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Las políticas de
austeridad, como políticas de Estado en la Unión Europea, la están destrozando
como sistema político. Hoy no sólo es la crisis estructural generalizada de la
euro-zona – para unos académicos y políticos, un crisis de la deuda elevada – en cambio para
otros académicos, políticos y dirigentes sindicales o de los movimientos sociales – M-15, Democracia
Real, Ya, en España; el movimiento 5 Estrellas en Italia, el Movimiento
sindical y el partido el Zyrisa en
Grecia, el movimiento sindical y el movimiento de la Revolución de los Claveles
Rojos en Portugal, o el movimiento sindical y la propia derecha organizada en
el Movimiento Identitario y el X-H, en Francia; Chipre, Irlanda, - ahora retorna
la derecha en Islandia -, Bulgaria, donde aparece un “Mario Monti” Italiano, en
el epicentro de la crisis y la corrupción, un Tecnócrata intenta recuperar la
gobernabilidad –alianza de todos los partidos políticos responsables de la
crisis; Reino Unido entre retirarse la Unión Europea y cómo afrontar la severa
crisis de desempleo, educación, salud, etc. Para todos ellos, la crisis es estructural, multidimensional – hoy poli-crisis
-. Podríamos seguir señalando los
males estructurales que hoy están destruyendo lo que ayer fue el Modo Social Europeo
– el más grande aporte democrático que Europa entregó al mundo. En
el centro, la realidad europea, nos dice que el desempleo, la pobreza, la deuda, la violencia, las huelgas, la ocupación
de las calles y plazas públicas, por la juventud desempleada y los ciudadanos, escenario complejo que la
Troika no puede resolver con sus políticas neoliberales, en el otro extremo, los mejor favorecidos con las políticas de
ajuste, reajuste y salvataje, y hoy austeridad, es decir, el poder de los bancos
– y su bancocracia – y la alianza con los políticos corruptos y fracasados, están dinamitando
internamente la otrora Europa, ejemplo en el mundo en tiempos de la Modernidad.
Pero, en toda
Europa, existe otro problema de carácter social y cultural NO resuelto, los millones
de migrantes - legales o ilegales – que vienen de los países pobres de África, Asia, América Latina y cuyos derechos humanos, no son respetados,
- estableciendo diferencias marcadas de Estado a Estado en Europa - derechos, que al contrario hoy son atacados
violentamente desde o Gobiernos y/o en
otros escenarios por grupos organizados,(in)surge
la xenofobia por política radical, extrema y violenta de la derecha
conservadora – el odio marcado al extranjero, al diferente, al otro – , junto
también está ahora la homofobia – a raíz
del reconocimiento de derechos de las minorías gays, lesbianas y otros. La derecha y la ultraderecha, la juventud
religiosa, en Francia atacan con violencia. Sin embargo, un país aparente
sin problemas económicos, sociales, políticos, - país muy rico, con un sistema
democrático consolidado, instituciones que funcionan, con políticos partidarios
de la migración, en especial por razones políticas, Suecia –
pero en el fondo aspectos culturales no resueltos, estallaron violentamente,
como lo hicieron hace años en Francia – Desempleo,
marginación social, exclusión cultural, pobreza en los sectores marginales de
Estocolmo, constituye el contexto ardiente que estalló el fin de semana pasada
originando serios problemas de violencia y muerte – un ciudadano africano – un país, donde existe realmente una
fuerte y reconocida convivencia cultural – “cohabitación” cultural – hoy está
también en el ojo de la tormenta política. Esperamos una solución democrática y respetando los derechos
humanos de todos, para fortalecer la reconocida convivencia cultural.
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Suecia, modelo para desarmar.
Cuarta noche de
disturbios en Estocolmo.
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Cientos de personas incendiaron
autos, propiedades y se enfrentaron con la policía en la cuarta noche
consecutiva de disturbios en la periferia de Estocolmo, zona de los barrios más
pobres, en el peor estallido social del país escandinavo que se recuerda en
años.
Página /12 viernes 24 de mayo del 2013.
Suecia, uno de los países más
ricos de Europa, pudo salir de una grave crisis económica, pero no logró
superar el elevado índice de desempleo y los problemas derivados de los
inmigrantes que demandan asilo. Los peores incidentes que se registraron en la
madrugada sucedieron en la zona sur de Estocolmo, donde manifestantes
incendiaron un restaurante en Skogas, atacaron una comisaría en Ragsved y se
enfrentaron con la policía en Hagsatra. Los bomberos informaron que a partir de
las 18 hora local (13 de Argentina), realizaron 90 salidas, casi todas para
apagar los incendios provocados por los disturbios, que además causaron el
cierre temporal de una línea de subte y de colectivos.
A pesar de la dimensión de los
disturbios que se fueron extendiendo a otros barrios de la capital sueca, las
autoridades informaron que la intensidad de los incidentes fue descendiendo
progresivamente y no se registraron heridos de gravedad. Los desmanes se
desencadenaron la semana pasada, cuando un inmigrante con problemas psíquicos
murió por los disparos de la policía en su casa de Husby, donde se había
encerrado con su compañera.
Según la policía, le
dispararon al hombre en defensa propia, porque supuestamente los amenazó con un
hacha. Sin embargo, fue el accionar irregular de las fuerzas lo que ocasionó
las protestas de los vecinos y la investigación interna de la policía contra el
autor de los disparos.
Por los disturbios, cinco
personas permanecen detenidas desde ayer, cuatro de ellas de entre 15 y 18 años.
Están acusadas de haber iniciado el incendio en el centro de Husby, barrio
donde comenzaron los disturbios el domingo último.
Los vecinos denuncian el
maltrato de las fuerzas de seguridad que se dirigen a ellos con palabras
cargadas de racismo como “negros”, “ratas” o “monos”, lo cual recrudeció los
enfrentamientos. La asociación Megafon, un grupo que trabaja con los jóvenes
del barrio, asocia las protestas al abandono en el que se encuentra la
periferia de Estocolmo, asediada por los recortes
en seguro de desempleo, ayudas sociales y educación implementados por el
gobierno de derecha.
Noches de
furia en Estocolmo.
Jóvenes de familias
inmigrantes encienden la protesta en Suecia.
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Los incidentes, que empezaron
el domingo por la noche después de un caso de gatillo fácil policial en una
barriada, se extendieron a unos quince barrios de la capital. Echan por tierra
la idea de una Suecia pacífica e igualitaria.
Página
/12 domingo 26 de mayo del 2013.
Cinco noches de disturbios en
la periferia pobre de Estocolmo a manos de jóvenes de barrios desheredados de
mayoría inmigrante han echado por tierra la imagen de una Suecia pacífica e
igualitaria. Los incidentes, que comenzaron el domingo por la noche tras la
muerte de un habitante de la barriada de Husby, ultimado por la policía, que
alegó legítima defensa, se fueron extendiendo a unos 15 barrios de la capital.
El jueves por la noche, una
comisaría de policía fue atacada con piedras en el barrio de Kista y otros dos
en el sur de la capital. Aunque durante estos incidentes no hubo que lamentar
muchos daños personales –una persona herida en la cabeza por una pedrada en una
manifestación en Husby el jueves, un policía herido el miércoles por la noche–,
los daños materiales se multiplicaron.
Los bomberos dieron cuenta de
90 incendios de coches y en edificios, uno de los cuales arrasó un restaurante
el barrio de Huddinge, en el sur de la capital. Estos actos de violencia
provocaron un debate en Suecia sobre la integración de los inmigrantes, que
representan cerca del 15 por ciento de la población y se concentran en los
barrios pobres de las grandes ciudades del país, que sufren una tasa de
desempleo mayor que la media del resto de la población.
Según responsables de
asociaciones locales citados por la prensa, los autores de los incidentes
alegan que las fuerzas del orden son racistas y acusaron a los policías de
proferir insultos como “mendigos”, “monos” o “sucio negro”. La policía llamó a
las eventuales víctimas a denunciar e intentaba minimizar la gravedad de los
hechos. “Cualquier caso de personas heridas es una tragedia, todo coche quemado
es un fracaso de la sociedad (...) pero Estocolmo no está ardiendo”, subrayó un
responsable de la policía de la capital, Ulf Johansson.
Los sociólogos subrayaban que
la cólera tiene raíces profundas. “Ser joven y vivir en estos lugares de
segregación puede ser muy difícil, no tienen prácticamente ningún contacto con
otros suecos y a menudo no entienden bien a la sociedad sueca”, estima Aje
Carlbom, antropólogo social de la universidad de Malmö.
Los barrios donde estallaron
los incidentes son conocidos por los habitantes de Estocolmo por su
concentración de problemas sociales tales como el desempleo, fracaso escolar y
la ociosidad de los jóvenes. Suecia se ha convertido en un destino muy buscado
por los inmigrantes en Europa. En la última década ha recibido a cientos de
miles de personas de Irak, Afganistán, Somalia, los Balcanes y recientemente
Siria.
El primer ministro sueco, el
conservador Fredrik Reinfeldt, ferviente partidario de recibir a inmigrantes,
ha querido dar la imagen de un país unido en el Parlamento. “Querer describir a
Suecia como una capital separada de sus barrios periféricos es peligroso, no
creo que sea verdad”, afirmó, y se refirió a los autores de los disturbios como
“un pequeño grupo de alborotadores”.
El ministro para la
Integración, Erik Ullenhag, atribuyó los disturbios a un desempleo elevado –del
8,8 por ciento en Husby en 2012 frente al 3,6 por ciento en Estocolmo–, y a
otras formas de exclusión de los barrios en los que la población inmigrante es
mayoritaria. “Sabemos que hay una
discriminación en estos lugares, y estos acontecimientos no mejoran la imagen
de estos barrios, donde hay muchas cosas positivas que se producen, pero que
están completamente eclipsadas actualmente”, lamentó.
Los incidentes fueron
ampliamente consignados por la prensa internacional, que los comparó con países
que ya han sufrido episodios violentos en las periferias de sus grandes
ciudades como Francia y Reino Unido.
Según Carlbom, “Suecia sufre una fuerte segregación, pero
estos barrios pueden ser mucho más duros en otros países”.
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