jueves, 19 de marzo de 2020

PERÚ: ALTERNATIVAS AL MODELO Y LAS PLAGAS QUE LO ACOSAN.

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"Las propuestas de la izquierda y los movimientos

"Contrario a lo que muchos piensan, la izquierda y los movimientos sociales tenemos alternativas, al actual “modelo” y por ende a la emergencia sanitaria que estamos atravesando, cuya base programática es el capítulo económico de la Constitución mafiosa de 1993. Estas políticas de fondo, las hemos planteado e impulsado desde el Gobierno en algunas oportunidades. Pero, machaconamente, la derecha en sus diversas tendencias – la DBA (Derecha Bruta y Achorada); la DDD (Derecha Disque Democrática); y, la IDA (Izquierda Democrática Arrepentida) – sostienen que NO tenemos propuestas y que solo somos protestas".

"Nuestras propuestas han sido expresadas en los Planes de Gobierno presentadas en los procesos electorales desde 1980 en adelante: Izquierda Unida en 1990, Gana Perú en el 2011 y Frente Amplio en el 2016. También se expresan en las plataformas nacionales, regionales y sectoriales de los movimientos sociales, siendo la más amplia y reciente los agricultores y usuarios de agua en mayo 2019, nativos y bosquesinos insurrectos desde junio del 2009 y defensores socio-ambientales por el agua y contra la minería y el petróleo de 2010 en adelante".

"Lo real es que, le guste o no a la derecha en sus tres facciones, existen propuestas a nivel nacional e internacional en los temas económico-productivos, fiscal-financieros, ambientales, sociales y la lista es larga: Jurgen Schuldt, German Alarco y Bruno Seminario de la Universidad del Pacífico; Félix Jiménez, Fernando Eguren y Oscar Dancourt de la Universidad Católica; Humberto Campodónico, Manuel Dammert y Jorge Manco de la Universidad de San Marcos; Gonzalo García Núñez, Armando Pillado, Salomón Lerner, Jorge Arturo Portocarrero y  Ricardo Giesecke de la Universidad Nacional de Ingeniería; Eduardo Zegarra, Efraín Arana y Manuel Villavicencio de la Universidad de La Molina; Oscar Ugarteche que reside en México; otros y otras en el Perú".

"A nivel internacional, con planteamientos liberal progresistas, críticos de la globalización excluyente y algunos socialistas o ecosocialistas, tenemos a la franco-estadounidense Susan George y el francés Thomas Piketty; la canadiense Naomi Klein; los estadounidenses Paul Krugman, Joseph Stiglitz, William Nordhaus y Jeffrey Sachs; los ingleses David Harvey y Guy Standing; el griego Yanis Varoufakis; los españoles Gonzalo Fernández Ortiz, Ramón Tamames, Joan Martinez Alier y Joaquín Estefanía, el sueco Claes Brundenius, otras y otros. A nivel latinoamericano podemos nombrar a Claudio Katz de Argentina), Luis Arce de Bolivia, Aloizio Mercadante y Mylene Gaulard de Brasil, Edgard Reveis de Colombia, Roberto Pizarro y Orlando Caputo de Chile, Alberto Acosta de Ecuador, Juan Noyola Vázquez de México, Eduardo Gudynas de Uruguay, Ricardo Hausmann de Venezuela, otras y otros. Pero la derecha mencionada y los medios a su servicio, no consideran que las propuestas que vienen de estos sectores políticos deben ser impulsadas y, por lo tanto, su modelo continúa en “piloto automático” con “silla giratoria” a todo trapo". 


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PERÚ: ALTERNATIVAS AL MODELO Y LAS PLAGAS QUE LO ACOSAN.

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Hugo Cabieses Cubas.

América Latina en Movimiento.

ALAI miércoles 18 de marzo del 2020.

El coronavirus COVID 19 en 2019-2020, como Lava Jato en el 2017-2020, son las plagas que han encendido las alarmas del Perú y el planeta, cuyas poblaciones hace rato que se quejaban por el modelo de producción y consumo, de crecimiento rentista, explotador, exportador, depredador, mafioso y desigual en el que alegremente nos encontrábamos desde hace al menos 4 décadas en la gran mayoría de los países. Con el COVID 19 y Lava Jato … el neoliberalismo está desnudo. Con ello, las grandes mayorías como muchos sospechábamos y lo sentíamos en carne propia, comenzamos a darnos cuenta de que esta lógica ideológica que había secuestrado nuestro sentido común no asegura la salud, la alimentación, el agua, la biodiversidad, la vivienda, la seguridad ciudadana.

No voy a ingresar a refutar o hacer mías las varias hipótesis que circulan en las redes sociales y los medios con relación a que el COVID 19 sería un virus inoculado ex profesamente por los Estados Unidos en China con un objetivo estratégico: debilitar el poder de China en el concierto mundial. Pero para nadie es un secreto que el gobierno de los Estados Unidos desde hace muchos años dedica enormes recursos a la investigación y por lo tanto experimentación con armas bacteriológicas.

Esta emergencia sanitaria en el planeta pone a prueba lo que estamos haciendo los humanos en términos de producción y consumo, sin interesar de qué régimen político estamos hablando. Ello porque, ya desde mucho antes que la aparición del Coronavirus nos pusiera en jaque, las tendencias globales eran las siguientes:

Cambios en la geopolítica mundial: de la bipolaridad militar-financiera-bancaria-comercial Washington-Moscú 1945-1990 pasamos a la unipolaridad de los EEUU en 1991-2000 y la multipolaridad 2000-2019 por el crecimiento de China y otras economías emergentes (Brasil hasta 2012, Rusia, India y Sudáfrica) y Europa sin recuperarse aún de la crisis, pero representando un tercio de la economía mundial.

Crisis económica-financiera: la del 2007-2008 por burbuja financiara e inmobiliaria en EEUU y UE, que tiene rebrote en 2019-2020, cuyos bancos fueron salvados en esa oportunidad por el mega rescate de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo – son privatistas para las ganancias, pero “socialistas-estatistas” para las pérdidas -, con los EEUU y algunos de la UE en crecimiento menguante en 2016-2018, pero con concentración de ingresos nunca vista, crisis sin resolver en “términos productivos”, bajas de la tasa de interés en EEUU, deuda pública por encima del 100% del PBI, enorme pago de servicio de deuda … con lo que la ligera recuperación de 2018-2019 se fue perdiendo.

Ilusorio crecimiento del PBI en América Latina: hasta 2014 por incremento de los precios de las materias primas, apreciación de tipos de cambio, acumulación de reservas internacionales netas RIN por excedentes comerciales y flujos de capital, alza en las bolsas de valores e incremento de precios de bienes raíces, pero con nueva burbuja inmobiliaria en ciernes 2019-2020.

La crisis que no es sólo económica-financiera: es laboral, ambiental, energética, ideológica, política, ética-corrupción pública y privada, de género, inseguridad, terrorismo fundamentalista y terrorismo de estado, etc.; es una crisis civilizatoria.

El capitalismo rentista, corrupto y mafioso: al decir de Guy Standing de la Universidad de Cambridge 
“las desigualdades estructurales y la inseguridad económica generalizada son tan grandes que a nadie debería extrañar que la reacción social se torne extrema, en uno o más sentidos del término, exacerbada por la pandemia de corrupción que resulta inevitable con el sistema de capitalismo rentista” 

Movimientos del precariado, pueblos indígenas y ciudadanos: frente a las crisis de los partidos de centro, derecha e izquierda en 1990-2020, los movimientos sociales se han autonomizado de los partidos y radicalizado en 2000-2020, con nuevos liderazgos, pero han resurgido en el norte y el sur partidos populistas, confesionales, neofascistas y conservadoras que propugnan la criminalización de las protestas. 

El COVID 19 agravará estas tendencias, pero sobre todo los 5 azotes contemporáneos contra los derechos de los Pueblos Indígenas y ciudadanos, la Madre Tierra, la biodiversidad, los bosques y las fuentes de agua. Estos azotes, tratados anteriormente, son los siguientes:

El Cambio climático: de origen antrópico, por exceso de GEI (combustibles fósiles, mal uso de tierras, depredación de mares, deforestación) e insostenible modelo de producción y consumo.

El Calentamiento global: consecuencia de lo anterior, que deteriora biodiversidad, provoca inseguridad alimentaria, estrés hídrico, inundaciones, migraciones climáticas y conflictos socio-ambientales.

La Formalidad capitalista-extractivista neoliberal: legal, pero depredadora, con pocas vallas ambientales, sociales y culturales, que elimina solidaridades («todo vale»), reciprocidades, cooperación, despilfarra recursos (mar, agua y bosques) y deforesta la Amazonía.

La Informalidad depredadora: semi-legal, contra los recursos naturales, sin reglas de juego, refugio de los pobres, contrario a las culturas originarias y el tejido social solidario y con lógica de «sálvese quien sea».

La Ilegalidad organizada, corrupta y violenta: destructora de personas, honras, culturas, instituciones públicas, redes sociales, recursos naturales y biodiversidad.

Estos tres últimos azotes o plagas son la base de una economía, sociedad y cultura FID (Formal, Informal y Delincuencial) que describía Francisco Durand hace 13 años en “El Perú Fraccionado”. En una sociedad así, que el neoliberalismo ha alentado y es cómplice por acción u omisión, es poco lo que el Gobierno del presidente Vizcarra y sus ministros puedan hacer. Menos aún con las medidas tardías y limitadas que acaba de promulgar.
 


Durante más de 3 años consecutivos seguimos en la lucha contra otra "pandemia mundial", y nacional para nosotros. La Comisión Lava Jato y la Lucha contra LA CORRUPCIÓN que en el Perú, es Histórica, Estructural, Múltiple y de Alta Complejidad, todo en relación a la captura del Poder.
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Las propuestas de la izquierda y los movimientos

Contrario a lo que muchos piensan, la izquierda y los movimientos sociales tenemos alternativas, al actual “modelo” y por ende a la emergencia sanitaria que estamos atravesando, cuya base programática es el capítulo económico de la Constitución mafiosa de 1993. Estas políticas de fondo, las hemos planteado e impulsado desde el Gobierno en algunas oportunidades. Pero, machaconamente, la derecha en sus diversas tendencias – la DBA (Derecha Bruta y Achorada); la DDD (Derecha Disque Democrática); y, la IDA (Izquierda Democrática Arrepentida) – sostienen que NO tenemos propuestas y que solo somos protestas.

Nuestras propuestas han sido expresadas en los Planes de Gobierno presentadas en los procesos electorales desde 1980 en adelante: Izquierda Unida en 1990, Gana Perú en el 2011 y Frente Amplio en el 2016. También se expresan en las plataformas nacionales, regionales y sectoriales de los movimientos sociales, siendo la más amplia y reciente los agricultores y usuarios de agua en mayo 2019, nativos y bosquesinos insurrectos desde junio del 2009 y defensores socio-ambientales por el agua y contra la minería y el petróleo de 2010 en adelante.

Lo real es que, le guste o no a la derecha en sus tres facciones, existen propuestas a nivel nacional e internacional en los temas económico-productivos, fiscal-financieros, ambientales, sociales y la lista es larga: Jurgen Schuldt, German Alarco y Bruno Seminario de la Universidad del Pacífico; Félix Jiménez, Fernando Eguren y Oscar Dancourt de la Universidad Católica; Humberto Campodónico, Manuel Dammert y Jorge Manco de la Universidad de San Marcos; Gonzalo García Núñez, Armando Pillado, Salomón Lerner, Jorge Arturo Portocarrero y  Ricardo Giesecke de la Universidad Nacional de Ingeniería; Eduardo Zegarra, Efraín Arana y Manuel Villavicencio de la Universidad de La Molina; Oscar Ugarteche que reside en México; otros y otras en el Perú.

A nivel internacional, con planteamientos liberal progresistas, críticos de la globalización excluyente y algunos socialistas o ecosocialistas, tenemos a la franco-estadounidense Susan George y el francés Thomas Piketty; la canadiense Naomi Klein; los estadounidenses Paul Krugman, Joseph Stiglitz, William Nordhaus y Jeffrey Sachs; los ingleses David Harvey y Guy Standing; el griego Yanis Varoufakis; los españoles Gonzalo Fernández Ortiz, Ramón Tamames, Joan Martinez Alier y Joaquín Estefanía, el sueco Claes Brundenius, otras y otros. A nivel latinoamericano podemos nombrar a Claudio Katz de Argentina), Luis Arce de Bolivia, Aloizio Mercadante y Mylene Gaulard de Brasil, Edgard Reveis de Colombia, Roberto Pizarro y Orlando Caputo de Chile, Alberto Acosta de Ecuador, Juan Noyola Vázquez de México, Eduardo Gudynas de Uruguay, Ricardo Hausmann de Venezuela, otras y otros.

Pero la derecha mencionada y los medios a su servicio, no consideran que las propuestas que vienen de estos sectores políticos deben ser impulsadas y, por lo tanto, su modelo continúa en “piloto automático” con “silla giratoria” a todo trapo.

Los modelos en curso

Aunque no explicamos las características e indicadores de cada uno, actualmente en el planeta se impulsan con mayor o menor intensidad y con diferencias notables entre cada uno de ellos y a su interior, al menos los siguientes “modelos”:

Exportador extractivista-industrial de países centrales: Básicamente los integrantes del Grupo de los Siete: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

Exportador extractivista-industrial de países emergentes: Se puede considerar en este grupo a los llamados Tigres de Asia (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Extractivista-industrial regulador, bajo en carbono o “economía verde”: Estos son Costa Rica, Islandia, Australia y Nueva Zelanda, además de China, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos que tienen importantes programas de energías renovables que apuntan a disminuir combustibles fósiles que contribuyen a la lucha contra el cambio climático.

Exportador extractivista en base a la explotación de recursos naturales no renovables: Estos son la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (menos los “progresistas”), África, Medio Oriente y Asia.

Post-neoliberal extractivista rentista-distributivo: Se trata de países de América Latina y el Caribe con gobiernos considerados progresistas o de izquierda, instalados por la vía electoral desde 1999: Venezuela, Brasil, Argentina, República Dominicana, Bolivia Nicaragua, Honduras, Chile, El Salvador, Ecuador, Uruguay y Paraguay. El caso de Cuba es particular.

Socialista-estatista de mercado y planificación central: Básicamente China, Cuba, Vietnam, Laos y Corea del Norte.

Los diversos “modelos” de desarrollo se diferencian según: 1) el régimen político existente (democracia liberal, participativa, radical, dictadura, etc.); 2) la estrategia socio-económica seguida; 3) el grado de diversificación productiva; 4) los roles del Estado, el mercado y la sociedad civil; y, 5) los principales indicadores económicos y sociales como (PBI, comercio exterior, endeudamiento, educación, salud, Índice de Desarrollo Humano, etc.). Simplificando en exceso, los mencionados son los modelos actualmente existentes que, en general, impulsan 

“una civilización que acentúa su carácter productivista y consumidor; que resalta el papel de la naturaleza como simple proveedora de bienes; que prima el mercado por encima de toda actividad social; que establece el lucro como motivador principal de la acción de las personas y que lleva en su origen la huella indeleble de la desigualdad, la ingobernabilidad, la insostenibilidad y la violencia” (Fernández Ortiz, 2016).

Estoy convencido que el tema del agua y la huella hídrica es el centro de la problemática presente y futura del país, por lo que planteo el Buen Vivir, Vivir Bien o Poder Vivir Bien consignados en los textos constitucionales de otros países (Bolivia, Ecuador, México y Venezuela). Para ello, partimos de la constatación de que es necesario basar las propuestas en una nueva racionalidad y, en un contexto nacional e internacional de crisis sistémica, las propuestas de los pueblos indígenas y los ciudadanos como alternativas al modelo, giran en torno a los siguientes puntos:

Cambiar los patrones de consumo y producción contra1 el extractivismo depredador basado en políticas neoliberales, por lo que se debe transitar hacia un post-extractivismo sustentado en la protección y uso racional de los recursos naturales.

Reconocer la pluriculturalidad de nuestras sociedades y el rescate de los conocimientos ancestrales para la mitigación y adaptación al cambio climático, apoyando la seguridad alimentaria a través de mercados locales y regionales, así como las fuentes hídricas y su uso racional.

Dar prioridad a la pequeña y mediana agricultura familiar campesina, el manejo comunitario de bosques y la protección sostenible de los recursos ictiológicos por pequeños pescadores, impulsando la producción agroalimentaria y la gastronomía basada en la biodiversidad.

Detener el re-latifundización de las tierras para biocombustibles, concesiones diversas y macro-producciones para la exportación de productos ajenos a nuestra biodiversidad.

Cambiar del patrón energético basado en carbón y petróleo, por energías renovables a fin de disminuir los gases de efecto invernadero (GEI) y el calentamiento global.

Los pobladores urbanos y rurales están sufriendo stress hídrico, por lo que se debe proteger las fuentes de agua, las cabeceras de cuenca, el uso de riego tecnificado y elevar las vallas ambientales para los proyectos mineros, petroleros y de otra índole.

Impulsar procesos sociales, políticos, culturales, territoriales y también técnicos de zonificación ecológica-económica (ZEE) y ordenamiento territorial (OT) con consulta previa a las poblaciones afectadas por las inversiones a realizar y carácter vinculante.

Combatir con proyectos productivos, sociales y turísticos las actividades ilícitas – drogas, tala ilegal, minería informal, biopiratería, trata de personas, contrabando, etc. -, asociadas al neoliberalismo globalizado, al neo-extractivismo y a la “economía verde”.

Es importante plantear alternativas al actual modelo de desarrollo con crecimiento insostenible, depredador de los recursos naturales, la biodiversidad, recorte de derechos ciudadanos y culturas y criminalización de las protestas sociales y luchas democráticas. A esta forma de ver las cosas, miles de indígenas levantiscos, millones de ciudadanos molestos y varios economistas y sociólogos denominan indistintamente: Desarrollo a Escala Humana DEH (Max-Neef, 1986), Decrecimiento Sostenible Asimétrico DSA (Schuldt, 2012) y Agenda Marco Contra el Poder Corporativo AMCPC (Fernández, 2016), por mencionar algunas.



Perú. Presidente Vizcarra y Consejo de Ministros declaran: Cierre de Fronteras y Decretan Inmovilización Nacional, Emergencia nacional por 15 días. El día 18 de marzo amplio con Orden de Inmovilización Nacional de 8 p.m. a 5.p.m. (Toque de queda) ante la falta de responsabilidad de un sector de la Ciudadanía.
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Medidas contra el COVID 19

Las medidas promulgadas de emergencia dictadas por el Presidente Martín Vizcarra y su Gabinete para encarar el COVID 19 llegan a muy pocos, con montos reducidos – 380 soles por 15 días para 9 millones de los más desvalidos -, presupuestos risibles para personas con discapacidad severa, bioseguridad y acondicionamiento de locales afectando los derechos laborales, no afectando a la banca privada - como por ejemplo que condonen deudas e intereses -, sin afectar a las grandes empresa mineras, petroleras, pesqueras e industriales, los grandes ganadores del boom de 2002-2018, sin dar medida alguna de incentivos a la producción familiar campesina que asegure la alimentación, menos aún a los sectores informales de industriales pequeños y comerciantes callejeros y …. sin subir las vallas ambientales para proteger nuestros recursos naturales. Es decir, el gobierno ha abierto una caja de pandora que se expresará en las calles en los próximos días.

Las medidas están bien en su gran mayoría pero son insuficientes y “serán flor de un día” si no incluyen medidas que apunten en el corto plazo al corazón del modelo neoliberal rentista depredador excluyente, con el criterio de que los costos los paguen los que más han ganado y siguen ganando: rentistas bancario-financiaros, extractivistas mineros, petroleros, madereros, pesqueros, inmobiliarios y mafiosos, exportadores agroindustriales favorecidos por los TLCs agotando nuestros recursos hídricos, etc.

Demás está decir, que si los “pilotos de bombardero” del Ministerio de Economía y Finanzas MEF, del Banco Central de Reserva del Perú BCRP y del mismo Palacio de Gobierno, quieren que el Perú ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, se mantenga en el Alianza del Pacífico ADP y tenga buenas relaciones con la Unión Europea UE, deberá respetar las leyes laborales, subir las vallas ambientales a las inversiones, cobrar lo que nos deben los evasores y elusores de impuestos, impulsar un desarrollo sostenible con ordenamiento territorial vinculante, cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS al 2030 de la ONU, declarar por 30 años una moratoria en la explotación extractiva en las cabeceras de cuenca, así como de los recursos de la región andino-amazónica, el mar territorial y combatir realmente la corrupción, caiga quien caiga.

Espero que sea así para que el presidente Vizcarra pase a la historia y los ciudadanos nos sintamos orgullosos de nuestro país …. Lima, 17-3-2020

HUGO CABIESES CUBAS

Licenciado en economía por la Universidad del Pacífico, investigador del Instituto para el Desarrollo y la Paz Amazónica IDPA, activista del Foro Social Pan Amazónico FOSPA, militante socialista, exasesor parlamentario 2016-2017 y 2019 y ex Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del MINAM en el 2011.

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