EL CALENTAMIENTO Y SUS RESPONSABLES.- La investigadora
del Conicet Inés Camilloni, advierte que para hacer frente al cambio climático es necesario una transformación cultural y alerta sobre los intereses en juego.
“Hacer frente al cambio climático implica una
transformación cultural”, señala Inés
Camilloni, que analiza las modificaciones de los fenómenos atmosféricos a
partir de la comprensión de los aspectos sociales y éticos que se ponen en
juego. En el ámbito internacional,
los países firman consensos que nunca se respetan del todo; mientras que en el
escenario local escasean las políticas
públicas capaces de instrumentar transformaciones para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero y delimitar los aumentos de las
temperaturas.
–¿Siempre hubo cambio
climático?
–Sí,
claro, el clima siempre cambió. Los climatólogos definimos al cambio climático como
un proceso de variación significativa del clima durante un período largo (del
orden de algunas décadas). La discusión, entonces, es en torno a establecer a
cuánto tiempo nos referimos. Tras la
Revolución Industrial, hacia finales del siglo XIX, los especialistas finalmente generaron instrumentos de
medición fiables y comenzaron a evaluar las transformaciones que percibían.
–¿Cómo era el clima en tiempos de Revolución Industrial?
–No era muy distinto a lo
que es ahora. Sin embargo, es significativo observar cómo se modificó todo el
esquema a partir del uso intensivo de los combustibles fósiles. Antes hubo variaciones en el clima,
durante el Holoceno –período que
comprende los últimos 11 mil años–
se modificó con oscilaciones de un grado por encima o por debajo del
promedio.
–¿De qué manera
analizan las variaciones en el clima?
–A
partir de las observaciones y el examen de datos, que no solo comprenden a la
temperatura sino también a todas las variables que describen a clima.
Analizamos, por ejemplo, cómo la lluvia, la velocidad del viento, la nubosidad
y la presión evolucionaron a través del tiempo y si efectivamente causaron una
variación significativa (en términos estadísticos) digna de destacar.
Utilizamos tecnologías provistas por la matemática que nos permiten demostrar cómo los promedios de las temperaturas del
período 2000-2010 difieren en comparación a décadas precedentes.
–¿Por qué, todavía, se
discuten los efectos de las acciones humanas en el cambio climático cuando hay
evidencia científica suficiente como para poder comprobarlo?
–Hay
intereses subyacentes.
Existe una industria muy fuerte vinculada a la explotación de combustibles
fósiles, a la que le conviene deslindar el uso intensivo del petróleo como
responsable del cambio climático. Aunque esas voces sigan siendo minoritarias,
al ocupar espacios de poder y ámbitos económicos importantes, tienen visibilidad.
No obstante desde el punto de vista científico, no hay un solo investigador que
exculpe al ser humano. Hoy la temperatura promedio de la Tierra se halla 1.1°C
respecto al período industrial (1880-1900). Fuente Página/12.
Diciembre del 2017.
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OVAIS SARMAD,
secretario ejecutivo adjunto de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático, durante su conferencia en Buenos Aires, durante el encuentro
para estudiar las emergencias provocadas por ese fenómeno, en el marco de la
presidencia de Argentina del Grupo de los 20. Crédito: Consejo Argentino para
las Relaciones Internacionales.
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ECOLOGÍA SOCIAL: ¿EL CAMBIO CLIMÁTICO CREARÁ
MÁS MIGRANTES QUE LAS GUERRAS?.
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Daniel Gutman.
IPS.
Sábado 26 de mayo del 2018.
BUENOS
AIRES, 16 mayo 2018 (IPS) - El cambio climático es uno de los
principales impulsores de las migraciones y lo será cada vez más. Incluso
tendrá un papel más significativo como generador de desplazamientos de personas
que los conflictos armados, que hoy provocan enormes crisis de refugiados.
Así lo advirtió el
secretario ejecutivo adjunto de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), Ovais Sarmad,
quien estuvo en Buenos Aires para participar en un encuentro de figuras internacionales
y altos funcionarios del gobierno argentino, este miércoles 16 para analizar
los impactos de ese fenómeno.
“Yo pongo el ejemplo de los conflictos
en Siria y África subsahariana, que
recientemente provocaron que millón de refugiados y migrantes ingresaran a
Europa, lo que es una cuestión de importancia política”, dijo Sarmad a IPS.
“Pero
el impacto del cambio climático
va a hacer que ese millón parezca un número pequeño, porque hay trescientos o
cuatrocientos millones de personas que viven en países en desarrollo en zonas
bajas, cerca del mar. Y si el nivel del mar sube, esas personas van a tener que
moverse”, agregó.
Sarmad,
de nacionalidad india, es un especialista en comercio y
gestión financiera, con estudios de postgrado en Londres, que durante 27 años trabajó en la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
Fue
jefe del Equipo del Director General de la OIM
hasta el año pasado, cuando el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, lo nombró como número
dos de la CMNUCC.
“Ese movimiento no será solamente
nacional; la gente se moverá a otros países. Uno de los ejemplos es Kiribati, una pequeña isla en el océano
Pacífico que tiene unos 100.000
habitantes y va a desaparecer en unos pocos años. ¿Qué pasará con esa
población?”, se preguntó Sarmad en
un encuentro con cuatro periodistas, entre ellos
IPS.
¿Se
puede hablar, en sentido estricto, de refugiados climáticos?
La comunidad internacional hasta ahora no ha convalidado esa definición, pero Sarmad cree que el tema debería considerarse,
por
realidades como el aumento del nivel de mar, los huracanes cada vez más
destructivos o las pertinaces sequías.
“En
muchos países del mundo los agricultores
son los más afectados por las sequías y se moverán. Con sus animales, sus
familias o lo que sea. Y luego… no tendrán muchos lugares adonde ir. El mundo
es uno solo y no pueden irse al espacio”, comentó el especialista.
En ese sentido, consideró
que el mundo debe ser “solidario” y “no
cerrar las puertas” ante quienes se desplacen debido a los eventos extremos
del clima.
El diplomático indio fue
el invitado estelar del encuentro Planeamiento,
Riesgo y Respuestas frente a la Emergencia
del Cambio Climático, organizado en el marco del llamado “Think 20 (T20)”, que reúne a
organizaciones académicas e investigadores del Grupo de los 20 (G-20).
El
T20
está estructurado en 10 grupos de
trabajo, uno de los cuales se ocupa
de cambio climático e infraestructura para el desarrollo.
Su misión es elevar
recomendaciones de política públicas al G-20,
el grupo
de países industrializados y emergentes que engloba 66 por ciento de la población mundial y 85 por ciento del producto interno
bruto mundial.
Argentina
ocupa durante este año la presidencia
del G-20, que concluirá a fin de año con la cumbre que congregará en Buenos
Aires a los principales jefes de Estado y de gobierno del mundo.
La cuestión del cambio
climático es especialmente conflictiva en el G-20, ya que el año pasado, durante la presidencia alemana, Estados Unidos no adhirió al Plan de Acción sobre del Clima
consensuado por el resto, lo que llevó a muchos a concluir que el G-20 se había convertido en el Grupo de 19+1.
Este país quiere mostrarse
activo ante la comunidad internacional en la batalla contra el cambio
climático, aunque no puso el tema como una de las prioridades del G-20 para este año, para evitar
conflictos.
Los temas principales
elegidos por el gobierno de Mauricio
Macri son: El futuro del Trabajo, Infraestructura para el Desarrollo y Un
Futuro Alimentario Sostenible.
El ministro argentino de
Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, reconoció al participar en
el encuentro del T20 que Argentina
necesita cumplir sus compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París
sobre cambio climático.
Ese acuerdo vinculante que
establece las medidas planetarias para luchar contra el cambio climático fue
adoptado durante la 21 Conferencia de
las Partes de la CMNUCC, en diciembre de 2015, y considerado como un logro histórico, hasta que la
administración estadounidense de Donald
Trump lo abandonó en 2017.
Argentina necesita
mantener esos compromisos, entre otras cuestiones porque está solicitando su
ingreso a la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“Queremos entrar a la OCDE y para ello tenemos que asumir
nuestras obligaciones y rendir examen”, dijo
Bergman, quien agregó: “Luego de lo que pasó en Alemania el año pasado, el desafío es cómo metemos a los 20 integrantes del G-20 en el documento final”.
Junto a Bergman también
participó en la cita del T20 el
ministro de Defensa, Oscar Aguad, quien en cierta forma fue el anfitrión porque
la reunión se realizó en la Universidad de la Defensa Nacional.
Esta institución estatal
tiene a su cargo la formación de militares y civiles y el cambio climático es
una de sus áreas destacadas de investigación.
Los planteamientos de Sarmad en Buenos Aires dejaron en claro
que objetivo de la CMNUCC es que Argentina, como presidente del G-20, impulse compromisos en el ámbito
de cambio climático.
“El
G-20
tiene que tener el liderazgo político e incluir en sus recomendaciones de este
año que el Acuerdo de París debe ser
instrumentado, porque si no será un lindo Acuerdo, pero quedará en un estante”,
dijo en la conferencia magistral que dio durante el encuentro, ante un centenar
de asistentes, muchos de ellos funcionarios públicos.
Sarmad
dijo que, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional contra el
cambio climático, en 2017 hubo un incremento de las emisiones de gases de
efecto invernaderos, tras haber disminuido los tres años precedentes.
La razón, afirmó, ha sido
un incremento en el consumo de combustibles fósiles.
Lo corroboró otro
participante en el encuentro del T20,
el maliense Youba Sokona,
especialista en energía y vicepresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, en
inglés).
Sokona
destacó que detrás está el problema de que las energías renovables han reducido
su precio en los últimos años, pero las fósiles todavía son más baratas.
“Los costos de las energías renovables
son elevados no solo para los países en desarrollo. Incluso Alemania, cuando
decidió poner un freno a la energía nuclear, tuvo que recurrir al carbón”, dijo Sokona, quien reveló que el IPCC
enfrenta problemas de financiamiento por el retiro del apoyo económico de
Estados Unidos.
“Es interesante que nos reunamos en
este tipo de conferencias para hablar de cambio climático, pero hay otras
muchas cosas que podemos hacer. Debemos actuar porque existe sufrimiento en el
mundo, especialmente de parte de mujeres y niños, que son las poblaciones más
vulnerables”, analizó,
por su parte, Sarmad.
“No hay ninguna
cuestión a nivel internacional aparte de la seguridad y la proliferación
nuclear que sea más importante que el cambio climático”, concluyó.
Edición:
Estrella Gutiérrez.
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