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A continuación, será necesario volver a hablar de los recursos
necesarios para el funcionamiento del CI. Sus reuniones son caras, sobre todo cuando se pretende
pagar los billetes de avión de sus participantes. En el pasado, un fondo de solidaridad con contribuciones de los
movimientos del Norte sirvió para pagar boletos para representantes del
Sur. Hoy en día, hay varios movimientos en el Sur que son mucho más ricos que
los del Norte. Otra solución que se
propone en la reunión celebrada en Dacca
es establecer una cuota fija a pagar anualmente por parte de todos los miembros
del CI. Este asunto es urgente y necesita encontrar una solución eficaz y
sostenible. La dimensión política que se
manifiesta en dos niveles. En los foros en América Latina, surgen cada vez
conflictos respecto a la presencia en el Foro de hombres o mujeres políticos,
incluso presidentes. Para algunos, la
política institucional no tiene lugar en el FSM, que es una especie de
encuentro abierto para los movimientos
sociales, llamados 'sociedad civil'. Curiosamente, este debate no ha tenido
lugar en Túnez, donde sin embargo el
gobierno apoyó abiertamente el FSM y una delegación del CI fue invitada al
palacio presidencial. Cualquiera que sea
la fórmula elegida, no me parece aceptable que dependa del país en el que
se realice el FSM. Se debe tener en
cuenta sobre todo las alianzas y nexos políticos posibles para los movimientos
sociales. Si el
CI puede trabajar con un gobierno islamista, debe ser capaz de acoger a un
presidente aliado de los movimientos sociales.
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El FORO SOCIAL MUNDIAL y su gobernanza: el monstruo de cien cabezas.
*****
Francine Mestrum.
ALAI
América Latina en Movimiento. Mayo del 2013.
“La
sociedad civil planetaria recorre su propio camino, que no es siempre ni lineal”.
Acaba
de realizarse en Túnez el 12º Foro Social Mundial (FSM), dos años después de la 'Primavera
Árabe' que derrocó al antiguo régimen y estableció un gobierno dirigido por
Ennahda ("movimiento del renacimiento"), un partido político
islamista.
El Foro resultó un éxito, tanto en
términos de participación como políticos. La juventud de la región asiste
masivamente, los tunecinos sienten que la solidaridad internacional con su
revolución es palpable, y los participantes constatan que el FSM ha recuperado
lo mejor de sus experiencias pasadas.
¡Y esto era muy necesario! Pues, los
participantes internacionales, principalmente de Europa y América Latina,
estaban más bien escépticos sobre el futuro del proceso. Es más, luego de este
Foro se reunió su Consejo Internacional
(CI), cuya agenda aborda precisamente la futura gobernanza del FSM. El
éxito del FSM 2013 bloquea el camino de aquellos que querían poner fin al
Consejo Internacional, cuando no al propio proceso FSM. Dicho esto, no hay nada
definido, todo está por (re)hacer.
La horizontalidad y las estructuras.
La forma como se rige el FSM no es
fácil de entender. El Foro Social Mundial es un 'espacio abierto', lo que
significa que no tiene dirigentes, no representa a sus componentes y está
abierto a todos aquellos y aquellas que aceptan su carta de principios. Su
labor consiste básicamente en posibilitar la realización de eventos
auto-organizados.
Sin embargo, este principio de
horizontalidad, contrario a las jerarquías, es contrarrestado por unas
estructuras relativamente pesadas que se crearon durante la última década.
En primer lugar, está el Consejo
Internacional, en su origen un seminario de líderes de los movimientos sociales
y de intelectuales activos a nivel global. En ese entonces, las reuniones se
realizan a puerta cerrada. Al poco tiempo, se lo percibe como elitista, reunido
en hoteles 5 estrellas. Su tarea consiste en definir la estrategia del FSM.
Después del FSM de Mumbai en 2005,
se propone una primera reestructuración y se formula el objetivo de promocionar
y expandir el proceso del FSM, dándole mayor visibilidad y definiéndolo como un
proceso y no un evento.
La expansión se efectúa
principalmente a nivel del propio CI, que se convertiría en un órgano de más de
150 miembros, con seis comisiones, un pequeño comité de enlace y múltiples
grupos de trabajo.
En términos políticos, sin embargo,
pierde poder. Éste pasa primero a una secretaría basada en Sao Paulo que se
encarga del trabajo diario y mantiene el control sobre el conjunto del proceso.
Sin embargo, en Mumbai surge también un comité organizador local que cuestiona
el poder de la secretaría brasileña.
Hoy, en 2013, se constata que el
poder principal reposa efectivamente en manos del comité organizador del Magreb
y que una nueva instancia se ha creado en Brasil –el GRAP: Grupo de Reflexión y
de Apoyo al Proceso del FSM- de la cual nadie conoce la composición ni su
influencia real. La secretaría ha sido abandonada y el CI se ha convertido en
un barco sin timón.
Debate necesario.
Ante tanto despelote, se impone la
urgencia de un debate, sobre todo porque entre muchos miembros del CI surge un
sentimiento de abandono. De hecho, para las últimas reuniones del CI, apenas
había una agenda concreta. El comité de enlace, que debería haber sido renovado
en 2012, ha sido de hecho disuelto. Las distintas comisiones del CI ya no
funcionan, la Comisión de estrategia está monopolizada por un solo miembro...
Por lo tanto, el debate realizado en
Túnez, en medio de un contexto de entusiasmo y optimismo, es bienvenido.
Allí
se formulan varias observaciones:-
En
primer lugar, la
distancia enorme entre el CI de un lado y el FSM de otro, en tanto proceso, y
en tanto evento. Como varios participantes señalan, el FSM 2013 es un éxito, a
pesar de, más que gracias a la existencia del CI.
Segundo,
la 'nueva cultura política'
de la cual el proceso del FSM siempre se ha enorgullecido, no existe.
Ciertamente, se respeta la diversidad, pero las relaciones de poder echan a
perder todo, estando ocultas por una horizontalidad ficticia que no sirve más
que para eso.
Por
último, en ausencia de normas y metodología para equilibrar las relaciones de
poder, no existe
democracia dentro del CI. Los miembros saben más o menos quienes detentan el
poder -un núcleo reducido de miembros brasileños y franceses- aunque raras
veces éste se manifiesta abiertamente. En cuanto al comité organizador local,
no es parte del CI y sus miembros no se conocen oficialmente.
Todo esto debe ser visto ahora en el
contexto de un conflicto importante entre los movimientos sociales de Brasil y
una falta total de confianza entre los participantes en las reuniones del CI.
En términos de las relaciones humanas, la situación es muy difícil y la amistad
entre los miembros del CI es o superficial o sectaria. Nada sorprende,
entonces, que las reuniones sean difíciles de soportar más allá de un medio
día.
Vale mencionar también que el GRAP
contrata una secretaria a tiempo parcial quien se encarga actualmente del
trabajo más urgente, y que contó con una sala de reuniones permanente a su
disposición en un hotel 5 estrellas de Túnez.
Miles de jóvenes de todas las nacionalidades del mundo, asistieron al Foro Social Mundial, realizado en la Ciudad de Túnez en Marzo del 2013.
***
¿Otro CI es posible?.
En Túnez el CI dedicó dos días y
medio a un debate sobre su futuro. Previamente se prepara un informe de
síntesis de las distintas contribuciones presentadas en los últimos meses. Si
bien este informe es bien recibido, no se lo tiene en cuenta en el debate. Se
instalaron tres grupos de trabajo: uno, de medidas urgentes, incluyendo la
ubicación de la próxima reunión del CI y del FSM, un segundo sobre la reestructuración
y estrategia del CI y un tercero sobre la estrategia del proceso del FSM.
Muy pocas decisiones se tomaron. La
ubicación del próximo CI está por definir. Si bien hacia el final del debate,
el horizonte se despejó un poco y las denuncias y acusaciones son más escasas,
el hecho es que los puntos más importantes han sido más o menos excluidos del
debate.
Quiero
mencionar cuatro:-
Antes de poder decidir el futuro del
CI, es necesario confirmar o reformular sus tareas. Sólo a partir de allí se
podrá desarrollar una posible estrategia. Estas tareas, por supuesto,
dependerán de las relaciones de poder dentro del proceso del FSM. Si los
comités organizadores siguen existiendo, deben unirse al CI. En cuanto al GRAP, se debe formalizar
su existencia y aclarar su papel, a fin de evitar superposiciones.
A
continuación, será necesario volver a hablar de los recursos necesarios para el
funcionamiento del CI.
Sus reuniones son caras, sobre todo cuando se pretende pagar los billetes de
avión de sus participantes. En el pasado, un fondo de solidaridad con
contribuciones de los movimientos del Norte sirvió para pagar boletos para
representantes del Sur. Hoy en día, hay varios movimientos en el Sur que son
mucho más ricos que los del Norte. Otra solución que se propone en la reunión
celebrada en Dacca es establecer una
cuota fija a pagar anualmente por parte de todos los miembros del CI. Este
asunto es urgente y necesita encontrar una solución eficaz y sostenible.
En
tercer lugar, la dimensión política que se manifiesta en dos niveles. En los foros en América Latina,
surgen cada vez conflictos respecto a la presencia en el Foro de hombres o
mujeres políticos, incluso presidentes. Para algunos, la política institucional
no tiene lugar en el FSM, que es una especie de encuentro abierto para los movimientos sociales, llamados
'sociedad civil'. Curiosamente, este debate no ha tenido lugar en Túnez,
donde sin embargo el gobierno apoyó abiertamente el FSM y una delegación del CI
fue invitada al palacio presidencial. Cualquiera que sea la fórmula elegida, no
me parece aceptable que dependa del país en el que se realice el FSM. Se debe
tener en cuenta sobre todo las alianzas y nexos políticos posibles para los
movimientos sociales. Si el CI puede trabajar con un gobierno islamista, debe
ser capaz de acoger a un presidente aliado de los movimientos sociales.
El
segundo nivel político a considerar
en el CI es la realización de debates políticos en su seno. El mundo ha
cambiado profundamente desde el año 2001, estamos viviendo múltiples crisis y
hay cambios geopolíticos en marcha. Es más, nuevos actores jóvenes se han hecho
presentes para cuestionar el sistema dominante, así como el funcionamiento del
FSM y sus órganos. Hasta ahora, los debates políticos se han evitado en el seno
del CI, por temor a provocar divisiones. Me parece esencial reservar espacios
para estos debates, como la única manera de construir gradualmente
convergencias e ir más allá del sectarismo.
En
cuarto lugar, el CI tiene una necesidad urgente de democracia, de transparencia
y de rendición de cuentas. Ninguna
instancia puede sobrevivir si no hay confianza entre sus miembros. Sin embargo,
la confianza no puede existir si las decisiones se toman fuera de las
reuniones, si no se tienen en cuenta los informes solicitados, si no se
presentan las cuentas, si las relaciones de poder permanecen ocultas tras el
velo de la horizontalidad.
¿Y ahora?
Muchas preguntas siguen abiertas. Si
el FSM va a sobrevivir -lo que tras el éxito de Túnez, todos desean- hay que
reconsiderar su gobernanza. Si el CI quiere sobrevivir, tendrá que
reconstruirse y democratizarse. Si el FSM quiere repetir sus éxitos, se lo debe
organizar allí donde los movimientos sociales tengan necesidad de él y estén
directamente involucrados en su programación.
Un CI donde los movimientos
sociales, grandes y pequeños, incluidos los sindicatos, puedan sentirse como en
su casa para discutir la política y la estrategia a seguir, podría proporcionar
al FSM una orientación intelectual. Además de los foros temáticos que ya se
organizan, el CI podría proponer a los comités de organización centrarse en
unos pocos temas sobre los que se podrían organizar eventos. No se trataría de
ninguna manera de imponer una 'línea política', sino de poner de manifiesto las
principales corrientes de pensamiento diferentes sobre ciertos temas. Esto
podría alentar a los movimientos presentes en el FSM y ayudarles a preparar
mejor sus propios seminarios.
El espacio abierto es una gran idea,
pero tiene poco sentido si conduce a la yuxtaposición sin más de una cantidad
ilimitada y con frecuencia superpuesta de temáticas.
Doce
años después de Porto Alegre,
la relevancia de la iniciativa de los fundadores del FSM se confirma. Ahora ha
llegado el momento de renovar la fórmula y hacer todo lo posible para no
desperdiciarla. Es hora de abrir un espacio para las nuevas generaciones y hacer de él un
espacio estratégico para la reflexión y la acción. (Traducción ALAI).
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Francine Mestrum es doctora e investigadora en
ciencias sociales. Es Coordinadora de Global Social Justice (www.globalsocialjustice.eu) y
representante del Centre Tricontinental -CETRI- en el CI del FSM.
Este
texto es parte de la Revista América Latina en movimiento No. 484, que en esta
edición trata sobre "Foro Social Mundial: ¿Momento de replanteamientos?".
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