SOCIOLOGÍA POLÍTICA-
SE VA CHÁVARRY. CUESTIONADO, ARRINCONADO, en SOLEDAD absoluta, por el PODER
CIUDADANO, la MOVILIZACIÓN POPULAR, hoy es la PARTICIPACIÓN CIUDADANA, la Voz de la Calle, de la Plaza
Pública, en la coyuntura de poli-crisis política general, Responde el PRESIDENTE, Los Fiscales Supremos, el Colegio
de Abogados de Lima, el Defensor del
Pueblo, la Prensa Amplia y
Democrática, centrada hoy en la
lucha contra la CORRUPCIÓN.
Pero lo que no llegan a analizar, por falta de visión Política – los
Opinologos de la derecha – es que hoy se
va CONSTRUYENDO CIUDADANÍA, (Derechos Cívicos,
Sociales y Políticos, forjados sobre la base de su Cultura e Identidad Cultural
local). Ciudadanía abandonada,
perforada, traicionada – deuda histórica de la República – por más de 197 años. Algo nuevo – aunque aún
reducido – estamos recuperando, para
saludar el BICENTENARIO NACIONAL.
ES PLENA
RESPONSABILIDAD DE CADA PUEBLO, Comunidad, Distrito,
Provincia, donde hoy – a pesar del tiempo transcurrido, es parte de nuestra
historia social, cultural la DEMOCRACIA ASOCIACIONISTA, - el Poder del Pueblo Organizado, desde la Vida Cotidiana.-
Cuidado, la Renuncia, solo es el primer paso, en el escenario de escenarios de
las clases y la lucha de clases, o SOCIEDAD
CIVIL REAL, emergente, popular, plural y democrática. 2019 es un AÑO CONSTITUYENTE, debemos impulsar
desde el Poder Ciudadano, las “Grandes
REFORMAS ECONÓMICO-SOCIALES Y POLÍTICAS” que el PERÚ, necesita con urgencia
y millones de Ciudadanos exigen para salir de la Crisis. (Educación y Salud, al inicio.)-
CUIDADO
FALSIFICADORES de las MOVILIZACIONES de NUESTROS PUEBLOS. EL PODER CIUDADANO HOY ES INVENCIBLE, porque a través
de sus Organizaciones y Movilizaciones, los Pueblos van recuperando la CONFIANZA SOCIAL Y
CIUDADANA, hoy columna vertebral de la resistencia y activo
funcionamiento de la Política, la
Organización Política, de la propia “Clase Política”, la Representación Social,
del Gobierno, las Instituciones. La CONFIANZA del Ciudadano de a pie, es central,
principal hoy para forjar la LEGITIMIDAD
de la DEMOCRACIA
AMIGOS (AS) UNA MIRADA POLÍTICO-SOCIAL A LA CRISIS
POLÍTICA INSTITUCIONAL,
como proceso multi-polarizado, se van quedando,
hundiendo lo “viejo”, lo podrido, pero al mismo
tiempo se van produciendo nuevos
productos, diferentes, superiores que hoy, se sistematizan desde el MOTOR SOCIAL que incentiva la COMUNICACIÓN DIRECTA, mecanismo de
extraordinaria importancia en la recuperación de la DEMOCRACIA DIRECTA y la forja de NUEVOS LIDERAZGOS COMUNITARIOS. Cuidado el PERÚ va cambiando desde sus
propias raíces sociales, culturales, por décadas adormecidas, manipuladas,
falsificadas, traicionadas, por una MAFIA de PILLOS, LADRONES Y CORRUPTOS. Pablo Raúl, lunes 7 de
enero del 2019.
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PERÚ: LA CRISIS DE RÉGIMEN HA CRUZADO UN RUBICÓN.
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Nicolás Lynch.
Otra Mirada jueves 9 de enero del
2019.
Hace un año, con el indulto a
Alberto Fujimori, se inició una crisis de régimen político que se ha agudizado
gravemente con los intentos de remover a los fiscales del caso Lavajato por el
hiper cuestionado fiscal Chávarry. Lo que para algunos, podía parecer oscuro
antes de estos hechos, hoy queda claro para todo el Perú: la mafia fujiaprista
se resiste a ser investigada por la justicia y está dispuesta a usar todo su
poder para impedirlo.
Las cosas, sin embargo,
no parecen ser como hasta hace pocos años cuando ellos hacían lo que les venía
en gana. La sociedad está movilizada y aunque su dirección es todavía dispersa,
la acción ciudadana parece haber arrinconado a los poderosos de antaño y estos
podrían estar viviendo las vísperas de su liquidación política.
La lucha anticorrupción traza hoy
una línea entre los peruanos demócratas que quieren un país mejor y la élite
corrupta que ha tenido el poder desde el golpe de Estado del cinco de abril de
1992. Ahora, queda claro que la lucha anti corrupción sintetiza el conjunto de
demandas populares, revelando en toda su podredumbre la injusticia reinante.
Por ello, limpiar la casa se convierte en el punto clave para enfrentar los
problemas nacionales.
En este momento la lucha
anticorrupción tiene el liderazgo del Presidente Martín Vizcarra, él ha fijado
la agenda y ha tomado la iniciativa. Esto ha permitido crear un gran frente
democrático anticorrupción cuyo primer resultado se vio en el referéndum. Es
imperativo entonces acompañarlo en todas las iniciativas que apunten a golpear
a la corrupción y terminar con esa lacra. Sin embargo, ha llegado también la
hora en esta lucha democrática de plantear una agenda alternativa.
Para Martín Vizcarra y
los neoliberales que lo acompañan, muchos compartiendo de buena fe la confianza
en el modelo, se trata de un problema de personas que se resuelve con el cambio
de las mismas y mayores o menores reformas institucionales que afiancen el
sistema actual. Esto se expresa en el reiterado planteamiento de disminuir los
ya precarios derechos laborales de los trabajadores, con el argumento falaz de
que son costos que hay que eliminar para que la economía recobre su
competitividad.
Empero, la historia corta
de los últimos casi treinta años nos dice otra cosa. La transición liderada por
Valentín Paniagua se frustró por no cambiar la constitución impuesta por la
dictadura de Fujimori y Montesinos y la “Gran Transformación” de Ollanta Humala
primero la diluyeron y luego se abandonó totalmente dejándonos en lo mismo. En
ambos casos se tuvo la esperanza de cambios dentro del modelo con las
consecuencias que todos conocemos.
Para los que partimos de
una crítica al modelo reinante, instituido precisamente a partir de un golpe de
Estado, la solución no se puede quedar en cambios personales o afeites
institucionales. Tenemos la necesidad de ir a cambios de fondo que transformen
las raíces de la república criolla hoy en crisis. El objetivo es entonces una
Nueva Constitución que sirva de herramienta para cambiar no sólo el modelo
económico y el poder del Estado sino también el control de las mentes y los
cuerpos afianzado en las últimas décadas.
Entramos entonces a un
período arduo, en el que hay que terminar con el dominio fujiaprista que
organizó el poder por la vía de la corrupción y ganarle la iniciativa a los que
quieren darle una solución a la crisis volviendo, únicamente, a ordenar el
dominio neoliberal. Pero ello, solo será posible si nuestra alternativa es de
conjunto y va a las raíces de la profundas de las varias desigualdades en las
que vivimos.
En este camino de
reformas, se debaten a contrapunto un camino tecnocrático y otro democrático.
Por un lado los que asumen tener el monopolio del conocimiento y quieren
cambiar algo para que nada cambie, guiados por la ideología de “hacer bien las
cosas”. Por otro, los que queremos abrir las puertas a la participación popular
que nos lleve a nuestro objetivo transformador. En este sentido, es prioritaria
una reforma política dirigida a abrir el sistema democrático, terminando con
las “barreras de acceso” tanto a los movimientos sociales como a los
partidos.
No nos restringimos nada
más a los partidos políticos, que son los vehículos de la representación, sino
hacemos hincapié en la gruesa legislación de criminalización de la protesta que
hay en el Perú y que impide en buena medida que las organizaciones populares
planteen sus reclamos. Promover la acción colectiva para que la sociedad se
movilice es lo que dará base real a la renovación partidaria y a la posibilidad
de que confluyan participación y representación para renovar efectivamente la
política.
En lo inmediato esto
significa cambiar el obsoleto sistema de recolección de firmas para registrar
un nuevo partido legal. Silenciosamente el fujimorismo, con el apoyo del
Partido Aprista, aumentaron el número de firmas en los últimos diez años, yendo
del 1 al 4% del registro electoral, (800,000 firmas aproximadamente) con lo que
han hecho prácticamente imposible la inscripción de nuevos partidos. Con la
liquidación de esta mafia política y judicial deben terminar también estas
barreras que sólo apuntaban a su sobrevivencia.
Es imperativo que todos
los partidos vuelvan a inscribirse como tales, y manifiesten su vitalidad
política registrando el funcionamiento de un número importante de comités
provinciales, para indicar que no son membretes de ocasión sino organizaciones
de participación y representación ciudadana. Asimismo, que se instituyan las
elecciones primarias, abiertas. simultáneas y obligatorias (PASO), para
democratizar la elección de los candidatos para puestos de representación
popular. De esta manera se podrá renovar el espectro partidario y daremos un
paso más para tener partidos democráticos que merezcan el nombre de tales.
La crisis de régimen no
parece hoy tener vuelta atrás en el Perú. Sin embargo, la reforma del mismo es
una larga marcha que no nos llevará de inmediato al objetivo de una Nueva
Constitución. Hay que avanzar por el camino democrático del reformismo
consecuente, que permita calar en una amplia mayoría popular la necesidad de
una nueva Carta Magna, como un nuevo contrato social entre los peruanos. Esta será la base
para un acuerdo de largo alcance que nos permita tener una República
Democrática.
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