“LA PROTESTA Y EL
RECHAZO DE TAL SITUACIÓN: LA NUEVA ESPERANZA QUE SE ABRE. A lo largo de la historia de
este país, se puede observar que la explotación siempre produce una respuesta y un
rechazo. La última gran ofensiva neoliberal en España se topó con el 15 M, un movimiento político-social que denunció la
imposición de tales políticas, acusando a las autoridades gubernamentales de
falta de legitimidad y representatividad, pues estaban imponiendo políticas
públicas neoliberales sin que tuvieran mandato popular para ello, ya que no
estaban en sus ofertas electorales. En España, su “no
nos representan” lo decía todo. Fue una reivindicación que exigía
democracia y que desde el inicio provocó gran temor a los superricos y a sus
servidores políticos y mediáticos. La fuerza de este movimiento explica
que, en solo cinco años, el movimiento social que se transformó en un partido
político, Podemos y sus confluencias (En Comú
Podem y En Marea), junto a una renovada IU,
estableciera una alianza (Unidas Podemos) que hoy es más que probable que
gobierne en coalición con un renovado PSOE. La oferta programática de tal coalición
incluye propuestas de recuperación y expansión de los derechos
políticos, civiles, laborales y sociales que se habían eliminado o reducido, junto
con otras medidas progresistas de gran calado que podrían significar, de
aplicarse, un cambio notable en el bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la
población), revirtiendo el descenso de su calidad de vida, lo cual
necesariamente requeriría reducir y eliminar la
excesiva y antidemocrática influencia política que los superricos tienen hoy en
el país”.
“Ni que decir tiene que, tal y
como Paul Krugman señala que está ocurriendo en EEUU, los superricos movilizarán su enorme
y antidemocrático poder para, a través de todos los muchos medios de
que disponen, sabotear tales propuestas. Se iniciará así una campaña que
se caracterizará por su mezquindad, falsedad y juego sucio (que
han caracterizado su comportamiento) a fin de impedir los cambios
necesarios y urgentes que el país necesita. En
realidad, ya ha estado ocurriendo durante estos meses, durante el proceso
electoral. Y sin lugar a dudas, las
banderas de siempre se utilizarán por ambos lados para defender sus intereses
de clase. Los mismos superricos que han hecho tanto daño al bienestar de la
población se presentarán ahora, como siempre han hecho, como los defensores de
la patria. No hay que olvidar que el anterior gobierno de coalición de fuerzas
progresistas al que hoy se establece, fue interrumpido en 1936 por un golpe
militar, estableciéndose un régimen enormemente
reaccionario y represivo que condenó al país a un enorme subdesarrollo”.
/////
Dr. Paúl Krugman. Economista, Premio Nobel de Economía 2008. Autor de "“Big Money and
America’s Lost Decade”,. "Grandes cantidades de dinero y la década perdida en Estados Unidos". Artículo Publicado en el New York Times. En realidad se trata de un tema de cómo la gente rica, muy rica de los Estados Unidos y a nivel global - los poderosos, una ínfima minoría, los billonarios - como influyen y deciden sobre la Política norteamericana y mundial.
***
EL PODER DE LOS SUPERRICOS, CÓMO ACTUARÁN A PARTIR
DE HOY.
*****
Vicenc Navarro.
Público miércoles 8 de
enero del 2020.
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía del año 2008, y
articulista del New York Times, publicó recientemente un artículo “Big Money and
America’s Lost Decade”, en el que indicaba cómo la gente muy
rica de EEUU (que son una minoría de la población) influye desmesuradamente en
los partidos políticos de tal país, configurando en gran medida su cultura
política, promoviendo una ideología que favorece a sus intereses,
presentando una enorme agresividad hacia aquellas fuerzas políticas que
propongan reducir tales intereses. Mostraba, por ejemplo, su hostilidad hacia candidatos
progresistas como Bernie Sanders y Elisabeth Warren, movilizando
todos los recursos políticos y mediáticos a su alcance para debilitar y
eliminar lo que ellos (la mayoría de los superricos son hombres) consideraban
una amenaza. Lo que añadía gran interés a este artículo de Paul Krugman
es que las tesis y observaciones que hacía para EEUU son aplicables casi en su
totalidad a la situación existente en España.
Una manera que, según este autor, tienen los superricos de
influenciar a los políticos y a sus partidos es contribuyendo legal (o
ilegalmente) a su sostenibilidad económica, dándoles o prestándoles dinero
(como hacen los bancos) en términos muy favorables. Aunque esta
práctica alcanza niveles extremos en EEUU, donde la financiación de las
elecciones es predominantemente privada, también ocurre en España, siendo
en general más frecuente entre los partidos de derechas (ya que los
ricos creen que defienden mejor sus intereses) que entre partidos de
izquierdas, siendo esta práctica incluso más común en las comunidades
autónomas en las que las derechas han gobernado más tiempo durante
el período democrático, como han sido la Comunidad de Madrid, la de
Galicia y la de Catalunya.
La creación de la sabiduría convencional
Otra manera en que, según Paul Krugman,
los ricos y superricos influencian a los partidos políticos es mediante la
financiación de think-tanks, de grupos de investigación (sobre todo
dedicados a temas económicos) y revistas “científicas”, y otras instituciones
que reciben donaciones de superricos y de sus instituciones, que declaran
como filantrópicas y con ello reciben ventajas fiscales, con subvenciones del
erario público. Ni que decir que todas ellas tienen como una función
muy importante el crear un clima político, intelectual y cultural afín a sus
intereses y que se presente y se perciba como “la sabiduría convencional del
país” (es decir, lo que es respetable y lo que no lo es en el lenguaje y
argumentario político hegemónico).
La elaboración de esta sabiduría convencional se distribuye por
los medios de información (que son también medios de persuasión), en los
que los superricos tienen también una enorme influencia, bien porque son sus
propietarios o bien a través de su financiación, directa o
indirectamente, mediante anuncios y otras relaciones comerciales que pueden
alcanzar dimensiones de gran importancia para la supervivencia de dichos
medios. Esta situación, por cierto, está incluso más acentuada
en España, donde el abanico ideológico de los medios es sumamente
limitado siendo, en su gran mayoría, medios de centro-derecha y de derecha,
con algunos claramente de ultraderecha. No existe ningún gran medio
radiofónico o televisivo en España que se pueda considerar de izquierdas. En
cuestiones económicas, el dominio de los articulistas que, consciente o
inconscientemente, reproducen la ideología de los superricos -el
neoliberalismo- es muy grande, casi absoluta.
El Poder en la sombra. El Poder en la oscuridad. Los Integrantes - del poderoso "Club de Bilderberg". Los misteriosos personajes de la "élite del poder global". En su última reunión trataron temas como el futuro de la Unión Europea, el problema del cambio climático, y de manera central la situación - geopolítica mundial de China y Rusia. (Siempre relacionado con el "Orden Global" y la situación del "comunismo".
***
La enorme complicidad entre poder económico y poder
político.
Otro elemento que demuestra la gran influencia de los superricos,
añade Paul Krugman, es la existencia
de puertas giratorias entre las instituciones políticas y las grandes empresas
económicas, financieras o de servicios del país. Es parte de la normalidad que
los políticos, al dejar su puesto de responsabilidad, pasen a trabajar en
grandes empresas, una situación muy común en la vida política de España.
Esto es especialmente frecuente en las grandes empresas del sector
energético, una de las causas de que sea uno de los sectores más monopolizados
del país (que explica que tenemos en general un problema grave de carestía de
la energía de este país). Por ejemplo, los expresidentes Leopoldo Calvo
Sotelo y Felipe González acabaron en los consejos de administración
de Naturgy y José María Aznar en el de Endesa.
Y junto a ellos, numerosos ministros y altos cargos de los principales partidos
políticos del país. Del PSOE Elena
Salgado (Endesa), Rafael Escuredo (Abengoa), José Domínguez (Abengoa),
Cristina Garmendia (Naturgy), Guzmán Solana Gómez (Naturgy),
Víctor Pérez Pita (Naturgy), Narcís Serra (Naturgy), Javier
Solana (Acciona), Manuel Marín (Iberdrola), Manuel Amigo ( Iberdrola ),
Braulio Medel ( Iberdrola ), Felipe Romera ( Iberdrola ),
Juan Pedro Hernández Moltó ( Iberdrola ) y Pedro Solbes
( ENEL ). Del PP, Luís de Guindos ( Endesa ),
Manel Pizarro ( Endesa ), Pío Cabanillas Alonso (Endesa),
Rodolfo Martín Villa ( Endesa ), Manuel Vicente-Tutor ( Abengoa ),
Ricardo Martínez Rico ( Abengoa ), José Luís Olivas Martín
( Enagás ), Ana Palacio ( Enagás ), Carlos
Espinosa de los Monteros ( Acciona ), Ángel Acebes ( Iberdrola ),
Fernando Becker ( Iberdrola ), Ramón de Miguel ( Iberdrola ),
José Luís Olivas ( Iberdrola ), Santiago Martínez Garrido
( Iberdrola ) y Ana Palacio ( HC Energía ). A
este largo listado deben añadirse algunos consejeros, diputados y altos cargos
autonómicos, como Miquel Roca ( Endesa ) y David Madi Cendrós
( Endesa ), de Convergència Democràtica de Catalunya
(CDC), y Joseba Adoni Aurrekoetxea (Enagás) y Juan María Atutxa ( Iberdrola )
del PNV .
Es lógico que los políticos sean conscientes de que algún día dejarán de
tener responsabilidades políticas y que algunos sean sensibles a sus futuras posibilidades de trabajar en
el mundo de las grandes empresas. Pero también ocurre al revés. Muchos
cargos políticos proceden del mundo de las grandes empresas. Algunos de
ellos son Elena Salgado (PSOE),
que formó parte del Consejo de Administración de Abertis Telecom;
Luís de Guindos ( PP ), exmiembro del Consejo
Asesor del banco de inversión Lehman Brothers y del Consejo de
Administración del banco Mare Nostrum , y ex responsable de la
división financiera de la consultora Pricewaterhouse Coopers (PwC);
o Román Escolano (PP), exdirector de relaciones institucionales del BBVA .
Las consecuencias de que una minoría –los
superricos– tengan tanta influencia política y mediática: el empobrecimiento de
la democracia
La evidencia de este enorme dominio de los superricos en la vida
política es abrumadora. De ahí que el neoliberalismo sea la ideología dominante en los
círculos del poder. Las políticas neoliberales implementadas por los
gobiernos han sido enormemente beneficiosas para las clases pudientes. No
solo el número de superricos ha aumentado, sino que también lo ha hecho el
nivel de su riqueza y de sus rentas, y ello conseguido a costa de que
el nivel de rentas de las clases populares (clase trabajadora y clases medias
de rentas medias y bajas) haya descendido de una manera muy marcada, siendo su
nivel de vida mucho más bajo que al inicio de la imposición de aquellas
políticas neoliberales. Este descenso ha afectado con especial
intensidad a los jóvenes, los cuales, tanto en
EEUU como en España, no vivirán mejor que sus padres, tal y como había ocurrido
antes del período neoliberal. Como consecuencia las
desigualdades se han disparado, alcanzando niveles extremos. La aplicación
de las políticas neoliberales en ambos lados del Atlántico Norte (como las
reformas laborales, que favorecían a los empresarios a costa de
debilitar a sus trabajadores y empleados, reduciendo sus derechos laborales;
así como las políticas de austeridad,
que han reducido también considerablemente sus derechos sociales) han
sido resultado de la gran derechización de los partidos políticos gobernantes,
derechización que se tradujo no solo en la vida política sino también en la
cultural y social del país. En realidad, nunca durante el período
democrático la sabiduría convencional del país había sido tan de derechas
(rozando incluso la ultraderecha) como ahora.
El poder global del capital financiero-especulativo, hoy presente en el Capital Corporativo global de las Empresas Corporativas Transnacionales. Dominan y contralan el mundo, con el modelo actual del neoliberalismo y la globalización de las élites de nivel mundial.
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La protesta y el rechazo de tal situación: la nueva
esperanza que se abre
A lo largo de la historia de este país, se puede observar que la
explotación siempre produce una respuesta y un rechazo. La última gran
ofensiva neoliberal en España se topó con el 15 M,
un movimiento político-social que denunció la imposición de tales políticas,
acusando a las autoridades gubernamentales de falta de legitimidad y
representatividad, pues estaban imponiendo políticas públicas neoliberales sin
que tuvieran mandato popular para ello, ya que no estaban en sus ofertas
electorales. En España, su “no nos representan” lo
decía todo. Fue una reivindicación que exigía democracia y que desde el
inicio provocó gran temor a los superricos y a sus servidores políticos y
mediáticos. La fuerza de este movimiento explica que, en solo cinco
años, el movimiento social que se transformó en un partido político, Podemos y sus confluencias (En Comú Podem y En Marea),
junto a una renovada IU, estableciera una
alianza (Unidas Podemos) que hoy es más que probable que gobierne en coalición
con un renovado PSOE.
La oferta programática de tal coalición incluye propuestas de
recuperación y expansión de los derechos políticos, civiles, laborales y
sociales que se habían eliminado o reducido, junto con otras medidas
progresistas de gran calado que podrían significar, de aplicarse, un cambio
notable en el bienestar de las clases populares (que
son la mayoría de la población), revirtiendo el descenso de su calidad
de vida, lo cual necesariamente requeriría reducir y eliminar la
excesiva y antidemocrática influencia política que los superricos tienen hoy en
el país.
Ni que decir tiene que, tal y como Paul
Krugman señala que está ocurriendo en
EEUU, los superricos movilizarán su enorme y antidemocrático
poder para, a través de todos los muchos medios de que disponen, sabotear
tales propuestas. Se iniciará así una campaña que se caracterizará por
su mezquindad, falsedad y juego sucio (que han caracterizado
su comportamiento) a fin de impedir los cambios necesarios y urgentes
que el país necesita. En realidad, ya ha estado ocurriendo durante estos meses,
durante el proceso electoral. Y sin lugar a dudas, las banderas de
siempre se utilizarán por ambos lados para defender sus intereses de clase. Los
mismos superricos que han hecho tanto daño al bienestar de la población se
presentarán ahora, como siempre han hecho, como los defensores de la patria. No
hay que olvidar que el anterior gobierno de coalición de fuerzas progresistas
al que hoy se establece, fue interrumpido en 1936 por un golpe militar,
estableciéndose un régimen enormemente reaccionario y represivo que condenó al
país a un enorme subdesarrollo.
El contexto ha cambiado y es poco probable que algo semejante ocurra.
Pero las derechas de hoy son las herederas de las de ayer y su escasísima
vocación democrática está bien documentada. No obstante, como asegura Krugman
en EEUU, el cambio es posible, pues existe la esperanza de cambio por vía
democrática (y ello a pesar de las enormes insuficiencias democráticas) bajo el
empuje y presión de las movilizaciones ciudadanas (pensionistas, mareas,
protestas y huelgas laborales, movimiento feminista y muchos otros), que cuando se mueven pueden ganar, tal y como ha ocurrido en
este momento histórico del país.
VICENÇ NAVARRO es catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas.
Universitat Pompeu Fabra.
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