AYER
DOMINGO SE INAUGURÓ EL XXIV ENCUENTRO POLÍTICO FORO DE SAO PAULO EN LA CIUDAD
DE LA HABANA. CUBA. Con la ausencia de los Comandantes FIDEL, HUGO y otros grandes y
memorables revolucionarios, se Inauguró el Foro
de Sao Paulo, o encuentro Continental de los Partidos y Movimientos Políticos de IZQUIERDA,
presentes en el continente, siendo el objetivo central, principal, como
construir una estrategia principal de “UNIDAD”
POLÍTICA de la IZQUIERDA DEMOCRÁTICA hoy cuando en el escenario político
latinoamericano, la Izquierda ha logrado atomizarse en pequeños “feudos”, “cenáculos”
y “patriarcas” caudillos, que hoy es necesario y obligatorio, para la Izquierda
SUPERAR estas tradiciones, pero conservando
ciertas prácticas y teorías de la “vieja”
y tradicional Izquierda, aún con fuertes rasgos “marxistas-leninistas”, que se mantienen
y en muchos países son verdaderas “Escuelas del Pensamiento Político de la
Izquierda Revolucionaria”. En
ese mismo escenario marcado por la violenta, salvaje e inhumana DESIGUALDAD económico-social – característica
central de América latina – está presente el Movimiento de la Izquierda Democrática – o el Progresismo latinoamericano, que ya fue y es
Gobierno en varios países. Este proceso político marcó un CAMBIO DE ÉPOCA HISTÓRICA en todo
América latina, el mismo que fue consolidado fuertemente por la Gran Crisis mundial del capitalismo del
2008, crisis que hasta hoy no encuentra y menos es capaz de forjar un camino de ALTERNATIVA.
Los
Gobiernos progresistas de la Izquierda Democrática latinoamericana, nos presentan un cumulo de experiencias, que son muy
importantes, para analizar profundamente al calor de las clases y la lucha de clases y
aprender de los errores así como enriquecer y desarrollar lo positivo y trascendental
de la década que fueron gobierno y otros como BOLIVIA aprender de sus experiencias.
Es importante este análisis sobre todo abordando temas centrales como la
Ausencia de Construcción de PARTIDO POLÍTICO, que canalice y unifique las
reivindicaciones y derechos de los trabajadores y de los Pueblos; el problema de
la CORRUPCIÓN
que ha destruido gobiernos, movimientos y enviado a la cárcel a sus gobernantes; abordar igualmente porque los gobiernos de la
Izquierda Democrática se quedaron
totalmente en los ámbitos de las POLÍTICAS SOCIALES y no fueron capaces de “caminar”
unos pasos más allá, asumir decisiones políticas y enfrentar el problema de ESTADO y
forjar Políticas Públicas de Estado con la finalidad de darle una SALIDA VIABLE, DEMOCRÁTICA a los múltiples
problemas estructurales que SÍ exigían – cruzar la frontera – sobre todo si Histórica
y Políticamente – se posicionaban en las décadas del CAMBIO DE ÉPOCA HISTÓRCA.
Finalmente
como hoy, la coyuntura de profunda crisis Política -. En un escenario
MULTIPOLAR
de clara y visible DECADENCIA DE
OCCIDENTE, en nuestro continente
han surgido nuevos
movimientos de la Izquierda Democrática, participantes en los procesos
electorales. El Poderoso Movimiento de Izquierda en México y el Morena, en Colombia
–aunque no ganó las elecciones, la “Colombia
Humana“, el Frente Amplio en Chile, Nuevo Perú en Perú. En las tres “parcelas” de la Izquierda latinoamericana,
hoy existe y se han construido LIDERAZGOS representativos, democráticos y de
fuerte presencia en la sociedad latinoamericana desigual y multipolar. Obviamente,
si consideramos que existen condiciones Políticas, Organizativas y Liderazgos,
así como Planes de Gobierno, Programas Políticos, Plataformas Representativas
que en el fondo del PROYECTO POLÍTICO,
nos enseñan, si es posible FORJAR LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA, y
el Foro de Sao Paulo es una excelente oportunidad – incluso por respeto a lugar
donde se realiza el FORO, - la Histórica
REVOLUCIÓN CUBANA – consideramos necesario de primer orden que la UNIDAD si es posible, hoy más que
nunca, porque los PUEBLOS de Nuestra
América, trabajan diariamente por recuperan la CONFIANZA Política, desde la
participación Ciudadana, reconstruir Valores, defensa de nuestra CULTURA LOCAL E IDENTIDAD CULTURAL
siempre forjando y empoderando tiempos y escenarios en el proceso socio-cultural-político de construcción
de la CIUDADANÍA, en Nuestra América, la PATRIA GRANDE.
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FORO DE SAO PAULO: NUEVOS DEBATES DEL CAMBIO
DE ÉPOCA.
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Katu Arkonada.
La jornada lunes 16 de julio del 2018.
Guerra de
posiciones. Ese concepto gramsciano es el que
mejor ilustra la situación continental después del cambio de época inaugurado por el
comandante Hugo Chávez en 1998, que llevó a que una izquierda aglutinada en
el Foro de Sao Paulo, que hasta ese
año sólo gobernaba (eso sí, desde 1959) la Cuba socialista, pasara a gestionar hasta 11
gobiernos latinoamericanos (Venezuela,
Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Honduras,
Paraguay y un Perú que comenzó con signo progresista y terminó con un claro
carácter conservador). Sin embargo, tras una ofensiva de carácter conservador,
fue perdiendo por la vía electoral (Argentina)
o de los golpes de Estado (Honduras)
y parlamentario-judiciales (Paraguay
o Brasil) las posiciones conquistadas. Otras veces la contrarrevolución llegó
desde dentro, como es el caso de Ecuador,
donde la derecha ni siquiera tuvo que ganar electoralmente al correísmo para
hacerse con el poder.
La reciente victoria del uribismo en Colombia y del lopezobradorismo
en México, junto con los vaivenes judiciales en torno a la liberación de Lula en Brasil, todo ello en menos de
un mes, ilustran a la perfección esa especie de empate catastrófico en la que
se encuentra América Latina, empate entre los proyectos progresistas y los
intentos de restauración conservadora.
Es en este contexto que entre el 15 y 17 de julio se celebra el 24
Foro de Sao Paulo en La Habana, Cuba. Un foro ideado por Fidel Castro y Lula
da Silva allá por 1990, cuando caía el mundo y se imponía el
fin de la historia. Foro que siempre
ha recogido en su seno las correlaciones de fuerza existentes en cada país y
momento histórico. Al fin y al cabo, de eso se trata la política. Por eso
también no es casualidad un FSP en
la Cuba post Castro, con Díaz Canel
como presidente, y el PCC, de Raúl, de anfitrión del evento.
Y
todo ello en un momento de crisis.
Crisis del
capitalismo que sólo puede seguir el proceso de acumulación
profundizando el despojo, en un proceso de financiarización
de la economía, con Trump y el Brexit poniendo
en jaque la globalización neoliberal,
y China y Rusia haciendo jaque mate
al mundo unipolar.
Crisis del
imperialismo, que sin embargo continúa su ofensiva en todo el
planeta, haciendo lo único que sabe hacer, y aprovechando también errores
ajenos. En el caso de América Latina y
el Caribe, ha cambiado el enemigo externo, Cuba por Venezuela, pero continúan las mismas viejas prácticas en
un nuevo tablero de juego.
Crisis política de la que no
se salvan ni los gobiernos de izquierda ni los de derecha. Ahora mismo el
escenario continental tiene incendios en Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Brasil,
Colombia y Argentina.
Al igual que en 1990,
el foro nació en un escenario tremendamente complejo. En 2018 el foro se reunirá en Cuba en otro momento complejo. Del fin de la
historia al fin del ciclo progresista es el relato que quieren imponer. Quieren
(re) imponer una versión tecnocrática
de la política, dejando como mucho espacio para un progresismo light.
Para ello la ofensiva mediática, judicial e incluso
religiosa es abrumadora. Quieren vencer culturalmente y cuentan para ello
con la potencia de fuego mediática, con el avance de la derecha evangélica entre los sectores populares y la herramienta
del lawfare cuando es necesaria, especialmente contra los líderes de la izquierda.
Los riesgos son grandes, la ventana de oportunidad que
supuso el FSP, tal como la define el
politólogo y ex diplomático cubano Roberto Regalado, uno de sus
fundadores, puede abrirse, pero también cerrarse, con el riesgo de que del pos neoliberalismo se pase a una socialdemocracia con características
latinoamericanas.
Por eso los desafíos de esta edición del Foro de Sao Paulo son probablemente los
mayores en la historia de esta herramienta de confluencia y unidad para la
izquierda latinoamericana.
Todo ello en medio de un proceso de integración en
retroceso: un ALBA ralentizado, una UNASUR en crisis y una CELAC estancada.
Y con debates viejos, pero que necesitan de nuevas
respuestas, como la relación partido-movimiento-gobierno-Estado.
Para ello es imprescindible el diálogo con las nuevas fuerzas de izquierda
y/o progresistas latinoamericanas,
desde Nuevo Perú a Colombia Humana, del Frente Amplio de Chile a Morena
de México.
Y, sobre todo, repensar los límites de los proyectos
progresistas construidos hasta el momento. Repensar los límites para
catapultarse hacia adelante en la edificación de un proyecto nuevo y más
ambicioso que ya tiene un punto de partida, el Consenso de Nuestra América,
documento de proyecciones para un programa político de acuerdos de la izquierda, los partidos y movimientos
populares de América Latina y el Caribe.
Y, sobre todo, unidad, la que proclamaba Fidel Castro
en su discurso en la clausura del cuarto
Foro de Sao Paulo celebrado en La Habana el 24 de julio de 1993: Vean
cómo a pesar de la diversidad de organizaciones tenemos un gran número de
puntos en común y luchas en común, y esa declaración, que puede tener una coma
más y una coma menos, una palabra más y una menos, una que nos satisfaga más y otra que nos
satisfaga menos, es prácticamente un programa de lucha.
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