UNIDAD
DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.- LA IZQUIERDA, ANTE EL FRACASO DE GOBIERNOS DE BURGUESÍAS POLÍTICO-EMPRESARIALES
Y SU DEMOCRACIA DE MERCADO.- El Foro de Sao
Paulo. Inaugurado en La Habana, Cuba, representa hoy una instancia Política de primera
categoría, con la finalidad de analizar la situación actual de la Izquierda
Progresista y Democrática en América
Latina. Foro que se inauguró el día domingo 15 de julio, con asistencia de Delegaciones de América Latina y
otros Continentes. Con la ausencia de los Comandantes FIDEL, HUGO y otros grandes y memorables revolucionarios, presente RAÚL, se Inauguró el “Foro de Sao Paulo”, o encuentro
Continental de Partidos y Movimientos
Políticos de izquierda, presentes en el continente, siendo el objetivo
central, principal, como construir una estrategia principal de “UNIDAD” POLÍTICA de la Izquierda
Democrática hoy cuando en el escenario político latinoamericano, la Izquierda ha logrado atomizarse,
fracturarse, en pequeños “feudos”, parcelas, “cenáculos”, de “patriarcas”
caudillos, caciques. “Personalidades
Históricas”.
AHORA,
NECESARIO Y OBLIGATORIO ES PARA LA IZQUIERDA SUPERAR estas tradiciones aurorales, primigenias de los
albores del siglo XX, pero conservando ciertas prácticas y teorías de la “vieja” y tradicional Izquierda, aún
con fuertes rasgos “marxistas-leninistas”,
que se mantienen y en muchos países, hoy son verdaderas “Escuelas del Pensamiento
Político de la Izquierda Revolucionaria”. En ese mismo escenario marcado por la vil,
violenta, salvaje e inhumana DESIGUALDAD
económico-social – característica central de América latina, aún está
presente el Movimiento de la Izquierda Democrática – o el Progresismo latino-americano, que ya fue y es Gobierno en varios países. Este proceso político marcó un CAMBIO DE ÉPOCA
HISTÓRICA en todo América latina, el mismo que fue consolidado
fuerte y en paralelo, por la Gran Crisis
mundial del capitalismo 2008, Poli-crisis que hasta hoy no encuentra y
menos es capaz de forjar un camino diferente y superior. La ALTERNATIVA Política de clase.
LOS
GOBIERNOS PROGRESISTAS: LA IZQUIERDA DEMOCRÁTICA LATINOAMERICANA, nos presentan un cumulo de experiencias, que son muy
importantes, para analizar profundamente al calor de las clases y la lucha de clases – la Nueva
Sociedad Civil, emergente, popular, plural y democrática - aprender de los errores así como enriquecer y
desarrollar lo positivo y trascendental de la década que fueron gobierno y
otros como BOLIVIA, URUGUAY, nos permite
hoy aprender de sus experiencias. Es importante este análisis sobre todo
abordando temas centrales como la Ausencia de PARTIDO POLÍTICO, que canalice y unifique las reivindicaciones y
derechos de los trabajadores y de los Pueblos; el problema de la CORRUPCIÓN que ha destruido gobiernos,
envenenado movimientos y enviado a la cárcel a sus gobernantes; abordar igualmente porque los gobiernos de la
Izquierda Democrática se quedaron
totalmente en los ámbitos de las POLÍTICAS
SOCIALES y no fueron capaces de “caminar” unos pasos más allá,- un salto
democrático- dialéctico - asumir decisiones políticas y enfrentar el problema
de ESTADO, con la finalidad de
forjar “Políticas de Consenso Nacional”,
POLÍTICAS
PÚBLICAS DE ESTADO, mirando la realidad nacional, y darle una SALIDA VIABLE, DEMOCRÁTICA a los
múltiples problemas estructurales que SÍ
exigían – cruzar la frontera neoliberal – sobre todo si Histórica y
Políticamente – se posicionaban en las décadas del “CAMBIO DE ÉPOCA, HISTÓRICA”. Mirada centrada en la coyuntura, marcada
por la profunda crisis Política - en un escenario complejo y multipolar, más allá y al frente la DECADENCIA DE
OCCIDENTE, - se fractura el G-7. La globalización neoliberal en su
“crisis final”, los nuevos populismos de derecha, el proteccionismo generan un
“Nuevo Desorden Mundial”, la crisis Humanitaria, con raíces migratorias u en lo
principal la “guerra comercial mundial”
impuesta por el presidente Trump, contra China, la Unión Europea, Canadá y
otros – y en nuestro Continente
continúa, LULA -. A pesar de la
represión- el LÍDER de Izquierda y
el Partido de los Trabajadores en BRASIL;
ARGENTINA
en procesa la “UNIDAD” del
movimiento Peronista y CRISTINA sigue incólume, como LÍDER a pesar de la represión.
Importante, en este escenario complejo, multipolar, además han (in)surgido
Nuevos
Movimientos de la Izquierda Democrática, participantes en los
últimos procesos electorales. El Poderoso Movimiento de Izquierda Progresista
en México, el MORENA, LÓPEZ OBRADOR, nuevo Presidente; en Colombia, Petro –aunque no ganó las
elecciones, la “COLOMBIA HUMANA“, el
FRENTE AMPLIO en Chile, NUEVO PERÚ en Perú, etc.
EN
LAS TRES “PARCELAS” DE LA IZQUIERDA
LATINOAMERICANA, hoy existe y se han construido LIDERAZGOS representativos, democráticos y de fuerte presencia y “CONFIANZA social” en la sociedad
latinoamericana desigual, violenta, insegura y multipolar. Obviamente, si
consideramos que existen condiciones Políticas, Organizativas y Liderazgos,
así como Planes de Gobierno, Programas Políticos, Plataformas Representativas
que en el fondo, animan y enriquecen el PROYECTO POLÍTICO, nos enseñan, que si es posible FORJAR la UNIDAD de la IZQUIERDA
LATINOAMERICANA, y el Foro de Sao Paulo es una excelente oportunidad –
incluso por respeto a lugar donde se realiza el FORO, - la Histórica Plaza de la Revolución Cubana – consideramos necesario de primer orden que la “UNIDAD POLÍTICA” si es posible, hoy más
que nunca, porque los PUEBLOS de
Nuestra América, exigen y trabajan diariamente por recuperan la “CONFIANZA
Política”, desde la Participación Ciudadana, reconstruir Valores
personales y colectivos, defensa de nuestra Cultura Local e Identidad Cultural, siempre forjando y empoderando
tiempos y escenarios en el proceso socio-cultural-político de construcción de la
CIUDADANÍA Política, en Nuestra América, la PATRIA GRANDE.
/////
AMÉRICA LATINA: LA IZQUIERDA COMO AVE FENIX.
*****
Eduardo Montes de Oca.
Rebelión martes 17 de julio del 2018.
A todas luces, se equivocaron los empeñados en expedir
el certificado de defunción de la izquierda latinoamericana. Veamos si no el
hecho de que más de la mitad de los votantes mexicanos renegó de los partidos
“consagrados” y escogió un representante de la fracción “zurda” del espectro político: Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Pero, en “descargo” de pesimistas, errados de buena fe
y derechistas confesos, apuntémoslo: verdaderamente el panorama suponía la
cumbre de la restauración conservadora, proceso que, como nos recuerda el
conocido sociólogo
Emir Sader en La Jornada, comenzó en Honduras en 2009, con el golpe que destituyó al mandatario Manuel Zelaya, quien se aprestaba a
proponer una reforma a la Carta Magna que le permitiera postularse una vez más
al cargo.
(Anotemos con la fuente que en su momento “el presidente actual, Juan Orlando
Hernández, se ha candidateado a la
reelección sin cambiar la Constitución, la cual le impide hacerlo”, porque
“lo que interesa a las oligarquías
dominantes es la continuidad del proyecto neoliberal, que vende parte
importante del territorio hondureño como zonas de desarrollo económico para
grandes corporaciones internacionales”).
En el contexto de ese “quítate tú para ponerme yo”, el segundo modelo de nefasto
restablecimiento se produjo en Paraguay, en 2012, con la defenestración de Fernando Lugo, bajo la imputación de
una masacre campesina cuya investigación posterior lo exoneró.
Si estos dos casos revistieron un barniz
institucional, aunque sin cumplir con los trámites legales, el tercero se dio
por la vía electiva en Argentina.
“Mauricio Macri integró un [gabinete] de ejecutivos de empresas privadas y de economistas
vinculados con ellas para poner en práctica el ajuste fiscal que había negado
que realizaría. Se constituye, hasta ahora, en el más exitoso proceso de
recomposición neoliberal, por lo menos hasta que las crueles consecuencias de
su política de ajuste ocupen el centro del escenario político, desplazando las
acusaciones en contra del kirchnerismo
de que se vale todavía Macri para
mantener niveles de apoyo y volverse la nueva cara de la derecha argentina”.
Según el leal saber y entender del estudioso, el
cuarto ejemplo lo constituyó (lo constituye) Brasil, donde se ha puesto en práctica un proyecto que desmonta
todos los avances del Partido de los Trabajadores (PT), y
que, encuestas sólidas mediante, dispone de solamente el tres por ciento de
asentimiento de la población, cuando el espaldarazo al vilipendiado y
encarcelado -sin pruebas- Lula da Silva sobrepasa el 40 por ciento.
Quizás lo más triste de la situación haya sido, sea,
lo que Emir
Sader considera “desarticulación
del frente social y político que había implementado las más extraordinarias
transformaciones que Ecuador había vivido”. Para el ensayista, se han
introducido divisiones profundas en el movimiento
Alianza País, al tiempo que las nuevas autoridades se han acercado no
solamente a entidades que tenían divergencias con Rafael Correa, sino a rancios sectores tradicionales, antes
derrotados por este.
Conjuntamente,
se
“pasó a desarrollar un diagnóstico similar al de la derecha sobre la
situación económica heredada, que justificaría la puesta en práctica de un
ajuste fiscal, tirando sobre el Gobierno [anterior] las responsabilidades sobre
la situación que vive” la nación. Ruptura, que no continuidad. Ello, si nos
adscribimos al juicio del pensador consultado, o si la vida, a la larga, no
demuestra lo contrario.
Como señala el aludido colaborador de La Jornada, se trataba (se trata) de un
desafío que implica la reconfiguración de las fuerzas populares y democráticas
para frenar la contraofensiva y retomar el camino del desarrollo con inclusión
universal.
Y donde la primera
exigencia consiste en reagrupar las
golpeadas huestes revolucionarias, mientras la segunda devendría levantar un
programa alternativo al de la reposición neoliberal, reanudando los vínculos
con amplios sectores de las masas, y finalmente
la estructuración de un haz de oposición al presente estado de cosas –la divisa de Fidel y Chávez-.
Mas lo conceptuado no se deja apreciar como mero
anhelo, pues al parecer, reiteremos, está ocurriendo el “milagro” de la resurrección del
progresismo, que al decir del observador Manuel Cabieses D., en la digital Rebelión, encuentra su “oxígeno” precisamente en el clamoroso
laurel recién alcanzado en México.
No duda el comentarista cuando escribe que
“el primer triunfo de un candidato de izquierda en la historia de ese país
constituye el inicio de un nuevo ciclo en la lucha social y política de América Latina. Los más de 20 millones
de López Obrador el 1 de julio
estuvieron precedidos por los ocho millones de votos de Gustavo Petro en las elecciones del 17 de junio en Colombia. Un
segundo lugar también histórico que entrega a la izquierda colombiana la
responsabilidad de impedir las intenciones belicistas contra Venezuela del
Gobierno oligárquico Duque-Uribe y
de preparar la definitiva victoria popular en cuatro años más”.
Por cierto, resulta simbólico que el triunfo ocurriera
a pocas horas de la gira de Mike Pence,
vicepresidente de EE.UU., por Brasil,
Ecuador y Guatemala, en la cual trató de comprar voluntades para un
“cuadrillazo” específicamente sobre la tierra bolivariana, considera Cabieses.
Este subraya que, en ese ámbito, López Obrador ha sido claro en señalar que retornará a la
tradicional y respetada actitud de no intervención en los asuntos internos de
otros y de respeto a la soberanía de los
Estados. Definición que se erige en una valiosa defensa de naciones que se
ven acosadas por el imperialismo –ayer y
hoy-, como Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua.
Empero, ¿qué representaría la estrategia del emergente
estadista en la palestra latinoamericana?
Amén de otras aristas, y en sintonía con el
planteamiento de estos renglones, la flamante ejecutoria debilitaría de modo
irremediable –coincidamos con el especialista- al Grupo de Lima, “pastoreado” por EE.UU. Los comicios en Colombia
y México, el insignificante “arrastre” de Temer en Brasil y el deterioro de Macri en Argentina podrían obligar a los miembros de la retrógrada
asociación a repensar su obediente beligerancia contra Caracas.
Lógico, esto hace del actual período, hasta la toma
del poder por AMLO, el 1ro de
diciembre, y el sufragio de octubre en Brasil,
el tramo más peligroso para el chavismo.
“Es ahora cuando se debe incrementar la solidaridad con la patria de Bolívar
para mantener a raya la agresividad imperial”.
Habremos de comulgar también con aseveraciones del
colaborador de Rebelión tales como que tanto López Obrador, admirador de Salvador
Allende, como el ex guerrillero Gustavo
Petro, devoto de Hugo Chávez,
son líderes de una línea moderada y prudente.
“No podría ser de otra manera, dada la experiencia histórica contemporánea.
Sin embargo, eso no quita un adarme a la impresionante acumulación de fuerzas
sociales y políticas alcanzada en Colombia
y México. Millones de voluntades respaldan ambos proyectos. Su eje rector
es la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado que se
han adueñado de ambos países. Se trata de derribar barreras oligárquicas y
mafiosas para asegurar el paso a conquistas de justicia social permanentes”.
Algo que, no faltaba más, insuflará aire a todo aquel
que se inserte en una verdadera transformación al enfrentar las provocaciones
del César Trump, y tras él del Imperio.
De manera que cobrará mayor sentido de responsabilidad histórica la hasta el
momento proclamada alicaída, impotente, en fin diezmada, izquierda continental.
Que se sobrepone a las etiquetas. Porque, aparte México, incluso en aquellos lugares
donde enseñoreó la derecha este año, los partidos de vanguardia se granjearon
notables peldaños, que llevan a pensar en un escenario más reñido de cara al
próximo ciclo.
¿Ejemplos? En Chile, la noticia en la primera vuelta
fue el 20 por ciento de papeletas con el Sí logrado por el Frente Amplio, de Beatriz Sánchez, ubicada en tercer lugar y a las
puertas de una segunda ronda… Reiteremos que, aunque en el gigante sudamericano
Lula da Silva, líder del PT, resultó
enrejado, se mantiene como favorito en las encuestas, determinando que, aun si
la derecha se anotara otro “tanto”
sin la participación del “execrado”,
la estabilidad y la legitimidad del Gobierno quedarían en entredicho… En
Argentina, los meses que restan hasta las elecciones de octubre de 2019 pueden “jugar” a contrapelo de Macri, en la medida en que la economía
no acaba de mostrar los resultados esperados, pues ni el acuerdo con el FMI, ni los pagos a los fondos buitres,
ni los recortes y las concesiones al capital privado convencieron a los
inversores foráneos de aportar dinero, lo que parece una sentencia de muerte
para la moneda propia.
Todo lo cual, y más –aquí constaría el 24to Encuentro del
Foro de Sao Paulo, celebrado en La Habana-, que no cabría en el
espacio editorial, nos hace sentenciar que, literalmente, en vez de certificado
de defunción, como ansiaron ciertas aves agoreras, la izquierda en América Latina se ha agenciado una fe
de vida.
Es el
renacimiento de un fenómeno que durante más de una cercana década –no lo
olvidemos- marcó el destino de un hemisferio.
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