El
gobernador Brown también
ha elogiado a los presos que trabajan como bomberos por sus heroicos esfuerzos en la lucha contra el
fuego: “Quiero agradecerles personalmente a todos los bomberos que están en la
primera línea, a los integrantes del Departamento de Protección contra Incendios de California, así como a la Guardia Nacional y a los miles de
presos que también están en la primera línea luchando para proteger vidas y
ayudando a que estos incendios culminen rápido”.
Los prisioneros que combaten incendios, con su lamentable salario de un dólar la hora, le hacen ahorrar al
estado de California unos 100 millones
de dólares al año según las estimaciones oficiales. Sid Turner, comandante de Delta
Camp, declaró para Democracy Now:
“Creo
que deberían ganar más de un dólar la hora. Reciben ese mismo salario desde
hace décadas”. Turner admitió que,
si se redujera la población carcelaria, el sistema de bomberos se vería en
problemas: “California necesita
cuadrillas. Si no tuviéramos reclusos para cumplir ese papel, tendríamos
que conseguir esa fuerza de trabajo en otra parte”. Y Cal Fire, la agencia de bomberos estatal, se está quedando sin fondos a
pasos agigantados.
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No hay justicia para los presidiarios de las cárceles de San Francisco, que en un 25% son integrantes del Equipo de Bomberos y entregan su vida al servicio de la Comunidad.
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ESTADOS UNIDOS: NO HAY JUSTICIA PARA LOS
PRESIDIARIOS QUE SALVAN VIDAS APAGANDO INCENDIOS.
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Los Reclusos de San Francisco, en 25% son miembros del Equipo de Bomberos. Reconocidos por el propio Gobernador por "su trabajo heroico, en beneficio de la Comunidad". ¿Serán únicos en el mundo?
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Amy Goodman y Denis Moynihan.
Democracy Now!
Rebelión sábado 15 de setiembre del 2018.
SAN FRANCISCO — Las pruebas de
la virulencia del cambio climático mundial cubren la Tierra, azotando a las
comunidades con todo el arsenal de la furia de la naturaleza: huracanes,
tornados, tormentas implacables, inundaciones sin precedentes, sequías históricas
y abrasadoras olas de calor. En California, los incendios forestales han
aumentado drásticamente en cantidad e intensidad, lo que ha llevado al límite
de sus capacidades a los escuadrones de bomberos del estado y ha superado el
presupuesto estatal de lucha contra incendios. Mientras se registran nuevos
incendios forestales a lo largo del estado, miles de personas se han congregado
en San Francisco esta semana para
participar de la Cumbre Global de Acción
Climática convocada por el gobernador
Jerry Brown y otras personas profundamente preocupadas por la crisis del
cambio climático y la obstinada negación del fenómeno por parte del presidente Donald Trump. Junto a las
brigadas de bomberos profesionales, en la primera línea de estos enormes
incendios, se encuentran miles de prisioneros de California, trasladados desde
sus cárceles para unirse a este peligroso trabajo, todo por un dólar la hora o
aún menos.
Democracy Now! viajó al Delta Conservation Camp, una hora al
norte de San Francisco, para conocer a los prisioneros que luchan contra estos
devastadores incendios forestales. El nombre no denota que es un campamento de
reclusos. Existen 44 de estos
centros de detención, entre los que se incluyen tres para mujeres y uno para
menores, que luchan contra los incendios forestales que azotan California con cada vez mayor
frecuencia y ferocidad.
Cerca
del 25% de los bomberos que combaten
incendios forestales en California son reclusos.
El sargento
Steven Reeder, uno de los oficiales correccionales en Delta, declaró
en una entrevista para Democracy Now:
“Los reclusos bombero son la columna vertebral del Departamento de
Silvicultura y Protección contra Incendios de California. Se les dan las tareas más difíciles en las peores
condiciones, 40 grados bajo el sol,
con dos capas de ropa, cargando 20 kilos de equipos. Y tienen que cargar toda
su comida y agua para una jornada de 24 horas, y luego manejar una herramienta
todo el tiempo”.
El gobernador
Brown también ha elogiado a los presos que trabajan como bomberos por sus
heroicos esfuerzos en la lucha contra el fuego:
“Quiero agradecerles personalmente a
todos los bomberos que están en la primera línea, a los integrantes del
Departamento de Protección contra Incendios
de California, así como a la Guardia
Nacional y a los miles de presos que también están en la primera línea
luchando para proteger vidas y ayudando a que estos incendios culminen rápido”.
Los prisioneros que combaten
incendios, con su lamentable salario de un dólar la hora, le hacen ahorrar al
estado de California unos 100 millones
de dólares al año según las estimaciones oficiales. Sid Turner, comandante de Delta Camp, declaró para Democracy Now:
“Creo que deberían ganar más de un dólar la hora. Reciben ese mismo salario
desde hace décadas”. Turner admitió
que, si se redujera la población carcelaria, el sistema de bomberos se vería en
problemas: “California necesita cuadrillas. Si no tuviéramos reclusos para
cumplir ese papel, tendríamos que conseguir esa fuerza de trabajo en otra
parte”. Y Cal Fire, la agencia de
bomberos estatal, se está quedando sin fondos a pasos agigantados.
Marty Vinson,
un preso afroestadounidense de 25 años de edad que estuvo en el campamento Delta durante
dos meses, habló con Democracy
Now! Cuando le preguntamos sobre cuánto ganaba, respondió:
“Cuando estás combatiendo un incendio, un dólar la
hora. Cuando estás
en un día de trabajo normal, un dólar
con 45 centavos por día”. Cuando le preguntamos si, como muchos otros,
consideraba esas condiciones como trabajo
esclavo, se rió nerviosamente, mientras el guardia nos miraba atento, y
expresó: “Realmente no quiero llamarlo ‘trabajo
esclavo’, pero de alguna manera lo siento así. Tiene que ver con la
mentalidad, en qué pensamos al final del día. Sin importar si estamos
encarcelados o libres, nos pagan un dólar la hora”.
Prisioneros y
exprisioneros han declarado a Democracy Now! que un
incentivo fundamental para participar de este peligroso trabajo es obtener una
reducción del tiempo de sus condenas. Pueden obtener una reducción de dos días
de la pena penitenciaria por cada día en un campamento de bomberos. Cabe
destacar que, después de combatir incendios forestales durante años, estos
prisioneros no pueden trabajar como bomberos cuando son liberados porque el
departamento no admite exdelincuentes
en sus filas.
El fin de
semana pasado, decenas de miles de personas marcharon en San Francisco como parte de
un día mundial de protesta para exigir medidas contra el cambio climático. Un
elemento central de este movimiento contemporáneo es el concepto de justicia ambiental, que aborda el impacto diferencial
del cambio climático sobre las
distintas comunidades en función de la etnia, el estatus económico y el género.
Tal vez el ejemplo más claro de eso sean las cuadrillas de bomberos en California, donde miles de prisioneros, en su mayoría personas pobres de color, reciben salarios de esclavo por arriesgar
sus vidas combatiendo los voraces incendios, que el cambio climático ha hecho
más frecuentes y más intensos.
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© 2018 Amy
Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María
Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite
diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de
450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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