domingo, 10 de noviembre de 2019

RESISTENCIA, NO MUROS. SE CUMPLEN TREINTA AÑOS DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN.

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LA APERTURA DEL MURO FUE RESULTADO DE GORBACHOV (II). Si el Muro y la división alemana fueron resultado de Hitler, la caída del Muro y la reunificación fueron resultado de Gorbachov. Cuantas cosas se han dicho sobre el hundimiento del socialismo real, olvidando lo más obvio. La autoría de aquel derrumbe ha sido atribuida a todo tipo de personajes, desde aquel presidente de pocas luces que era Ronald Reagan hasta un Papa polaco, pero si se trata de personas fue Gorbachov.

Entre agosto y diciembre de 1989, en cuatro meses, cayeron o abdicaron los regímenes de Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Alemania del Este, Rumanía y Bulgaria. En verano se produjo la victoria de Solidarnosc en las elecciones polacas. En Hungría el partido de Estado se disolvió y dio lugar a un sistema pluralista. En octubre comenzaba la “revolución de terciopelo” en Checoslovaquia. En noviembre caían Teodor Zhivkov en Bulgaria y el muro de Berlín. En diciembre comenzaban las violencias en Rumanía, que acaban con la caída de Ceaucescu.

Los movimientos sociales jugaron un gran papel en aquel cambio. Desde la revuelta de 1953 en Berlín Este, hasta la Polonia de 1980, pasando por el 68 checo y el 56 húngaro, la Europa del Este había conocido, durante más de treinta años, revueltas, movimientos y revoluciones, algunas armadas, otras pacíficas, mucho más poderosas que lo de 1989, sin alcanzar resultados. Todo se estrellaba contra Moscú. ¿Por qué no ocurrió eso en 1989? La respuesta estándar es: la “sociedad civil”. En realidad lo determinante fue la actitud de Moscú y en concreto su “Doctrina Sinatra”. En los cinco años anteriores a 1989, fui, seguramente, el único free lance” español en ocuparse intensivamente de la sociedad civil del Este, viajando por toda la región desde Berlín Oeste con documentos de identidad de camuflaje y alojándome en casa de la oposición. Me interesaba más la gente corriente, los trabajadores, los estudiantes y los intelectuales que las “personalidades”, pero conocí a muchas de ellas, y a otras desconocidas que luego lo fueron.

 


Alemania recuerda los 30 años de la caída del Muro de Berlín en un ambiente de discordia Donal Trump se pronunció sobre el histórico hecho, calificando de "aliado" al país europeo. Alemania y toda Europa recordaron ayer sábado el 30º aniversario de la Caída del Muro de Berlín que puso fin a la división del continente, en una atmósfera de discordia entre los aliados de la época de la Guerra Fría.

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Repasar las notas y recuerdos de aquella época, matiza bastante la lírica sobre las “revoluciones del Este”. Cuando se produjeron, ya me encontraba en Moscú, de donde partían los impulsos determinantes del gran cambio europeo. Mis impresiones, atrapadas en la vorágine de los propios hundimientos soviéticos, fueron muy particulares, pero seguramente más realistas que las de quienes, por así decirlo, no descubrieron la existencia de Europa Oriental hasta 1989, cuando la región se convirtió en un volcán en erupción social.

La “Doctrina Sinatra”. Mientras en Occidente se afirmaba que el “mundo libre” había vencido la guerra fría, en Moscú se constataba un matiz importante: que Occidente vencía por retirada voluntaria del contrincante. Algo extraordinario que nadie tenía previsto, y de lo que la historia apenas ofrece precedentes: una retirada imperial pacífica y prácticamente incondicional. Eso fue la “Doctrina Sinatra”.

El término lo acuñó el portavoz de exteriores soviético Gennadi Gerásimov, un liberal al que le encantaba el whisky y que había estado destinado en Washington muchos años. En contraste con el derecho a intervenir con los tanques cuando el gallinero del Este se le revolucionaba, lo que se conocía como “Doctrina Brezhnev”, Moscú anunció con Gerásimov el derecho de cada país a gobernarse como quisiera, así de simple, y lo llamó “Doctrina Sinatra”, por la canción “My Way (“A mi manera”) de aquel autor. A los antiguos vasallos se les decía que hicieran lo que quisieran. “A su manera”. El mensaje dio alas a los regímenes potencialmente reformistas (Hungría, Polonia), desconcertó y tumbó a los que no querían reformas y cuyo principal apoyo era el tradicional inmovilismo moscovita (Checoslovaquia, Alemania del Este), y derribó mediante un golpe, con la complicidad de Moscú, a los que eran autónomos y dictatoriales, como Ceaucescu. La “Doctrina Sinatra” dio también alas a la sociedad civil del bloque. Sin ella el bloque del Este habría seguido languideciendo, como era el caso en los cinco años anteriores al cambio cuando yo lo conocí y recorrí de punta a punta. Fuente Rafael Poch de Feliu. Blog Personal.

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El Muro que divide Estados Unidos de México. La Imposición de la fuerza, el miedo, la persecución a millones de Ciudadanos emigrantes ilegales - que escapan de la pobreza, miseria, explotación, hambre, inseguridad, creado por el capitalismo salvaje en tiempos neoliberales.Poblaciones enteras hoy de Centro América - engañados por sus gobiernos, aun piensan con la "migración", encontrar el "sueño de la vida americana".  MURO que también asusta hoy al propio Presidente mexicano - fiel y obediente - hoy a las imposiciones imperiales, de un dictador, que se considera bel "líder del mundo libre".

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RESISTENCIA, NO MUROS.
SE CUMPLEN TREINTA AÑOS DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN.
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Maren Mantovani.

Rebelión domingo 10 de noviembre del 2019.


Este 9 de noviembre se cumplen treinta años de la caída del Muro de Berlín y de la proclamación de la superioridad de Occidente y de su modelo de libre mercado con el que iban a caer todos los muros. Tres décadas después se han construido más de 70 muros en todo el mundo. Visto desde el punto de vista de la Campaña Palestina contra el Muro, parece que el mundo está atravesando un proceso de ‘israelización’.

De hecho, hasta 2002, fecha en que Israel comenzó a construir su muro de apartheid en la Cisjordania ocupada, los muros eran un tabú político. Incluso el muro que encarcela a toda la población palestina de Gaza desde 1995 se mantuvo en silencio. La indignación que provocó la construcción por parte de Israel de un muro de ocho metros de altura en Cisjordania fue enorme al principio, en parte porque, al contrario de la mayoría de los otros muros, este se construye en territorio ocupado. Pero a pesar de que la Corte Internacional de Justicia en 2004 declaró ilegal este muro, así como cualquier apoyo internacional al mismo, la decisión se quedó en los cajones de la diplomacia de la ONU mientras que los muros se normalizaron y globalizaron.

La propia Europa ya ha construido más de mil kilómetros de vallas, seis veces más que la extensión del Muro de Berlín. El presidente de Estados Unidos Donald Trump arrancó el año con el cierre de gobierno más prolongado de la historia del país y un Congreso enfrentado entre quienes querían financiar su "gran, grueso y hermoso" muro y quienes apoyaban la versión de un "muro tecnológico", como proponía la dirigente demócrata Nancy Pelosi. India, Turquía, Arabia Saudí, Túnez, Marruecos, Argentina y muchos otros países están construyendo muros de los que se oye hablar mucho menos.

Para entender este proceso de globalización de los muros Stop the Wall ha publicado "Resistencias No Muros: una Antología para un mundo sin Muros",  una recopilación de ensayos y entrevistas que presenta tanto un análisis profundo y una investigación sobre los muros como experiencias de las luchas contra ellos. Esta antología saca a la luz las conexiones entre los muros de todo el mundo y en su último capítulo recoge diversas iniciativas llevadas a cabo como parte de la convocatoria de un Mundo sin Muros hecha por los movimientos palestinos y mexicanos en 2017 y respaldada por más de 400 movimientos y redes en todo el mundo.


30 Años de La caída del Muro de Berlín, y la caída de un socialismo realmente no existente. Hace 30 años cayó 1(uno)  hoy se han producido la "globalización de los muros de la vergüenza" . La ignominia más degradante para la vida del ser humano es el Muro de Israel, levantado en territorios de Palestina.
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El llamamiento inicial, que ha instituido el 9 de noviembre como Día Global de InterAcción por un Mundo sin Muros, declara: 

Desde el Muro del apartheid de Israel en tierras palestinas hasta el muro de la vergüenza de Estados Unidos en tierras indígenas en la frontera con México los muros son monumentos de expulsión, exclusión, opresión, discriminación y explotación. [...] Los muros no sólo se han levantado para fortificar las fronteras bajo control estatal sino para demarcar la frontera entre los ricos, los poderosos, los socialmente aceptables y los 'otros'.

Con ocasión del III Día Global intelectuales, periodistas de investigación y activistas del movimiento popular de Palestina, Israel, México, Estados Unidos, Grecia, Italia, el Estado Español, el País Vasco, Marruecos, el Sáhara Occidental, Brasil, Argentina, India y Cachemira comparten en esta antología sus puntos de vista y visiones.

La globalización de los muros es consecuencia de la actual crisis económica, civilizacional y ambiental global que revela la incapacidad de la élite gobernante para dar respuestas efectivas a las necesidades de las personas. Incapaces de prometer de manera creíble el bienestar, adoptan lo que Charles Derber y Yale R. Magrass llaman el "relato de la seguridad". Este relato infunde miedo en nuestras sociedades al inventar amenazas falsas y empeorar las amenazas reales, además de justificar la autoridad de la élite gobernante como la única fuerza que puede garantizar al menos la seguridad y la supervivencia. El resultado inevitable es la aparición de fuerzas racistas, supremacistas y excluyentes, desde Narendra Modi de India hasta Bolsonaro de Brasil, la extrema derecha europea y Donald Trump.

No es casual que estas fuerzas consideren a Israel su modelo y los distintos tipos de muros una herramienta de dominio sociopolítico y geopolítico. El apartheid y el proyecto colonial de Israel ofrecen paradigmas, métodos y tecnología probados sobre el terreno para implementar esas políticas racistas y supremacistas.

Sin embargo, los muros no son algo nuevo, sino una herramienta colonial antigua, que Israel adoptó para sus propósitos actuales. Khury Peterson-Smith, uno de los organizadores de la declaración Solidaridad Negra con Palestina de 2015, describe en su contribución cómo Estados Unidos es una "Nación de Muros" ya que históricamente ha usado muros para avanzar en su conquista colonial. El apoyo de Estados Unidos y la adopción de la versión israelí de los muros contemporáneos no son sino una consecuencia de esa trayectoria.

Juan Hernández Zubizarreta, miembro del movimiento vasco por los derechos de las personas migrantes Ongi Etorri Errefuxiatuak, define los muros como elementos de una dinámica en la que las prácticas fascistas y totalitarias avanzan hacia un nuevo modelo de neofascismo. Los considera parte de la guerra de las estructuras capitalistas, hetero-patriarcales y coloniales contra pueblos de los que se libran mediante la expulsión, la explotación y la necropolítica. 
 


En junio de 2002 el gobierno de Israel decidió levantar un muro de 700 kilómetros de longitud a lo largo de la frontera con Cisjordania. La construcción por parte de Israel del denominado "Muro del Apartheid" en Cisjordania constituye una grave violación de los derechos humanos y al Derecho Internacional, ya que ha fragmentado el territorio palestino física y políticamente. Tiene un impacto desastroso en el desarrollo económico y social de Palestina y socava las perspectivas de independencia palestina. El muro ha fomentado la sordera israelí hacia la lucha palestina, oculta y cercada con alambre de púas, se ha convertido en la imagen de resistencia a la ocupación.
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Para Israel la globalización de los muros, el aumento de la extrema derecha y las políticas de expulsión y exclusión son una fuente inestimable de legitimación y, al mismo tiempo, abren mercados cada vez mayores. Un resumen del extenso estudio de Mark Akkerman sobre la industria del muro muestra un aumento global del 8% anual y un aumento europeo del 15% en el gasto de militarización fronteriza. Riya AlSanah y Hala Mashood muestran cómo las compañías militares y de seguridad nacional de Israel utilizan su ventaja comparativa sobre otras al vender su militarización fronteriza y tecnología de muro como "probadas sobre el terreno", no solo para la construcción del muro de Estados Unidos en la frontera con México.

En el marco del relato de la seguridad, la otra cara del paradigma de los muros es, según Jamal Juma', la creación de una sociedad de vigilancia que crea un panóptico que despoja a las personas de todas las capas que podrían proteger sus derechos y su intimidad. Una vez más, la tecnología y la metodología israelíes, son líderes en el mercado al utilizar Palestina como laboratorio al aire libre las 24 horas del día. Los recientes escándalos en AnyVision o el spyware de NSO Group son solo dos ejemplos.

El sistema de los muros es penetrante y no está solamente en las fronteras ni se expresa solamente en estructuras físicas. Los muros de nuestras mentes –o lo que Gilberto Conde denomina las cartografías imaginarias– son el resultado del poder simbólico de los muros y del poder normativo de su régimen asociado de leyes, políticas públicas, ideologías y otros muchos factores que impiden el acceso a la justicia.

Está claro que solo juntas podemos derribar estos muros.

La antología ofrece también espacio para reflexionar sobre las acciones iniciadas conjuntamente para derribar los muros: los Tribunales Populares, las Caravanas Populares, así como las iniciativas de boicot, desinversión y sanciones (BDS) para derrumbar la arquitectura de la impunidad que protege a las empresas que permiten, facilitan y se benefician de los muros de la injusticia.

Las y los activistas de base y movimientos al frente de la lucha reiteran en sus contribuciones su llamado a cortar los vínculos de complicidad, de apoyo de Israel a la militarización y las políticas racistas en todo el mundo. Gizele Martins, del movimiento de favelas en Río de Janeiro, reflexiona sobre su experiencia en Palestina, donde ha visto utilizar las mismas tácticas que utiliza la policía militar de Río adiestrada por ISDS, una compañía de seguridad israelí. Subraya elocuentemente que es imprescindible que los movimientos se unan cuando "globalizan la forma en que nos matan".

En vez de ceder a la tentación de dejarse llevar por los cada vez más furibundos y brutales ataques, es hora de levantar la cabeza, mirar más allá de los muros, percibir otras luchas y conectarlas con la nuestra para ganar fuerza y confianza juntas. Esta mirada más allá de los muros nos permite vislumbrar en el horizonte un mundo de justicia, libertad e igualdad, nos da esperanza y nos marca el rumbo.

La antología Resistencia, no muros. Una antología para un mundo sin muros se puede leer en este enlace.

MAREN MANTOVANI es coordinadora de las relaciones internacionales de la campaña palestina Stop the Wall.

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