“MÉXICO NOS DIO UNA LECCIÓN DEMOCRÁTICA” Desde la cárcel en Brasil, Lula elogió el triunfo de
López Obrador. Lo que más cuenta para el líder del Partido de los Trabajadores es el terremoto
causado por Morena, cuyas réplicas pueden hacer temblar el subsuelo
político de la región. Su mensaje de unidad regional fue en clave futbolera. “La victoria de López Obrador
puede demostrar la falencia de este modelo neoliberal a ultranza, que es el que
vemos en México con una
subordinación económica exagerada con Estados Unidos”, como la llevada a cabo por el
saliente mandatario Enrique Peña Nieto,
del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Con López Obrador México
pasa a ser un ejemplo para Brasil y para América Latina en general”. El
campo progresista tuvo una referencia en Brasil durante la década pasada cuando
Lula se alió a los gobiernos de Argentina,
Venezuela, Bolivia y Uruguay.
Amorim
menciona algunos “hitos”
de la diplomacia coordinada de esos países como la creación de UNASUR y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe).
Recuerda que el mexicano Vicente
Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), fue un aliado de George W. Bush en la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del
Plata, cuando la troika Lula-Kirchner-Chávez derribó el proyecto
del ALCA. Con la derrota del
bipartidismo del PRI y el PAN, México dejará de comportarse como un
apéndice diplomático de Washington.
“Pensando
de aquí en adelante creo que López
Obrador se va a volcar más hacia América
Latina, eso es muy importante, va a tener una mejor comprensión de la
situación de Cuba, va a tener una
actitud más abierta con Venezuela
sin que eso signifique coincidir con todo lo que haga el presidente Nicolás
Maduro”.
En
ese sentido el ex canciller de Lula menciona la reciente gira del
vicepresidente Mik Pence por Brasil y Ecuador.
“Hay que estar en alerta”
porque no se puede descartar un plan para desestabilizar la región empenzando
por un sabotaje contra el gobierno venezolano. “Hay sectores de la derecha y
ultraderecha norteamericanos que apuestan a este tipo de aventuras”.
“¿Para algunos Obrador es un Lula a la mexicana, comparte esa
semejanza?” preguntó este diario a Amorim. “Hay
semejanzas y diferencias, Brasil y México no son idénticos, las circunstancias políticas
actuales no son idénticas a las de hace 16
años cuando Lula fue electo. Si tuviéramos que marcar las semejanzas podríamos
decir que para América Latina, este López Obrador de 2018 es parecido al Lula de 2002. López Obrador podrá
recuperar la vieja tradición diplomática mexicana de no injerencia y solución
pacífica de los conflictos, creo que va a tener una posición favorable al
diálogo y la negociación en Venezuela”,
planteó Amorim. “Y si hacemos memoria vemos que Lula,
cuando llegó al gobierno impulsó el Grupo de Amigos de Venezuela, que fue de
extraordinaria importancia para contribuir a una salida de la crisis que enfrentaba
Hugo Chávez en aquel momento”. Página/12. Desde Brasilia. Darío Pignotti.
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¡BUENOS DÍAS MÉXICO!
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Víctor M. Toledo.
La Jornada.
Rebelión jueves 5 de julio del 2018.
Buenos días,
país; buenos días, nación; buenos días,
México. ¡Cincuenta años nos contemplan! Este salto que el país ha dado
tiene su origen en 1968. Ni más ni menos. Lo que soñamos aquella generación de jóvenes en rebeldía por
fin se alcanza. Quebrar más de dos siglos
de una tradición despótica fincada en la opresión, el autoritarismo y la
anti-democracia. La dictadura imperfecta
ha llegado a su fin, y surge la posibilidad de construir una modernidad
alternativa. Tardamos mucho, pero así son los procesos sociales: sus
relojes caminan a un ritmo diferente a los nuestros. A diferencia de muchos
patriotas que ya no lo vieron, hoy entono una canción oculta de agradecimiento
a la vida. A las fuerzas que me
permitieron presenciar este momento histórico. Aquella oscura noche que
percibíamos durante nuestras rebeldías juveniles se fue haciendo más y más y
más espesa, hasta llegar a este país devastado, que tuvo la prudencia y la paciencia
de resguardar sus reservas naturales, sociales, culturales y civilizatorias.
Esas sin las cuales la política digna
se hace imposible. La resistencia valió la pena; una resistencia que
tomó mil formas, pero que al final prendió y se expandió como un incendio
venturoso. Treinta millones de votos lo
certifican. ¿Cuántos mexicanos pusieron
silenciosos su pequeña resistencia, sutil, cotidiana, imperceptible? Nunca
lo sabremos. Pero conforme se iban apretando las condiciones terribles de estos
30 años recientes, y la devastadora
máquina
neoliberal iba dejando una estela de pobreza, destrucción, incomprensión,
desesperanza y miedo, también se iban
gestando los
núcleos de la resistencia social. En México las batallas políticas se fueron transformando en elementales
luchas por la supervivencia. La
movilización que tuvo lugar hace unos días en decenas ciudades del país contra la privatización del agua es la
más reciente expresión de ello.
El gran
conductor de este amanecer luminoso es, por supuesto, AMLO. Su reciedumbre
tropical, su sensibilidad de dirigente
popular, y su fe inquebrantable han colocado al país de nuevo a la
vanguardia del mundo. Atina AMLO en
construir una nueva
nación fundada en lo moral, no
en la ideología, el negocio, el progreso, o la tecnología. De sus tantos
mensajes enviados en estos meses me quedo con
tres.
Primero, su habilidad para construir un proyecto de
nación a partir no de las teorías y tradiciones intelectuales de la
izquierda, sino de la lectura de las realidades concretas y particulares del
país, de sus recorridos por su territorio, de sus encuentros con los múltiples
actores de un México pluricultural y
multiétnico y, por supuesto, del análisis y la interpretación de su propia
historia. Como dijo un estratega estadunidense desde Washington, AMLO es AMLO.
Lo segundo es
su capacidad para combinar pragmatismo con intuición, es decir, su habilidad para ir seleccionando
colaboradores que más allá de sus maneras de pensar, sus orígenes, su edad y sus trayectorias, son integrados por su
entrega desinteresada, patriótica y noble. Hoy el nuevo gobierno dispone de
casi una centena de cuadros dirigentes, mujeres y hombres, de altísima calidad
moral y profesional.
Finalmente, no
puede ignorarse algo que pocos conocen. No obstante ser permanentemente
acusado de autoritario por sus contrincantes políticos, AMLO se ha rodeado desde hace casi una década de un equipo de asesores, de creadores e intelectuales
críticos con diferentes formaciones y diversas maneras de pensar, a los
cuales ha escuchado y con los cuales ha dialogado. Su rol ha sido clave, porque de alguna manera representan, a
pequeña escala, la inteligencia del país. Esa que proviene de las universidades, tecnológicos y centros
neurálgicos de creación, análisis y discusión. Para quien esto escribe ha
sido una experiencia única y de un extraño valor formar parte de ese equipo.
No puede
pasarse por alto, por último, que este amanecer ha tenido un elevado costo humano, porque procede de una noche extremadamente
trágica. La refundación
del país tendrá que hacerse llevando como contexto a los 240 mil mexicanos asesinados y a los más de 30 mil desaparecidos. A los
que ya no están, a los que dieron su vida por un ideal y a los que los
exterminaron por causas diversas, los nuevos conductores del país
deben jurar en su memoria honestidad, pulcritud, valores supremos y una
entrega total por el bien común y el de
la patria. La república amorosa tiene que ir dejando atrás tanta
ignominia mediante la construcción de un
país que requiere con urgencia atender a millones de mexicanos, especialmente jóvenes, que han quedado marginados por décadas. Todo está por
hacerse. La luz de un nuevo sol se despliega lentamente y nos baña de
esperanza. Que los destellos de este amanecer nos alcancen a tod@s.
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