A
SESENTA AÑOS DE LA REVOLUCIÓN CUBANA.
Uno
de los hechos históricos más importantes del siglo XX.
*****
Queda la obra de Fidel Castro,
la prédica sobre el hombre nuevo del Che;
avances y retrocesos nombran esa revolución. La Cuba de hoy tiene nuevo
presidente y nueva Constitución. El Partido Comunista continúa como eje
vertebrador.
Gustavo Veiga.
Página/12 martes 1 de enero del 2019.
Sesenta años de la Revolución Cubana se cumplen hoy.
60 hechos, personajes, luchas, momentos, avances y retrocesos hablan por ella, le dan un
significado y una identidad propia. En
palabras –porque la Revolución también se nutrió de muchas palabras–, quedan
los extensos discursos de Fidel Castro ante multitudes que lo seguían con
fascinación o aquel poema de Nicolás
Guillén:
“Alcemos una
muralla, juntando todas las manos, juntando todas las manos, los negros sus
manos negras, los blancos sus blancas manos”.
Queda la obra del comandante de la Sierra Maestra, la
presencia del Che Guevara y su
prédica sobre el hombre nuevo, la imagen sonriente de Camilo Cienfuegos. Surgen desde el
fondo de la historia las gestas que precedieron a esta gesta, como el arrojo y
muerte de José Martí en 1895 durante la
batalla de Dos Ríos –el apóstol, como lo llaman en la isla– que ya hablaba
del anti-imperialismo a fines del siglo XIX. Vuelve con fuerza el asalto al Cuartel Moncada
del 26 de julio de 1953, un fracaso del que germinó el camino a la victoria
que transportaría el buque Granma tres
años después.
La Revolución Cubana es la entrada a La Habana
encabezada por Camilo y el Che al frente de su columna de barbudos, mientras Fidel
lideraba la caravana triunfante en Bayamo (tardaría una semana más en llegar a
la capital). Es la Primera Ley de
reforma agraria firmada el 17 de
mayo de 1959. También la
nacionalización de las empresas extranjeras en 1960 y el ambicioso plan de alfabetización que comenzó el primer
día de 1961, y abrió el llamado Año de la Educación. Un año donde Fidel proclamó
el carácter socialista de la Revolución
desde la tradicional esquina de El
Vedado, en 23 y 12. Es además, y como reza en un inmenso cartel junto al
museo de Playa Girón, la primera
derrota del imperialismo en América Latina entre el 17 y 19 de abril del 61. O la primera victoria del ejército
revolucionario ya con Fulgencio Batista
vencido y exiliado desde el 31 de enero
de 1959. Moriría en Marbella en 1973.
La zozobra
mundial por la crisis de los misiles de octubre de 1962 abrió la primera grieta
entre Cuba y la Unión Soviética, cuando Fidel no fue consultado por el retiro de un
arsenal que apuntaba desde la isla hacia Estados Unidos. Pero al año siguiente,
el líder de la Revolución, haría un
viaje tan largo como sus discursos, e impensado para los cánones diplomáticos. Visitó la URSS durante 38 días entre
abril y mayo de 1963. De esos años solo sobrevive un hecho político. Porque se
cayeron la Unión Soviética y el Muro de
Berlín, no queda ni uno de sus misiles, los planes de alfabetización y de
entrega de tierras a los campesinos terminaron con éxito, pero el bloqueo de EE.UU. sigue ahí, nunca
perecedero.
Contra ese
acto de guerra, tal como consta en la Convención
de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del delito de genocidio,
la Revolución
le ha opuesto su internacionalismo, una de sus huellas indelebles.
Internacionalismo en los 70 durante la campaña de Angola, donde combatió al régimen racista sudafricano y a sus
aliados locales. Internacionalismo en los años más recientes, con miles de
médicos diseminados por el mundo para combatir el ébola en África o llevar su conocimiento y profesionalismo a Brasil. Ahí donde la mayoría no quiere
ir.
La Revolución es además
su medicina prestigiosa, los avances en biotecnología, su solidaridad donde
haga falta, pero también sus serios problemas de infraestructura edilicia, sus
reformas trabajosas, la burocracia
galopante y la baja calidad del combustible, o la escasez de determinados
bienes que se intentan superar. Son las críticas que le llueven desde afuera
por su sistema de partido único o la
intransigencia con la disidencia financiada por organizaciones estatales de EE.UU.
La Revolución ha sido
amiga de Hemingway, se enorgullece
de la bailarina Alicia Alonso –quien
con 97 años es una celebridad–, también de su teatro Karl Marx; canta las letras de sus
trovadores, de Silvio Rodríguez a Carlos
Puebla o el músico y diputado Raúl
Torres (autor de Cabalgando con Fidel, una canción homenaje que se volvió viral en
la isla). Es un modelo deportivo que compite a un mismo nivel en varias
disciplinas con los países capitalistas desde hace décadas, es el boxeador Teófilo Stevenson y el mejor
saltador en altura de la historia, Javier
Sotomayor. La Revolución es hija de
un pueblo que vivió la crisis de los balseros, que soporta la mutilación de Guantánamo a su territorio impuesta
por Estados Unidos, que sufrió
atentados como el del avión de Barbados
en 1976, que de la política de distensión y visita a La Habana de Barack Obama pasó a los arrebatos
coléricos o las acusaciones de ataques sónicos elucubradas por el gobierno de Donald Trump.
Cuba en estos sesenta años ha sido o
es un 1º de mayo en la Plaza de la
Revolución, el trabajo voluntario que instituyó el Che Guevara, su majestuoso mausoleo
en Santa Clara, el tren batistiano
que destruyó el comandante argentino hoy transformado en pieza de museo, es su
recordado discurso en Punta del Este, la réplica del buque Granma que condujo a los 82
guerrilleros que desembarcaron en la playa Las Coloradas o el cuartel Moncada transformado en ciudad
escolar. Es esa historia revolucionaria pero además, La Habana Vieja, patrimonio de la
humanidad; Santiago
de Cuba donde nació el movimiento 26 de Julio; su oferta de turismo
cultural y la preservación de sus hermosas playas; el aniversario por los 500 años de la fundación de La Habana
que se cumplirá el próximo 16 de noviembre; sus peculiares almendrones (automóviles Cadillac o Ford de los años
50), el Capitolio o el célebre Museo
de la Revolución.
Es uno de
los hechos más importantes del siglo XX que este 1º de enero cumple 60 años. Es su Partido Comunista como eje
vertebrador. Es Raúl Castro, su conductor de las
últimas reformas. Es la nueva constitución discutida en asambleas de
ciudadanos. Es Miguel
Díaz Canel, su nuevo presidente, el primero que siguió en el
gobierno a los dos hermanos Castro.
Es también lo que dejó atrás: el período especial que siguió a la caída de la URSS y la referencia más perdurable
para los sueños revolucionarios, aún castigados y en retroceso a escala
planetaria.
Es un
fenómeno político con los mejores índices de educación y salud –incluso por
encima de naciones de sobrado desarrollo–, que erradicó el analfabetismo y que
es un ejemplo a seguir para la UNESCO por
su elevado índice de igualdad de género en las escuelas, según un informe de 2015. La Revolución cubana tampoco será
recordada por el culto a la personalidad, porque no existe. Antes de su muerte,
el 26 de noviembre de 2016, Fidel Castro
dejó expresada su voluntad, que cobró fuerza de ley. No quiso que su nombre
fuera colocado a “instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares
públicos, así como cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico”.
La Revolución es
su principal legado para las generaciones de cubanos que no la vivieron.
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1 de enero de 1959, Fidel, el Che, Camilo y Comité Central de la Histórica Revolución Socialista Cubana, ingresan a la Ciudad de La Habana.
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LA HAZAÑA DE CUBA. A 60 AÑOS DE LA
REVOLUCIÓN.
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Manuel Cabieses D.
Rebelión martes 1 de enero del 2019.
“No hay obra
humana perfecta y tampoco lo son, por supuesto, las revoluciones, que las hacen
los hombres con sus limitaciones e imperfecciones”.
(FIDEL CASTRO,
1976, XV aniversario de la victoria de Playa Girón y de la proclamación del
carácter socialista de la revolución)
Sin duda la
Revolución Cubana es el acontecimiento político-social más importante del siglo
XX en América Latina. El 1° de enero cumple 60 años y no ha envejecido. Por el
contrario, está remozando su institucionalidad y su sistema económico
socialista. Lo hace mediante una Constitución
Política que se someterá al veredicto del pueblo el 24 de febrero.
La propuesta de 224 artículos fue elaborada por la Asamblea Nacional del Poder Popular -el
Parlamento cubano-, y se discutió en centenares de reuniones de base. El
proyecto reafirma el carácter socialista del sistema político, económico y
social de Cuba y la conducción del Partido Comunista. En ese sentido la Revolución Cubana
no mordió el anzuelo neoliberal que Obama
le lanzó el 2016 y tampoco ha levantado bandera blanca ante la arremetida
del actual César de la Casa Blanca.
La nueva
Constitución reconoce el papel del mercado en la economía y nuevas
formas de propiedad, incluida la privada, sin ceder un ápice en el rol
hegemónico del Estado. Esto representa un cambio significativo -y realista-
respecto a la Constitución de 1976.
En la isla hay una importante inversión extranjera -que aumentará al amparo de
la nueva Constitución que le garantiza estabilidad-. Asimismo está creciendo un
sector de pequeños empresarios cuya actividad abarca numerosas funciones
productivas y de servicios.
La experiencia
de Cuba asombra por muchos motivos. El principal: haber hecho una revolución
socialista a 90 millas del más grande y belicoso imperio de la historia.
La desproporción de fuerzas entre este David
y su vecino Goliat, es enorme. Cuba es una isla (mejor dicho un
archipiélago) pobre en recursos naturales. Su tamaño es menor que la Región de Antofagasta en Chile. Su población sólo alcanza a 11 millones
y medio de personas mientras su vecino tiene 350 millones de habitantes y la
fuerza militar más poderosa del mundo.
En abril de
1961, la CIA entrenó y pertrechó una fuerza de 1.200 contra revolucionarios que
desembarcaron en Cuba por Playa Girón.
Dos días antes aviones que lucían la bandera cubana despegaron de Nicaragua y bombardearon bases aéreas
en Cuba causando numerosos muertos y
heridos. Luego aterrizaron en EE.UU. simulando una rebelión de la fuerza aérea
revolucionaria. La agresión norteamericana gatilló una desafiante respuesta de Fidel Castro
y del pueblo que el 16 de abril proclamaron el carácter socialista de la revolución. La invasión fue
derrotada rápidamente: cien mercenarios
murieron y 1.100 cayeron prisioneros. Al año siguiente EE.UU. impuso el bloqueo comercial y financiero
que ha significado a Cuba pérdidas por 134.500 millones de dólares. La Asamblea General de Naciones Unidas
viene condenando desde hace 27 años
esta ilegal medida -orientada a asfixiar la economía cubana- sin que EE.UU. acate
la opinión universal.
Cuba ha soportado
grandes penurias en defensa de su revolución. El pueblo cubano se ha quitado el pan de la boca para ayudar a
otros pueblos. Sus médicos, maestros y
soldados han derrochado amor por la Humanidad en África y en numerosos
países latinoamericanos, entre ellos Chile.
Implementar una economía
socialista eficiente y próspera, constituye la preocupación más importante
de los cubanos. Esto se refleja en debates de especialistas y en críticas,
denuncias y propuestas de la población. La más frecuente se refiere a los exiguos salarios y pensiones que no
alcanzan a cubrir las necesidades de la población. La revolución acosada ha tenido que distribuir la pobreza
para enfrentar la presión desestabilizadora del imperio. La escasez del mercado
interno y las bajas remuneraciones generan mercado negro y corrupción. El presidente Miguel Díaz-Canel ha
denunciado el robo de combustible e impulsa severas medidas para combatir el
mercado negro.
El pueblo
cubano goza de derechos fundamentales como salud y
educación costeadas por el Estado.
Pero hay insuficiencias serias en vivienda
y transporte que agobian la vida de los cubanos. La población quiere mayor
agilidad en las reformas y ver resultados pronto. Muchos jóvenes emigran
buscando mejores condiciones de vida. Se incorporan a la ola migratoria que es la sombra que acompaña a la globalización.
No obstante la propuesta más discutida de la nueva Constitución no fue la economía
sino otra cuya aprobación habría significado un salto histórico en la cultura
cubana. La comisión redactora
propuso el matrimonio igualitario, o
sea la unión de dos personas sin especificar sexo. Las corrientes religiosas montaron en santa cólera y
removieron las aguas del machismo
cubano. La mayoría de casi 200 mil
opiniones impugnaron el artículo que debió ser eliminado del texto. No obstante
la diputada Mariela
Castro Espín, hija del ex presidente Raúl Castro y tenaz defensora
de los derechos de la población LGTB,
afirma que la nueva Constitución permitirá avanzar en la igualdad de derechos
de las parejas gay y lesbianas.
El socialismo
que se construye en Cuba mantiene vigente el pensamiento de Fidel. Por eso los cubanos se niegan a convertirse en
galeotes del neoliberalismo. El 2001
el líder cubano escribió al director
de Punto Final:
“En los últimos años los pueblos del continente han sido testigos de los tenebrosos efectos de las
políticas neoliberales aplicadas al impulso de los intereses de nuestros
seculares dominadores. La absoluta liberalización
comercial y la desregulación financiera, la privatización y reprivatización del patrimonio estratégico de las naciones latinoamericanas, su entrega a
las grandes transnacionales, la
prevalencia de políticas macroeconómicas que buscan tan solo garantizar la
rentabilidad del capital financiero internacional mientras agudizan el abismo
entre los más ricos y los más desposeídos, son algunas de las manifestaciones
antipopulares y antinacionales de esas políticas, contra las que “Punto
Final” ha combatido y
deberá seguir combatiendo…
Por eso, para las y los revolucionarios y
todos los hombres y mujeres progresistas
y de pensamiento independiente en nuestro continente, la tarea más urgente
hoy es la de crear conciencia, denunciar la voracidad del imperio y revelar el
peligro que están corriendo los pueblos de América Latina y el Caribe. No
tengo la menor duda de que tu revista estará en la primera línea de esta nueva batalla, como siempre ha estado
cuando se trata del futuro mejor de nuestros pueblos”. (1)
Los cubanos han hecho de su país una fortaleza de la
independencia y dignidad en América Latina y el Caribe. Una hazaña que merece reconocimiento y
solidaridad de la Humanidad.
Nota:
(1) La Habana,
18 de junio del 2001. Ver PF N° 501 y http://www.puntofinal.cl/010715/esp2.html
Fuente:
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