y política, de EEUU
en Suramérica, donde el tema estuvo en discusión.
De la misma manera como el ALADI se truncó, y el ALALC, antes, y el Pacto Andino y la Comunidad
Andina y el SIECA, y el Acuerdo de la Cuenca del Plata de 1941,
ahora se trunca UNASUR. Queda claro
que las elites sudamericanas se
dividen entre las primario-exportadores
y las industrialistas, las modernizantes y las tradicionales y que estás últimas ahora
están atadas al capital financiero
internacional; con lo que la
subordinación al mercado financiero y al capital trasnacional es rentable en
términos financieros y políticos. Para esto la subordinación política es indispensable. De este modo, América Latina está otra vez, a merced
de las disputas hegemónicas y los intereses particulares en el continente,
ahora encarnadas por el conflicto China,
Rusia y EEUU y sus capitales trasnacionales. La subordinación ideológica parece ser el
factor en común de todos los truncamientos en el tiempo.
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Oscar Ugarteche, economista peruano, es
investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM (México), SNI/CONACYT, Coordinador
del proyecto Obela www.obela.org
Armando Negrete. Proyecto OBELA, Técnico
Académico IIEC UNAM.
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