ARGENTINA.MAESTROS QUINTO PARO NACIONAL. A
PIBES LES QUITAN EL PAN DEL DESAYUNO. "LOS MAESTROS VOLVEMOS A ESTAR BAJO LA
LÍNEA DE POBREZA". Masiva marcha de
CTERA contra la represión a los docentes de CHUBUT.- La Confederación de Trabajadores de la Educación advirtió,
frente al Palacio Sarmiento, sede de la cartera nacional del sector, que "si no hay paritaria nacional docente,
la lucha sigue”. "Los
maestros volvemos a estar bajo la línea de pobreza. En las ESCUELAS de los principales distritos del conurbano estamos viendo
cómo los padres se quedan sin empleo, cómo vuelven a traer a sus chicos a los comedores, cómo los pibes llegan
al aula con hambre a las 8 de la
mañana. En la Ciudad DE BUENOS AIRES,
el distrito con el PBI per cápita más rico del país, les sacaron a los chicos
el PAN
del menú con el argumento ofensivo
y obsceno de prevenir la obesidad. En CHUBUT Y
CORRIENTES reprimieron a los compañeros que reclamaban por salarios.
El ajuste es eso: maestros reprimidos y pibes con hambre en las escuelas",
sostuvo SONIA ALESSO, titular de Ctera,
en el acto de cierre de una masiva movilización docente al ministerio de Educación.
LOS GREMIOS DEL SECTOR RECLAMARON ASÍ, EN EL MARCO DE UNA JORNADA DE
PARO en todo el
país que afectó el dictado de clases en las escuelas estatales y privadas, que
el Gobierno
nacional restablezca la paritaria federal y brinde ayuda económica a
las gobernaciones para solucionar los conflictos provinciales todavía abiertos
en nueve de los veinticuatro distritos. El de hoy es el QUINTO PARO nacional docente del año. Los dirigentes estimaron que
el grado de acatamiento en los establecimientos de gestión pública fue muy
alto, cercano "al 90 por
ciento", y menor en los de gestión privada, a pesar de la adhesión de SADOP, el sindicato de los maestros del sector privado. La ciudad de BUENOS AIRES fue el escenario central
de la protesta, a
la que llegaron delegaciones de Chubut para visibilizar el conflicto que en
aquella provincia lleva 108 días.
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AMÉRICA LATINA AMENAZADA CON RETROCEDER.
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Frei Betto.
ALAI. América latina en Movimiento.
Miércoles 4 de julio del 2018.
En ningún otro continente hay, en las
últimas tres décadas, cambios tan significativos como en América Latina y el Caribe. Son grandes los desafíos que se presentan en los 33 países, con 600
millones de habitantes.
Después del
fracaso del TLCAN (Tratado de Libre
Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, y Chile como asociado), y el
rechazo de la propuesta del ALCA
(Área de Libre Comercio de las Américas) por la mayoría de los países del
Continente, éste inició su recorrido por un camino propio. América Latina y el Caribe alcanzaron,
al fin, su mayoría de edad.
Muchos
factores contribuyeron a este avance. Primero, la resistencia de la Revolución Cubana, que no sucumbió frente a las
agresiones de EEUU ni como consecuencia de la caída del Muro de Berlín y del fracaso de la Unión Soviética.
Vino luego el rechazo electoral a los candidatos que encarnaban
la propuesta neoliberal y la victoria de aquellos identificados con las
demandas populares, en especial de los más pobres: Chávez, Daniel Ortega, Lula,
Bachelet, Kirchner, Mujica, Correa, Morales, etc. Varios
organismos fueron creados para fortalecer la integración continental: Alba, Celac, Telesur, Unasur, Caricom,
Aladi, Parlatino, Sica, etc.
Muchas
dificultades, sin embargo, se configuran en el horizonte. En esta
economía globalizada y hegemonizada por el capitalismo neoliberal, la crisis de
monedas fuertes, como el dólar y el euro, afecta negativamente a los países del
continente. Aunque hay avances en el combate a la pobreza extrema, aún hoy la
región alberga millones de miserables; los salarios pagados a los
trabajadores son bajos frente a los costos inflacionarios de las necesidades
vitales; la desigualdad social crece vertiginosamente (de los 15 países más
desiguales del mundo, 10 se encuentran en el Continente).
En Europa, donde la crisis económica desempleo a más de 30
millones de personas, la mayoría jóvenes, ya no hay una izquierda capaz de
proponer alternativas. El Muro de
Berlín se derrumbó sobre la cabeza de partidos y militantes de izquierda,
casi todos cooptados por el neoliberalismo. Y ahora, los atentados
terroristas refuerzan la xenofobia, la política de puertas cerradas a los
refugiados, y los partidos de derecha que defienden una "Europa para los europeos" y un Estado policial.
En los
países de CELAC, la histórica
dependencia de sus economías al mercado externo da indicios de una crisis que
tiende a agravarse. Los índices de crecimiento del PIB caen; la inflación resurge; y se agravan la
desindustrialización y el éxodo rural con la consiguiente expansión del
latifundio.
El
‘pobretariado’.
No basta con
tener discursos y políticas progresistas si no encuentran correspondencia y
adecuación en los programas económicos. Y nuestras economías siguen bajo
presión de países metropolitanos; de organismos completamente controlados por
los dueños del sistema (FMI, Banco
Mundial, OCDE, etc.); de un sistema de tarifas, en particular del precio de
los alimentos, intrínsecamente injusto, y según el cual los beneficios privados
del mercado tienen más importancia que la vida de las personas.
El Banco Mundial (BM) alerta que
241 millones de latinoamericanos pueden caer en la pobreza. Es lo que Bauman llamó precarización
y yo, ‘pobretariado’. Estos 241
millones ni son pobres, ni pueden ser considerados de clase media.
Y constituyen el 38% de la población
del continente, en la que se consideran pobres
todos los que se ven obligados a sobrevivir con menos de 4 dólares al día.
Hoy, la
mitad de la población adulta de América
Latina vive del trabajo informal, debido a la crisis económica que afecta a
países emergentes como Brasil, México,
Argentina y Venezuela.
Desde que
los españoles y los portugueses llegaron a nuestra tierra natal, la economía
continental depende de la exportación de productos primarios, hoy conocidos
como materias primas. Sin embargo, los grandes importadores, como China y Europa Occidental, dan señales
de declive.
Hoy, se consideran pobres, en América Latina, 167
millones de personas, y 71 millones son miserables (sobreviven
con un máximo de US $ 1 por día). En
Brasil, la miseria ya alcanza el 12%
de la población, y se agrava por el ajuste fiscal del gobierno golpista de Temer, que afecta a las políticas
sociales e inhibe el crecimiento del PIB.
Todos los
gobiernos progresistas que hoy se congregan en la CELAC, saben que fueron elegidos por los movimientos sociales y por
los segmentos más pobres que constituyen la mayoría de la población. Sin
embargo, ¿hay un efectivo trabajo de organizar los segmentos populares? ¿Los
movimientos sociales son
protagonistas de políticas de gobiernos o meros beneficiarios de programas de
carácter asistencialista y no emancipatorio de combate a la pobreza?
¿Cómo los
gobiernos democráticos populares de América Latina tratan a los segmentos de la población beneficiados
por las políticas sociales? ¿Hay un empeño de intensa alfabetización política de
la población o se disemina una mentalidad consumista?
Individualismo
y el conservadurismo.
Es innegable
que el nivel de exclusión y miseria
causado por el neoliberalismo exige
medidas urgentes que no escapan al mero asistencialismo.
Sin embargo, tal asistencialismo se restringe al acceso a beneficios personales
(bono financiero, escuela, atención médica, crédito facilitado, dotación de
productos básicos, etc.), sin que haya complementación con procesos pedagógicos
de formación y organización políticas.
Se crean,
así, reductos electorales, sin adhesión a un proyecto político alternativo al capitalismo. Se dan
beneficios sin suscitar esperanza. Se promueve el acceso al consumo, sin
propiciar el surgimiento de nuevos protagonistas sociales y políticos. Y
lo que es más grave: sin percibir que, en el seno del actual sistema
consumista, cuyas mercancías reciclables están impregnadas de fetiche que
valoran al consumidor y no al ciudadano. El capitalismo post neoliberal
introduce "valores" – como
la competitividad y la mercantilización de todos los aspectos de la vida y de
la naturaleza, reforzando el individualismo y el conservadurismo.
Nuestros
gobiernos progresistas, en sus múltiples contradicciones, critican al capitalismo financiero y al mismo tiempo promueven la
bancarización de los segmentos más pobres, a través de tarjetas de acceso a
beneficios monetarios, a pensiones y salarios, y de la facilidad de crédito, a
pesar de la dificultad de pagar los intereses y la liquidación de las deudas.
El peligro
es fortalecer, en el imaginario social, la idea de que el capitalismo es
perenne ("La historia acabó",
proclamó Francis Fukuyama), y que sin él no puede haber proceso
verdaderamente democrático y civilizatorio. Lo que significa demonizar y
excluir, aunque por la fuerza, todos los que no aceptan esa
"obviedad" son considerados terroristas, enemigos de la democracia,
subversivos o fundamentalistas.
Esta lógica
se refuerza cuando, en campañas electorales, los candidatos de izquierda
acentúan, enfáticamente, con la confianza en el mercado, la atracción de
inversiones extranjeras, la garantía de que los empresarios y banqueros traerán
mayores ganancias, etc.
¿Hacia
reformas estructurales?
Por un siglo
la lógica de la izquierda
latinoamericana jamás se enfrentó a la idea de superar el capitalismo por
etapas. Este es un dato nuevo, que exige mucho análisis para implementar
políticas que impidan que los actuales procesos democráticos populares sean
revertidos por el gran capital y por sus representantes políticos de derecha.
Este desafío
no puede depender sólo de los gobiernos. Se extiende a los movimientos
sociales y a los partidos progresistas que, cuanto antes, necesitan actuar como
"intelectuales orgánicos",
socializando el debate sobre avances y contradicciones, dificultades y
propuestas, para ensanchar siempre más el imaginario centrado en la liberación
del pueblo y en la conquista de un modelo de sociedad post-capitalista,
verdaderamente emancipatorio.
La cabeza
piensa donde pisan los pies. Nuestros gobiernos progresistas corren el
serio riesgo de verse sucumbidos por la contradicción entre política de
izquierda y economía de derecha, si no movilizan al pueblo para implementar
reformas estructurales. Y el principio del violín, que se aferra con la
izquierda y se toca con la derecha...
Como decía Onelio Cardozo, las personas tienen “hambre de pan y de belleza”. La
primera es saciable; la segunda, inagotable. Eso significa que el deseo
humano, que es infinito, sólo dejará de ser rehén del consumismo y del
hedonismo –tentáculos del neoliberalismo– si ha saciado su hambre de belleza, o
sea, de sentido de existencia.
Esto no se
alcanza apenas con más frijoles en el plato y más dinero en el bolsillo.
Será un sí, si existe una formación capaz de imprimir en cada ciudadano y
ciudadana, la
convicción de que vale la pena vivir y morir para que todos tengan vida, y vida
en abundancia, como dijo Jesús (Juan 10, 10). (Traducción CEAAL).
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Frei Betto es
escritor, autor de "La mosca azul - reflexión sobre el poder" (Ocean
Press y Ciencias Sociales de Cuba), entre otros libros.
Artículo publicado en la Revista América Latina en
Movimiento. Educación Popular para reinventar la Democracia.
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