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"Sanciones contra las empresas petroleras extranjeras vinculadas a Cuba
Con el
objetivo de crear una penuria energética, Estados Unidos decidió imponer
sanciones a las
empresas petroleras que prospectan en Cuba o transportan combustible a
la isla. Así, el Departamento del Tesoro condenó a la compañía británica
Acteon a pagar una multa de varios cientos de miles de dólares en abril
de 2019. En septiembre de 2019 la OFAC impuso
sanciones a varias entidades petroleras de Chipre y Panamá encargadas de
suministrar combustible a la isla. En diciembre
de 2019 otros seis barcos petroleros extranjeros fueron colocados en la lista
negra de Estados Unidos por transportar petróleo a Cuba. Al bloquear
los suministros de petróleo Estados Unidos generó una penuria de energía en
Cuba, que tuvo que elaborar un plan
de racionamiento de la gasolina. El impacto sobre la economía, la
agricultura y la producción de alimentos, los transportes públicos y los
desplazamientos de los cubanos, fue importante. La población cubana, ya
víctima de las sanciones económicas impuestas por las precedentes
administraciones, tuvo que hacer frente a dificultades que recordaban, para
algunos, el Periodo Especial.
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REGRESO
A LA POLÍTICA DE CONFRONTACIÓN.
Cuba
frente a la Administración de Trump 2/2
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Salim Lamrani.
Rebelión viernes 31 de enero del 2020.
2.
Nuevos obstáculos migratorios y restricciones a las remesas hacia Cuba
En marzo de
2019 la embajada de Estados Unidos en La Habana anunció que la validez de las
visas B2 otorgadas a los cubanos con
familiares en Estados Unidos pasaría de cinco años a tres meses con una
sola entrada posible en el territorio. Esta medida dificulta la posibilidad
para los habitantes de la isla de visitar a sus cercanos instalados en la
Florida u otra parte. Esta decisión se agrega al hecho de que Washington
cerró los servicios consulares en Cuba, obligando a los candidatos a una
visita en suelo estadounidense a ir a Colombia para solicitar una visa,
sin ninguna garantía de conseguir el documento. Los costos sumamente
elevados vinculados a este tipo de trámite hacen que este servicio se
vuelve inaccesible para la inmensa mayoría de los cubanos, lo que crea un nuevo
obstáculo a las visitas familiares y viola los acuerdos migratorios
bilaterales.
La dificultad
de conseguir una visa degradó considerablemente la cooperación universitaria,
científica y médica promovida por la Administración de Obama. Ahora los intercambios han alcanzado su nivel más
bajo y muchos acuerdos firmados bajo el mandato demócrata están ahora sin
efecto.
Las
transferencias de remesas por parte de la
comunidad cubana instalada en el exterior constituyen la segunda fuente de
ingresos de la isla. La Administración
de Trump decidió limitar el importe que un emigrado cubano puede enviar
a su familia a 1.000 dólares por trimestre, lo que afecta gravemente las
condiciones de vida de la población de la isla. Esta restricción contraviene
el principio de igualdad de derechos reconocidos por la Constitución de Estados
Unidos y que afecta únicamente a los ciudadanos de origen cubano. En
efecto, todas las demás minorías de Estados Unidos disponen de la
libertad de transferir sumas sin ningún límite de importe. Por otra parte,
la comunidad cubana de Estados Unidos no podrá usar más el sistema U-Turn que
permite al dinero transitar por un banco estadounidense, aunque el emisor y el
receptor de la transferencia financiera sean ciudadanos del país. Según las estimaciones del Departamento de Estado,
las transferencias de dinero procedentes de la comunidad cubana representan
3.500 millones de dólares al año.
3.
Nuevas restricciones contra el sector turístico
Desde junio
de 2019 el Departamento del Tesoro, mediante la Oficina de Control de Bienes
Extranjeros (OFAC), prohíbe a
todo tipo avión o barco privado ir a Cuba. “Los aviones privados y de
corporación, los cruceros, los veleros, los barcos de pesca y otros aviones y
embarcaciones similares en general no serán autorizados a viajar a Cuba”,
indica el documento oficial.
Esta
decisión afecta mucho al sector turístico, que constituye la tercera fuente de
ingresos de la isla. Las cuatro compañías de cruceros estadounidenses
tuvieron que cancelar todas las visitas previstas a La Habana so pena de
fuertes sanciones, privando así a los habitantes de la capital de un aporte
turístico importante y privando a los ciudadanos de Estados Unidos de la
posibilidad de descubrir la isla más grande del Caribe.
El mismo mes
de junio de 2019 la OFAC anunció la imposición de sanciones de varios
cientos de miles de dólares contra los grupos especializados en el turismo
internacional Expedia, Hotelbeds USA y Cubasphere por violar la reglamentación
sobre las sanciones económicas contra Cuba.
Por otra
parte, desde el 10 de diciembre de 2019, el Departamento de Estado
prohibió todos los vuelos comerciales regulares entre Estados Unidos y Cuba,
con la excepción de La Habana. Se cancelaron todos los vuelos comerciales
que vinculaban Estados Unidos a las ciudades de Santa Clara, Holguín y
Camagüey. Un mes después, el 10 de enero de 2020, se extendió esta
prohibición a los vuelos chárter. El objetivo es
limitar al máximo las posibilidades de viaje a Cuba tanto para la
comunidad cubana de Estados Unidos como para los ciudadanos de ese país.
Tras las
presiones ejercidas por Washington y las amenazas de juico ante los tribunales
estadounidenses, la empresa turística alemana Trivago eliminó a Cuba de
su sistema de reservas. Así, uno de los principales sitios turísticos en línea
del mundo ya no referencia a la isla del Caribe, lo que tendrá
inevitablemente un impacto sobre este sector vital para la economía cubana.
El
Departamento de Estado estableció desde 2017 una lista negra en la cual se
encuentran 211 empresas cubanas, entre las
cuales muchas están ligadas al sector turístico, principalmente hoteles.
Así, la Compañía Turística Habaguanex, el Grupo de Turismo
Gaviota –principales grupos turísticos cubanos–, las agencias de
turismo, las principales marinas, una decena de tiendas de recuerdos, así
como los 118 hoteles más importantes del país, están en esta lista. La
consecuencia es que los ciudadanos estadounidenses tienen la prohibición formal
de usarlos so pena de fuertes multas.
Del mismo
modo, en octubre de 2019, varias compañías aéreas extranjeras decidieron
cancelar su contrato de arrendamiento de aviones a la empresa Cubana
de Aviación después de las amenazas de sanciones por parte de Estados
Unidos. Muchos vuelos internacionales tuvieron que ser anulados, lo que
afectó a cerca de 40.000 pasajeros y ocasionó una pérdida económica de
alrededor de 10 millones de dólares en el espacio de dos meses para la
compañía cubana, pues redujo su capacidad a transportar turistas.
Estas nuevas
medidas restrictivas tienen lógicamente un impacto negativo en el sector
turístico cubano. Así, de
enero a noviembre de 2019, el turismo cayó un 8,5% con respecto al mismo
periodo del año anterior, o sea cerca de 360.000 visitantes menos. El número de
ciudadanos procedentes de Estados Unidos cayó en un 20% con más de 100.000
visitantes menos. En 2018, el número total de
turistas era de 4,7 millones y sólo alcanzó la cifra de 4,3 millones en
2019. Las previsiones oficiales contemplaban un total de 5,1 millones de
viajeros e ingresos a la altura de 3.000 millones de dólares.
4.
Aplicación del Título III de la ley Helms Burton
La
Administración de Trump decidió activar el Título III de la ley Helms-Burton de
1996 que permite denunciar ante los tribunales
estadounidenses a las empresas que realicen inversiones en Cuba en
propiedades nacionalizas en los años 1960 y que pertenecieron a ciudadanos
estadounidenses o a personas que consiguieron la ciudadanía después. El
objetivo es disuadir las empresas extranjeras de involucrarse en negocios con
Cuba. Desde la adopción de esta ley con carácter retroactivo –se aplica
para hechos ocurridos hace más de sesenta años– y extraterritorial –concierne a
todos los países del mundo– es decir, ilegal según el derecho internacional
público, los distintos gobiernos desde la Administración de Clinton
suspendieron sistemáticamente la aplicación del Título III. Desde el 2 de
mayo de 2019 la ley Helms-Burton se aplica en su integridad.
La Unión
Europea expresó su oposición a la nueva
política de Estados Unidos y recordó que violaba los acuerdos firmados en
1997 y 1998 entre Bruselas y Washington:
“Esta
decisión provocará fricciones inútiles y mina la confianza hacia el socio
transatlántico, así como la previsibilidad de éste.
La UE considera que la aplicación extraterritorial
de medidas restrictivas unilaterales es contraria al derecho internacional y se apoyará en todas las medidas apropiadas para
reaccionar a los efectos de la ley Helms-Burton, incluso en lo que se
refiere a sus derechos en el marco de la OMC y recurriendo a la ley de
bloqueo de la UE. La UE seguirá trabajando con sus socios
internacionales que también han expresado sus preocupaciones al
respecto”.
Canadá, por
medio de su ministra de Relaciones Exteriores Chrystia Freeland, condenó la aplicación del Título III de la ley
Helms-Burton y expresó su intención de defender los intereses de sus
inversionistas presentes en Cuba:
“Canadá está profundamente decepcionado por la
declaración de hoy. Analizaremos todas las opciones para responder a esta
decisión estadounidense.
Contacté con
las empresas canadienses para reafirmar que defenderemos plenamente los intereses
de los canadienses que comercian y llevan actividades de inversión legítimas
con Cuba.
La ley
Helms-Burton […] tiene como
objetivo prohibir a todos los países extranjeros implicarse en el comercio
internacional con Cuba; somete también a los ciudadanos extranjeros a
restricciones de viaje y los expone a sanciones financieras en Estados
Unidos”.
En una
declaración oficial, el Reino Unido también rechazó la aplicación
extraterritorial de las sanciones económicas:
“El Reino Unido comparte las preocupaciones expresadas por la Unión
Europea respecto a la declaración de Estados Unidos de aplicar el Título III de
la ley Helms-Burton.
La
aplicación extraterritorial de las sanciones del Título III, que consideramos
ilegales según el derecho internacional,
amenaza las empresas británicas y europeas que hacen negocios legítimos con
Cuba pues las expone a sanciones ante los tribunales estadounidenses.
Trabajaremos junto con la Unión Europea para proteger los intereses de
nuestras empresas.
El Reino
Unido, así como la Unión Europea, está convencido de que la mejor manera de
alentar a Cuba a respetar
las libertades democráticas y los derechos humanos, a aplicar una reforma política
o a jugar un papel menos contraproducente en Venezuela pasa por el
diálogo y la cooperación y no por el aislamiento”.
El resto de
la comunidad internacional, China, Rusia, India, Sudáfrica, México, Indonesia,
el Grupo de los 77, la
Asociación de las Naciones de Asia del Sureste o la Organización de la
Cooperación Islámica, condenaron unánimemente este recrudecimiento de las
sanciones económicas contra Cuba. En
noviembre de 2019, por vigesimoctavo año consecutivo, la Asamblea General
de las Naciones Unidas condenó el estado de sitio económico unilateral de
Estados Unidos contra Cuba con una aplastante mayoría de 187 votos contra 3
(Estados Unidos, Israel y Brasil).
5.
Sanciones contra las empresas petroleras extranjeras vinculadas a Cuba
Con el
objetivo de crear una penuria energética, Estados Unidos decidió imponer
sanciones a las
empresas petroleras que prospectan en Cuba o transportan combustible a
la isla. Así, el Departamento del Tesoro condenó a la compañía británica
Acteon a pagar una multa de varios cientos de miles de dólares en abril
de 2019. En septiembre de 2019 la OFAC impuso
sanciones a varias entidades petroleras de Chipre y Panamá encargadas de
suministrar combustible a la isla. En diciembre
de 2019 otros seis barcos petroleros extranjeros fueron colocados en la lista
negra de Estados Unidos por transportar petróleo a Cuba.
Al bloquear
los suministros de petróleo Estados Unidos generó una penuria de energía en
Cuba, que tuvo que elaborar un plan
de racionamiento de la gasolina. El impacto sobre la economía, la
agricultura y la producción de alimentos, los transportes públicos y los
desplazamientos de los cubanos, fue importante. La población cubana, ya
víctima de las sanciones económicas impuestas por las precedentes
administraciones, tuvo que hacer frente a dificultades que recordaban, para
algunos, el Periodo Especial.
Conclusión
Mientras
Barack Obama había iniciado un proceso de normalización con Cuba con aplausos de la comunidad internacional, ilustrando su
voluntad de poner fin a una política que había aislado a Washington en
la escena internacional, Donald Trump, al contrario, decidió regresar a
una política hostil basada en las sanciones económicas. Esta política
está condenada al fracaso pues, como ha demostrado la historia de las
relaciones bilaterales desde 1959, las autoridades de La Habana nunca
han aceptado negociar bajo la amenaza o la coacción. En cambio, en el espacio
de dos años, de 2014 a 2016, basando su política en el diálogo y el
respeto mutuo, Washington realizó progresos inauditos en las últimas
seis décadas.
Cuba siempre
ha afirmado su disposición a resolver pacíficamente el diferendo que lo opone a
Washington, a pesar del carácter asimétrico
del conflicto donde la primera potencia económica mundial impone un estado
de sitio a una pequeña nación del Tercer Mundo. El diálogo tendrá sin
embargo que basarse en una serie de principios no discutibles: la igualdad
soberana, la reciprocidad y la no injerencia en los asuntos internos. La
Habana ha reafirmada en reiteradas ocasiones que su sistema político y
su modelo socioeconómico no son negociables pues pertenecen a la competencia exclusiva del pueblo soberano de Cuba.
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