#FUERZALULA."LULA ESTÁ POR ENCIMA DE LA
PERSECUCIÓN" EL PT APELARÁ EL FALLO QUE LE IMPIDE SER CANDIDATO.- Una vez más se manifiesta en “vivo y directo” la SANTA ALIANZA de los Poderes facticos de un
País, BRASIL que se hunde en la CORRUPCIÓN político-empresarial-judicial.
Poder
Político, Judicial y Mediático (Corporaciones de los medios de
Comunicación) por medio de los Tribunales, CONDENAN
a un HOMBRE a un SINDICALISTA, un POLÍTICO y EX PRESIDENTE: LUIZ INACIO LULA DA SILVA – preso en la cárcel de Curitiva, por corrupto NO, por represión, odio, persecución Política
– e impedir que este octubre del 2018, sea elegido PRESIDENTE - `por tercera vez – porque hoy encabeza las ENCUESTAS a pesar de estar preso, con
cerca del 40%. Esa es hoy la Política
del ajuste de cuentas que impone la derecha más conservadora, golpista y
corrupta, por orden de los Poderes facticos globales. Misión cumplida
patronos?. Pero el Partido de los
Trabajadores PT, no se dormirá, la lucha será hasta el final, porque el
pueblo quiere a LULA
y Lula será Presidente aún estando en la cárcel.
"VAMOS A PRESENTAR TODOS LOS
RECURSOS A LOS TRIBUNALES para que sean reconocidos los
derechos políticos de LULA, previstos en la ley y en los tratados
internacionales ratificados por Brasil". De esta manera, el Partido
de los Trabajadores ratificó su intención de luchar para que LUIZ INACIO LULA DA SILVA pueda ser candidato
presidencial, tras el fallo judicial adverso, que anuló la candidatura del
dos veces mandatario de Brasil. En un comunicado, el PT aseguró que el veto del Tribunal
Superior Electoral es “arbitrario” y
“político” y que se basa en “una mentira”, al tiempo que anunció que
"continuará luchando por todos los medios" para conseguir que se
avale la candidatura de Lula, preso desde el 7 de abril en la cárcel de Curitiba. Allí purga una condena a
doce años de prisión por una causa derivada del escándalo Lava Jato.
PARA EL PARTIDO, EL FALLO ES UNA MUESTRA DE “VIOLENCIA PRACTICADA” que muestra a BRASIL a los ojos del mundo como un país que "que no respeta sus propias leyes, que no cumple sus compromisos
internacionales y que manipula el sistema judicial, en complicidad con los
medios, para hacer una persecución política". Además, el PT indicó
que “es
una casación política, basada en la mentira y el arbitrio, como se hacía en
tiempos de la dictadura" militar,
indicó. Anoche el Tribunal decidió por seis votos contra uno que LULA no puede ser candidato en las
elecciones del próximo 7 de octubre,
en las que es señalado como gran favorito por las encuestas, con cerca de un 40
por ciento de intención de voto. Para los
jueces, LULA
está sujeto a una ley que prohíbe candidaturas de condenados en segunda
instancia.
PESE
AL REVÉS, QUE EL PT TACHÓ DE “INJUSTO”, aun quedan instancias de apelación en el Tribunal Superior de Justicia y en la Corte Suprema. De hecho, hay
recursos en trámite ante ambas cortes. El PT
considera que el veto electoral no puede darse ya que la ley dice que la
inelegibilidad se puede suspender mientras hay recursos a analizar. Lula fue registrado como candidato el 15 de
agosto, junto al ex alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, como candidato a
vice. Si Lula,
finalmente, no pudiese ser candidato, Haddad tomaría la posta. Pablo Raúl
sábado 1 de septiembre del 2018.
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LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE OCTUBRE EN
BRASIL.
LA CANDIDATURA DE LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA.
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Alejandro Torres Rivera.
Rebelión lunes 3 de setiembre del 2018.
Entre los días 7 al 13 de septiembre, el Tribunal
Supremo Federal de Brasil entenderá en un recurso de libertad provisional
radicado por los abogados del candidato presidencial por el Partido de los
Trabajadores de Brasil para las próximas elecciones presidenciales, Luiz Inácio
Lula da Silva. “Lula” como se le llama en Brasil, se encuentra en prisión desde
el 7 de abril de 2018 luego de que dos días antes, las autoridades judiciales
le denegaran una solicitud de “habeas corpus” radicada por sus abogados luego
de ser condenado a 12 años y un mes. Entonces a Lula se le imputó el delito de
corrupción y lavado de dinero, ello vinculado con presuntamente haber recibido
de parte de la constructora OAS un apartamento localizado en un balneario de
Sao Paulo.
De origen humilde, Lula accedió en la década de 1980 a
la dirección del sindicato de obreros metalúrgicos de Brasil. Fue un militante
político en la lucha contra la Dictadura en Brasil que duró entre 1964 y 1985,
donde también se destacó en esta lucha su compañera de partido y posterior
presidenta, Dilma Rousseff. Lula aspiró a la presidencia de Brasil en varias
ocasiones, a saber, las elecciones de 1989, 1994 y 1998. No fue, sin embargo,
hasta las elecciones de 27 de octubre de 2002, que finalmente obtuvo el poder
al ganar las elecciones de este año bajo como candidato del Partido de los
Trabajadores de Brasil y en unión a otras organizaciones que también le
respaldaron, como el Partido Comunista de Brasil. Como presidente a partir del
1 de enero de 2003, Lula dirigió los destinos de su país por espacio de ocho
años. Entre los logros económicos de su presidencia pueden señalarse haber
triplicado el PIB per cápita y dimensionar su país a una de las principales
economías emergentes a escala global como parte del denominado BRICS, que
incluye Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica. De hecho, se estima que para
finales del año 2011 Brasil ocupaba el puesto número ocho a escala global.
Durante su mandato, la pobreza extrema en Brasil tuvo
una reducción significativa. Se estima esta reducción en 30 millones de seres
humanos. Estos esfuerzos estuvieron, además, acompañados de importantes
programas de asistencia social, donde, por ejemplo, en la llamada “Bolsa
Familia”, se beneficiaron cerca de 52 millones de personas, lo que equivale al
27% de la población brasileña. Durante su mandato se amplió el acceso de la
población a la educación, a la vivienda y la salud. En su rol como presidente,
contribuyó en forma significativa junto a los presidentes de Bolivia, Ecuador y
la República Bolivariana de Venezuela, a la conformación de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR), y más adelante, junto a otros importantes
dirigentes latinoamericanos y caribeños, en el proceso de construcción de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Durante su mandato,
Brasil amplió, además, su presencia internacional desarrollando importantes
acuerdos con la República Islámica de Irán, así como su rol en la defensa del
medio ambiente y su oposición a políticas desarrollistas promotoras del cambio
climático.
Durante su primer mandato, Lula ganó ampliamente las
elecciones de 2006 que le llevan a la reelección como presidente obteniendo el
48.61% de los votos en la primera vuelta y luego, en segunda vuelta, el 60.82%,
acumulando alrededor de 52 millones de votos a su favor.
Las imputaciones a Lula comienzan a destaparse
nuevamente a escala global a raíz de lo que se ha llamado el “escándalo de
Petrobras”, ello en referencia a la compañía brasileña de petróleo. El 4 de
marzo de 2018, mientras ocupaba la presidencia Dilma Rousseff, su residencia
fue allanada, Se le imputó entonces haber recibido sobornos o pagos indebidos
por $8 millones. En lo que para muchos fue una movida política dirigida a
dotarlo de inmunidad, la presidenta Rousseff le designó el 16 de marzo a un
cargo conocido como Ministro de la Casa Civil (lo que equivale a un cargo de
Primer Ministro). Sin embargo, al día siguiente un magistrado le despojó del cargo,
imputándole de paso a la presidenta Rousseff que con su actuación había
cometido un delito que le despojaba de la inmunidad como presidenta y abría el
camino hacia un residenciamiento (“impeachment”) por parte del Congreso
brasileño. Aunque posteriormente el nombramiento fue restituido a Lula, las
propias complicaciones de la presidenta Rousseff con el Congreso; las luchas
internas entre figuras de la derecha brasileña y la propia presidenta Rousseff,
así como la agenda dirigida a interferir con Lula y su probable candidatura de
cara a las elecciones presidenciales de 2018, continuaron adelante.
A pesar de encontrarse en prisión, el Partido de los
Trabajadores del Brasil decidió continuar impulsando la candidatura de Lula a
la presidencia en estas elecciones. De hecho, a pesar de su realidad como
prisionero, las encuestas colocan a Lula con la simpatía del 40% del
electorado, lo que al momento es más del doble de la simpatía del electorado
por la candidatura del ultraderechista Jair Messias Bolsonaro. Este candidato,
ex capitán de las Fuerzas Armadas de Brasil en una división de paracaidistas
tiene mucho de parecido en cuanto a conducta y declaraciones públicas al actual
presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Bolsonaro se vanagloria de que se
le señale como elemento ultraderechista, y ciertamente, cada vez que puede, da
base para que así se le considere. Bolsonaro ha indicado, por ejemplo, en
referencia a la Dictadura de Augusto Pinochet, que debió éste debió matar más
gente. Uno de sus ídolos, es Alberto Fujimori, y no ha vacilado al indicar que
el primer paso que daría de ganar la presidencia, podría ser disolver el
Congreso, tal cual Fujimori hizo en Perú, y dar un golpe desde el primer día.
Bolsonaro ha hecho expresiones de apoyo a la Dictadura
Militar que rigió los destinos de Brasil. De hecho, en ocasión del Golpe de
Estado blando dado contra el gobierno constitucional de Dilma Rousseff por
parte del Congreso brasileño que culminó con su destitución como presidenta,
hizo además, expresiones de felicitación al coronel retirado Brilhante Ustra,
quien participara del proceso de torturas practicado en prisión a la presidenta
Rousseff durante la década de 1970. En el proceso ante el Congreso Bolsonaro
señaló lo siguiente:
¨Perdieron en 1964 y ahora en 2016. Por la familia y la inocencia de los
niños que el PT nunca respetó, contra el comunismo y el Foro de San Pablo (en
referencia a la estructura que agrupa partidos y organizaciones de izquierda de
América Latina y el Caribe), y en memoria del coronel Brilhante Ustra, voto
sí.¨
Las expresiones degradantes de Bolsonaro según citadas
por la página digital infobae de 30 de agosto de 2018, llegan
al punto de expresar que sería incapaz de amar a un hijo si fuera homosexual,
indicando que prefiere verlo morir en un accidente; o decir que los negros “no sirven ni para procrear”, o
expresarse en apoyo a la tortura, o decir que “la democracia es una mierda.”
Una de sus iniciativas como diputado ha sido proponer
la castración química para los violadores.
Otro elemento importante a destacar para estas
elecciones en Brasil es el desgaste habido en el partido ecológico que dirige
Marina Silva, la cual en las elecciones de 2014 captó el 43% del voto de los
sectores evangélicos, cuyo apoyo hoy se reduce luego del debate en Brasil sobre
el aborto y otros temas como el matrimonio igualitario, a apenas la mitad del
apoyo anterior. Marina Silva fue funcionaria del gobierno de Lula bajo su primer mandato, mientras
para las elecciones en las cuales Rousseff
resultó electa, fue candidata opositora por la Red de Sustentabilidad.
Durante el proceso de residenciamiento contra Rousseff, Marina Silva se expresó
indicando que tanto Temer como el
presidente del Senado, Renán Calheiros y
su socio Collor de Mello, también estaban implicados en el “escándalo de Petrobras”. Sin embargo,
a diferencia de algunos que también se pronunciaban en esa dirección haciendo
idénticos señalamientos, Marina Silva
abogó por el respeto y apego a la Constitución.
No deja de preocupar el que un sector de este
electorado evangélico, conservador por demás y que antes apoyó a Marina Silva,
que también es evangélica, se mueva en su respaldo
electoral a Bolsonaro, sencillamente para bloquear el regreso de Lula a la
presidencia y el PT y sus aliados al poder político. A pesar de Bolsonaro
definirse como católico, en esta campaña se bautizó en el Río Jordán por
mediación del pastor de las Asambleas de Dios, Everaldo Pereira, quien a su vez
es presidente del Partido Social Cristiano.
La situación en
Brasil desde el Golpe de Estado blando contra la presidenta Rousseff ha venido
llevando al país a un gobierno literalmente deslegitimado ante el pueblo. Se
indica que el usurpador de la presidencia, Michel Temer, del Partido Movimiento
Democrático Brasileño, apenas cuenta con el apoyo popular de un 6% de los
brasileños. Indica Infobae en el artículo citado, que apenas
el 15% de la población brasileña está satisfecha con su modelo democrático. No
obstante, también es un elemento preocupante el que, según la página
electrónica citada, el 80% de tal población sigue manteniendo su confianza en
las Fuerzas Armadas. De hecho, Infobae señala que en Brasil se
han desarrollado manifestaciones en apoyo al regreso al poder de los militares
y por la mano dura contra el narcotráfico. Se indica también, que alrededor de
80 militares retirados son hoy candidatos en las futuras elecciones a tener
efecto el próximo mes de octubre.
Está aún entredicho el o los escenarios que pudieran
desarrollarse a partir de un triunfo de Lula en las elecciones y cuál habrá de
ser la postura que asuma el Estado a los fines de juramentar o no a un
presidente electo bajo tales circunstancias. El PT de Brasil se ha negado al presente a que otro candidato o
candidata sea quien corra en las elecciones a nombre de tal organización. No
obstante, en política nunca hay letra escrita en piedra. Hacer política
requiere una constante revisión de los supuestos bajo los cuales se desarrollan
los procesos, con la necesidad de hacer constantes ajustes tácticos, ello
dentro del marco de la línea estratégica general que impulse la organización.
Como izquierda,
el PT y sus aliados de antes y aquellos que mantiene aún al presente, debe
reflexionar en torno al retroceso que representaría para los trabajadores, los
desempleados, los sin tierra, los menos aventajados, el triunfo de un político
que se mueve como cometa errante, sujeto sólo a su propia órbita, como es
Bolsonaro.
El Apóstol de
la independencia de Cuba, José Martí, en su escrito Tres Héroes que figura en
su antología La Edad de Oro
(1889), nos dice:
“El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. Los
desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la
luz.” Me parece que al juzgar Brasil en estos momentos y como parte de dicho país
el proceso electoral y la figura de Luiz
Inácio Lula da Silva, debemos ser agradecidos y enfocarnos en su luz, no en
sus manchas.
Nos parece que
en Brasil habrá que esperar no solo al resultado de las elecciones, sino a las
salidas políticas que puedan surgir como resultado de las mismas, las que sin lugar a
dudas tendrán como telón de fondo, la lucha y resistencia popular.
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