“Próxima era geopolítica: la fragmentación. China y
EEUU están compitiendo en
dominios comunes y cada uno busca diseñar sus propios sistemas: sus propios
estándares, sus propias cadenas de suministro, advierten en
Davos. Esos contornos de la nueva era geopolítica ya están presentes
en nuestra vida diaria, con nuevos estándares
económicos, tecnológicos, ambientales. El FMI señaló que
los volúmenes comerciales se han reducido en gran medida como resultado de
lo que la OMC ha llamado "niveles
históricamente altos de restricciones comerciales". Eso conllevará a la
desaceleración del crecimiento global en 0,8% en 2020”.
“Tanto el FMI como la OMC no
reconocen abiertamente su arcaico diseño ni sus incapacidades, pues por ejemplo
llama "restricciones comerciales" a los castigos comerciales o
sanciones a las que somete EEUU de manera unilateral a muchos países cuando no
les gusta su política. Las
potencias, las grandes compañías y los líderes empresariales hicieron saber en
Davos que les preocupa que la deuda pública de las
economías del G20 alcance el 90%
del PIB en 2019, el nivel más alto registrado, y que se prevé que llegue
al 95% en 2024, según datos del FMI. ¿Y qué hay de los pobres? Queda claro que este no
es su foro. Pues al ser el último escalón de la sociedad, deberán someterse a las reglas que acuerden los de arriba, en
tanto sigan creyendo que algún día les llegará la prosperidad por goteo”.
/////
EL PODER MUNDIAL LE TEME A LA NUEVA ERA
GEOPOLÍTICA: EL DESACOPLAMIENTO DE LAS POTENCIAS.
*****
María Luisa Ramos Urzagaste.
América Latina en Movimiento.
ALAI.
Martes 28 de enero del 2020.
El
Foro de Davos es uno de los mecanismos clave para 'aceitar las tuercas' de la
maquinaria capitalista, donde se coordinan, se discuten y se
hacen públicas las tareas del año para hacer que el sistema siga funcionando.
El enfrentamiento entre potencias les hace temer una atomización del mundo.
La turbulencia
geopolítica relacionada con las tensiones comerciales y las rivalidades
tecnológicas está creando un gran riesgo para la
comunidad global: el peligro de dislocación y desacoplamiento de EEUU y China
de las actuales reglas de juego globales. Así caracteriza el riesgo actual para el sistema
dominante el Foro económico mundial 2020.
Quien haya creído que Davos
le daría respuestas sobre las preocupaciones de miles de millones sobre cómo
superar la pobreza, el cambio climático y el desarrollo sostenible
peca de candidez.
A los líderes empresariales
y políticos les preocupa que se estén fortaleciendo polos donde hay mayor
confrontación, pierden clientes e incrementan los costos. Esta atomización
emergente, advierten, induce a los países a optar por uno u otro polo, lo cual
pone en peligro el actual modelo económico dominante desde la caída del muro de
Berlín.
El Foro de Davos busca sumar
las voces de sus aliados en el mundo, tanto gobiernos como empresas
transnacionales y líderes de opinión, para encarrilar a los divergentes y volverlos
a montar en la ya obsoleta maquinaria creada en Breton Woods en 1944, que dio
como resultado la creación de la ONU, la OMC, el FMI y el Banco Mundial.
Davos señala que el peso de
China y Estados Unidos es inmenso pues representan más del 40% del PIB mundial,
son los principales innovadores del mundo y, además, los dos principales
emisores de gases de efecto invernadero.
Les preocupa que el
resultado de la formación de compartimentos o atomización a la que llevan las
potencias conciba un panorama geopolítico inestable. Bajo el lema Para un mundo
cohesionado y sostenible, los dueños del Foro de
Davos buscan casi desesperadamente formas de coordinar y sostener las riendas
del poder mundial.
El presidente ejecutivo del
Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, fundador, impulsor y catalizador del
foro, hizo hincapié en la necesidad de buscar un capitalismo sostenible,
mientras que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advierte de la existencia de los cuatro
jinetes del Apocalipsis.
Posiblemente los temores de
la atomización de los sistemas en un mundo digitalizado sean genuinos, pero
queda claro que lo que buscan es estandarizar el mundo bajo las reglas de una
sola visión, un solo liderazgo, un mundo unipolar, un solo gobierno mundial.
Los líderes de Davos
temen el regreso de la Guerra Fría en el ambiente económico que
cambiaría fundamentalmente la forma en que los negocios y la seguridad global
han funcionado en las últimas décadas ya que los países tendrían que decidir a
cuál sistema económico formar parte, y las empresas tendrían que desarrollar
protocolos separados.
Próxima era
geopolítica: la fragmentación
China y EEUU
están compitiendo en dominios comunes y cada uno
busca diseñar sus propios sistemas: sus propios estándares, sus propias cadenas
de suministro, advierten en Davos. Esos contornos de la
nueva era geopolítica ya están presentes en nuestra vida diaria, con nuevos
estándares económicos, tecnológicos, ambientales.
El FMI señaló que los volúmenes comerciales se han
reducido en gran medida como resultado de lo que la OMC ha llamado
"niveles históricamente altos de restricciones comerciales". Eso
conllevará a la desaceleración del crecimiento global en 0,8% en 2020.
Tanto el FMI como la OMC no
reconocen abiertamente su arcaico diseño ni sus incapacidades, pues por ejemplo
llama "restricciones comerciales" a los castigos comerciales o
sanciones a las que somete EEUU de manera unilateral a muchos países cuando no
les gusta su política.
Las potencias, las grandes
compañías y los líderes empresariales hicieron saber en Davos que les preocupa
que la deuda pública de las economías del G20 alcance el 90% del PIB en 2019,
el nivel más alto registrado, y que se prevé que llegue al 95% en 2024, según
datos del FMI.
¿Y qué hay de los pobres?
Queda claro que este no es su foro. Pues al ser el último escalón de la
sociedad, deberán someterse a las reglas que acuerden los de arriba, en tanto
sigan creyendo que algún día les llegará la prosperidad por goteo.
Consecuencias de la
parcelación digital.
Los organizadores del Foro
nos recordaron que más del 50% de la población mundial está ahora
interconectada y que aproximadamente un millón de personas se conectan en línea
por primera vez cada día y dos tercios de la población mundial poseen un
dispositivo móvil.
A Davos y a su añorado mundo
unipolar les preocupa la ausencia de una gobernanza tecnológica global. Los
empresarios han advertido que "un ciberespacio fragmentado y estándares
tecnológicos diferentes podrían obstaculizar el crecimiento económico, exacerbar
las rivalidades geopolíticas y dividir aún más a las sociedades".
Ya vivimos una época de
dominio tecnológico que está reformando a diario nuestras vidas, las economías
y las sociedades. La inteligencia artificial, IA, ha sido denominada como
"la invención más impactante", pero también como la "mayor
amenaza" y la proliferación de estándares dificulta que los países y las
empresas confluyan en un solo sistema.
Peor aún vivimos una
dominación en manos de compañías tecnológicas globales que están desafiando y
asumiendo competencias centrales que solo les debieran competir a los
gobiernos.
Está claro que la ausencia
de un marco global de gobernanza tecnológica aumenta la injerencia foránea
empresarial en los Estados, asumiendo funciones que no le corresponden y
consiguiendo poseer y dominar infraestructura crítica para la seguridad de los
países.
Como Yuval Noah Harari advirtió el
peligro del robo de datos de los seres humanos, los conocimientos biológicos y
el control de la tecnología están llegando al punto en el que ya no se
necesitarán soldados para dominar algún territorio, pues se podría hacer
mediante el control de datos.
El medio ambiente
reducido a plantaciones
El Foro Económico fue
muy magro en resultados ambientales. Su mayor logro fue el
lanzamiento de la iniciativa Un billón de árboles, a
sembrar para 2030, como si las plantaciones pudieran devolver la biodiversidad
perdida y a ser degradada. Queda claro que no podemos pedirle peras al olmo.
Para la élite dominante
mundial el crecimiento es clave, eso implica un mayor consumismo que va en
dirección opuesta a la conservación y preservación de los ecosistemas. El FMI
responde a esas necesidades al exigir un mayor crecimiento y advertir sobre el bajo aumento de la economía
mundial, que prevé que sea del 3,3% en 2020 y del 3,4% en 2021.
Por su parte, la canciller
alemana, Ángela Merkel, dedicó la mayor parte de su intervención a abogar por
las soluciones tecnológicas al cambio climático. Queda claro que no debemos
esperar solidaridad de quienes solo velan por sus intereses.
Europa pretende liderar el
tema climático con el presidente francés Macron a
la cabeza, pero no pueden convencer ni a ellos mismos. Solo buscan soluciones
mercantilistas como la compraventa de bonos verdes y no promueven cambios de
hábitos consumistas. Mientras tanto, EEUU patea el tablero, sigue negándolo, y
China mira para otro lado.
Premio Nobel de
Economía desaprueba la economía de Trump
Previo a su viaje a
Davos, el premio Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz,
dijo que el presidente Donald Trump se merece un "desaprobado" en
economía, además de fallar en asignaturas esenciales como defender la
democracia y proteger el planeta.
"Tal vez Trump
sea un buen presidente para el 1% más rico (y sobre todo, para el 0,1% más
rico), pero no lo ha sido para más nadie" dijo Stiglitz. Denunció que millones se han
quedado sin cobertura en salud y que en solo dos años la proporción de
estadounidenses sin seguro médico creció del 10,9% al 13,7%.
Las pérdidas relacionadas
con el cambio climático en Estados Unidos aumentaron drásticamente, llegando en
2017 hasta un 1,5% del PIB en daños materiales, superando a cualquier otro país
en este aspecto, dijo el experto.
¿Cuál fue el relato que
trató de implantar Trump en Davos? Hizo un recuento de los logros de su gestión
en beneficio de su país, mostrando que su liderazgo ha mejorado a EEUU. Se jactó también de que son los mayores
productores de gas y petróleo y de que lograron la independencia energética.
Como gran dádiva al mundo,
Trump anunció que su país se unió al proyecto de sembrar dos billones de
árboles. Rechazó el pesimismo y a los apocalípticos, pues su país está
resurgiendo, dijo. Informó que se crearon siete millones de nuevos puestos de
trabajos, tres veces más de lo proyectado. Todo esto con el afán de refutar lo dicho
por Stiglitz.
El multilateralismo
vetusto y la multipolaridad en riesgo.
La competencia sin
precedentes que se ha desatado entre potencias económicas, financieras,
demográficas y tecnológicas está perfilando un nuevo orden (desorden) mundial y
aún no sabemos a dónde nos conducirá.
No se escuchó en Davos la
palabra multipolaridad, y dudo que les simpatice a los
asistentes y promotores; a toda vista la consideran una mala palabra.
La certeza que deja
Davos 2020 es que las actuales guerras cibernéticas, las guerras comerciales y
el cambio climático nos pasarán factura a los miles de
millones sin voz ni parte en ese foro.
-MARÍA LUISA RAMOS URZAGASTE es boliviana, ex
embajadora de Bolivia en Rusia y España y ex Vicecanciller del gobierno del
presidente Evo Morales.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario