Tras una inédita cumbre en Brasilia (capital brasileña), que reunió
a los líderes de las potencias emergentes que conforman el BRICS y a los mandatarios miembros de
la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR),
los presidentes suramericanos saludaron este miércoles la creación del
banco de este bloque como alternativa al Fondo
Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial. Previamente, los jefes de Estado de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica
acordaron el martes en Fortaleza
(noreste de Brasil) la creación de un banco de desarrollo para financiar
infraestructuras que los países en desarrollo precisan y un millonario acuerdo
de reservas para asistirse en caso de crisis, instituciones que buscan
contrarrestar la hegemonía europea y estadounidense en esta materia. El nuevo banco y el acuerdo de reservas
"han sido recibidos como una gran noticia en toda la región de Suramérica,
hemos propuesto una alianza de trabajo del Banco del Sur y el Banco de los BRICS", apuntó el
presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
"Lo que hacían el BM y el FMI es chantajear a los gobiernos
(...) el nuevo banco de desarrollo estoy seguro de que en el
futuro acabará con las políticas de neoliberalismo y nuevo colonialismo",
manifestó, por su parte, el mandatario boliviano, Evo Morales, al término del evento. Entre tanto, la jefa de Estado argentina, Cristina Fernández, defendió un
"reordenamiento global financiero que incluya las necesidades de
crecimiento, producción, y no de destrucción del empleo, el abandono de las
sociedades que nos ha tocado vivir durante tantas décadas a los americanos del
sur". Los 16 líderes se reunieron a puerta cerrada durante buena parte de
este miércoles, en la sede de la Cancillería
en Brasilia. Varios dignatarios abordaron el tema del crecimiento
inclusivo, que debía ser central en la Cumbre BRICS-UNASUR, entre estos la presidenta
chilena, Michelle Bachelet, que
llamó a trabajar para "derrotar la desigualdad, a fin de lograr un
desarrollo inclusivo y sostenible". Por parte de los BRICS estaban
presentes la presidenta de Brasil, Dilma
Rousseff; de Rusia, Vladimir Putin; China, Xi Jinping; Sudáfrica, Jacob Zuma, y
el primer ministro indio, Narendra Modi. Este jueves será lanzado el foro China-América Latina también en
Brasilia, donde se espera la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, y
numerosos líderes de la región. Este foro muestra el interés de China en Suramérica.
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La Cumbre Mundial, reunió a
Líderes de potencias emergentes – BRICS – y a los Mandatarios de la Unión de Naciones del
Sur –UNASUR – quienes saludaron la creación del Banco del BRICS como
alternativa al FMI y al BM, y además brindaron su respaldo a Argentina en el
caso de los denominados fondos buitre.
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LOS BRICS EN
BUSCA DE UNA GOBERNANZA ECONÓMICA ALTERNATIVA.
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Brasil, Rusia, India y China (BRIC), los países no-OCDE, buscan aumentar su influencia en el modo en el que se fijan las reglas del juego de la globalización, bien modificando los equilibrios de poder en las estructuras ya existentes, o bien creando otras instituciones paralelas en las que los países avanzados no tengan influencia
Que buscan los BRICS? Una Nueva Gobernanza Económica.
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Infolatam
Madrid, 14 julio 2014
Por Federico Steinberg
Lo que comenzó como un
acrónimo simpático inventado por Jim O´Neill cuando era economista jefe
de Goldman Sachs en 2001 para referirse a Brasil, Rusia, India y
China (BRIC), los países no-OCDE más pujantes en aquella época, ha
terminado por transformarse en un selecto club de potencias que quieren cambiar
la gobernanza económica global. Así, estos días, en Fortaleza, Brasil, tendrá lugar la VI
cumbre BRICS (a los cuatro originarios
se les ha unido Sudáfrica), lo que constata que las reuniones de este grupo tan
heterogéneo de países ya se han consolidado.
Y lo que intentarán
conseguir es fácil de decir y difícil de instrumentalizar: buscan aumentar
su influencia en el modo en el que se fijan las reglas del juego de la
globalización, bien modificando los equilibrios de poder en las estructuras ya
existentes, como el G-20, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial o la Organización Mundial del Comercio (OMC), bien creando otras
instituciones paralelas en las que los países avanzados no tengan influencia.
Desde Occidente es fácil
criticar al grupo de los BRICS diciendo que es un constructo sui generis con
pocas cosas en común cuyo único punto de unión es su descontento con el actual
orden económico internacional, que se apoya en las instituciones creadas tras
la Segunda Guerra Mundial bajo liderazgo estadounidense y que se ha adaptado
poco a los nuevos tiempos de multipolaridad económica y declive relativo de
Occidente. Y, si bien es cierto que en el grupo de los BRICS conviven
democracias, autocracias y dictaduras; economías exportadoras de commodities
con otras que devoran materias primas y energía; y potencias que aspiran a
tener influencia global algún día con otras que bastante tienen con cuidar sus
patios traseros; lo cierto es que representa el 40% de la población mundial
y un cuarto de su PIB y que, si avanzan con iniciativas concretas, podrían
empezar a lograr algunos cambios.
De momento, y con buen
criterio, los BRICS han empezado por la cooperación económica, que es donde
tienen una mayor sintonía. Es un área en la que se sienten cada vez más
frustrados. Primero, porque en el G-20, donde por fin tienen voz (no sucedía
así en el G-7/8), no ven que sus demandas se traduzcan en grandes avances, en
especial en lo relativo a la coordinación monetaria internacional y las guerras
de divisas, que tienen mucho que ver con el papel hegemónico que el dólar
sigue jugando en el sistema monetario internacional (recordemos que el G-20,
tras un periodo de protagonismo en 2008-2010, cuando sus acuerdos salvaron al
mundo de una segunda Gran Recesión, lleva varios años sumido en la
irrelevancia). Y, segundo, porque el Congreso estadounidense está bloqueando
un acuerdo alcanzado en 2010 en el seno del propio G-20 para darle a los BRICS
(y a otros emergentes) más voz en el FMI.
Es por ello que han
propuesto crear dos instituciones nuevas que rivalicen con las de Bretton Woods
(el FMI y el Banco Mundial): se trata de un Banco de Desarrollo y de un
Fondo de Reservas común, cada uno dotado con 100.000 millones de dólares. El
primero tendría como objetivo financiar proyectos, sobre todo
infraestructuras, ya estos países necesitan llevar a cabo enormes inversiones
públicas para poder sostener su potencial de crecimiento en los próximos años
(sobre todo India, Brasil y Sudáfrica). El segundo serviría para proveer de
liquidez a quienes tuvieran que enfrentarse a crisis financieras; es decir,
aspiraría a sustituir al FMI, que tiene bastante “mala prensa” en las potencias
emergentes desde sus actuaciones en la crisis asiática de 1997. Se trata,
por tanto, de estructuras alternativas de financiación que no cuenten con la
intromisión de los países ricos a la hora de tomar sus decisiones.
Se trata, sin duda, de una
iniciativa que puede tener un impacto importante. Sin embargo, hay muchos
interrogantes por resolver. Primero, habrá que ver si efectivamente se
desembolsará el capital y si la estructura de gobernanza de ambos fondos puede
ser pactada, algo que no será sencillo dado que China es mucho más potente
y solvente que el resto de los BRICS (recordemos que iniciativas similares de
cooperación monetaria y financiare como el Banco del Sur o el acuerdo de Chang
Mai de momento no se han mostrado muy efectivos). Y segundo, habrá que ver
si otros países emergentes recurren a estos fondos, en caso de que se acuerde
que puedan hacerlo si se enfrentan a crisis financieras, optando así por
dar la espalda al FMI, lo que tendría implicaciones geopolíticas de primer
orden.
Por otra parte, esta
iniciativa podría servir también para desatascar la reforma del FMI, algo que
es necesario para adaptar la institución a los retos del siglo XXI.
En todo caso, los países
avanzados harían bien en hacer un esfuerzo para encontrar un encaje adecuado
para las potencias emergentes en las instituciones ya existentes. La
consolidación de estructuras paralelas solo contribuirá a hacer más difícil la
cooperación económica internacional y la gobernanza de la globalización,
precisamente cuando ésta es más necesaria para gestionar los cambios en los
equilibrios de poder que se están produciendo en la
economía mundial por el auge de los BRICS.
Federico Steinberg
América Latina BRICS.
UNASUR APLAUDE NUEVO BANCO DE DESARROLLO DE LOS BRICS.
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BRICS –
economías emergentes. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Han realizado su
VI Cumbre Mundial en la Ciudad de Fortaleza, Brasil, e invitaron a participar a
la Unión de Naciones el Sur, UNASUR. Colombia,
Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Uruguay, Argentina, Paraguay; el continente de mayor crecimiento
macro-económico, de la población más joven, pero también el continente más
desigual del mundo. Se ha conseguido enormes resultados en beneficio de las
corporaciones transnacionales? O será a favor de los pueblos?. Veremos los
siguientes años.
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Federico Steimberg.
Reuters
Brasilia, 16 julio 2014
(Especial Infolatam).- “Los BRICS han propuesto crear un Banco de Desarrollo y de un
Fondo de Reservas común. Se trata de estructuras alternativas de
financiación que no cuenten con la intromisión de los países ricos a la hora de
tomar sus decisiones. La consolidación de estructuras paralelas solo
contribuirá a hacer más difícil la cooperación económica internacional y la
gobernanza de la globalización”.
Una decena de presidentes
de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) volaron a Brasilia para aplaudir
el miércoles al grupo de potencias emergentes BRICS por desafiar el orden
financiero internacional con la creación de un nuevo banco de desarrollo.
Los líderes
latinoamericanos ven el banco creado el martes por los presidentes de Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica como una fuente de financiamiento alternativa
al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“Quiero proponer un brindis
por todos nosotros”, dijo la presidenta brasileña Dilma Rousseff. “Un
brindis para la relación permanente entre Unasur y los BRICS”, añadió.
La reunión en el Palacio de
Itamaraty, el elegante edificio modernista de la cancillería brasileña, fue la
presentación de los nuevos instrumentos de financiamiento que los BRICS
pretende ofrecer a países como los sudamericanos, ampliando la influencia del
grupo en la región.
Allí estaba la presidenta
argentina Cristina Fernández, el colombiano Juan Manuel Santos, la chilena
Michelle Bachelet, el peruano Ollanta Humala y el venezolano Nicolás Maduro.
“Esta reunión significa la concreción de una nueva geopolítica mundial
para la paz y el desarrollo compartido”, dijo Maduro a Reuters.
En la foto oficial aparece
una sonriente Rousseff flanqueada por el presidente chino Xi Jinping, el
ruso Vladimir Putin, el sudafricano Jacob Zuma y el primer ministro indio
Narendra Modi.
A su alrededor están los
presidentes de la UNASUR incluyendo
el boliviano Evo Morales, el uruguayo José Mujica y el paraguayo Horacio
Cartes.
El banco de los BRICS es visto desde el sur del mundo
como una fuente de financiamiento menos hostil que el FMI, que por décadas
impuso severas condiciones y recetas económicas a la región.
“Van surgiendo cada vez más
instituciones que cuestionan precisamente el funcionamiento de los organismos
multilaterales, que en lugar de dar soluciones no hacen más que complicar la
vida de nuestros pueblos”, dijo la argentina Fernández, cuyo país está
marginado de los mercados de capital por una masiva cesación de pagos en el
2002.
Fernández recibió en Brasil
el espaldarazo de sus colegas sudamericanos en la pulseada que su país sostiene
con un grupo de acreedores que tienen a Argentina al borde de otro default.
El presidente colombiano Santos
dijo que todos apoyaron a Argentina ante la decisión “irracional” de un juez de
Estados Unidos que falló a favor de los acreedores que reclaman el pago de
1.330 millones de dólares más intereses.
La presidenta chilena
Bachelet dijo que el nuevo banco de los BRICS podría ayudar a financiar obras
de infraestructura que América Latina tanto necesita.
“Ello facilitaría avanzar
de manera sustantiva en la integración sudamericana”, dijo en un discurso,
“potenciando de manera virtuosa la correlación entre infraestructura y
desarrollo económico y social”.
El presidente chino Xi
dejó la reunión para hablar en una sesión solemne del Congreso brasileño antes
de una visita de Estado a Brasil el jueves.
El líder cubano Raúl Castro
llegó también a Brasilia para asistir el jueves a una reunión que Xi pidió
con el cuarteto
de países que encabezan la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
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