“¿Qué significa el racismo como componente estructural del golpe de
estado? En el
proceso se ha planteado una descolonización desde la educación, en diferentes
políticas públicas, tanto en el Estado como en las organizaciones.
No sólo en la recuperación de prácticas ancestrales, sino en la recuperación
epistemológica de pensar de otra forma, de gestionar el poder de otra forma.
Sin embargo, a pesar de esa descolonización, no habíamos
profundizado el racismo. ¿Por qué? Porque el racismo es un ejercicio de
privilegios. La forma de acabar con el racismo, era acabar con
esos privilegios que vienen del mundo económico principalmente. Los
privilegios que tienen los oligarcas, los terratenientes, no se han afectado
como hubiera sido necesario”.
“-Además el racismo
es transversal, no corresponde a un sólo espacio o partido político...Una muestra
de este racismo, está también en las prácticas de la izquierda y de ciertos
feminismos. Una izquierda colonial que asume que las organizaciones
originarias, campesinas, sirven para tirar piedras, para hacer bloqueos, y
no para decidir cómo queremos vivir. Esa ha sido la pugna en la Asamblea
Constituyente, y la pugna entre feminismos burgueses, blancos, clasemedieros, y
el feminismo comunitario. Y por blanco, por burgués, me estoy
refiriendo específicamente a las feministas que intervienen desde sus
privilegios, desde su clase, desde su casa, su trabajo consolidado, su dinero,
su apellido. Han juzgado al gobierno no sólo por sus errores políticos. Lo
han juzgado por indios. En esta coyuntura, primero se han pronunciado
denunciando el fraude, pero sin cuestionar que Carlos Mesa, el otro
candidato, es un genocida. En medio de las movilizaciones, han planteado esta
disputa como un enfrentamiento de machos, sin mirar el racismo. Para
continuar, han deslegitimado nuestras denuncias de racismo, diciendo que hablar
de racismo era una campaña que estaba haciendo el gobierno. Como si éste no
hubiera sido un país colonizado por los españoles, invadido y violado
sistemáticamente. Como si se pudiera borrar por un partido, el Movimiento Al Socialismo en
este momento, estos años de colonización y de racismo”.
/////
El verdadero retrato del golpe de estado.
***
***
“EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA ES
RACISTA, PATRIARCAL, ECLESIÁSTICO Y EMPRESARIAL”
ADRIANA GUZMAN, AYMARA Y FEMINISTA
COMUNITARIA.
*****
Adriana Guzmán integra el Feminismo Comunitario Antipatriarcal de
Bolivia, y Feministas de Abya Yala. Se reconoció en esa lucha con
otras compañeras en la Guerra del Gas en 2003, por eso suele decir que
aprendió en la calle de qué se trata el patriarcado y por qué el feminismo
es una herramienta fundamental para crear otras formas de vida. Ahora mismo
resiste el avance de las milicias que festejaron la quema en la plaza
pública de la whipala, la bandera de los pueblos originarios, un gesto de
una violencia simbólica tal que es difícil nombrarlo sin que el corazón se
parta. En este diálogo caracteriza al golpe de estado, llama a enfrentarlo,
y a apoyar las acciones de la Resistencia.
Por Claudia Korol.
Página/12 martes 12 de noviembre del 2019.
- ¿Cómo caracterizas al
golpe de estado en Bolivia?
-Hay un dolor
profundo frente al triunfo de este golpe cívico, militar, fundamentalista,
empresarial.
Estas movilizaciones empezaron después de las elecciones del 20 de octubre,
cuando se acusó de fraude al proceso electoral en el que Evo Morales obtuvo
un 10% más de votos frente al segundo candidato Carlos Mesa. Había
un descontento en sectores de la sociedad por la repostulación del Evo. Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales
hacemos una autocrítica ahí. Creemos que habría que repensar esa
postulación del Evo. Pero, por otro lado,
había un montón de imposiciones de los otros partidos. Por ejemplo, Carlos
Mesa, siendo genocida, coautor de la Masacre del Gas (2003),
estaba yendo a las elecciones como candidato. ¿Cómo si un genocida va a las
elecciones, no puede repostularse alguien por tercera vez?
-¿Cómo
caracterizás al golpe de estado en Bolivia?
-Hay un
dolor profundo frente al triunfo de este golpe cívico, militar,
fundamentalista, empresarial. Estas movilizaciones empezaron después de las elecciones
del 20 de octubre, cuando se acusó de fraude al proceso electoral en el que
Evo Morales obtuvo un 10% más de votos frente al segundo candidato Carlos
Mesa. Había un descontento en sectores de la sociedad por la repostulación
del Evo. Como Feministas Comunitarias
Antipatriarcales hacemos una autocrítica ahí. Creemos que habría que
repensar esa postulación del Evo. Pero, por otro lado, había un montón
de imposiciones de los otros partidos. Por ejemplo, Carlos Mesa, siendo
genocida, coautor de la Masacre del Gas (2003), estaba yendo a las
elecciones como candidato. ¿Cómo si un genocida va a las elecciones, no puede
repostularse alguien por tercera vez?
-¿Quiénes
son los protagonistas del golpe?
Por un lado,
está la oposición que en términos “democráticos” se habría
visto afectada por el supuesto fraude, encabezada por Carlos Mesa. Fue
vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, coautor de la Masacre del
Gas, y la última cara que tuvo que utilizar la oposición de los partidos
políticos, una oposición anacrónica, sin propuesta, sin rostros, que había
quedado destrozada con estos años del proceso de cambio. Partidos que ni
siquiera existen ya sus siglas, se juntan y ponen a Carlos Mesa como su
candidato. Esa sería la “oposición política”. Son los votos de
cuestionamiento al MAS (Movimiento al Socialismo).
El otro es
el grupo de derecha fascista encabezado por el Comité Cívico de Santa Cruz, donde está
Luis Fernando Camacho como Presidente. Es una instancia que
inventan los empresarios para participar en decisiones, en la elaboración de
leyes para defender sus intereses. El Comité Cívico representa a los
empresarios, oligarcas, a los terratenientes, socios de las transnacionales,
del Oriente boliviano. El Oriente boliviano está tomado por los terratenientes, que han obtenido
sus tierras del regalo de la dictadura, y que han sometido ahí a los pueblos
indígenas, a migrantes de La Paz, de otros departamentos, migrantes aymaras
y quechuas, para su servicio, como sus peones. Es la oposición económica
que encabezado este golpe de estado. Luis Fernando Camacho está vinculado
además a los carteles del narcotráfico. Es hijo de un paramilitar que
ha estado al servicio de la dictadura. Eso es lo que representan quienes ha
encabezado este golpe de Estado.
Las
Fuerzas Armadas de Bolivia, sus Comandantes Generales, "saludan la defensa
de la democracia" felicitan a Almagro por su feliz declaración que el
"verdadero golpe de estado lo dio Evo Morales”. Todos ellos NO tienen
ninguna responsabilidad - son angelitos disciplinados - sobre todo para los
analistas internacionalistas al servicio de la OEA, el Imperio y el Poder de
poderes del capitalismo salvaje: las Corporaciones mediáticas de la SIP – modelo
neoliberal asfixiado, podrido, que hoy se quema junto a los golpistas en las
calles de todo Bolivia.
***
-Hay
sectores políticos que no nombran este momento como un golpe de estado ¿Por qué
ustedes lo caracterizan así?
Primero, porque se
ha buscado la desestabilización social, política, sembrar terror con
grupos armados en diferentes lugares. Armados con armas de fuego, con
cascos, con escudos. Se ha articulado a grupos universitarios,
paraestatales, paramilitares, grupos fascistas, racistas, que ya había
desde el 2008, como la Unión Juvenil Cruceñista. Sembrar el
terror, desestabilizar políticamente, es la primera característica del
golpe. Aliarse con la policía después, que se amotina. Convocar a los militares
que se suman supuestamente a defender al pueblo. ¿Cuál pueblo? El que
encabeza Luis Fernando Camacho. Todas esas son las características de un
golpe. Finalmente, lo vemos hoy, cuando en vez de que entre Carlos Mesa al
Palacio de Gobierno después de la renuncia de Evo, no lo hace él. Lo hace Luis
Fernando Camacho, representante de estos empresarios, de la Iglesia, del
peor fundamentalismo del país. Impone la bandera, la Biblia y convoca a
una Junta cívico militar, donde estarían militares, y personajes “notables”, que
son ellos.
Este golpe
de estado ha tenido por un lado características tradicionales, como la
presencia de los militares, de la policía, pero también características
distintas, promoviendo el enfrentamiento entre vecinos, lo que se ha logrado
gracias a la profundización del racismo. Han salido vecinos a decir que “basta del gobierno de indios, de ladrones”. Todos los que tenemos cara de indios somos señalados
como parte del MAS. Especialmente las que somos mujeres originarias
indígenas. El golpe de estado es también un golpe a las mujeres, a las
organizaciones sociales. Por el amedrentamiento, por la humillación. Es
un doble golpe. No es solamente al Estado, al gobierno, sino también a las
organizaciones sociales.
-Como
Feministas Comunitarias Antipatriarcales ¿qué valoración hacen del gobierno de
Evo?
Como
Feministas Comunitarias Antipatriarcales hemos sido parte de este proceso de
cambio, lo hemos construido. Se ha parido este feminismo en el proceso de
cambio. Los principales debates han estado en la Asamblea Constituyente. Lo
plurinacional, el reconocimiento de los pueblos, el ejercicio de nuestra
autonomía, de nuestra autodeterminación. Hoy hay autonomías originarias,
indígenas, campesinas. Con muchas limitaciones, sí, pero se están
construyendo, se está haciendo el camino de la reconstitución del territorio,
que era lo que queríamos como pueblos. Las cosas que dice la Constitución: el estado de base comunitaria, la
economía comunitaria. El artículo 338, que habla del trabajo impago de las
mujeres, que el trabajo del hogar produce riqueza, y debe ser contabilizado en
las arcas del Estado. Esos debates se han traducido en leyes, que se han
traducido en programas, posibilidades, acciones concretas.
-Sin
embargo, también hay críticas al gobierno de Evo Morales en relación al
extractivismo ¿verdad?
Principalmente
en el área económica tenemos las críticas. No se ha transformado la matriz
capitalista del sistema, no se ha afectado a los intereses de los empresarios, de
los ganaderos, de los madereros. Eso es cierto. También había contratos
de 100 años de duración. No ha habido la decisión política para
nacionalizar por ejemplo la minería, que era uno de los pedidos que hacíamos. Sin
embargo, ha habido muchos logros en término del reconocimiento de los pueblos
originarios, de ir construyendo haciendo camino, para nuestra propia
educación, nuestra propia organización política. Cambios que hemos ido
haciendo, incluso más allá del Estado, incluso a pesar del Estado.
-¿Se
puede, como feminista, defender a un presidente al que se caracteriza como
machista?
Como
feministas tenemos muchas críticas a Evo Morales, por la matriz económica, por
el extractivismo. Hemos cuestionado su machismo. Pero entendemos
también que tener un presidente en el cual nos miramos, aunque sea un presidente
machista, no es lo mismo que tener un presidente blanco, empresario,
oligarca… como Macri. Entendemos la diferencia. La entendemos en el
cuerpo, no solo racionalmente. Para nosotras era importante que Evo sea presidente. Era paralelo al proceso que
hemos hecho las organizaciones sociales de transformación cotidiana, de poder
mirarnos al espejo, reconocernos, nombrarnos. Contra todo esto viene el golpe
de estado. Por eso la humillación. Por eso el escarmiento. Por eso la quema
de la whipala.
-¿Qué
significa el racismo como componente estructural del golpe de estado?
En el
proceso se ha planteado una descolonización desde la educación, en diferentes
políticas públicas, tanto en el Estado como en las
organizaciones. No sólo en la recuperación de prácticas ancestrales, sino en la
recuperación epistemológica de pensar de otra forma, de gestionar el poder de
otra forma. Sin embargo, a pesar de esa descolonización, no
habíamos profundizado el racismo. ¿Por qué? Porque el racismo es un ejercicio
de privilegios. La forma de acabar con el racismo, era acabar
con esos privilegios que vienen del mundo económico principalmente. Los
privilegios que tienen los oligarcas, los terratenientes, no se han
afectado como hubiera sido necesario.
-Además
el racismo es transversal, no corresponde a un sólo espacio o partido
político...
Una muestra
de este racismo, está también en las prácticas de la izquierda y de ciertos
feminismos. Una izquierda colonial que asume que las organizaciones
originarias, campesinas, sirven para tirar piedras, para hacer bloqueos, y no
para decidir cómo queremos vivir. Esa ha sido la pugna en la Asamblea
Constituyente, y la pugna entre feminismos burgueses, blancos, clasemedieros, y
el feminismo comunitario. Y por blanco, por burgués, me estoy refiriendo
específicamente a las feministas que intervienen desde sus privilegios, desde
su clase, desde su casa, su trabajo consolidado, su dinero, su apellido. Han
juzgado al gobierno no sólo por sus errores políticos. Lo han juzgado por
indios. En esta coyuntura, primero se han pronunciado denunciando el
fraude, pero sin cuestionar que Carlos Mesa, el otro candidato, es un
genocida. En medio de las movilizaciones, han planteado esta disputa como un
enfrentamiento de machos, sin mirar el racismo. Para continuar, han
deslegitimado nuestras denuncias de racismo, diciendo que hablar de racismo
era una campaña que estaba haciendo el gobierno. Como si éste no hubiera sido
un país colonizado por los españoles, invadido y violado sistemáticamente. Como
si se pudiera borrar por un partido, el Movimiento
Al Socialismo en este momento, estos
años de colonización y de racismo.
Adriana Guzmán,
Aymara y Feminista Comunitaria.
“El Golpe de estado en Bolivia es Racista, Patriarcal, Eclesiástico y
Empresarial”. Una entrevista sobre el golpe de estado en Bolivia, el papel de la
Mujer, las Feministas Comunitarias en especial.
***
-¿Qué
pierden las mujeres y el pueblo con este golpe?
¿Qué
estamos perdiendo con este golpe al Estado Plurinacional, para imponer la
República católica, cristiana? Este golpe es para escarmentar al gobierno de un
indio, y poner seguramente una junta militar integrada por militares y
personajes notables. Ahí está el colonialismo. Suplantar al indio por militares
y notables. Este golpe es contra el gobierno indígena, originario,
acompañado de las organizaciones campesinas y los movimientos sociales.
Es un escarmiento para que no se nos vuelva a ocurrir que es posible vivir
fuera del capitalismo, que el vivir bien pueda ser una posibilidad, que no se nos vuelva a
ocurrir la autodeterminación, que podamos autogobernarnos, autoorganizarnos. Que
aceptemos este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, colonialista. Ése
es el mensaje.
-¿Cómo
crees que puede cambiar la vida de las comunidades indígenas, originarias?
Especialmente en el caso de las mujeres.
Va a haber
un retroceso absoluto en todos los derechos logrados. Ya se habla que se van a
derogar leyes, como la Ley 348 que asegura una vida libre de violencia, que
reconoce el feminicidio, una ley con la que nunca han estado de acuerdo los
fascistas. Se va a ir en contra de los derechos conquistados, de estos
logros simbólicos y reales. También se van a atacar las universidades indígenas. En este proceso de
cambio, y no en otro, y por la lucha de las organizaciones sociales, tenemos
universidades indígenas, donde van jóvenes que estudian lo que necesita su
comunidad, y que después de estudiar eso vuelven a servir a su comunidad. No
universidades que producen empresarios y desclasados para el mundo, como
son las universidades en las ciudades. Lo que perdemos es la posibilidad
de haber hecho este proceso de transformaciones con el acompañamiento del
Estado. Pero no perdemos la esperanza. No perdemos la convicción, no
perdemos los sueños, no perdemos la urgencia de hacer otro mundo posible.
Es mucho más difícil en un estado fascista, pero nosotros, nosotras, vamos a seguir haciéndolo.
-¿Cuál
es la situación en este momento, mientras Evo Morales ya está fuera de Bolivia?
Los
golpistas están tomando los canales. Están tomadas las radios
comunitarias. Desde los medios de comunicación tomados todos por los golpistas,
se denuncia que se están haciendo saqueos, sembrando el terror a nombre del
MAS. Se dice que son hermanas y hermanos que vienen de las comunidades, y
no es así. Hacen estas denuncias para deslegitimar nuestra Resistencia.
Las organizaciones sociales no están haciendo ningún saqueo, porque son
parte del pueblo en resistencia. Se quiere desprestigiar nuestra Resistencia. Las
organizaciones sociales han convocado al cerco de La Paz, se ha cortado el agua
en la Paz. Vamos a recuperar La Paz, y nos vamos a ir reorganizando.
-¿Qué
necesita el pueblo en resistencia de los pueblos de otros territorios? ¿Qué
necesitan ustedes de los feminismos transnacionales?
Nuestra
convocatoria, hermanas y compañeras, más allá de las fronteras: Nos conocemos,
nos hemos mirado. La primera es la
confianza en la palabra nuestra, porque la información que está
circulando es que aquí no hay ningún golpe, que todo está bien. Lo cierto
es que están los militares y los policías apoyando a los golpistas,
amedrentando a las organizaciones. Esto es un golpe. Necesitamos que lo digan. Necesitamos
que compartan nuestra indignación, nuestro dolor, y que compartan
también nuestro miedo, frente a lo que están generando estos grupos armados. Nuestra
convocatoria es también a cuestionarnos como feministas. Este análisis
reducido de pensar que todos son los mismos, que el Evo era lo mismo que los otros, o que es solo una
disputa entre machos, no nos deja ver cómo disputa el patriarcado, el
capitalismo, las variables económicas, coloniales, del sistema. No nos deja
ver que con el fascismo no se dialoga. El fascismo no escucha. El
fascismo no retrocede. El fascismo elimina. Con las humillaciones están
tratando de eliminar nuestras luchas. Las convocamos a denunciar esto, y a
construir un feminismo que sea comunitario, popular,
piquetero, desde estos territorios, que no esté más allá del bien y del mal,
que no sea funcional a la derecha finalmente.
*****
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