“Bertone,
Becciu y la AIF, involucrados. 37 años
después, la capital británica vuelve a ser protagonista de intrigas vaticanas. Este
escándalo financiero implica el dinero del Óbolo de San Pedro, que las
iglesias de todo el mundo entregan al Vaticano para obras de caridad del Papa y
que se desviaron para negocios turbios que involucran el pontificado de
Benedicto XVI –y a su secretario de Estado, Tarcisio Bertone–, pero también
al actual prefecto de Causas de los Santos, Angelo Becciu. Resucitan además
otra polémica de comienzos del papado de Francisco: el 'Vatileaks II', que llevó a
juicio al español Lucio Ángel Vallejo Balda y a su colaboradora Francesca
Chaouaqui, así como a dos periodistas italianos, Gianluiggi Nuzzi y
Emiliano Fittipaldi, acusados de filtración de documentos. Este último ha sido quien destapó el último
escándalo desde las páginas de L'Espresso, a
través de los máximos responsables del IOR y de la Oficina del Revisor General
vaticano. Ellos advirtieron en junio al Papa de posibles delitos financieros
que podrían implicar a varios trabajadores de la Secretaría de Estado y de
la Autoridad Internacional Financiera (AIF), órganos que supuestamente estarían
detrás
“De hecho, entre los acusados está Tommaso Di
Ruzza, presidente de la Agencia de Información Financiera, encargada de
controlar los blanqueos de capitales. Los lazos entre los responsables del
dinero vaticano y los poderes económicos italianos es evidente. Ruzza es yerno
del ex gobernador de la Banca d’Italia, Antonio Fazio. Otro investigado es
monseñor Mauro Carlino, jefe del Departamento de Información y
Documentación, los 'ojos' del Vaticano para sintetizar lo que sucede fuera y
para orientar al departamento de Comunicación. Carlino fue hasta el año
pasado secretario del cardenal Becciu. Los otros tres encausados son
Vincenzo Mauriello y Fabrizio Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado;
y una empleada de la administración, Caterina
Sansone.
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CARDENALES
QUE COMPRAN PALACIOS CON EL DINERO PARA LOS POBRES.
La
última intriga vaticana, digna de El Padrino.
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Jesús
Bastante.
eldiario.es
Rebelión sábado 19 de octubre del 2019.
Por primera vez en la historia, la Gendarmería
vaticana ha requisado documentos en la Secretaría de Estado para investigar un
fondo de inversión británico alimentado con dinero de la Iglesia. Se trata del
desvío de millones de euros del Óbolo de San Pedro, que las iglesias dan al
Vaticano para caridad, hacia una sociedad con sede en Luxemburgo. La trama
señala al poderoso cardenal Angelo Becciu y ya ha provocado la dimisión del
jefe de seguridad del Papa.
Sloan Avenue, 60. Barrio de Chelsea, Londres. El
ladrillo reluciente de este remozado palacio en uno de los barrios más caros de
la ciudad es el epicentro de una trama corrupta digna de El Padrino, que por el
momento se ha cobrado la dimisión del jefe de seguridad vaticana, Domenico
Giani, después de veinte años siendo la sombra de tres papas. El edificio
londinense, propiedad del Vaticano, costó 200 millones de euros. 200 millones
que salieron del dinero de la Iglesia católica para los pobres.
Los dineros vaticanos siempre han estado rodeados
de misterio, luchas de poder, odio e incluso muerte. También en Londres,
el 18 de junio de 1982 apareció ahorcado en el puente de Blackfriars Roberto
Calvi, apodado 'el banquero de Dios', después de haber
financiado, junto al todopoderoso arzobispo Marcinkus, fondos del IOR (Banco
Vaticano) y el Banco Ambrosiano que, en muchas ocasiones, se destinaron
a la mafia o las operaciones anticomunistas que Juan Pablo II fomentó en
Polonia. Este sangriento episodio aparece retratado en la última entrega de la
trilogía de Francis Ford Coppola, en 1990.
Bertone,
Becciu y la AIF, involucrados
37 años después, la capital británica vuelve a ser
protagonista de intrigas vaticanas. Este escándalo financiero implica el dinero
del Óbolo de San Pedro, que las iglesias de todo el mundo entregan al Vaticano
para obras de caridad del Papa y que se desviaron para negocios turbios que
involucran el pontificado de Benedicto XVI –y a su secretario de Estado,
Tarcisio Bertone–, pero también al actual prefecto de Causas de los Santos,
Angelo Becciu. Resucitan además otra polémica de comienzos del papado de
Francisco: el 'Vatileaks II', que llevó a juicio
al español Lucio Ángel Vallejo Balda y a su colaboradora Francesca Chaouaqui,
así como a dos periodistas italianos, Gianluiggi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi,
acusados de filtración de documentos.
Este último ha sido quien destapó el último
escándalo desde las páginas de L'Espresso, a través de los
máximos responsables del IOR y de la Oficina del Revisor General vaticano.
Ellos advirtieron en junio al Papa de posibles delitos financieros que podrían
implicar a varios trabajadores de la Secretaría de Estado y de la Autoridad
Internacional Financiera (AIF), órganos que supuestamente estarían detrás del
trabajo de transparencia financiera del Vaticano.
De hecho, entre los acusados está Tommaso Di Ruzza,
presidente de la Agencia de Información Financiera, encargada de controlar los
blanqueos de capitales. Los lazos entre los responsables del dinero vaticano y
los poderes económicos italianos es evidente. Ruzza es yerno del ex gobernador
de la Banca d’Italia, Antonio Fazio.
Otro investigado es monseñor Mauro Carlino, jefe
del Departamento de Información y Documentación, los 'ojos' del Vaticano para
sintetizar lo que sucede fuera y para orientar al departamento de Comunicación.
Carlino fue hasta el año pasado secretario del
cardenal Becciu. Los otros tres encausados son Vincenzo Mauriello y Fabrizio
Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado; y una empleada de la
administración, Caterina Sansone.
La trama de la corrupción que se investiga. Señalan al poderoso Cardenal Angelo Becciu.
***
El
'pecado' de la filtración
"Al día
siguiente de la divulgación de la nota de la Oficina de Prensa de la Santa
Sede, las personas sometidas a las investigaciones han
sido objeto de un verdadero escándalo mediático con la publicación de sus
fotos, a pesar de que todavía no se han determinado las posibles
responsabilidades", lamentó oficialmente el Vaticano. "Las
personas involucradas en la investigación tenían y tienen derecho a ser
respetadas por su dignidad como hombres y mujeres, ya sean sacerdotes o padres
y madres de familia", sostiene.
El Papa se mostró furioso por la publicación de la
noticia sobre la investigación, que llegó a ser calificada de 'pecado mortal'.
El Vaticano mantiene una difícil relación con Fittipaldi, el periodista que la
publicó, desde que fue exonerado de ser juzgado en el caso Vatileaks II.
De hecho, la filtración de los nombres de los
investigados provocó la renuncia de Domenico Giani como comandante de la
Gendarmería Vaticana. Fuentes cercanas al Papa ven su cese como una estrategia
para eliminar a algunos colaboradores del Pontífice, entre los que se
encontraba Giani, y miran al cardenal Becciu y al 'clan de los italianos' como
artífices de una trama para evitar perder el control de la Curia, y de sus
fondos.
En todo caso, Francisco ha querido dejar clara su
confianza en Domenico Giani, a quien visitó en su casa, y que podría ayudarle a
continuar con su política de transparencia en la Santa Sede, bien desde fuera,
bien desde algún puesto pontificio creado específicamente para él.
Fondos de inversión en Italia, Rusia,
Malta o Jersey
¿Pero qué ha sucedido en Roma para que, por primera
vez en la Historia la Gendarmería vaticana entrara en la Secretaría de Estado y
se incautara de cientos de folios de documentación, ordenadores, tablets y
teléfonos móviles? La investigación apunta a un fondo británico, gestionado por
oscuros monseñores vaticanos, que tras el referéndum del Brexit sufrió pérdidas
millonarias.
No sólo eso: está detrás de transacciones
financieras entre Roma, Londres y Luxemburgo en los últimos ocho años, que
llevaron el dinero vaticano a fondos de inversIón controlados en Italia, Rusia,
Malta y Jersey. Según apunta Fittipaldi, entre unos y otros llegaron a
invertirse hasta 800 millones de euros provenientes del Óbolo de San Pedro y el
Fondo Pablo VI, para la sociedad WRM y la inversora Athena Capital Found, ambas
con sede el Luxemburgo. Es ésta última la que logra el contrato para invertir
los 200 millones de euros en distintos inmuebles, entre ellos el palacio del
barrio de Chelsea. Becciu y el anterior responsable de los fondos de la
Secretaría de Estado, monseñor Alberto Perlasca, podrían haber ejercido como
intermediarios con Athena.
La
economía, uno de los puntos negros de Bergoglio
Todas las miradas apuntan al cardenal Becciu, quien
hasta hace poco fue Sustituto de la Secretaría de Estado. De hecho, es su
sucesor, el venezolano Edgar Peña Parra, quien habría impulsado la
investigación, tras comprobar algunas irregularidades en los archivos de su
antecesor. En el trasfondo, una lucha de poder entre los afines a los cambios
propugnados por Francisco que, en el ámbito económico, supondrán que los fondos
de todas las congregaciones habrán de pasar por el control de la Secretaría de
Estado, acabando así con el descontrol financiero de la Curia vaticana.
Según se desprende de la investigación, Becciu era
la firma que autorizaba las inversiones investigadas por la Gendarmería
vaticana, y que podrían superar los 200 millones de euros. Tal y como
explica Financial Times, pudo haber jugado un papel fundamental en
las reformas financieras del Vaticano, protagonizando enfrentamientos con el
entonces 'superministro de Economía' vaticano, George Pell, hoy condenado por
pederastia en Australia.
En todo caso, la operación de la Gendarmería deja
en punto muerto el trabajo que la AIF estaba llevando a cabo para fomentar la
transparencia financiera del Vaticano, y se une a las caídas de otros
personajes que en su día trataron de hacerse cargo del poder económico romano.
Desde el español Vallejo Balda al cardenal Pell, condenado por pederastia en
Australia y que durante años ejerció como 'superministro de Economía' vaticana,
pasando por el anterior revisor general, Libero Milone, despedido tras haber
sido sorprendido en operaciones cuando menos sospechosas. Todos ellos fueron
nombrados por Francisco: algo que sus enemigos están utilizando para atacar al pontífice argentino y su supuesta ineficacia
para gestionar la todopoderosa maquinaria financiera de la Iglesia católica.
Más información en religiondigital.org
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