MÉXICO, LA
DEMOCRACIA ASESINADA: 3 UNIVERSITARIOS DE CINE ASESINADOS Y DISUELTOS EN ACIDO.
HALLAN ADN DE OTRAS 12 PERSONAS. QUE TAL SALVAJISMO. Presidente Peña Nieto y así
vino a Lima a la Cumbre de las Américas. La lucha contra la corrupción y la
Gobernabilidad Democrática. Que cinismo, asco y vergüenza. QUE TAL TRAICIÓN A SU PUEBLO. Cuantos miles de CIUDADANOS asesinó
los carteles del narcotráfico y la inacción de un Estado Inviable, que asesinó la DEMOCRACIA: Periodistas,
Universitarios, Normalistas, Maestros
Autoridades y Candidatos a Gobernador,
Alcaldes, Hombres y Mujeres Líderes Populares, Dirigentes Sindicales. Y ahora
lo más terrible, salvaje e inhumano – utilizar ácido para ser disuelto el
cuerpo humano y darlo por desaparecido, horror solo visto en los crímenes del
nazi-fascismo. Hoy no cesa la violencia en México. El
hallazgo se produjo durante el proceso de investigación sobre el caso de los TRES ESTUDIANTES de CINE DE JALISCO que
también fueron disueltos en ácido. Ver
Diario “La Jornada” de México.
AUTORIDADES DE MÉXICO CONTINÚAN CON LAS INVESTIGACIONES de la desaparición de TRES ESTUDIANTES a manos del crimen organizado y que
hace casi dos meses tiene en vilo al país. Sin embargo, el horror se incrementó
este jueves cuando el Gobierno informó que durante sus indagaciones sobre el
caso hallaron los restos biológicos de doce personas disueltas en ácido. El secretario de Gobernación Alfonso
Navarrete a cargo del caso indicó que se analizaron “44 muestras en el laboratorio de química identificando: ácido sulfúrico, en dos
muestras [hallaron] ácidos grasos y se obtuvieron 12 perfiles genéticos.
NAVARRETE
NO OFRECIÓ MÁS DETALLES SOBRE LA IDENTIDAD de esas doce personas y dijo que serán las autoridades
de JALISCO
quienes darán mayor información. El
pasado 19 de marzo, los tres estudiantes de cine filmaban una tarea escolar
en una casa que aparentemente fue utilizada con anterioridad por rivales
del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según las autoridades, después de realizar su proyecto, LOS UNIVERSITARIOS fueron interceptados por criminales, quienes los
confundieron con miembros del grupo enemigo. Fue entonces que JAVIER SALOMÓN ACEVES, JESÚS DANIEL DÍAZ Y
MARCO FRANCISCO ÁVALOS, fueron llevados a una casa donde fueron asesinados
y sus cuerpos, supuestamente disueltos en ácido. Las autoridades ya han
detenido a tres presuntos responsables, pero queda otra persona prófuga. Este tipo de prácticas
se han incrementado por grupos del narcotráfico en México, azotado por la violencia.
/////
Andrés Manuel López Obrador.
“CONTRA UN MÉXICO DE UN SOLO
HOMBRE”.
Elecciones en México.
EL ADN DEL PODER EN
LATINOAMÉRICA.
*****
Los historiadores
Enrique Krauze y Tomás Pérez Vejo dialogan sobre la cultura política de América
Latina y los peligros del populismo ante las próximas elecciones mexicanas.
Luis Prados.
México lunes 14 de mayo del 2018.
Las elecciones presidenciales de México del próximo 1 de
julio son calificadas unánimemente de históricas y en pocas campañas se habla
tanto de historia como en la actual. El candidato favorito en los sondeos, Andrés Manuel López Obrador, (AMLO)
promete una transformación histórica si triunfa y no ha dudado en presentarse como
heredero de los grandes próceres de la nación –Benito Juárez, Francisco Madero, Lázaro Cárdenas-. Por su parte,
el PRI y el PAN, los partidos históricos, parecen condenados por primera vez,
también según las encuestas, a un papel secundario en el destino del país.
Este periódico ha invitado
a los historiadores Enrique Krauze y
Tomás Pérez Vejo a un diálogo sobre el momento político de México
aprovechando la reciente publicación de los libros El pueblo soy yo, última obra de Krauze, y Raza y
Política en Hispanoamérica, del que Pérez Vejo es editor junto con Pablo
Yankelevich. La conversación tiene lugar en el hotel Villa Condesa, de la
colonia Roma de Ciudad de México, y arranca con una reflexión sobre la
genealogía del poder en América Latina.
EL ADN DEL PODER.
Enrique
Krauze. Yo no creo en el determinismo histórico.
No obstante, hay algo obviamente del pasado que gravita sobre nosotros. Hay
muchas explicaciones para el poder personalizado en Iberoamérica de toda índole
y válidas muchas de ellas: políticas, económicas, sociales, raciales… Mi maestro Richard Morse creyó dar con
el ADN de
nuestra cultura política, que subyace a nuestra realidad en una concepción del
Estado orgánico con un monarca o sus sucedáneos a la cabeza y en un pacto con
el pueblo; y luego tuvo la intuición de que esta teoría neoescolástica se
combinó de una manera compleja en América
Latina con estas figuras sacadas de las páginas de Maquiavelo que fueron los caudillos.
—¿Siguen vigentes esas ideas?
E.K. La más importante que pervive es esta: sí hay un vínculo atávico entre un sector del pueblo y la figura del poder absoluto. Es el caudillismo o son los rezagos de la monarquía o de la mentalidad monárquica. Pero contesto con un recuerdo de Octavio Paz. De las poquísimas ocasiones que nos vimos en una fiesta, me llamó a un lado y me dijo: “Enrique, convénzase. México no se consolará nunca de no haber sido una monarquía”.
Tomás Pérez Vejo. Yo tampoco creo en el determinismo histórico. Esa idea de que América Latina fracasó habría que matizarla. Depende de con qué la comparemos. El posible fracaso tiene mucho que ver con la inestabilidad política, otra de las constantes del mundo latinoamericano de los siglos XIX y XX. Frente a eso lo que sorprende es la estabilidad de los territorios americano durante los tres siglos virreinales, muy superior a la de los europeos. Por tanto, esa supuesta marca genética, caudillismo, inestabilidad, no se remontaría tanto en el tiempo.
E.K. La España de principios del siglo XVI, que descubre y
puebla buena parte de los nuevos territorios, tuvo bases de legitimidad que
verdaderamente arraigaron. Y que justamente por haber sido tan sólidas tuvieron
una forma de supervivencia en los siglos siguientes. Para mí, la confirmación
de esto está en el PRI y en el Porfirismo. La estructura
corporativa, la forma de ver al presidente como un monarca; la forma en que
este presidente era la fuente de la energía social; cómo los grupos y gremios
se relacionaban no entre sí, sino a partir del presidente; cómo tenía una
legitimidad indisputada hasta que de pronto la gente pensaba que ya era
ilegítimo y entonces no había otra forma de resolverlo más que mediante la
insurrección.
NACIONALISMO REVOLUCIONARIO.
T.P.V. Hay un
dato llamativo si uno compara los estados-nación surgidos de la misma tradición
y de la misma crisis imperial. Finalmente, España y México nacen de la crisis
de la monarquía que cae. Por tanto, en principio tienen los mismos retos frente
a ellos que son: construir un Estado basado en la voluntad popular y una
identidad que no consista en ser súbdito ante un monarca, sino en ser parte de
la patria. Doscientos años después, ¿qué tenemos? En España, la
construcción del Estado ha sido razonablemente eficaz. Tenemos un Estado capaz
de garantizar los derechos de los individuos y un razonable reparto de los
recursos. Sin embargo, tenemos un fracaso en el proceso de construcción
nacional. En el caso mexicano el punto de partida no era mejor que en España.
En México, en el momento de la independencia, hablaban español
probablemente no más allá del 50% o 60% de la población, sin embargo, a pesar
de eso logra construir una nación exitosa; es decir, los mexicanos se sienten
mexicanos desde Baja California hasta Yucatán, y sin embargo su Estado
es incapaz de garantizar…
E.K. La
seguridad y la vida.
T.P.V. Fracaso
del Estado que hay que intentar explicarlo. Tengo la impresión
de que posiblemente una de las explicaciones sea que la gran ideología de este
continente haya sido el nacionalismo. No en el momento de las independencias,
pero sí posteriormente. Han interesado más los derechos de la nación como
sujeto colectivo que los derechos de los individuos, y voy a citar a un
personaje que Enrique conoce muy bien porque fue su profesor, Daniel Cosío
Villegas. Cuando Villegas escribe su libro sobre la Revolución
Mexicana, hace un análisis de sus objetivos y se pregunta: ¿Qué buscó la
Revolución Mexicana? Buscó fundamentalmente la democratización, que
hubiese elecciones democráticas; la justicia social, es decir, un
reparto de los recursos más o menos razonable y la afirmación nacionalista,
empujada por el miedo a que México dejase de ser México. El propio
Cosío Villegas, estamos en los años 40, no en 2018, dice: Bueno, lo
único en lo que ha tenido éxito la revolución fue en el último aspecto, en el
aspecto de construir una nación. Ahora bien, eso no ha ocurrido solo en México.
Entonces, da la impresión de que en este continente el nacionalismo goza de un
extremado plus de legitimidad, y es llamativo también que mientras que en el
mundo europeo el nacionalismo tiende a ser patrimonio de las derechas, en el
mundo latinoamericano tiende a ser patrimonio de las izquierdas.
E.K. Bueno, hay un factor
central que explica el arraigo del nacionalismo mexicano y son los Estados
Unidos. Es decir, la primera guerra internacional imperialista de EE UU
fue contra México y con el botín de más de la mitad de su territorio.
Quince años después hubo la intervención francesa. La presencia del enemigo
exterior está inscrita en el propio himno nacional mexicano. El nacionalismo
mexicano se empezó a forjar en el siglo XIX y luego la Revolución Mexicana
tuvo como uno de los valores esenciales el nacionalismo, pero fue un
nacionalismo cultural y en esto hay que decir que México tuvo un
profeta, en el sentido más amplio de la palabra con una visión de México
total alrededor de un ideal estético, y ese fue José Vasconcelos.
—¿Qué importancia tiene en ese nacionalismo
revolucionario como ideología del continente la necesidad de integrar a los
desheredados, a etnias y pueblos distintos?
T.P.V. Ese
elemento integrador es un aspecto sobre el que creo que los historiadores
no hemos reflexionado suficiente. Tiene que ver con que las sociedades
latinoamericanas en el momento de las independencias son realmente las primeras
sociedades multiétnicas del mundo contemporáneo. Es decir, en el momento en que
se cuecen las independencias a principios del siglo XIX, las sociedades
europeas son absolutamente homogéneas. Esto tiene más importancia de lo que
parece cuando se intenta construir ciudadanos y no súbditos a partir de
una igualdad racial. Las revoluciones de independencia, y hago hincapié
en el componente de revolución, declaran la ciudadanía universal, pero las
personas siguen teniendo la marca de diferenciación étnica cuando salen
a la calle. Lo que es llamativo es esa voluntad de incluir a todos como
ciudadanos, al margen de su origen racial, desde el inicio de los procesos de
construcción nacional en América Latina.
LA HISTORIA, SEGÚN LÓPEZ OBRADOR.
E.K. López Obrador cree que la
historia la hacen los héroes y para él los mayores héroes de la historia en México
son los de la historia oficial: Hidalgo, Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas.
Ha sacado por lo pronto a Hidalgo de la ecuación y se coloca como el
candidato a ser el nuevo Juárez, Madero y Cárdenas. Esto ya no es
teoría de la historia. Esto ya son francamente desvaríos de la historia. Benito
Juárez pertenecía a la generación liberal de la Reforma, no se parece
exactamente a todos los otros liberales, no todos eran idénticos, pero Juárez
los acrisoló en un momento dado y es quien representa las leyes de reforma, la
separación de la iglesia y el Estado, las garantías individuales, la idea de la
tolerancia,... No veo ninguna huella del pensamiento liberal de Juárez en
López Obrador, y menos aún veo huellas de Francisco I. Madero, que
es todavía más idealista y puro. Madero es un gobernante que respeta el
federalismo, la división de poderes y las libertades. Madero es un
demócrata, liberal químicamente puro. Yo no creo que, por su actitud, por su
temperamento, por su biografía, López Obrador sea un demócrata y menos
un liberal. En cuanto a Cárdenas, hay cierto instinto popular en López
Obrador que se parece a él, pero Cárdenas era un hombre
absolutamente institucional y un hombre que casi no usó la palabra. Para mí, un
rasgo fundamental del populismo es el uso de la palabra por el líder para hacer
contacto magnético con el pueblo. Entonces, Cárdenas es un presidente
popular, nacionalista, revolucionario, pero no populista. Una teoría heroica de
la historia me parece siempre muy arriesgada porque el supuesto fundamental de
esa teoría es la importancia del héroe, del líder. Francamente, yo no
quiero que México vuelva a ser una biografía del poder.
T.P.V. Coincido. Pocos
políticos hablan más de historia que López Obrador, pero tengo la
impresión de que es el heredero de la historia de bronce en el peor sentido del
término. Cuando López Obrador habla de Benito Juárez, no habla de
Benito Juárez, sino de San Benito Juárez, un héroe Inmaculado,
sin defectos; lo mismo cuando lo hace de San Lázaro Cárdenas. Una
sucesión de héroes impolutos que han hecho a México y en la que él busca
incluirse. Una historia en la que cuenta poco lo que le haya pasado a las
personas, al pueblo de México. Los santos están bien para las iglesias,
pero no para una sociedad democrática.
E.K. Un
ejemplo que estudié de muy cerca es el de Hugo Chávez. Primero, Hugo Chávez no
tenía en el panteón de la historia venezolana tantos héroes, pero tenía uno que
valía por todos, que naturalmente era Bolívar. Entonces decidió que la
historia venezolana había terminado en 1830 y que luego entra en una
especie de zona oscura, que dura 168 años, hasta que llega él, el
segundo Bolívar. Esta idea de estar leyendo la historia en función de tu
propia persona y de la glorificación de tu propia persona, llamémosle por su
nombre: es un narcisismo y un infantilismo al mismo tiempo que un abuso. Por
eso decía Valéry que la historia es una pócima que algunos pueblos toman
y los hace delirar. Yo diría que algunas personas también la toman y las hace
delirar. No, la historia no tiene libreto.
MORENA COMO PRI AUTÉNTICO.
T.P.V. En
realidad el PRI, como todo partido totalitario, era un
partido muy complejo, en el que convivían sectores que iban de la izquierda a
la derecha. Digamos que no solo era un partido único, sino que incluía un poco
de todo. Ahora hay en una parte de los priistas la sensación de que el PRI fue
traicionado en algún momento y abandonó ese componente de partido
revolucionario para convertirse en un partido neoliberal. Creo que sí hay un
fuerte componente priista en el proyecto político de López Obrador, de
vuelta a PRI auténtico, lo que pasa es que las vueltas al pasado son vueltas al
país de nunca jamás porque ese pasado ya no existe.
E.K. Sí,
tienes razón.
T.P.V. A
mí me da la impresión de que hay un importante grupo de priistas que en el
fondo no están tan lejos de lo que piensa López Obrador. Y que si
finalmente López Obrador gana estas elecciones va a ser sobre todo
gracias al voto priista. Es decir, va a haber una especie de agrupamiento del
voto en torno a uno que en el fondo consideran de los suyos y yo creo que es de
los suyos. No sería descartable incluso la posibilidad de que el PRI se
reconstituyera en torno a MORENA. Todo depende de los resultados que
vaya a tener el PRI, pero si son muy catastróficos, la incorporación de
muchos priistas al partido de López Obrador es el escenario más lógico.
E.K. Dos
cosas sobre esto. El fundador del PRI fue Plutarco Elías Calles,
que no fue el general triunfador de la Revolución Mexicana, una revolución que
dejó un millón de muertos. Plutarco Elías Calles era un maestro de
escuela, un hombre al que lo que le importaba era que México dejara
atrás ese decenio terrible y que llevara a una reconstrucción. No olvidemos que
es el hombre que crea el Banco de México, el Banco de Crédito Agrícola, y
que después del asesinato de Álvaro Obregón, declaró: “México no debe
volver a ser el país de un hombre. México debe ser un país de instituciones“.
Y fundó el PRI. El PRI nunca fue un partido de un solo hombre. Hay
una sucesión de 11 presidentes cada seis años, sucesión pacífica, como
no hubo otra en América Latina. Esa estabilidad, ese orden que logró el PRI,
lo logró porque no había personalismo. Aquel que se atrevía a creer que podía
ser más fuerte que la institución, el PRI lo castigaba. Alemán trató de
reelegirse. Luis Echeverría trató de reelegirse. Yo creo que Carlos
Salinas trató de reelegirse. Nunca fue importante el presidente por la
persona del presidente, siempre fue importante por la institución. Ahora,
estamos frente a un posible retroceso porque es la vuelta al país de un solo
hombre.
T.P.V. ¿Crees posible que López Obrador en el caso
de ganar intente reelegirse?
E.K. Lo
primero que va a intentar es el control del poder legislativo y del
poder judicial, el acotamiento a la libertad de expresión, es decir,
va a haber una concentración de poder como no habíamos visto nunca
antes. Es lo que creo y también es lo que temo y a lo que me opondré. No me
opondré al ejercicio legítimo del poder de su mandato. Todo lo que él quiera
hacer, que lo haga, siempre y cuando lo haga dentro de las instituciones,
las leyes y respetando las libertades, pero en un arreglo en donde haya
una centralización del poder legislativo, judicial, y federal inclusive, como
el que estoy ahora temiendo que ocurra, entonces pienso que las libertades
tendrán una dificultad igual o mayor que la que tuvieron en los tiempos del PRI.
El país de un solo hombre lo dejamos de ser en México desde Porfirio
Díaz.
DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE POPULISMO.
T.P.V. El
término populismo se utiliza en muchos casos
como elemento descalificador contra aquellos con quienes no estamos de acuerdo,
se ha convertido un poco en el equivalente de lo que fue durante un período el
término neoliberal. No se utilizaba para definir sino para insultar. Creo
que eso está relacionado con una herencia religiosa que hace entender la
vida política como un enfrentamiento entre el bien y el mal, el príncipe de
la luz y el príncipe de las tinieblas de la retórica cristiana, no como una
competencia entre propuestas políticas legítimas. Consideraría que lo que
define fundamentalmente a un movimiento y a un líder populista es la voluntad
de dividir a la sociedad entre el pueblo y la élite, es decir, entre una minoría
depredadora y una inmensa mayoría que
son los aplastados y explotados de la historia.
E.K. Lo
que define para mí el populismo
es justamente la existencia del líder que establece a través de la comunicación
con micrófono, Twitter, la televisión, un contacto magnético, hipnótico
con un sector de la población, en el marco de un régimen democrático.
Segundo, separa, ya lo dijo muy bien Tomás, la realidad social
y política entre el pueblo y el no pueblo, entre la luz y las tinieblas,
alimenta esa polarización, alienta continuamente la movilización, inventa
enemigos externos y enemigos internos. Yo creo que lo que une a líderes
como Donald Trump, Hugo Chávez, Eva Perón, Juan Domingo Perón, etc., es
que un sector, por cierto muchas veces minoritario, muy grande, pero
minoritario, queda prendado, enamorado de este líder carismático y vota por
él. Entonces, él en su forma de actuar y en su actitud va minando la democracia, las instituciones, las leyes, las
libertades, hasta corroerla totalmente. Para mí el populismo
es una forma de dominación que creíamos extinta en el siglo XX con Perón y
que Chávez resucitó y que de pronto estamos viendo resurgir en muchos
sitios debido a resentimientos, a la crisis de la democracia representativa,
a la crisis de los partidos, llámale como quieras...
—También hay también populismo de
derechas: Trump, el fujimorismo, el uribismo…
E.K. En esta
campaña infinita que es la presidencia de Trump lo que ves es ese
elemento de éxtasis y prácticamente de redención. Y en cuanto al carácter
opuesto a la libertad, bueno, ahí está su invención de las fake news, su guerra
contra la prensa y los jueces, y además ha dicho que por qué no algún día EE
UU llega a la sensata decisión de tener un poder como el China, en
el que Trump pueda ser eterno.
T.P.V. No creo que Alberto Fujimori y Álvaro Uribe
deban ser incluidos en el mismo grupo; y en todo caso, al margen de lo
discutible de sus políticas, ninguno de los dos puede ser calificado de
líder populista.
E.K. Son
candidatos a dictadores. No son populistas. Por Fujimori,
igual que por Pinochet, igual que por los generales genocidas
argentinos, lo que siento es desprecio. Y si fueron populares,
eso no los convierte en populistas. En cada ocasión en el siglo XX
en que los pueblos han ungido, es la palabra correcta, a una persona con ese
poder, el resultado es un desastre. Visité Venezuela en 2007, 2008 y 2009
y era increíble. Era hasta conmovedora la entrega del pueblo a Chávez. Era un amor correspondido, y yo
creo que Chávez era genuino en su deseo
de repartir y de reivindicar a un pueblo olvidado, oprimido en una
mayoría; pero, perdón, los historiadores y los liberales somos a veces
aguafiestas profesionales. Yo sí veía el despilfarro, la corrupción, la
irresponsabilidad, el autoritarismo, que estaban minando esa sociedad, de lo
que nadie se dio cuenta porque había un tsunami de dólares. ¿Pero saben
lo que más me dolía? Lo que más me dolía era la prédica de la discordia, de
la descalificación y de la calumnia desde el poder. Esto que hemos visto en
las redes sociales en México es un juego de niños frente a lo que
puede ser un líder ungido por la enorme mayoría que sí, a veces habla del amor
y la paz, pero el punto central, el mensaje de fondo es: está el pueblo
bueno y los malos. El libreto está marcado, y es la polarización, la
división, la sociedad desgarrada. Eso de verdad me preocupa.
T.P.V. No
todo dictador es populista. No solo es un problema del poder que divide
entre las élites y el pueblo, sino que el populismo para mantener su
estructura de poder necesita que eso se exacerbe continuamente.
E.K. Quiero
traer a cuento otro líder latinoamericano que es Lula.
Se dice: ¿Por qué nos asusta López Obrador si Lula era populista también?
Yo creo que no era populista y les voy a explicar por qué. Decía José
Sarney, ex presidente de Brasil, que Lula
sabía el valor de un 3%. ¿Por qué? Lula había sido líder sindical.
Cualquiera que haya lidiado con un sindicato sabe que los sindicatos
negocian. Con un redentor no hay negociación. Chávez
no sabía el valor del 3% ni Trump, a pesar de su libro The
Art of the Deal lo sabe. Los líderes
populistas no saben el valor de un 3%.
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