¿EL FIN DEL
CAPITALISMO NEOLIBERAL? “UN
VIRUS MÁS PEQUEÑO QUE LA MILÉSIMA PARTE DE UNA BACTERIA PODRÍA CAMBIAR EL MUNDO
QUE CONOCEMOS”. EFRAÍN
GONZALES DE OLARTE
Insurge un
proceso de DESGLOBALIZACIÓN, y con seguridad, superada la CRISIS SANITARIA, el
mundo NO será el mismo.
La pandemia desatada por el COVID-19 es
un fenómeno biosocioeconómico que está poniendo a prueba no
sólo a los países sino también al sistema. Cuál fue la fórmula: cuarentena
absoluta, toque de queda y bloqueo de cualquier tipo de movilidad de las
personas. El COVID-19 nos interroga sobre nuestros modos de vida,
nuestros estándares de consumo, y sobre nuestros VALORES ÉTICOS,
dentro de los cuales el individualismo y el egoísmo resultan siendo
disfuncionales. Igualmente, la Contaminación
ambiental está disminuyendo
significativamente. Días que el “enemigo más enemigo de la Madre Naturaleza”,
está “en pie de guerra”., defendiéndose de otro enemigo muy peligroso
para la VIDA del ser humano
MÁS ALLÁ DEL NÚMERO DE INFECTADOS Y
MUERTOS –que estadísticamente es
bastante menor que la gripe corriente- ha generado una paranoia que
depende de la incertidumbre de su evolución y de la capacidad de los países
para afrontarlo. Además, pone a prueba la eficacia de la democracia, la
capacidad de los gobiernos y la calidad de los estados. CHINA fue
el primer país en afrontar el problema y al parecer ha controlado su
propagación.
CUÁL FUE LA FÓRMULA: cuarentena absoluta, toque de queda y bloqueo de cualquier tipo de movilidad
de las personas, que los chinos cumplieron sin chistar, por dos razones, China
tiene un estado fuerte, un gobierno autocrático y una población cuya
cultura cívica está forjada de manera vertical. ITALIA que
tiene ya el mayor número de muertos, no tomó en serio los primeros casos, las
medidas fueron tomadas de manera progresiva hasta que ya era un problema
mayor de salud pública. Los ESTADOS UNIDOS DE TRUMP han reaccionado tarde,
con cierta arrogancia y autosuficiencia, pero se han dado cuenta de que el Covid-19
amenaza al “América primero” y han comenzado a tomar medidas para
reducir el impacto económico.
SE HA REDUCIDO LA ACTIVIDAD ECONÓMICA en
los ámbitos públicos, la bolsa de valores de Nueva York ha tenido desplomes
sin precedentes, es decir las expectativas económicas –en parte reales
y en parte psicológicas- han interiorizado la posibilidad de una recesión,
justo antes de las elecciones de fin de año. Obviamente, a los países medianos
y pequeños solo nos queda imitar a CHINA hasta donde nuestros estados y sistemas de salud lo
permitan. Afortunadamente, el gobierno peruano ha reaccionado a tiempo y con
liderazgo y la prolongación de la cuarentena debería dar resultados. Hay
varios efectos colaterales del Covid-19. Por un lado, la contaminación ambiental disminuyó sensiblemente en CHINA y
probablemente en el mundo, dando la razón a quienes sostienen que el sistema
capitalista está poniendo en peligro la SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA.
DE OTRO LADO, se
está estableciendo que la solución a la pandemia no viene sólo del estado,
del mercado ni del sector privado, sino de la COOPERACIÓN
Y DEL ALTRUISMO, así CHINA Y RUSIA están cooperando con ITALIA.
Empleados de empresas importantes están
dispuestos a reducir sus salarios, las empresas están dispuestas a ganar
menos para que sus trabajadores no pierdan el empleo, ahora se
valoran la calidad de los sistemas de salud y sobre todo su acceso universal.
Nos damos cuenta de que podríamos vivir bien sin tanto consumismo.
FINALMENTE, queda claro que el impacto económico y
financiero será enorme, habrá muchas quiebras de EMPRESAS de todo tamaño, masas
desempleadas, las personas habrán gastado sus ahorros, el TURISMO y todas las actividades
que funcionan en base al contacto de personas tendrán que replantear su
estrategia, es altamente probable que aumente la pobreza en todo el mundo.
Es decir, el COVID-19 es un importante factor de DESGLOBALIZACIÓN, el mundo no será el mismo, ¿Este
no es el comienzo del fin del capitalismo neoliberal como lo
conocemos y que tendrá que reinventarse o cambiar? Un virus más pequeño que
la milésima parte de una bacteria podría cambiar el mundo que conocemos y será
más efectivo que varias de las revoluciones que hemos conocido, sin más líder
que nuestra conciencia para cambiar.
FUENTE. Dr. Efraín Gonzáles de Olarte. La República.
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El Fin, Final del capitalismo neoliberal, el modelo más criminal de todos los tiempos del capitalismo.
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CRISIS MUNDIAL, CORONAVIRUS Y CAPITALISMO
MORIBUNDO: UN CÓCTEL MORTAL.
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Andrés Piqueras.
América Latina en Movimiento.
ALAI viernes 27 de marzo del 2020.
Sería demasiado ingenuo creer que la crisis financiera y los terremotos económicos que vamos a padecer por una larga temporada son sólo consecuencia del corona-virus. La economía capitalista está tocada desde hace bastante tiempo. El crecimiento anual a escala mundial se ha ralentizado en torno al 2,5%. EE.UU. creció al 2%, mientras que Europa y Japón lo hicieron al 1%. En concreto Italia ha venido arrastrando 17 meses consecutivos de declive en la actividad manufacturera. Parecida contracción que en Francia, donde la actividad de las empresas (índice PMI) cayó 1.3 puntos, hasta 49.8 (por debajo de 50 significa que más de la mitad de las empresas no tienen ganancias).
La deuda
global en relación al PIB ha crecido un 322% en el último cuarto de 2019,
sobrepasando los 253 billones $. Simplemente una recesión mediana conllevaría
que la deuda de las corporaciones capitalistas, de más de 19 billones $, sería
sencillamente impagable para muchas de ellas. Las empresas “zombi”, aquellas
que quebrarían solamente con subirse los tipos de interés, se estiman en un 10%
a escala mundial. Según Bloomberg, las obligaciones de muchos Estados y la
salud de los fondos de inversión no es precisamente mejor.
Toda esa
desaceleración, sin embargo, fue acompañada una vez más, por la estúpida
euforia de las Bolsas, mostrando toda la irrealidad de la economía capitalista
y haciendo presagiar desde hace tiempo un considerable estallido de burbuja.
Los
Bancos Centrales (en comanda con los gobiernos) ya no saben qué hacer para
“salvar” a la economía: desde inyectar “dinero mágico” inventado de la nada, a
poner los intereses en negativo, bajar al mínimo los costos laborales (salarios
y cotizaciones patronales a la seguridad social), hacer grandes recortes
sociales… Pero aun así el enfermo no reacciona. Y no reacciona porque la
inversión capitalista está paralizada (en torno al 22% del PIB). La cual a su
vez lo está porque no obtiene suficientes beneficios, y no los obtiene porque
padece un grave problema de pérdida de valor provocado por una
sobreacumulación de capital (debido a la sustitución de personas por máquinas).
Es decir,
que estamos desde hace tiempo inmersos en una “crisis sistémica” que afecta la
capacidad del capital de reproducirse. Entonces, y de la forma más
sorprendentemente extraña posible surge algo inverosímil: una pandemia que mata
sobre todo a la población menos “productiva” y con mayor incidencia en el gasto
público. Una pandemia salida de… ¿dónde?
El 18 de
octubre de 2019, el Johns Hopkins Center for Health Security, en Baltimore
(EE.UU.), llevó a cabo una cuidada simulación de una epidemia tipo
“corona-virus”, titulada nCoV-2019. Incluso la OMS, que ha actuado más como
agente comercial de las transnacionales farmacéuticas que como velador de la
salud de las poblaciones del mundo[1], dio primero al virus el mismo acrónimo
que el del experimento, para cambiarlo finalmente por el de COVID-19.
En la
simulación 201 se llegaba a la conclusión de que el 15% de los mercados
financieros colapsaría y que alrededor de 65 millones de personas Fundación Gateen el mundo
perderían la vida. Participaron en esa simulación la Fundación Gates, el Foro
Económico Mundial, así como las corporaciones Johnson & Johnson y Henry
Schein (líder mundial de la producción de material médico).
Ese mismo
mes se celebraron los Juegos Mundiales Militares, del 18 al 27, en Wuhan, con
amplia participación de militares estadounidenses. Hoy, muertes que desde
entonces se creyeron por influenza en EE.UU. están siendo revisadas como
posibles decesos por corona-virus; pero ese país americano no encuentra a su
“paciente cero”. Lo que sí está claro es que muchos de los rasgos de la
simulación han ocurrido en enero de 2020, y ese 15% de desplome bursátil es el
que realmente se ha producido a finales de febrero de este año. En Wall Street
se tuvo que intervenir la Bolsa para que no se hundiera.
Delegación de los Científicos Médicos y personal profesional en Salud de China, llegan a Italia. La Cooperación hoy se abre su propio camino frente al individualismo, el hiper consumismo, del neoliberalismo que destruye y mata.
***
Pero más
allá del que sea el origen real de este “oportuno” virus (y el hacinamiento
industrial de miles de millones de animales no augura nada bueno para el futuro
en ese sentido), veamos algunas otras de las claves que enfrentamos:
El
COVID-19 no sólo ataca duramente a economías estatales, como la italiana o la
española. El “modo pánico” en que ha entrado el mercado mundial está golpeando
las cadenas de producción y suministros, afectando de plano el conjunto de las
cadenas mundiales del valor. Jamás, ni en los momentos de guerra, el consumo se
ha visto sometido a tal disciplina de choque.
El
círculo vicioso es el clásico: se detiene la actividad comercial, se frena la
producción, se dispara el desempleo, se desploma el consumo. Esto es ya
catastrófico, pero lo será mucho para todos los indicadores económicos (hasta
el 10% de bajada en el PIB y una disminución del crecimiento anual de la
producción mundial del 6,5%, se están ya pronosticando –por lo bajo-). Pero
atención, los indicadores sociales pueden ser peores, especialmente cuando el
virus golpee con fuerza a países con escasos recursos sanitarios. En el caso
concreto del Reino de España, el asunto es muy grave, pues nos pilla sin
soberanía alimentaria ni industrial (además de monetaria y fiscal). Dependemos
enormemente de lo que produzcan otros.
Si por
cualquier razón se obstaculizan las cadenas de suministros, no lo vamos a pasar
nada bien.
1/. Estamos
asistiendo de forma traumática a un cambio de ruta del sistema, para el
cual se precisa acometer una limpieza de capitales sin precedentes en “tiempo
de paz”. Es decir, el corona-virus está llamado a cumplir las funciones de
una guerra de importantes dimensiones. Empezamos un nuevo tiempo del
capitalismo, (¿su lenta y larga agonía?), que será de barbarización
generalizada para la mayor parte de la humanidad (ver El Público)
2/. Como
toda crisis, ésta será también una oportunidad para algunos especuladores.
Provocará un reacomodo del mercado, para dar comienzo también a otro tipo de
tecnologías (el cuento para las poblaciones será a buen seguro el de acabar con
la producción contaminante, para empezar a hacer un “capitalismo sostenible”,
oxímoron donde los haya que no tiene más misión que la de acomodar conciencias
a lo que viene).
3/. Cualquier
salida a esta crisis traerá una nueva y dura vuelta de tuerca a los mercados
laborales en detrimento de la población trabajadora, así como redoblados ajustes
sociales y recortes. Esto es, conllevará una recomposición de la relación de
las clases dominantes con sus sociedades, abundando en el perjuicio de estas
últimas. Las organizaciones laborales, políticas y sociales de la población
deben estar muy atentas para enfrentar desde el principio lo que se viene
encima. Para empezar, dejar de creer en un capitalismo humano, reformable, y
comenzar a establecer las posibilidades de otra sociedad.
4/. De
igual manera, se reestructurará el poder entre la propia clase capitalista
global. En este sentido, por ejemplo, la fracción más globalista-financiera de
EE.UU. parece haberle preparado una encerrona a Trump. Su pésima gestión de la
epidemia (es casi imposible gestionarla bien en un país con un sistema de salud
pública prácticamente inexistente) bien puede costarle una reelección que hasta
ahora tenía prácticamente ganada. Pero si entran los demócratas en la Casa
Blanca habrá más amenazas de guerra, pues están buscando el enfrentamiento
militar, sobre todo con Rusia.
5/. En
general, por todas partes, la crisis corona-vírica cambiará ejecutivos y
estructuras de poder entre las burguesías, y se llevará por medio “gobiernos
de izquierda” (de coalición con las burguesías), donde las “izquierdas
integradas” en el sistema soñaban, o esa decían a la sociedad, con que el
capitalismo se dejaría endulzar socialmente.
6/. Más
allá de que haya sido pretendido desde el principio o no (como manifestación de una “guerra
bacteriológica”), estamos delante de un experimento de grandes dimensiones
mundiales: el control y confinamiento de poblaciones en una escala sin
precedente. También un ensayo de psicología colectiva tipo “Guerra de
los Mundos” pero a lo grande. ¿Se está preparando con ello el terreno para
dinámicas de choque propias de tiempos de guerra social y militar?
En tiempos de cuarentena, Medio Ambiente Humano - social y cultural - y Medio Ambiente Natural, gozan de muy buena salud.
***
La
campaña mediática para generar psicosis global y permanente puede ayudar a
justificarlo todo. ¿Nos imaginamos que cada día los media reportaran
los contagios y las muertes por malaria, ébola, cólera o gripe normal? Claro,
este virus mata europeos y eso es “más preocupante”, pero aun así
también los mataba la gripe, el cáncer y los suicidios (alrededor de seis cada
hora en la UE).
Ya antes
de los estados de alerta, por puro miedo la gente estaba dejando de viajar, se
suspendían eventos, no sólo actividades productivas y comerciales, sino también
sociales. De tal manera que en 2020 el crecimiento de la demanda mundial
de petróleo se estima por la OPEP un 30% inferior de
lo previsto; lo que quiere decir que el aumento del consumo se limitará a 825
mil barriles al día (hecho que no sólo está desmoronando el precio del
petróleo –y haciendo subir las primas de riesgo de sus bonos-, sino de todo el
sector energético).
Esta
parece ser la única manera en que se haga algo real por el clima: a la fuerza. Los
golpes de crisis son hasta ahora los únicos momentos en que se han rebajado las
emisiones de efecto invernadero en la civilización capitalista. Esto muestra
que si las cosas volvieran a la normalidad seguiríamos con nuestro suicidio
ecológico-climático, volveríamos en masa, como si nada, a coger aviones para
irnos a sitios remotos, a lanzarnos sobre nuestros coches para quemar petróleo,
a producir mercancías sin apenas utilidad y con una programada obsolescencia, a
consumir recursos sin parar…
Pero si
un virus puede paralizar la economía capitalista, ¿no
deberíamos preguntarnos de una vez qué tipo de economía tenemos? ¿Es la
competencia de todos contra todos y el exclusivo lucro privado los que pueden
salvar a la humanidad de su autodestrucción, de pandemias, del cambio
climático, del hambre, de la guerra? Parece evidente que no. Ahora que este
virus ha dado el arranque del principio del fin de la globalización, quizás sea
hora de prestar atención a China que, con sus defectos (¿quién no los tiene?),
está mostrando otro camino.
No lo
perdamos de vista. Fueron medicamentos cubanos, sobre todo el interferon Alfa
2B, los que
llegaron a China para comenzar la lucha contra el corona-virus. Por su
parte, este país ha demostrado al mundo cómo una economía planificada, en la
que cada quien no va a la suya para sacar más beneficios que sus rivales, es
capaz de poner de rodillas un virus desconocido en un tiempo récord. Y ahora
personal sanitario chino y cubano (y venezolano) llega a Italia a colaborar en
el combate contra el COVID-19. España ya ha reconocido también la necesidad de
su ayuda.
Mientras
la UE, más preocupada de nuevo por preservar de la crisis a la banca y las grandes transnacionales, que a las poblaciones ha
mostrado una vez más su fracaso como entidad política, dejando claro lo que ha
sido siempre, un simple Mercado en favor de las oligarquías, y dejando por
tanto 27 modalidades diferentes de salvarse cada quien como pueda, sin ni
siquiera colaborar de forma efectiva en la emergencia sanitaria de Italia (¿y
ahora tampoco en la de España?).
Mientras,
en la mayoría de Europa nos hemos quedado con unos sistemas de salud cada vez
más precarizados, con menos personal sanitario y recursos (hasta mascarillas
faltan). Mientras, las principales farmacéuticas compiten por ver quién saca
antes la vacuna en vez de colaborar para eso a escala mundial, y suben
alegremente los precios de los productos de protección. Mientras, EE.UU. sigue
bloqueando económica y sanitariamente más de 10 países, algunos tan golpeados
por el virus como Irán.
Y
mientras, gran parte de las poblaciones europeas ya no se
acuerdan de las calamidades y guerras que la UE provoca en otros lugares, ni de
los refugiados y desahuciados causados… tampoco se han percatado de que
siguen llegando más uniformados estadounidenses a Europa (30.000 a desplegar en
las maniobras Defender 20), aumentando el peligro
de enfrentarnos contra Rusia…
- Andrés
Piqueras, Profesor de Sociología y Antropología Social Universidad Jaume I
[1] El actual presidente de la OMS, Tedros Adhanon Ghebreyesus, ha tenido desde hace tiempo estrechas relaciones con la Fundación Gates y con la Fundación Clinton, y estuvo envuelto en oscuras maniobras como presidente de la Fundación Global para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, con acusaciones de corrupción y fraude. Como ministro de salud de Etiopía llegó a tapar una epidemia de cólera caracterizando los casos de “diarreas agudas”, además de impulsar campañas de vacunación de la mano de las 5 grandes farmacéuticas productoras de vacunas: GlaxoSmithKline, Novartir, Merck&Co., Sanofi y Pfizer.
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