LA POBREZA MUNDIAL. CAUSAS Y CONSECUENCIAS.
La pobreza es una epidemia que afecta a millones de personas en nuestro
planeta.
En el mundo, 1.400 millones de personas
sufren pobreza extrema y casi 900 millones sufren hambre, no tienen acceso al
agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación.
Según Naciones Unidas, hay 836 millones de personas que
siguen viviendo en situación de pobreza extrema. Hombres,
mujeres, niños y niñas siguen sufriendo por hambre o malnutrición y viven en
entornos donde la exclusión y la discriminación son protagonistas. ¿No crees
que ya es hora de promover la igualdad? (Pero con la VERDAD, aunque cueste la Vida, porque más allá de la pobreza extrema hoy ha logrado mundializarse, como el mal de males de la globalización neoliberal, la DESIGUALDAD Económico-Social Múltiple.)
El
objetivo de muchas organizaciones como Oxfam
Intermón es luchar contra la pobreza en el
mundo. Sin embargo, para poder extirparla, primero hay que entender cuáles son sus
causas y pensar en las posibles soluciones para atajarla
de raíz.
CAUSAS DE LA POBREZA EN EL MUNDO
Antes
de explicar cuáles son las causas de la pobreza en el mundo, nos parece importante
que entiendas que no es lo mismo hablar de
factor y de causa. Las causas son situaciones que llevan al desarrollo de
la pobreza, mientras un factor puede mantener estas condiciones
de pobreza durante largo tiempo dado que no permiten una
solución.
Diferentes
instituciones han estudiado las causas de la pobreza. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que cada territorio y situación
es diferente, con lo cual hablar de la casuística general
es más que complejo. Manos Unidas, Colectivo de Potenciación Comunitaria, Pobreza
Mundial o EuroSur hacen
un estudio de algunas de las causas de esta situación en el mundo.
De esta manera, se considera que las causas históricas de la
pobreza son el colonialismo, la guerra, la esclavitud y las invasiones.
Es decir, la situación de pobreza que vive una parte de la población mundial,
especialmente en los países del sur, es un fenómeno que se fue desarrollando
durante diferentes periodos de la historia.
Vamos
a estudiar algunos de los factores que influyen
directamente en la pobreza e impiden el desarrollo de los países. ¡Veámoslos!
Modelo comercial multinacional
Se considera un factor de riesgo el desarrollo
de grandes corporaciones que utilizan recursos y mano de obra barata de países en riesgo de
pobreza, lo que no contribuye a su economía, sino que los empobrece todavía más.
Muchas empresas utilizan trabajadores de los
países del sur para abaratar costes y conseguir un beneficio económico mayor,
lo que influye directamente en el desarrollo del país.
Corrupción
Impide o merma la asignación de recursos hacia servicios sociales de
los que se beneficiaría la población. Los recursos
destinados a aspectos sociales pasan muy a menudo a manos privadas que los
utilizan para su propio beneficio, lo que provoca que no haya un reparto
equitativo en la sociedad.
Cambio climático
Las sequías son la causa más común de la escasez de
alimentos. Cada vez más
tierras fértiles sufren de erosión, salinización y desertificación. La
deforestación a manos de los humanos causa una erosión acelerada lo cual
dificulta la cosecha de alimentos.
Enfermedades y epidemias
Aunque se puede considerar también una
consecuencia del bajo nivel económico de una sociedad, una población enferma es
menos productiva y por tanto se crea un empobrecimiento mayor
de sus miembros. En realidad, este es un círculo cerrado en el que la falta de
recursos provoca la falta de medicación y la enfermedad no permite que un
territorio se desarrolle económicamente. Por eso es tan importante que los países del primer
mundo se preocupen por abastecer con los tratamientos necesarios a
quienes más lo necesitan.
Desigualdades en el reparto de
recursos
Hablamos en este caso de capital,
infraestructuras o recursos. A veces, no todos los miembros de usa sociedad pueden utilizar por
igual este tipo de recursos, lo que puede derivar directamente
en una situación de pobreza.
(NOTA) Hasta cuando se reservan, de decir toda la verdad, porque no consideran que la Propiedad sobre los Recursos, es el elemento central que genera hoy la más vil, salvaje e inhumana DESIGUALDAD Económico-Social.
Crecimiento de la población
En el año 2011 la población mundial era de
7.000 millones de personas. Ahora, la previsión es que en el año 2050 aumente hasta rebasar
los 9.000 millones, según el Fondo de Población de la ONU. Este crecimiento exponencial del número de habitantes del planeta inevitablemente contribuirá al aumento de
situaciones de desigualdad si
no tomamos medidas para poner freno a las causas que provocan la pobreza en el
mundo.
Conflictos armados
Las guerras obligan a la población a desplazarse fuera
de su lugar de residencia o a vivir refugiada en países vecinos.
Pierden su hogar, su vivienda, su trabajo. Dejan atrás sus pertenencias para
luchar por lo más preciado, la vida. La contienda daña las infraestructuras,
limita los suministros básicos como el agua o impide que se cultiven los campos,
obligando a realizar trabajos de rehabilitación o reparación y evitando que
haya cosechas, con el agravante de que les roba a las personas sus
derechos.
Discriminación de género
La falta
de igualdad entre sexos impide la plena participación de la
mujer dentro de la sociedad, limita sus oportunidades de desarrollo o el acceso
a los recursos y perpetúa la pobreza.
La brecha de género a
nivel educativo, salarial o en el acceso a puestos de responsabilidad, son
ejemplos de esta desigualdad.
Despilfarro
de alimentos
Anualmente malgastamos a nivel mundial más de 1.300 millones de
toneladas de alimentos, según indica la Comisión Europea.
La FAO estima
que con una cuarta parte de la comida que desaprovechamos se podría alimentar a más de
800 millones de personas que sufren hambre.
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POBREZA: LA PEOR PANDEMIA.
La Desigualdad y el abuso de poder han condenado a nuestros pueblos
a la miseria.
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Por Carolina Vázquez Araya.
América Latina y el Caribe.
Fuentes: Rebelión
martes de marzo del 2020.
Nuestros países carecen de recursos para enfrentar
una amenaza sanitaria
Tan preocupados estamos por la amenaza sanitaria
del coronavirus, que hemos olvidado la verdadera amenaza de nuestro entorno:
mayor pobreza, menor acceso a los servicios básicos, aumento de la violencia en
todas sus formas y la más cruel de ellas en el incremento sostenido de la
desnutrición crónica en la infancia. Este es el verdadero problema en las
naciones del cuarto mundo, naciones caracterizadas por gobiernos corruptos y el
súper poder de sus grupos económicos cuyas élites han supeditado las decisiones
políticas a sus intereses particulares, apoderándose de los recursos y
retorciendo las leyes.
De acuerdo con los reportes oficiales de organismos
internacionales, el virus que tanto nos asusta llegará más temprano que tarde.
Sin embargo, el verdadero panorama de terror reside no tanto en la potencial
pandemia como en la realidad apocalíptica del hambre, las carencias y los
sistemas de salud ineficientes, sin recursos, manipulados por delincuentes tan
poderosos como las multinacionales del sector farmacéutico, que trafican sin el
menor reparo con sus influencias con el único objetivo de sacar el mayor
provecho posible de las necesidades de los pueblos. En esa tónica, presionan a
los gobiernos por medio de pactos comerciales interesados, apoyados como
siempre por las instituciones financieras internacionales y los países más
poderosos.
Los pueblos del hemisferio Sur se encuentran, por
lo tanto, mucho más expuestos a un ataque de este virus que aquellos países
premunidos de sistemas de salud pública capaces de enfrentar con mayor éxito
una situación de emergencia como la que se experimenta en la actualidad. Solo
basta echar una mirada alrededor y constatar la miseria de nuestros hospitales
y centros de salud urbanos y rurales, en donde ni siquiera se cuenta con los
recursos mínimos como equipo quirúrgico, medicinas, mobiliario y, muchas veces,
incluso sin personal capacitado para atender adecuadamente las situaciones de
emergencia.
El temor generalizado –y razonable- ante la entrada
del Covid-19 nos coloca ante una situación sumamente compleja y potencialmente
caótica, toda vez que nuestras naciones están sujetas a decisiones dictadas por
intereses sectarios y no responden a políticas públicas elaboradas a partir de
un análisis objetivo y serio de las necesidades de nuestros pueblos. Los
gobiernos del continente latinoamericano, en su abrumadora mayoría, no solo son
incapaces de elevarse por encima de intereses espurios, sino se han convertido
en voceros y sirvientes dóciles de las corporaciones y las élites económicas
actuando a espaldas de la ciudadanía y, como obvia consecuencia, condenándole a
la más profunda e injusta de las miserias.
Hasta donde se ha podido observar, las autoridades
de nuestros países se han limitado a contener la ola informativa llamando a la
calma y buscando la colaboración de los medios de comunicación para frenar el
pánico. Sin embargo, falta aún ver cómo harán para reparar el daño provocado
por décadas de corrupción y abandono de la infraestructura sanitaria; por
siglos de violencia contra los más pobres y por la marginación a la cual han condenado
a los sectores más vulnerables como la niñez, la juventud y las mujeres. Si
algo positivo se extrae de esta amenaza sanitaria, es su capacidad de poner en
evidencia la estulticia y falta de humanidad de quienes están supuestos a
gobernar dentro de un marco de ética y valores, así como la valentía
de quienes quizá den el golpe de timón para poner
atención, por fin, a las necesidades de sus pueblos.
Blog de la autora: www.carolinavasquezaraya.com
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