La extrema desigualdad económico-social, presente en la falta de
trabajo, salarios de sobrevivencia,
los bajos niveles de Educación, la
extensión y profundidad de la Pobreza –
miseria – la violencia en las ciudades – con el manifiesto presente de los sicarios, bandas armadas, extorsionadores,
chantajistas, así como el aumento sin control de narcotráfico, el terrorismo en las ciudades, la expulsión masiva
del campo de millones de campesinos
hacia las ciudades, donde su vida se convierte en una sepultura de ilusiones; el crecimiento de la Economía criminal,
así como los sucesivos fracasos Políticos de los Gobiernos neoliberales, en general al
violación diaria y permanente de los DERECHOS HUMANOS
representan hoy algunos de los factores o elementos centrales que impulsan a miles de personas, familias – o jóvenes
–a seguir pensando que la “solución en
parte a sus múltiples problemas, esta seguir pensando que el “Sueño Americano” es la gran “solución” a sus necesidades humanas. I se decide, pero en general de
intermediarios, tramitadores o negociantes ilegales de prometer el “viaje” a la tierra prometida, y el cruce de las Fronteras y el Muro. Y
se lanza al filo del precipicio con toda
su Familia, quizás NO pensando que la CRUELDAD
POLÍTICA del presidente Trump lo
recibirá, ahora no solo con balas y
bombas, pero ahora quitándole a sus
hijos y muy fácil, para el imperio, metiendo a los NIÑOS (as) a inmensas JAULAS
de detención – cárcel – para todos los migrantes y las
respuestas de “Tolerancia cero”
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LA CRUELDAD COMO POLÍTICA MIGRATORIA.
La separación de las familias migrantes.
*****
Guillermo Castillo.
Rebelión lunes 9 de
julio del 2018.
La institucionalización de la barbarie.
En un acentuado
contexto anti-inmigrante y de clara criminalización de centroamericanos y
mexicanos sin documentos migratorios en su intento por ingresar a EU, las
medidas sobre la separación de miles de familias (la mayoría de ellas
provenientes de Centroamérica) son la nueva cara del nacionalismo racista del
gobierno norteamericano y su actual presidente. Esto se enmarca dentro de las
diversas estrategias discriminatorias (como las deportaciones y la expansión
del muro fronterizo) con miras a “contener” y “erradicar” la migración
irregular proveniente del sur. Si bien las violentas y generalizadas
deportaciones ya tenían y tienen un claro carácter xenófobo y violatorio de los
derechos humanos, la agraviante separación familiar es una nueva y más aguda
embestida contra estos migrantes forzados. Esta política parte de cuatro
prejuicios discriminatorios.
(1) Una lectura
sesgada y desproporcionada de la migración irregular, que pasó de ser una falta
menor a “convertirse” en un delito grave y fuertemente punible.
(2) Una percepción
errónea y alarmista sobre los migrantes, en vez de verlos como “transgresores
de la ley”, habría que reconocer que, de facto, se trata de sujetos expuestos a
condiciones de vulnerabilidad y probables agresiones; los migrantes son
víctimas de la adversidad en sus lugares de origen, no son criminales.
(3) Una flagrante
y voluntaria omisión de los marcos jurídicos internacionales que defienden los
derechos de los migrantes; particularmente resaltan que se transgreda el
derecho a pedir asilo y refugio a los migrantes y, sobre todo, que se viole el
derecho de los niños a estar con sus padres y familiares.
(4) Una política
migratoria que, en los hechos, no se basa ni respeta muchas de las leyes dentro
de Estados Unidos; particularmente que en la ley no había ni hay ninguna
normativa que establezca la división de familias en situación de migración
irregular; no hay ningún mandato de orden jurídico que estipule la separación
de padres e hijos. A semejanza de los procesos de discriminación raciales del
colonialismo europeo del siglo XIX y del fascismo nazi, el actual presidente de
EU jerarquiza y excluye a los grupos humanos según su origen étnico-nacional y
su aspecto físico, y de acuerdo a sus intereses y motivaciones ideológicas.
Para él los migrantes son individuos que no merecen tener derechos, los
etiqueta y estigmatiza como sub-humanos.
Los migrantes, el rostro contemporáneo de la exclusión y la desigualdad
global.
Como lo ha mostrado de manera fehaciente, el
presidente de EU es incapaz de trascender sus prejuicios, sólo ve en los
migrantes sujetos estigmatizados y chivos expiatorios. En cambio y en la
realidad, los migrantes irregulares son personas que se vieron forzados a salir
de sus comunidades y huir de sus hogares. El presidente de EU muestra una
miopía absoluta y una completa falta de sensibilidad humana al no reconocer
quienes son los migrantes en tanto sujetos sociales. Es fundamental entender
que los migrantes no salen por gusto o voluntad propia. De hecho, diversos
informes de ONGs con trabajo en Centroamérica y la frontera con México (la
REDODEM y MSF) han documentado que en los últimos años los migrantes salen de
manera forzada por tres grandes causas.
(1) Procesos
adversos de corte económico, como la extrema pobreza, los bajísimos salarios de
la región, la carencia de trabajo y el desempleo.
(2) También están
presentes los impactos socio-ambientales de los desastres naturales, tales como
sequías, inundaciones, huracanes, etc.; las repercusiones de estos eventos
naturales dejan sin casa y sin fuentes trabajo a miles de personas.
(3) Los contextos
y procesos de violencia, ya sea por la presencia de pandillas (las maras),
crimen organizados y/o particulares en lugares de violencia generalizada; Centroamérica es una de las regiones más
violentas del mundo, recientemente Honduras y El Salvador tuvieron uno de
los mayores índices de homicidio a nivel mundial y que, en Guatemala, en una época de post-conflicto de la guerra civil, ha
habido un crecimiento del crimen organizado. Si ya estos migrantes
experimentaban una constante negación de los derechos humanos en sus hogares y
en el país de tránsito (México), ahora con la embestida del presidente de EU, la separación
familiar aumenta drásticamente los agravios y la violencia contra los migrantes
centroamericanos.
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