“La actual guerra
inter-intra-trans y pluri-imperialista que está en desarrollo pareciera
que impulsa una desestabilización general y mundial, y es ejecutada por medio
de los Estados “nacionales” y por otros organismos supra-estatales
(OTAN, etc.), pero, detrás de ese conflicto están las poderosas empresas
transnacionales que están totalmente imbricadas entre sí a nivel global.
En esa guerra los oprimidos no tienen aliados y solo podemos contar con
nosotros mismos. Relacionado
con lo anterior, es importante identificar el papel que han empezado a jugar
las llamadas “clases medias”, que por lo que se ha observado están compuestas por
cientos de miles de pequeños y medianos productores (“emprendedores”),
que en su mayoría portan en su seno a los “nuevos proletarios” o
profesionales y técnicos “precariados”, que han empezado a manifestarse y a
actuar como sector social específico, en Bolivia contra Evo, en Chile contra
Piñera, en Francia contra Macron, y en general, en todo el mundo
capitalista”.
“Estos pequeños y
medianos productores saben que sus “pymes” son negocios absolutamente
subordinados y que están al servicio de los grandes
conglomerados capitalistas transnacionales, pero como han estado solos y para
las “izquierdas” no son “sujetos revolucionarios”, no saben cómo
salir de la trampa en que viven y le apuntan a todo lo que represente el “poder”. Todo lo anterior requiere un estudio y un análisis
consistente que fue iniciado desde el siglo pasado por Guy Standing (9), pero
que debe ser continuado para entender a fondo lo que está ocurriendo debajo de
la superficie de la sociedad capitalista actual. Esos sectores sociales vienen
identificando sus intereses, y a su manera (en el marco del capitalismo)
también luchan contra el “estatismo” como lo explica muy bien Pablo Stefanoni y Fernando
Molina en sus escritos”.
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La crisis de la Democracia Liberal Representativa en América Latina, en un escenario de rebelión social y política - con fuerte contenido de Desigualdad Económico-Social - y un escenario donde ha crecido la falta de CONFIANZA en la Instituciones y la propia Democracia.
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GOLPES
DE ESTADO Y (CONTRA) REVOLUCIONES, LUCHA DE CLASES Y/O GUERRA ENTRE POTENCIAS.
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Fernando
Dorado.
Rebelión miércoles
20 de noviembre del 2019.
Popayán, 14
de noviembre de 2019
Con ocasión
de los últimos sucesos ocurridos en Ecuador, Bolivia y Chile, se presenta en la
actualidad una aguda controversia conceptual alrededor de la interpretación de
los hechos.
Se han
publicado una serie de crónicas en donde se pone en primer lugar el análisis de
las fuerzas “internas” en confrontación en cada país(clases y sectores
de clases, sectores étnicos, de género, culturales, jóvenes, otros)por parte de
reconocidos analistas como Raúl Zibechi (1), Gabriel Salazar (2), Pablo Stefanoni, Fernando Molina (3), Pablo Solón (4) Milagros Aguirre (5) y algunas otras y otros intelectuales muy cercanos e
integrados a movimientos sociales.
Dichos
recuentos y análisis tratan de ser desconocidos, negados o minimizados por los
analistas y escritores “progresistas” y de “izquierdas”,
apoyándose en enfoques geopolíticos en donde lo predominante es el papel
golpista de los EE.UU. y/o de las potencias extranjeras.
En el fondo
es una verdadera batalla ideológica que corre paralela a los hechos que se
describen y analizan, que corresponde al necesario y enriquecedor debate en
torno a las concepciones políticas sobre lo que es la esencia de la
acción política.
Una
concepción coloca el acento en la construcción de fuerza popular, de base y
permanente, e impulsar una nueva estrategia de emancipación a partir de la
auto-organización de los oprimidos y de los trabajadores; la otra, le apuesta
todo a la gestión desde el Estado y los gobiernos.
Todos los
demás aspectos que se mencionan en esos escritos relacionados con el (anti) extractivismo,
(anti) racismo, (anti) patriarcalismo, etc., pueden ser componentes
importantes de la realidad y de las luchas, pero no apuntan a lo esencial que
es el problema del Poder.
(El verdadero poder, no el “fetiche del poder”
que gira alrededor de las “instituciones” y que como se ha demostrado, una vez
más, cuando la “democracia” no le funciona al gran capital, ese poder se
manifiesta en el monopolio de las armas, pero no resuelve el antagonismo social).
Este aspecto
de nuestras luchas fue planteado por Marx desde 1871 después de la Comuna de
París cuando afirmó que los oprimidos “no pueden simplemente tomar posesión
de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines”,
sino que hay que “romper la máquina burocrático-militar del Estado” [6] .
Esta lección
de la lucha de los trabajadores solo empezó a ser comprendida plenamente a
finales del siglo XX, y puesta en práctica por los zapatistas mexicanos, los
mapuches chilenos y los kurdos de Rojava (Ocalan [7] ), en lo que
se constituye como una nueva estrategia de los desheredados de la tierra
–todavía incipiente pero alentadora– que deberá ser desarrollada por los
pueblos y los trabajadores del mundo entero si queremos efectivamente
contribuir con el derrumbe del capitalismo y la construcción de un nuevo modo
de vida y de producción que supere el infierno capitalista.
Hasta esos
años (90s), las “izquierdas” se limitaban a “penetrar” a los movimientos y organizaciones sociales para
“extraer” a los mejores “cuadros”, involucrarlos en las dinámicas de
los partidos electorales o en las organizaciones armadas (“vanguardias de la
insurrección”), e instrumentalizar las luchas sociales para preparar el
derrocamiento de las clases dominantes del poder político (vía pacífica o
violenta), reemplazarlas en la dirección del Estado y hacer la revolución “desde
arriba”. Ese camino fracasó en el siglo XX y sigue fracasando en el XXI.
Es evidente
también que el análisis geopolítico no se puede desconocer y no se puede dejar
en manos de quienes quieren ocultar los errores y las graves fallas (de todo
orden) que han cometido los partidos y dirigentes progresistas y de “izquierdas”,
acudiendo al argumento de que todo es obra del imperio estadounidense. Se
hace necesario echarle una mirada a ese aspecto.
Ya Rusia reconoció a la "autonombrada" presidente Jeannine Añez (8); China tiene grandes negocios alrededor del litio
boliviano y Brasil quieren controlar la producción de gas; Putin y Xi se codean
con Bolsonaro en el encuentro de los BRICS, y se abrazarán con el que sea (y por debajo de la
mesa con Trump), mientras Bolivia, Ecuador, Chile y demás países de América
Latina, van caminos de ser “balcanizados” como ocurrió con la
antigua Yugoeslavia (Kosovo), Libia, Siria, Ucrania, etc. Es claro que los EE.UU.
no podían quedarse por fuera de la rebatiña.
La actual
guerra inter-intra-trans y pluri-imperialista que está en desarrollo pareciera que impulsa una desestabilización
general y mundial, y es ejecutada por medio de los Estados “nacionales”
y por otros organismos supra-estatales (OTAN, etc.), pero, detrás de ese
conflicto están las poderosas empresas transnacionales que están totalmente
imbricadas entre sí a nivel global. En esa guerra los oprimidos no
tienen aliados y solo podemos contar con nosotros mismos.
Pobreza, Vulnerabilidad y clase media en América latina. ¿Quién es quién?. Sus derechos, deberes y responsabilidades frente a sus nuevas aspiraciones. Educación, Salud, Trabajo, Salarios, Cultura, Transporte, Medio Ambiente, Seguridad y Bienestar Social en General,
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Relacionado con lo anterior, es importante identificar el papel que han empezado a jugar las llamadas “clases medias”, que por lo que se ha observado están compuestas por cientos de miles de pequeños y medianos productores (“emprendedores”), que en su mayoría portan en su seno a los “nuevos proletarios” o profesionales y técnicos “precariados”, que han empezado a manifestarse y a actuar como sector social específico, en Bolivia contra Evo, en Chile contra Piñera, en Francia contra Macron, y en general, en todo el mundo capitalista.
Estos
pequeños y medianos productores saben que sus “pymes” son negocios
absolutamente subordinados y que están al servicio de los grandes conglomerados
capitalistas transnacionales, pero como han estado solos y para las “izquierdas”
no son “sujetos revolucionarios”, no saben cómo salir de la trampa en
que viven y le apuntan a todo lo que represente el “poder”.
Todo lo
anterior requiere un estudio y un análisis consistente que fue iniciado desde
el siglo pasado por Guy Standing (9), pero
que debe ser continuado para entender a fondo lo que está ocurriendo debajo de
la superficie de la sociedad capitalista actual. Esos sectores sociales vienen
identificando sus intereses, y a su manera (en el marco del capitalismo)
también luchan contra el “estatismo” como lo explica muy bien Pablo Stefanoni y Fernando
Molina en sus escritos (Nueva Sociedad y Anfibia) (10).
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[4] Solón, Pablo
(25.02.2016). Algunas reflexiones, autocríticas y propuestas sobre el proceso
de cambio en Bolivia
[6] Marx, Carlos (1871). “La
guerra civil en Francia”.
(7) Abdullah Öcalan es un dirigente político kurdo, presidente del Partido de los
Trabajadores de Kurdistán (PKK). Está condenado en Turquía a cadena perpetua
por cargos de terrorismo y separatismo armado. Impulsor del “confederalismo
democrático”.
(8) Sputnik.
(14.11.2019). Moscú reconoce a Jeanine Áñez como la presidenta interina de
Bolivia hasta las elecciones:
[9] Standing,
Guy (2003). El precariado: una nueva clase social. Editorial Pasado y
Presente.
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