"Las propuestas de la izquierda y los
movimientos
"Contrario a lo que muchos piensan, la izquierda y
los movimientos sociales SÍ tenemos alternativas, al actual “modelo” y
por ende a la emergencia sanitaria que estamos atravesando, cuya base
programática es el capítulo económico de la Constitución mafiosa de 1993.
Estas políticas de fondo, las hemos planteado e impulsado desde el Gobierno en
algunas oportunidades. Pero, machaconamente, la derecha en sus diversas
tendencias – la DBA (Derecha Bruta y Achorada); la DDD (Derecha
Disque Democrática); y, la IDA (Izquierda Democrática Arrepentida) –
sostienen que NO tenemos propuestas y que
solo somos protestas".
"Nuestras propuestas han sido expresadas en los
Planes de Gobierno presentadas
en los procesos electorales desde 1980 en adelante: Izquierda Unida
en 1990, Gana Perú en el 2011 y Frente Amplio en el 2016.
También se expresan en las plataformas nacionales, regionales y
sectoriales de los movimientos sociales, siendo la más amplia y reciente
los agricultores y usuarios de agua en mayo 2019, nativos y
bosquesinos insurrectos desde junio del 2009 y defensores
socio-ambientales por el agua y contra la minería y el petróleo de 2010
en adelante".
"Lo real es que, le guste o no a la derecha en sus
tres facciones, existen propuestas a nivel nacional e internacional en los temas económico-productivos, fiscal-financieros,
ambientales, sociales y la lista es larga: Jurgen Schuldt, German Alarco
y Bruno Seminario de la Universidad del Pacífico; Félix Jiménez,
Fernando Eguren y Oscar Dancourt de la Universidad Católica; Humberto
Campodónico, Manuel Dammert y Jorge Manco de la Universidad de San Marcos;
Gonzalo García Núñez, Armando Pillado, Salomón Lerner, Jorge Arturo
Portocarrero y Ricardo Giesecke de la Universidad Nacional de
Ingeniería; Eduardo Zegarra, Efraín Arana y Manuel Villavicencio de la Universidad
de La Molina; Oscar Ugarteche que reside en México; otros y otras
en el Perú".
"A nivel internacional, con planteamientos liberal
progresistas, críticos de la globalización excluyente y algunos socialistas o ecosocialistas,
tenemos a la franco-estadounidense Susan George y el francés Thomas
Piketty; la canadiense Naomi Klein; los estadounidenses Paul
Krugman, Joseph Stiglitz, William Nordhaus y Jeffrey Sachs; los ingleses David Harvey
y Guy Standing; el griego Yanis Varoufakis; los españoles
Gonzalo Fernández Ortiz, Ramón Tamames, Joan Martinez Alier y Joaquín
Estefanía, el sueco Claes Brundenius, otras y otros. A nivel
latinoamericano podemos nombrar a Claudio Katz de Argentina),
Luis Arce de Bolivia, Aloizio Mercadante y Mylene Gaulard de Brasil,
Edgard Reveis de Colombia, Roberto Pizarro y Orlando Caputo de
Chile, Alberto Acosta de Ecuador, Juan Noyola Vázquez de
México, Eduardo Gudynas de Uruguay, Ricardo Hausmann de
Venezuela, otras y otros. Pero la derecha mencionada y los medios a su servicio, no consideran que las
propuestas que vienen de estos sectores políticos deben ser impulsadas y, por
lo tanto, su modelo continúa en “piloto automático” con “silla giratoria” a
todo trapo".
/////
PERÚ: ALTERNATIVAS AL MODELO Y LAS PLAGAS
QUE LO ACOSAN.
*****
Hugo Cabieses Cubas.
América Latina en Movimiento.
ALAI miércoles 18 de marzo del 2020.
El coronavirus COVID 19 en 2019-2020, como Lava
Jato en el 2017-2020, son las plagas que han encendido las alarmas del Perú y el planeta, cuyas poblaciones hace rato que se
quejaban por el modelo de producción y consumo, de crecimiento rentista, explotador, exportador, depredador,
mafioso y desigual en el que
alegremente nos encontrábamos desde hace al menos 4 décadas en la gran
mayoría de los países. Con el COVID 19 y Lava Jato … el neoliberalismo está desnudo. Con ello,
las grandes mayorías como muchos sospechábamos y lo sentíamos en carne propia,
comenzamos a darnos cuenta de que esta lógica ideológica que había
secuestrado nuestro sentido común no asegura la salud,
la alimentación, el agua, la biodiversidad, la vivienda, la seguridad
ciudadana.
No voy a ingresar a refutar o hacer mías las varias
hipótesis que circulan en las redes sociales y los medios con relación a que el COVID 19 sería un virus
inoculado ex profesamente por los Estados Unidos en China con un
objetivo estratégico: debilitar el poder de China
en el concierto mundial. Pero para nadie es un secreto que el gobierno de los Estados
Unidos desde hace muchos años dedica enormes recursos a la investigación y
por lo tanto experimentación con armas bacteriológicas.
Esta emergencia sanitaria en el planeta pone a prueba lo que estamos haciendo los humanos en términos de producción y consumo,
sin interesar de qué régimen político estamos hablando. Ello porque, ya desde
mucho antes que la aparición del Coronavirus
nos pusiera en jaque, las tendencias globales eran las siguientes:
Cambios en la geopolítica mundial: de la bipolaridad
militar-financiera-bancaria-comercial Washington-Moscú 1945-1990
pasamos a la unipolaridad de los EEUU
en 1991-2000 y la multipolaridad 2000-2019 por el crecimiento de China
y otras economías emergentes (Brasil hasta 2012, Rusia, India
y Sudáfrica) y Europa sin recuperarse aún de la crisis, pero
representando un tercio de la economía mundial.
Crisis económica-financiera: la del 2007-2008 por burbuja financiara e inmobiliaria en EEUU y UE, que tiene rebrote en 2019-2020, cuyos
bancos fueron salvados en esa oportunidad por el mega rescate de la Reserva
Federal y el Banco Central Europeo – son privatistas para las ganancias,
pero “socialistas-estatistas” para las pérdidas -, con los EEUU y
algunos de la UE en crecimiento menguante en 2016-2018, pero con
concentración de ingresos nunca vista, crisis sin resolver en “términos
productivos”, bajas de la tasa de interés en EEUU, deuda
pública por encima del 100% del PBI, enorme pago de servicio de deuda …
con lo que la ligera recuperación de 2018-2019 se fue perdiendo.
Ilusorio crecimiento del PBI en América Latina: hasta 2014 por incremento de los precios
de las materias primas, apreciación de tipos de cambio, acumulación
de reservas internacionales netas RIN por excedentes comerciales y
flujos de capital, alza en las bolsas de valores e incremento de precios de bienes
raíces, pero con nueva burbuja inmobiliaria en ciernes 2019-2020.
La crisis que no es sólo económica-financiera: es laboral, ambiental,
energética, ideológica, política, ética-corrupción pública y privada, de
género, inseguridad, terrorismo fundamentalista y terrorismo de estado, etc.; es una crisis civilizatoria.
El capitalismo rentista, corrupto y mafioso: al
decir de Guy Standing de la Universidad de Cambridge
“las desigualdades
estructurales y la inseguridad económica generalizada son tan grandes que a nadie debería extrañar que
la reacción social se torne extrema, en uno o más sentidos del término, exacerbada
por la pandemia de corrupción que resulta inevitable con el sistema de
capitalismo rentista”
Movimientos del precariado, pueblos indígenas y
ciudadanos: frente a las crisis de los
partidos de centro, derecha e izquierda en 1990-2020, los movimientos sociales se
han autonomizado de los partidos y radicalizado en 2000-2020, con nuevos
liderazgos, pero han resurgido en el norte y el sur partidos populistas,
confesionales, neofascistas y conservadoras que propugnan la
criminalización de las protestas.
El COVID 19 agravará estas tendencias, pero sobre todo los 5 azotes contemporáneos
contra los derechos de los Pueblos Indígenas y ciudadanos, la Madre
Tierra, la biodiversidad, los bosques y las fuentes de
agua. Estos azotes, tratados
anteriormente, son los siguientes:
El Cambio climático:
de origen antrópico, por exceso de GEI (combustibles fósiles, mal uso de
tierras, depredación de mares, deforestación) e insostenible modelo de
producción y consumo.
El Calentamiento global: consecuencia de lo anterior, que deteriora
biodiversidad, provoca inseguridad alimentaria, estrés hídrico, inundaciones,
migraciones climáticas y conflictos socio-ambientales.
La Formalidad capitalista-extractivista
neoliberal: legal, pero depredadora, con pocas vallas
ambientales, sociales y culturales, que elimina solidaridades («todo vale»),
reciprocidades, cooperación, despilfarra recursos (mar, agua y bosques) y deforesta
la Amazonía.
La Informalidad depredadora: semi-legal, contra los recursos naturales, sin reglas de juego, refugio de los pobres,
contrario a las culturas originarias y el tejido social solidario y con lógica
de «sálvese quien sea».
La Ilegalidad organizada, corrupta y violenta: destructora de personas,
honras, culturas, instituciones públicas, redes sociales, recursos naturales y
biodiversidad.
Estos tres últimos azotes o plagas son la base de una economía, sociedad y cultura
FID (Formal, Informal y Delincuencial)
que describía Francisco Durand hace 13 años en “El Perú Fraccionado”.
En una sociedad así, que el neoliberalismo ha alentado y es cómplice por acción
u omisión, es poco lo que el Gobierno del presidente Vizcarra y sus
ministros puedan hacer. Menos aún con las medidas tardías y limitadas que acaba
de promulgar.
Durante más de 3 años consecutivos seguimos en la lucha contra otra "pandemia mundial", y nacional para nosotros. La Comisión Lava Jato y la Lucha contra LA CORRUPCIÓN que en el Perú, es Histórica, Estructural, Múltiple y de Alta Complejidad, todo en relación a la captura del Poder.
***
Las propuestas de la izquierda y los
movimientos
Contrario a lo que muchos piensan, la izquierda y
los movimientos sociales SÍ tenemos alternativas, al actual “modelo” y
por ende a la emergencia sanitaria que estamos atravesando, cuya base
programática es el capítulo económico de la Constitución mafiosa de 1993.
Estas políticas de fondo, las hemos planteado e impulsado desde el Gobierno en
algunas oportunidades. Pero, machaconamente, la derecha en sus diversas
tendencias – la DBA (Derecha Bruta y Achorada); la DDD (Derecha
Disque Democrática); y, la IDA (Izquierda Democrática Arrepentida) –
sostienen que NO tenemos propuestas y que
solo somos protestas.
Nuestras propuestas han sido expresadas en los
Planes de Gobierno presentadas
en los procesos electorales desde 1980 en adelante: Izquierda Unida
en 1990, Gana Perú en el 2011 y Frente Amplio en el 2016.
También se expresan en las plataformas nacionales, regionales y
sectoriales de los movimientos sociales, siendo la más amplia y reciente
los agricultores y usuarios de agua en mayo 2019, nativos y
bosquesinos insurrectos desde junio del 2009 y defensores
socio-ambientales por el agua y contra la minería y el petróleo de 2010
en adelante.
Lo real es que, le guste o no a la derecha en sus
tres facciones, existen propuestas a nivel nacional e internacional en los temas económico-productivos, fiscal-financieros,
ambientales, sociales y la lista es larga: Jurgen Schuldt, German Alarco
y Bruno Seminario de la Universidad del Pacífico; Félix Jiménez,
Fernando Eguren y Oscar Dancourt de la Universidad Católica; Humberto
Campodónico, Manuel Dammert y Jorge Manco de la Universidad de San Marcos;
Gonzalo García Núñez, Armando Pillado, Salomón Lerner, Jorge Arturo
Portocarrero y Ricardo Giesecke de la Universidad Nacional de
Ingeniería; Eduardo Zegarra, Efraín Arana y Manuel Villavicencio de la Universidad
de La Molina; Oscar Ugarteche que reside en México; otros y otras
en el Perú.
A nivel internacional, con planteamientos liberal
progresistas, críticos de la globalización excluyente y algunos socialistas o ecosocialistas,
tenemos a la franco-estadounidense Susan George y el francés Thomas
Piketty; la canadiense Naomi Klein; los estadounidenses Paul
Krugman, Joseph Stiglitz, William Nordhaus y Jeffrey Sachs; los ingleses David Harvey
y Guy Standing; el griego Yanis Varoufakis; los españoles
Gonzalo Fernández Ortiz, Ramón Tamames, Joan Martinez Alier y Joaquín
Estefanía, el sueco Claes Brundenius, otras y otros. A nivel
latinoamericano podemos nombrar a Claudio Katz de Argentina),
Luis Arce de Bolivia, Aloizio Mercadante y Mylene Gaulard de Brasil,
Edgard Reveis de Colombia, Roberto Pizarro y Orlando Caputo de
Chile, Alberto Acosta de Ecuador, Juan Noyola Vázquez de
México, Eduardo Gudynas de Uruguay, Ricardo Hausmann de
Venezuela, otras y otros.
Pero la derecha mencionada y los medios a su servicio, no consideran que las
propuestas que vienen de estos sectores políticos deben ser impulsadas y, por
lo tanto, su modelo continúa en “piloto automático” con “silla giratoria” a
todo trapo.
Los modelos en curso
Aunque no explicamos las características e
indicadores de cada uno,
actualmente en el planeta se impulsan con mayor o menor intensidad y con
diferencias notables entre cada uno de ellos y a su interior, al menos los siguientes
“modelos”:
Exportador extractivista-industrial de países
centrales: Básicamente los integrantes
del Grupo de los Siete: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia,
Japón y Reino Unido.
Exportador extractivista-industrial de países
emergentes: Se puede
considerar en este grupo a los llamados Tigres de Asia (Corea del Sur, Hong
Kong, Singapur y Taiwán) y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Extractivista-industrial regulador, bajo en carbono
o “economía verde”: Estos son Costa
Rica, Islandia, Australia y Nueva Zelanda, además de China, Suecia, Reino Unido
y Estados Unidos que tienen importantes programas de energías renovables que
apuntan a disminuir combustibles fósiles que contribuyen a la lucha contra el
cambio climático.
Exportador extractivista en base a la explotación
de recursos naturales no renovables:
Estos son la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (menos
los “progresistas”), África, Medio Oriente y Asia.
Post-neoliberal extractivista rentista-distributivo: Se trata de países de América Latina y el
Caribe con gobiernos considerados progresistas o de izquierda, instalados
por la vía electoral desde 1999: Venezuela,
Brasil, Argentina, República Dominicana, Bolivia Nicaragua, Honduras, Chile, El
Salvador, Ecuador, Uruguay y Paraguay. El caso de Cuba
es particular.
Socialista-estatista de mercado y planificación
central: Básicamente China, Cuba, Vietnam, Laos y Corea del Norte.
Los diversos “modelos” de desarrollo se diferencian
según: 1) el régimen político existente
(democracia liberal, participativa, radical, dictadura, etc.); 2) la
estrategia socio-económica seguida; 3) el grado de diversificación
productiva; 4) los roles del Estado, el mercado y la sociedad civil; y, 5)
los principales indicadores económicos y sociales como (PBI, comercio exterior,
endeudamiento, educación, salud, Índice de Desarrollo Humano, etc.).
Simplificando en exceso, los mencionados son los modelos actualmente existentes
que, en general, impulsan
“una civilización que acentúa su carácter
productivista y consumidor; que resalta el papel de la naturaleza como simple
proveedora de bienes; que prima el mercado por encima de toda actividad social;
que establece el lucro como motivador principal de la acción de las personas y
que lleva en su origen la huella indeleble de la desigualdad, la
ingobernabilidad, la insostenibilidad y la violencia” (Fernández Ortiz, 2016).
Estoy convencido que el tema del agua y la huella
hídrica es el centro de la problemática presente y futura del país, por lo que
planteo el Buen Vivir, Vivir Bien o Poder Vivir Bien consignados en los textos constitucionales de otros
países (Bolivia, Ecuador, México y Venezuela). Para ello, partimos de la
constatación de que es necesario basar las propuestas en una nueva racionalidad
y, en un contexto nacional e internacional de crisis sistémica, las
propuestas de los pueblos indígenas y los ciudadanos como alternativas al
modelo, giran en torno a los siguientes puntos:
Cambiar los patrones de consumo y producción
contra1 el extractivismo depredador
basado en políticas neoliberales, por lo que se debe transitar hacia un post-extractivismo
sustentado en la protección y uso racional de los recursos naturales.
Reconocer la pluriculturalidad de nuestras
sociedades y el rescate de los conocimientos ancestrales para la mitigación y adaptación al cambio
climático, apoyando la seguridad alimentaria a través de mercados
locales y regionales, así como las fuentes hídricas y su uso racional.
Dar prioridad a la pequeña y mediana agricultura
familiar campesina, el manejo comunitario de bosques y la protección sostenible de los recursos
ictiológicos por pequeños pescadores, impulsando la producción
agroalimentaria y la gastronomía basada en la biodiversidad.
Detener el re-latifundización de las tierras para biocombustibles, concesiones
diversas y macro-producciones para la exportación de productos ajenos a
nuestra biodiversidad.
Cambiar del patrón energético basado en carbón y
petróleo, por energías renovables
a fin de disminuir los gases de efecto invernadero (GEI) y el calentamiento
global.
Los pobladores urbanos y rurales están sufriendo stress hídrico, por lo que
se debe proteger las fuentes de agua, las cabeceras de cuenca, el uso de riego
tecnificado y elevar las vallas ambientales para los proyectos mineros,
petroleros y de otra índole.
Impulsar procesos sociales, políticos, culturales,
territoriales y también técnicos de zonificación ecológica-económica (ZEE) y
ordenamiento territorial (OT) con consulta previa a las poblaciones
afectadas por las inversiones a realizar y carácter vinculante.
Combatir con proyectos productivos, sociales y
turísticos las actividades ilícitas – drogas, tala ilegal, minería informal,
biopiratería, trata de personas, contrabando, etc. -, asociadas al
neoliberalismo globalizado, al neo-extractivismo y a la “economía verde”.
Es importante plantear alternativas al actual
modelo de desarrollo con crecimiento insostenible, depredador de los recursos naturales, la
biodiversidad, recorte de derechos ciudadanos y culturas y criminalización de
las protestas sociales y luchas democráticas. A esta forma de ver las
cosas, miles de indígenas levantiscos, millones de ciudadanos molestos y
varios economistas y sociólogos denominan indistintamente: Desarrollo
a Escala Humana DEH (Max-Neef, 1986), Decrecimiento Sostenible Asimétrico
DSA (Schuldt, 2012) y Agenda Marco Contra el Poder Corporativo AMCPC
(Fernández, 2016), por mencionar algunas.
Perú. Presidente Vizcarra y Consejo de Ministros declaran: Cierre de Fronteras y Decretan Inmovilización Nacional, Emergencia nacional por 15 días. El día 18 de marzo amplio con Orden de Inmovilización Nacional de 8 p.m. a 5.p.m. (Toque de queda) ante la falta de responsabilidad de un sector de la Ciudadanía.
***
Medidas contra el COVID 19
Las medidas promulgadas de emergencia dictadas por
el Presidente Martín Vizcarra y su Gabinete para encarar el COVID 19 llegan
a muy pocos, con montos reducidos – 380 soles por 15 días para 9 millones de
los más desvalidos -, presupuestos risibles para personas con discapacidad
severa, bioseguridad y acondicionamiento de locales afectando los derechos
laborales, no afectando a la banca privada - como por ejemplo que condonen
deudas e intereses -, sin afectar a las grandes empresa mineras, petroleras,
pesqueras e industriales, los grandes ganadores del boom de 2002-2018,
sin dar medida alguna de incentivos a la producción familiar campesina que
asegure la alimentación, menos aún a los sectores informales de
industriales pequeños y comerciantes callejeros y …. sin subir las vallas
ambientales para proteger nuestros recursos naturales. Es decir, el gobierno ha
abierto una caja de pandora que se expresará en las calles en los próximos
días.
Las medidas están bien en su gran mayoría pero son
insuficientes y “serán flor de un día” si no incluyen medidas que
apunten en el corto plazo al corazón del modelo neoliberal rentista depredador
excluyente, con el criterio de que los costos los paguen los que más han ganado
y siguen ganando: rentistas bancario-financiaros, extractivistas mineros,
petroleros, madereros, pesqueros, inmobiliarios y mafiosos, exportadores
agroindustriales favorecidos por los TLCs agotando nuestros recursos hídricos,
etc.
Demás está decir, que si los “pilotos de
bombardero” del Ministerio de Economía y Finanzas MEF, del Banco Central de
Reserva del Perú BCRP y del mismo Palacio de Gobierno, quieren que el Perú
ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos OCDE, se mantenga en el Alianza del Pacífico ADP
y tenga buenas relaciones con la Unión Europea UE, deberá respetar las
leyes laborales, subir las vallas ambientales a las inversiones, cobrar lo que
nos deben los evasores y elusores de impuestos, impulsar un desarrollo
sostenible con ordenamiento territorial vinculante, cumplir las metas de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible ODS al 2030 de la ONU, declarar por 30 años una
moratoria en la explotación extractiva en las cabeceras de cuenca, así como de los recursos de la región andino-amazónica, el
mar territorial y combatir realmente la corrupción, caiga quien caiga.
Espero que sea así para que el presidente Vizcarra
pase a la historia y los ciudadanos nos sintamos orgullosos de nuestro país …. Lima,
17-3-2020
HUGO CABIESES CUBAS
Licenciado en economía por la Universidad del
Pacífico, investigador del
Instituto para el Desarrollo y la Paz Amazónica IDPA, activista del Foro Social
Pan Amazónico FOSPA, militante socialista, exasesor parlamentario 2016-2017 y
2019 y ex Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales
del MINAM en el 2011.
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