martes, 5 de noviembre de 2019

RAUL ZIBECHI; AMÉRICA LATINA. LAS REVUELTAS DE OCTUBRE. CHILE . EL "SUPER LUNES" GRAN MOVILIZACIÓN Y NUEVA CONSTITUCIÓN.

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CHILE. MARCHAS EN EL “SÚPER LUNES”. MILES EN LAS CALLES RECLAMAN QUE EL CONGRESO NO CONVALIDE LAS MEDIDAS DE PIÑERA, QUE PROFUNDIZAN EL MODELO NEOLIBERAL. LA LUCHA CONTINUA. DEFENSA SALUD PUBLICA, EDUCACIÓN, VIVIENDA Y PENSIONES. NUEVA CONSTITUCIÓN Y NO MÁS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS. La Mesa de UNIDAD SOCIAL: Las Organizaciones Sociales, Sindicales y Universitarias se movilizaron al Congreso para impedir que se aprueben las propuestas de PIÑERA "que profundizan el modelo neoliberal". Más denuncias de violaciones a los derechos humanos y reclamo por una Asamblea Constituyente y una Nueva CONSTITUCIÓN. HOY la GRAN Movilización Plagada de banderas y carteles, la ruidosa marcha apuntó a plantear a la salud pública, la vivienda, la educación y las pensiones como derechos que debe promover el Estado

HOY DESDE SANTIAGO Una multitud perteneciente a organizaciones sociales y sindicales dio este lunes dos vueltas alrededor del antiguo Congreso Nacional para exigirles a los legisladores que pongan un freno a la agenda social de Sebastián Piñera. Se trata del puñado de medidas propuestas por el mandatario en medio de la crisis social y que, según el pueblo movilizado, profundizan el modelo neoliberal.  Este fue el primer capítulo del SÚPER LUNES”, movilización masiva convocada por la mesa de UNIDAD SOCIAL, un conglomerado de 70 organizaciones. Terminó en las puertas del Tribunal de Justicia.  Delante de los Carabineros que custodiaban el edificio, los trabajadores del Sindicato de Walmart colocaron una ancha bandera con la leyenda “No más abusos” y dirigentes de diversos espacios dieron sus discursos. Pidieron huelga legislativa, convocaron de manera encendida a movilización permanente --a “no bajar los brazos” -- y a continuar la lucha en Plaza Italia, foco de la protesta desde las 17.

UN MOMENTO HISTÓRICO. “Estamos viviendo un momento histórico, frente a un Gobierno que no gobierna, instituciones del Estado que se están descomponiendo de manera escandalosa. Mientras los chilenos están en las calles exigiendo, un puñado de congresistas pretende validar la política legislativa de un gobierno que se cae a pedazos. Tenemos que echar a toda esta gente corrupta”, expresó LUIS MESINA, DE NO+AFP. BÁRBARA FIGUEROA, presidenta de la CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES (CUT), condenó las violaciones a los derechos humanos y reivindicó la asamblea constituyente y la idea de una nueva constitución.



UNA DE LAS CONSIGNAS QUE MÁS SE CANTABA ERA POR VIVIENDAS DIGNAS. LIDIA VENEGAS, del Comité de Allegados Los Sin Tierra, que agrupa a 3500 familias, cuestionó la ley de integración aprobada en agosto, que “ha regalado terrenos a las inmobiliarias”, mientras los chilenos “mueren” esperando respuestas a la problemática. Venegas contó a este medio que su agrupación había sido recibida en La Moneda más temprano por funcionarios de segunda línea. Al parecer, no hubo contactos significativos entre los manifestantes y los parlamentarios, que discutían en comisiones algunas medidas de la agenda social. Del otro lado de las rejas, se les gritaba “les pasaremos la cuenta”.

LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CHILE, REPRESENTADOS POR EMILIA SCHNEIDER, determinaron una PARALIZACIÓN INDEFINIDA hasta la conquista de una nueva Constitución. Ella es una de las víctimas del seguimiento policial a dirigentes que se conoció en los últimos días por una filtración de documentos. “Todavía no sabemos qué ha pasado con nuestros familiares; es por eso que no podemos dejar de estar presentes en todas las marchas”, remarcó Mónica Araya, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos. Desde Santiago por María Daniela Yaccar. Página/12. Pablo Raúl lunes 4 de noviembre del 2019.

PIÑERA Y LA RESPUESTA CRIMINAL AL “SUPER LUNES”. HUMO Y FUEGO, BOMBAS MOLOTOV, POLICÍAS ATROPELLANDO CIVILES. SÚPER REPRESIÓN PARA EL SÚPER LUNES EN CHILE. Con gases e hidrantes desde temprano, el despliegue de Carabineros logró vaciar Plaza Italia en la tercera movilización masiva de la sociedad.  Mientras estas líneas se escriben, Plaza Italia y sus alrededores, epicentro de las numerosas y esencialmente pacíficas protestas chilenas, es caos. Humo y fuego, personas corriendo, policías atropellando civiles, vidrios rotos, barricadas. Con gases e hidrantes desde temprano, el despliegue de Carabineros logró vaciar la Plaza en la tercera movilización masiva de la sociedad, llamada Súper Lunes”. La versión oficial de los hechos la acaba de pronunciar el ministro del Interior, Gonzalo Blumel: el argumento para la represión es que hubo dos ataques con bombas molotov a la Policía.

 “Llamamos a condenar la violencia, que no tiene nada que ver A las 21. 30, el funcionario repudió “el cobarde ataque” a dos carabineras que se encuentran con lesiones de gravedad. con el legítimo planteamiento de la ciudadanía. Ha sido un día complejo. Vamos a seguir investigando para sancionar estos hechos”. Dio cifras de detenidos en todo el conflicto (9 mil, 500 en prisión preventiva). Una periodista le consultó por las patrullas que se vieron atropellando civiles, como circuló en un video subido a Twitter (https://twitter.com/i/status/1191497132735451136). En principio la evadió. Luego dijo que todos los hechos, incluso los que tuvieran “efectos en civiles” debían ser investigados. El mensaje a la ciudadanía es que nos abramos al diálogo. Estamos haciendo un esfuerzo para escuchar humildemente todos sus planteamientos”, afirmó.
  

En cuestión de minutos, una manifestación pacífica que reunía a estudiantes, trabajadores de todos los sectores, jubilados, militantes y familias enteras se volvió un infierno. Los gases se habían sentido desde temprano, ingresando por la Alameda, a una larga distancia de la Plaza Baquedano con su monumento parcialmente destruido en la revuelta, con su caballo a casi toda hora ocupado por alguien que flamea la bandera nacional o mapuche. Por la tarde, mientras terminaba una ronda de organizaciones sindicales y sociales alrededor del Congreso para pedir a los legisladores que no abordaran la agenda social de Piñera, en Plaza Italia ya se veían hidrantes y explotaban las lacrimógenas. En ese entonces había poca gente. Horas más tarde, varios manifestantes admitían sentir miedo cuando iban llegando con sus barbijos, sus máscaras, antiparras limones y agua con bicarbonato, pero a la vez con sus carteles, silbatos, cornetas, cualquier objeto metálico para golpear, pañuelos verdes y hasta sus danzas en plena calle, con un deseo encendido, profundo, al parecer inclaudicable, de que Chile cambie para siempre.

ESTA TARDE, LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE FUNCIONARIOS DEFENSORAS Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS del Instituto Nacional de Derechos Humanos emitió un comunicado en el que solicitó la rectificación de declaraciones de su director, Sergio Micco. Ayer, Micco afirmó a un canal de televisión que la violación a los derechos humanosno es sistemática” en Chile. “Consideramos que demuestra un profundo desconocimiento de la normativa nacional e internacional sobre la materia. Algunos vivimos en comunas donde han ocurrido situaciones de represión”, afirma la Asociación.

EL DESGASTE EN CUERPOS Y ROSTROS SE HACÍA EVIDENTE. EL PUEBLO --la parte de él que no ha sufrido lo peor-- acumula días marchando, debatiendo, sin dormir o durmiendo poco, con estrés, largas caminatas por el funcionamiento parcial del metro y adicción a un sistema de información que se teje por redes sociales. Pero “no nos cansamos”, repetían los chilenos, que también coreaban:Ya van a ver. Las balas que nos tiraron van a volver”. Lo que se veía esta tarde no era distinto a lo que se viene viendo en Chile hace ya más de dos semanas. Un movimiento transversal, vivo, potente, rabioso, esperanzado, autoconvocado, sin líder, que no sólo no confía sino que repudia partidos políticos e instituciones. Que une al feminismo, la lucha mapuche, los estudiantes, los trabajadores, jubilados, los hombres de traje y que hasta movilizó a los ricos. En él hay también profesionales que aportan sus saberes --como arquitectos que denunciaron con una instalación la precariedad de las viviendas sociales o geógrafos que elaboraron mapas de registro de los cabildos--. Los jóvenes que en la marcha decían que no les interesaba cuando volverá a haber clases en la Universidad de Chile –se encuentra cerrada-- o que flameaban banderas mapuches porque hay que “representar a las raíces” fueron los que prendieron la mecha. “Violan a alguien y el Carabinero sigue libre. En cambio, un profesor puede quedar preso diez años por romper los torniquetes del metro”, contrastaba Mireya, 18 años, un limón en la mano, respecto del caso de Roberto Campos Weiss.

EL INDH ACUMULA CIFRAS DE QUERELLAS POR VIOLENCIA SEXUAL, DE NIÑOS Y ADOLESCENTES DETENIDOS (en lo que va del conflicto 479), heridos, torturas. Hubo detenciones a periodistas y en las calles se dice que hay infiltrados amenazándolos. Cientos de heridos que pueden perder un ojo. Presuntos montajes de muertes. Calcinados en los que se sospechan balas, suicidios que nadie cree que sean tal cosa. Chile arde, y el presidente es en esta marcha una marioneta que danza salida de un carro alegórico por una lateral de la Alameda, secundada por máscaras de Pinochet y Jaime Guzmán.Cuando el año pasado participé de una masiva marcha feminista, creí que podía morirme, pero ahora puedo ver esto”, festejaba Isabel, de 70 años, antes del caos. Por su tendencia de izquierda debió exiliarse en la dictadura. Esta tarde ya percibía que algo andaba mal. “No sé por qué tenía miedo de venir. Creo que tiene que ver con el golpe, pues.”

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AMÉRICA LATINA. LAS REVUELTAS DE OCTUBRE.

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Raúl Zibechi.

Naiz.

Rebelión martes 5 de noviembre del 2019.

Como cada pueblo se comporta según su experiencia previa, la comprensión de los levantamientos y estallidos debe rastrearse en las acciones previas

Las revueltas de octubre en América Latina tienen causas comunes, pero se expresan de formas diferentes. Responden a los problemas sociales y económicos que genera el extractivismo o acumulación por despojo, la suma de monocultivos, minería a cielo abierto, mega-obras de infraestructura y especulación inmobiliaria urbana.

Un modelo de destrucción de la naturaleza y de robo y contaminación de tierras y aguas, que es la principal forma de despojo. Un modelo que genera una brutal concentración de riqueza en el 1%, marginación y precarización de la vida del 50% y es responsable del crecimiento del narcotráfico, de la militarización de los territorios y, en consecuencia, de la violencia contra las mujeres, o feminicidio.

Las revueltas de octubre responden a la acumulación de agravios. En Ecuador asumió la forma de levantamiento bien estructurado, recuperando la larga experiencia del movimiento indígena que esta vez caminó de la mano de los sectores populares urbanos, en general clases medias profesionales, estudiantes y cientos de miles de indígenas migrantes. En Chile es un estallido sin organizaciones convocantes, porque fue la imbecilidad del poder que sacó millones a las calles. Como cada pueblo se comporta según su experiencia previa, la comprensión de los levantamientos y estallidos deben rastrearse en las acciones previas que realizaron los actores colectivos.

Si en Ecuador la columna vertebral fueron los quichuas de la sierra y los pueblos amazónicos, en Chile hubo tres grandes precedentes: la larga resistencia mapuche, las rebeliones estudiantiles y la nueva oleada feminista desde 2015 y, muy en particular, la de 2018, que atravesó toda la sociedad con tomas masivas de centros de estudio.

La resistencia mapuche tiene cinco siglos, pero desde el «retorno» de la democracia tuvo varios momentos estelares. En la década de 1990, la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) fue un parteaguas en la historia de ese pueblo. Se trató de una alianza entre comunidades y guerreros, entre longkos y weichafes, estos formados en universidades y en grupos de izquierda. Juntos produjeron una importante rebelión desde las bases que recuperó miles de hectáreas, además de una buena dosis de autoestima colectiva.

Las huelgas de hambre de los presos de la CAM (entre 2006 y 2008), consiguieron apoyo de una parte de la sociedad blanca, que se consolida con el asesinato de Matías Catrileo (2008) y conoce un salto impresionante un año atrás, cuando se produjo el crimen de Camilo Catrillanca (el 14 de noviembre de 2018).

Durante 15 días, miles de personas cortaron calles, encendieron fogatas y golpearon cacerolas en más de 30 ciudades. Este es un antecedente importante de lo que sucede ahora y explica por qué tantas personas ondean banderas mapuches en las manifestaciones: el pueblo mapuche es un referente ético y político para todo Chile.

El segundo movimiento que converge es el estudiantil, en particular los secundarios. En 2001 se produjo el «mochilazo», que además de grandes manifestaciones produjo una ruptura en la organización estudiantil controlada por el Partido Comunista. De ella nació una articulación horizontal, llamada Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), que practicó una nueva cultura política.

En 2006 sucedió la «revolución pingüina», con 400 colegios paralizados. En 2011 el movimiento desbordó todo lo imaginable, con la toma de estaciones de TV, 600 colegios tomados y decenas de institutos que siguieron el curso bajo control estudiantil y de docentes solidarios. La respuesta de la población a la brutal represión del 4 de agosto, fue la masiva ocupación de barrios, con caceroleos y fiesta/protesta hasta la madrugada, como en las «jornadas nacionales» contra el régimen de Pinochet en la década de 1980.

Finalmente, el año pasado miles de mujeres ocuparon 32 facultades y varios secundarios, denunciaron a connotados catedráticos y docentes por acoso, abuso y violencia, y profundizaron una lucha que había estallado en 2015 con un masivo 8 de marzo y las marchas del “Ni Una Menos”. De la mano de ese movimiento, se multiplican las organizaciones feministas, entre ellas grupos de mujeres mapuche y de sectores populares.

Estos tres movimientos (y otros como los pensionistas), convergen desde principios de octubre, sumando y multiplicando lo que ya venían haciendo en las últimas décadas. Un estallido no espontáneo, porque buena parte de las y los jóvenes ya habían ensayado, en escalas apenas menores, lo que están haciendo ahora, aunque con resultados más modestos.
 


En Ecuador se trata de un levantamiento planificado o, mejor, de la repetición con novedades de lo que viene haciendo la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Como hemos visto en otro análisis (Gara, 14/10/2019), la principal novedad en esta ocasión fue que varios miles se sumaron a la ocupación de los indígenas de Quito. Los jóvenes urbanos aportaron su cuota de radicalidad y odio a la policía. Las clases medias se solidarizaron con alimentos, mantas, ropa y donaciones de todo tipo. Los estudiantes forzaron la apertura de universidades públicas y privadas para albergar y alimentar indígenas y sectores populares.

Las mujeres realizaron una gigantesca marcha en la que confraternizaron las feministas académicas con indígenas de la sierra y la Amazonía. La larga experiencia de la Conaie, desde el primer levantamiento en 1990, le permitió poner punto final al levantamiento cuando vislumbraron que los partidos pretendían montarse encima de la movilización, los presos y los muertos, para sacar partido de la lucha.

Se retiraron, pero no se desmovilizaron. Pusieron en pie el Parlamento Indígena y de los Pueblos, una alianza entre todos los sectores populares para comenzar una minga (trabajo colectivo) que debe establecer medidas para salir del modelo neoliberal. Este trabajo es más difícil que resistir en las barricadas, porque no existe un modelo alternativo al neoliberal y extractivista, ya listo para ponerlo en marcha.

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