CHILE.
“PIÑERA Y SU AUTODESTRUCCIÓN POLÍTICA” EL AUDIO DE LA ESPOSA: “VAMOS A TENER
QUE DISMINUIR NUESTROS PRIVILEGIOS”. LO
QUE SE VIENE ES MUY GRAVE”, “ES COMO UNA INVASIÓN EXTRANJERA, ALIENÍGENA”.
PIÑERA PIDIÓ “PERDÓN” A SU PAÍS. EN MEDIO DE LAS PROTESTAS. saldo
15 muertes, 84 heridos y 2,150 detenidos. la primera dama chilena se refirió a las manifestaciones y las calificó
como "una invasión extranjera, alienígena". en chile comenzó a circular un audio desde el domingo
en el que la primera dama CECILIA MOREL le habla a una amiga sobre la
situación de crisis en el país y deja algunas definiciones que causaron
indignación. el diario chileno la tercera confirmó la veracidad del audio tras
chequear con fuentes de la moneda. “amiga, yo creo que lo más importante
es tratar de nosotros mantener la cabeza fría, no seguir calentándonos,
porque lo que viene es muy, muy, muy grave”, comienza la nota de voz.
UN DESTACADO POLÍTICO CHILENO
MANIFIESTA, “NO SON 20 PESOS DE AUMENTO EN LOS PASAJES, SON 30 AÑOS DE OLVIDOO
Y TRACIÓN D ELA CLASE MPOLÍTICA CONYTRA EL PUEBLO”. Luego
expresa: “adelantaron el toque de queda porque se supo que la estrategia es
romper toda la cadena de abastecimiento, de alimentos,
incluso en algunas zonas el agua, las farmacias, intentaron quemar un hospital
e intentaron tomarse el aeropuerto, o sea, estamos absolutamente
sobrepasados, es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice,
y no tenemos las herramientas para combatirlas”, detalla. sobre el
final deja la frase que causó más rechazo en medio de las masivas protestas
contra el gobierno de su marido, SEBASTIÁN PIÑERA. “por favor,
mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena
voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir
nuestros privilegios y compartir con los demás “,
dice MOREL.
EL PRESIDENTE DE CHILE,
SEBASTIÁN PIÑERA, PIDIÓ “PERDÓN” A SU PAÍS POR NO HABER DIMENSIONADO la crisis y anunció una serie de
medidas sociales en beneficio de los más vulnerables. «no fuimos capaces
de reconocer esta situación en toda su magnitud que ha expresado la
manifestación auténtica de los chilenos y le pido
perdón a todos mis compatriotas», expresó PIÑERA, entre las medidas que ya anunció el
mandatario chileno está el aumento del
20% «en las pensiones básicas
solidarias”, aportes previsionales entre 2021 y 2022, un ingreso
mínimo garantizado de 350.000 pesos mensuales para todos los
trabajadores con jornada completa y un aumento de impuestos a chilenos que
perciben más de 8 millones de pesos mensuales,
con lo que se pretende recaudar unos 160 millones de dólares. EL MANDATARIO TAMBIÉN PROMETIÓ UNA REDUCCIÓN en el
número de parlamentarios y en las dietas de los funcionarios; así como bajar
las contribuciones que pagan los jubilados «más vulnerables». las
manifestaciones se desataron luego del anuncio del aumento
en el metro de SANTIAGO, aprobado por el ministerio de transporte.
los cinco días de protestas han cobrado la vida de
15 personas, ha registrado 84 personas heridas y la detención de 2,150
personas. pablo raúl, martes 22 de octubre del 2019.
/////
Presidente Piñera, el famoso e inexistente OASIS de la Economía y el libre mercado latinoamericano se hundió, o en realidad nunca existió, todo fue un canto de hadas, producto de sus sueños de mandatario-capitalista que olvidó por siempre a su pueblo.
***
PIÑERA
Y LA REPRESIÓN. EL TSUNAMAI CHILENO.
*****
Atilio A.
Boron.
Rebelión
miércoles 22 de octubre del 2019.
El régimen de Piñera -e insisto en lo de “régimen”
porque un gobierno que reprime con la brutalidad que todo el mundo ha visto no
puede considerarse democrático- se enfrenta ante la más seria amenaza popular
jamás enfrentada por gobierno alguno desde el derrocamiento de la Unidad
Popular el 11 de Septiembre de 1973. Las ridículas explicaciones oficiales no
convencen ni a quienes las divulgan; se oyen denuncias sobre el vandalismo de
los manifestantes, o su criminal desprecio por la propiedad privada, o por la
paz y la tranquilidad para ni hablar de las oblicuas alusiones a la letal
influencia del “castro-madurismo” en el desencadenamiento de las protestas que
culminaron con la declaratoria del “estado de emergencia” por parte de La
Moneda, argumento absurdo y falaz antes esgrimido por el corrupto que hoy
gobierna al Ecuador y abrumadoramente desmentido por los hechos.
El estupor oficial y el de los sectores de la
oposición solidarios con el modelo económico-político heredado de la dictadura
carece por completo de fundamento, a no ser por el anacronismo de la opulenta
partidocracia dominante (una de las mejor remuneradas del mundo), su incurable
ceguera o su completo aislamiento de las condiciones en que viven -o
sobreviven- millones de chilenas y chilenos. Para un ojo bien entrenado si hay
algo que sorprende es la eficacia de la propaganda que por décadas convenció a
propios y ajenos de las excelsas virtudes del modelo chileno. Este fue
ensalzado hasta el hartazgo por los principales publicistas del imperio en estas
latitudes: politólogos y académicos del buen pensar, operadores y lobistas
disfrazados de periodistas, o intelectuales coloniales, como Mario Vargas
Llosa, quien en un reciente artículo fustigaba sin piedad a los “populismos”
existentes o en ciernes que atribulan a la región a la vez que exaltaba el
progreso “a pasos de gigante” de Chile /1.
Este país es
para los opinólogos bienpensantes la feliz culminación de un doble tránsito: de
la dictadura a la democracia y de la economía intervencionista a una de
mercado. Lo primero no es cierto, lo segundo sí, con un agravante: en
poquísimos países el capitalismo ha arrasado con los derechos fundamentales de
la persona como en Chile, convirtiéndolos en costosas mercancías sólo al
alcance de una minoría. El agua, la salud, la educación, la seguridad social,
el transporte, la vivienda, la riqueza minera, los bosques y el litoral marino
fueron vorazmente apropiados por los amigos del régimen, durante la dictadura
de Pinochet y con renovados ímpetus en la supuesta “democracia” que le sucedió.
Este cruel e inhumano fundamentalismo de mercado tuvo como consecuencia que
Chile se convirtiera en el país con el mayor endeudamiento de hogares de
América Latina, producto de la infinita privatización ya mencionada que obliga
a chilenas y chilenos pagar por todo y a endeudarse hasta el infinito con el
dinero que les expropian de sus sueldos y salarios las pirañas financieras que
manejan los fondos de pensión. Según un estudio de la Fundación Sol “más de la
mitad de los trabajadores asalariados no puede sacar a una familia promedio de
la pobreza” y la distribución del ingreso, dice un estudio reciente del Banco
Mundial, sitúa a Chile junto a Rwanda como uno de los ocho países más
desiguales del mundo. Por
último, digamos que la CEPAL comprobó en su último estudio sobre la cuestión
social en Latinoamérica que el 1por ciento más rico de Chile se apropia del
26,5 por ciento del ingreso nacional mientras que el 50 por ciento de los
hogares más pobres sólo accede al 2.1 por ciento del mismo /2.
¿Este es el
modelo a imitar? En suma: en Chile se sintetizan una explosiva combinación de
libre mercado sin anestesia y una democracia completamente deslegitimizada, que
de ella sólo conserva el nombre. Degeneró en una plutocracia que, hasta hace
pocos días -pero ya no más- medraba ante la resignación, desmoralización y
apatía de la ciudadanía, engañada hábilmente por la oligarquía mediática socia
de la clase dominante. Una señal de alerta del descontento social fue que más
de la mitad de la población (el 53.3 por ciento) en edad de votar ni siquiera
se molestó en acudir a las urnas en la primera vuelta de la elección
presidencial del 2017. Si bien en el balotaje la abstención se redujo al 51 por
ciento Sebastián Piñera fue electo con apenas el 26.4 por ciento de los
electores inscriptos. En pocas palabras, sólo uno de cada cuatro ciudadanos se
sintió representado por él. Hoy esa cifra debe ser bastante menor y en un clima
en donde por doquier el neoliberalismo se encuentra acosado por las protestas
sociales. Ha cambiado el clima de época, y no sólo en Latinoamérica. Sus falsas
promesas ya no son más creíbles y los pueblos se rebelan: algunos, como en
Argentina, desalojando a sus voceros del gobierno a través del mecanismo
electoral, y otros intentando con sus enormes movilizaciones –Chile, Ecuador,
Haití, Honduras- poner fin a un proyecto insanablemente injusto, inhumano y
predatorio. Es cierto: hay un “fin de ciclo” en la región. Pero no, como postulaban algunos, el del progresismo sino el
del neoliberalismo, que sólo podrá ser sostenido, y no por mucho tiempo, a
fuerza de brutales represiones.
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[1] Cf. “Retorno a la barbarie”, El País, 31 de
Agosto de 2019.
[2] Los datos de la Fundación Sol son recogidos en
la nota de Nicolás Bravo Sepúlveda para el periódico digital El Mostrador www.elmostrador.cl/destacado/2019/08/21 .
La fuente original está en http://www.fundacionsol.cl/2018/12/un-tercio-de-los-chilenos-no-tiene-ingresos-del-trabajo-suficientes-para-superar-la-pobreza/ Los
datos relativos a la desigualdad se encuentran en un informe del Banco Mundial:
“Taking on inequality” (Washington: 2016)
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