NOTA. Reproducimos la primera parte del Artículo de SLAVOJ ZIZEK sobre el Corinavirus, con la finalidad de conocer, cual es el aspecto central de Tesis. Gracias.
SLAVOJ ZIZEK: “EL CORONAVIRUS ES UN GOLPE LETAL AL CAPITALISMO PARA
REINVENTAR LA SOCIEDAD”.
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SLAVOJ
ZIZEK CREE QUE EL CORONAVIRUS TIENE UN EFECTO SECUNDARIO POSITIVO: PROPINAR UN
GOLPE AL MODELO CAPITALISTA”.
RT. Miércoles 18 de marzo del 2020.
El filósofo, sociólogo y
crítico cultural esloveno
se refirió a la pandemia -que comenzó en la localidad china de Wuhan- como un gatillante de otros aspectos
de la sociedad como la histeria colectiva y el racismo. Comparándolo con un
golpe propio de la cinta de Tarantino, la ‘Técnica
del corazón explosivo’, Zizek analiza las repercusiones del Covid-19
a nivel político.
“La actual expansión de la epidemia de
coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes
en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y
explosiones de racismo”, comienza la columna de Slavoj Žižek publicada en RT.
“La bien fundamentada necesidad médica
de establecer cuarentenas hicieron eco en las presiones ideológicas para
establecer límites claros y mantener en cuarentena a los enemigos que
representan una amenaza a nuestra identidad. Pero tal vez otro -y más
beneficioso- virus ideológico se expandirá y tal vez nos infecte: el virus de
pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá de la nación-estado,
una sociedad que se actualice como solidaridad global y cooperación”, continuó
el filósofo.
Según explicó Žižek, han resonado especulaciones que apuntan a la caída del
comunismo en China, de la misma forma que Gorbachov dijo que la tragedia
de Chernobyl detonó el fin del comunismo soviétivo.
“Pero hay una paradoja aquí: el
Coronavirus también nos obliga a re-inventar el comunismo basándonos en la
confianza en las personas y la ciencia”.
Un golpe “a lo Kill Bill
Recordando una de las producciones más famosas de Quentin
Tarantino, Slavoj Žižek citó Kill Bill 2. O más bien,
rememoró un aspecto específico de la cinta protagonizada por Uma Thurman.
En la escena final, Beatrix inhabilita al malvado Bill con la “Técnica del
corazón explosivo de cinco puntos en la palma”, la más letal de las
técnicas de artes marciales. El movimiento consiste en la combinación de cinco
golpes en distintos puntos de presión del cuerpo. Luego que la persona
agredida se aleja cinco pasos, su corazón explota en su cuerpo y cae al piso.
“Lo que hace a este ataque tan fascinante es el
tiempo entre el golpe y la muerte en sí: Puedo tener una buena conversación
mientras esté sentado y calmado, pero tengo claro que desde el momento que
comience a caminar, mi corazón explotará y yo caeré muerto”, agregó Zizek.
“Mi modesta opinión sobre la realidad es mucho más
radical: la epidemia de coronavirus es una forma especial de ‘Técnica del
corazón explosivo’ en el sistema global capitalista, un síntoma de que no
podemos seguir en el camino que hemos seguido hasta ahora, se necesita ese
cambio”, aseguró el crítico cultural.
Un día después que el Vice Ministro de Salud de
Irán, Iraj Harirchi, dio una
conferencia de prensa en la que minimizó la pandemia y dijo que las cuarentenas
masivas no eran necesarias, admitió que él mismo contrajo coronavirus: “Este virus es democrático, y no distingue entre pobres
y ricos o entre estadista y ciudadano común”, dijo Harirchi.
“Es difícil perderse la ironía suprema del hecho que lo que nos unió a todos y nos empujó
a una solidaridad global, se exprese de tal manera que hay que evitar el
contacto entre personas e incluso aislarse”, escribió
Žižek en su columna.
“Y no es la única amenaza viral con la que estamos
lidiando, otras catástrofes se acercan en el horizonte y ya tomaron su lugar: sequías, olas de calor,
tormentas, etc. En todos estos casos, la respuesta no es el pánico, si no
que el duro y urgente trabajo de establecer una especie de coordinación global
eficiente”, puntualizó el esloveno. (Continúa …)
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Byung-Chul Han, Judith Butler y Slavoj Zizek,
tres plumas lúcidas para abordar un tema complejo.
***
LA FILOSOFÍA Y EL CORONAVIRUS, UN NUEVO FANTASMA QUE RECORRE EL
MUNDO.
¿Se viene un capitalismo más feroz o un comunismo renovado?
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Slavoj Zizek arrojó
la primera piedra cuando escribió que la opción, después de la pandemia,
será “barbarie o alguna forma de comunismo reinventado”. Byung-Chul Han le
contestó: "El virus no vencerá al capitalismo”. Otros pensadores,
como Giorgio Agamben, Franco "Bifo" Berardi, Srećko Horvat,
Judith Butler y Alain Badiou, suman al debate miradas que se
corren de las noticias del minuto a minuto.
María Daniela Yaccar.
Página/12 domingo 29 de marzo del 2020.
Es ya
evidente que está haciendo temblar los mercados. Pero, a largo plazo, ¿el
coronavirus podría derribar al capitalismo? El siempre rápido de
reflejos Slavoj Zizek acaba de publicar el que seguramente sea
el primer ensayo sobre coronavirus. ¡La tesis de Pandemic!
Covid-19 shakes the world (¡Pandemia! Covid-19 sacude el mundo)
es que la actual crisis sanitaria desnudó las debilidades de las
democracias liberales y que el mundo se encamina, entonces, hacia un
efecto político positivo. “Barbarie o alguna forma de comunismo
reinventado”: tal es la dicotomía que encuentra el esloveno en este crudo y
complejo escenario histórico, también inédito.
En un
contexto en que la información satura e invade mentes y hogares, puede resultar
saludable o aunque sea rico introducirse en miradas que se corren de las
noticias del minuto a minuto. Son varios los pensadores contemporáneos
que han mirado la pandemia: los italianos
Giorgio Agamben y Franco "Bifo" Berardi, el croata Srećko
Horvat, la estadounidense Judith Butler, el francés Alain Badiou y el surcoreano Byung-Chul Han son algunos de los
que se expresaron al respecto. La pregunta por el devenir del escenario
económico mundial está en casi todos los enfoques.
El nuevo
material de Zizek es breve, 120
páginas, disponible tanto en papel como en formato digital a través de la
editorial OR Books. Va en sintonía con teorías explayadas en un artículo previo para el
portal RT , en el que Zizek
-marxista, cinéfilo- definía a la pandemia como "un
golpe a lo Kill Bill al sistema capitalista", en otra
de sus habituales conversaciones con la cultura popular. Fue un artículo que
hizo ruido en las redes sociales -sería lo que muchos querían oír- y que desató
una respuesta de Byung-Chul Han. “Zizek se equivoca. El virus no vencerá al capitalismo ”,
sentenció en una columna para el diario El País.
¡Mientras
el nuevo fantasma recorre el mundo dejando cada vez más muertos e infectados,
en Pandemic!... Zizek
plantea que un “enfoque comunista” -renovado, claro- es
el modo de salir de la encrucijada. Estados-Nación puestos al servicio
de la defensa de los más débiles. El virus puso en evidencia que
vivíamos con otro virus dentro, naturalizado: el capitalismo. Es
una oportunidad para liberarse de la "tiranía del mercado".
Pero a la vez el autor no es "utópico": no cree que el
conflicto haga crecer la "solidaridad entre los
pueblos". Porque por estos días la solidaridad es más
bien “instinto de supervivencia" y, como tal, "racional y
egoísta".
Resonaron
"especulaciones que apuntan a la caída del comunismo en China, de la misma
forma que Gorbachov dijo que la tragedia de Chernobyl llevó al fin del
comunismo soviético", pero la paradoja -siempre según Zizek- es ésta: "El coronavirus nos
obliga a reinventar el comunismo basándonos en la confianza en las personas y la ciencia”. Los
roles de la prensa y los gobiernos no escapan a su análisis. Aunque en
su opinión China gestionó mejor el coronavirus que Italia, critica
el ocultamiento de datos negativos de parte de las autoridades
de la República Popular. Por otra parte, arremete contra el Reino Unido
y Estados Unidos por su empeño en mantener la calma de los ciudadanos
y en exhibir control a través de la mentira. "Los medios nos lanzan
repetidamente el mensaje de 'no caigan en el pánico' y, a continuación,
disponen una serie de datos que nos llevan necesariamente al pánico",
cuestiona.
El
filósofo que inspeccionó la forma de los inodoros para acercarse a la ideología
de los países también se anticipa al impacto del coronavirus en la vida
cotidiana. No seremos tan alegres en los parques, no entraremos con confianza
a baños públicos, y hasta tendremos dilemas para tocarnos la cara. "No
son sólo el Estado y sus agentes quienes nos controlarán, también debemos
aprender a controlarnos y disciplinarnos a nosotros mismos”, insta. Quizá
la sensación de seguridad quede reservada para la realidad virtual. Moverse
libremente en espacios abiertos a lo mejor sea, en el futuro, privilegio de un
par de "ultras ricos" que cuenten con propias islas. Pero no todo será tan
malo: avizora la desaparición de los cruceros -"lujo obsceno"-, así como también un freno en la producción de automóviles,
algo que podría conducir a vías alternativas de movilización, más sanas para el
planeta.
El ensayo
da lugar también al humor y a recuerdos personales. Cualquier similitud con la
actualidad no debe ser mera coincidencia. "En mi juventud, en la Yugoslavia socialista, empezó a correr un rumor
que decía que no había reservas de papel higiénico. Las autoridades
respondieron: 'hay suficiente'. Sorprendentemente, la población lo
creyó. Sin embargo, un consumidor medio razonaba de esta manera: 'Sé que el
rumor es falso, sé que hay papel higiénico suficiente, pero, qué pasa si el
resto de la gente cree que no hay reservas y se lanza a por el papel de las
tiendas y causa una carestía... Mejor voy a comprar papel". Un
fenómeno pasado totalmente en sintonía con las recientes imágenes de
supermercados repletos, consumidores al borde de la desesperación y
carritos con pirámides de este producto.
La polémica con Byung-Chul Han
"Zizek afirma
que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal y evoca un
oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el
régimen chino. Se equivoca. Nada de eso sucederá”, respondió Byung-Chul Han. "La emergencia viral y el
mundo del mañana" (22 de marzo) se titula la columna del
pensador nacido en Seúl y radicado hace 35 años en Berlín. Está completo
en Lobo Suelto ,
con traducción de Alberto Ciria. "Tras la pandemia, el
capitalismo continuará con más pujanza. La revolución viral no llegará a
producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución”, apuntó.
El autor
de La sociedad del cansancio -quien
también tiene una mirada crítica de las desigualdades
y excesos del sistema económico capitalista- cree que el virus es apenas
la gota que colmó el vaso. “La globalización suprime todos estos umbrales
inmunitarios para dar vía libre al capital. Somos NOSOTROS,
PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir
radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y
destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y
nuestro bello planeta”, concluye.
Si bien
por momentos los pensamientos de uno y otro filósofo son diametralmente
opuestos, en ciertos puntos no son tan diferentes. En definitiva, quizá sea
rimbombante el polémico Zizek al
presentar los temas, pero su mirada no excluye al sujeto. Respecto de la solidaridad, esto es lo que piensa Han: “El virus nos aísla e individualiza. No
genera ningún sentimiento colectivo fuerte (…). La solidaridad
consistente en guardar distancias mutuas no es una que permita soñar con una
sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la
revolución en manos del virus”, advierte.
Al
comparar las medidas de las naciones asiáticas con las europeas, llegó a
la conclusión de que la "mentalidad
autoritaria" de las primeras
genera más obediencia y que Europa "está
fracasando" en la batalla: "Los cierres de fronteras son
evidentemente una expresión desesperada de soberanía. Pero es una de soberanía
en vano". Han cuestionó, además,
el modelo de control policial basado en la vigilancia digital que
Pekín utilizó para encarar exitosamente la pandemia y que permitirá a China
exhibir "la superioridad de su sistema con más
orgullo" e incluso exportarlo.
Zizek
reapareció y contestó con declaraciones a El Mundo: "El
comunismo que debería prevalecer ahora no es un sueño oscuro sino lo que ya
está ocurriendo. El Estado debe
asumir un papel mucho más activo". Y agregó:
"Han dice que
los países occidentales están reaccionando de forma exagerada porque se
estaban acostumbrando a vivir sin enemigos abiertos y tolerantes, sin
mecanismos de inmunidad, por lo que cuando surgió una amenaza real entraron en
pánico. ¿De verdad? ¿No está todo nuestro espectro político y social
impregnado de visiones apocalípticas, amenazas de catástrofe
ecológica, miedo a los refugiados musulmanes, defensa del pánico de
nuestra cultura tradicional contra el universo LGBT y la teoría
de género? Intenta hacer una broma y sentirás inmediatamente la fuerza de la
censura de lo políticamente correcto. Nuestra permisividad hace años que se
convirtió en lo opuesto".
Temores de supervivencia, aislamiento y fracaso. miedos latentes en una pandemia. Cómo mantener la calma, ante cualquier virus.
***
Pensamientos desde el foco de la pandemia
Otros filósofos que miraron la pandemia para entenderla son de Italia, cuyas cifras de muertos e infectados aumentan exponencialmente cada día. El artículo "La invención de una epimedia" (26 de febrero), de Giorgio Agamben, no va tanto al hueso del capitalismo pero contiene un halo de lo que a muchos fascina: teoría conspirativa. Toma como punto de partida declaraciones del Consiglio Nazionale delle Ricerche para afirmar que el coronavirus es "una gripe normal". "Pareciera que, habiéndose agotado el terrorismo como motivo de las medidas de excepción, la invención de una epidemia podría ofrecer el pretexto ideal para extenderlas más allá de todos los límites", escribió el autor de la serie Homo Sacer. Esto coincide con "una necesidad real de estados de pánico colectivo", desprendida de un "estado de temor" instalado en las conciencias.
"La limitación
de la libertad impuesta por los gobiernos es aceptada en nombre de
un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos
gobiernos que ahora intervienen para satisfacerlo", sugiere. Hubo
quienes entendieron que en este texto había un desdén en torno al alcance de la
enfermedad. El francés Jean-Luc
Nancy acusó al italiano de haber intentado una "maniobra
de distracción" más que "una reflexión política". En
cambio, llegando al final de su texto, luego de expresar su deseo de que no
llegue a Europa un régimen policial digital similar al chino, Han dialoga con Agamben
y lo cita, porque de ocurrir aquello "el estado de excepción pasaría a ser
la situación normal" y "el virus habría logrado lo que ni
siquiera el terrorismo islámico consiguió del todo".
El día en
que Italia superó a China en cantidad de muertes fue publicada una
suerte de crónica diaria mechada con reflexiones de Franco "Bifo" Berardi, disponible en la
página de Caja Negra Editora .
El filósofo y activista comienza con citas de Burroughs y
Jefferson Airplaine y plantea al coronavirus como un "virus
semiótico", como "fijación psicótica". Un "biovirus que prolifera en el cuerpo estresado de
la humanidad global". Advierte que por primera vez sucede una
crisis que no proviene de factores financieros o económicos, sino del cuerpo.
"Lo que provoca pánico es que escapa a nuestro saber: no lo conoce la
medicina, no lo conoce el sistema inmunitario. Y lo ignoto de
repente detiene la máquina. (...) Bloquea el funcionamiento
abstracto de la economía, porque sustrae de ella los cuerpos", dice.
"Hace
tiempo que el capitalismo se encontraba en un estado de estancamiento
irremediable. Pero seguía fustigando a los animales de carga que
somos, para obligarnos a seguir corriendo, aunque el crecimiento se había
convertido en un espejismo triste e imposible", escribe Bifo en el extenso y dinámico texto. Le discute al
croata Srećko Horvat, otro
de los que creen que lejos está el Covid-19 de ser una amenaza para la
economía neoliberal, ya que lo entiende como el "ambiente perfecto" para
el desarrollo de esa ideología.
Pero Bifo, en su Crónica de la psicodeflación,
es más precavido que Zizek. Lo que para Zizek
es golpe a lo Kill Bill, para Bifo
es "detención de la máquina". Detención parida del agotamiento y
el estrés de los cuerpos. Es más ambiguo al hablar sobre un futuro posible,
aunque también aquí hay dicotomía.
"Podríamos
salir de esta situación imaginando una posibilidad que hasta
ayer parecía impensable: redistribución del ingreso, reducción del
tiempo de trabajo. Igualdad, frugalidad,
abandono del paradigma del crecimiento, inversión de energías sociales en
investigación, en educación, en salud. No
podemos saber cómo saldremos de la pandemia cuyas condiciones fueron
creadas por el neoliberalismo, por los recortes a la salud pública, por
la hiperexplotación nerviosa". Según el post-deleuzeano hay
dos caminos: o salimos de esta más "solos,
agresivos o competitivos" o "con un gran
deseo de abrazar, (de) solidaridad social,
contacto, igualdad".
Se suma Alain Badiou
Francia
acaba de
extender su cuarentena hasta el 15 de abril. Desde su aislamiento, Alain Badiou descree
tanto del carácter "inaudito", "nuevo" de la epidemia
actual como del "evento fundador de una revolución increíble". No
obstante, la conclusión a la que llega en su artículo "Sobre la situación
epidémica" -21 de marzo, también en Lobo
Suelto- es ésta:
"En
cuanto a nosotros, que queremos un cambio real en los datos políticos en este
país, debemos aprovechar el interludio epidémico e
incluso el confinamiento, bastante necesario, para trabajar en nuevas
figuras políticas, en el proyecto de lugares, nuevas políticas y el progreso
transnacional de una tercera etapa del comunismo, después de eso,
brillante, en su invención". De nuevo el comunismo, pero, eso sí, un
comunismo finalmente "derrotado de su experimentación
estatal", a diferencia del que postula Zizek.
El momento exige, para el dramaturgo, filósofo y novelista, "una
crítica cercana de cualquier idea de que fenómenos como una epidemia se abran
por sí mismos a cualquier cosa políticamente innovadora".
El texto
ofrece una perspectiva sobre cómo "un dato fundamental del mundo
contemporáneo" -el acceso del capitalismo
de Estado chino a un rango imperial- dialogó con el tránsito
local entre especies animales a humanos, que es "el punto de origen de
todo el asunto".
La
"gran contradicción" es que la economía es parte del mercado mundial, en
tanto que los poderes políticos "siguen siendo esencialmente
nacionales". Así se sintetiza la "contradicción entre economía y
política" que expone la pandemia. "Los estados nacionales
tratan de enfrentar la situación epidémica respetando al máximo los
mecanismos del Capital, aunque la naturaleza del riesgo los obliga a
modificar el estilo y los actos de poder", postula Badiou.
Más allá
de diferencias ideológicas y enfoques diversos, desde la óptica filosófica
parece haber una coincidencia: la percepción de que el virus quita el
velo a aquello que ya estaba -y estaba mal- o lo acentúa de manera radical.
Por fuera de Agamben y Horvat, quienes
trazan una perspectiva a lo mejor más distópica, en el resto de los
pensamientos se detecta una oportunidad para la
humanidad de crear algo nuevo. Puede
adquirir el nombre de comunismo renovado, comunismo en
tercera etapa o quedar fuera de las coordenadas simbólicas todavía.
Volviendo a Bifo, el coronavirus
es
"la
condición de un salto de salud mental que ninguna prédica política habría podido producir. La igualdad ha vuelto al centro de la escena. Imaginémosla
como el punto de partida para el tiempo que vendrá".
La globalización de las élites, en su expresión más radical. El rico sigue comiendo del pobre. La desigualdad social, hoy es salvaje, inhumana, el resultado más tenebroso y criminal del capitalismo de casino o el capitalismo corporativo global.
***
El virus de la desigualdad
Al
parecer, el mundo de la filosofía es todavía un terreno machista. Una de las voces femeninas que se escuchó ante la pandemia
fue la de Judith Butler. Para la
posestructuralista estadounidense el fracaso de algunos estados y regiones para
prepararse por anticipado, el refuerzo de políticas nacionales y el cierre de
fronteras y la llegada de empresarios ávidos de capitalizar el sufrimiento
global testimonian la "velocidad" con la cual
"la
desigualdad radical y la explotación capitalista encuentran
formas de reproducir y fortalecer sus poderes".
La autora
de El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad puso el
ojo en el desesperado intento de Donald Trump de
anotarse "puntos políticos" para asegurar su reelección a
través de la compra de los derechos de la vacuna contra el
coronavirus desarrollada por una compañía alemana.
"¿Imagina
que la mayoría de la gente piensa que es el mercado quién debería decidir cómo
se desarrolla y distribuye la vacuna? ¿Es incluso posible dentro de su
mundo insistir en un problema de salud mundial que debería trascender
en este momento la racionalidad del mercado?", se pregunta. Augura
un escenario de puja distributiva en torno a la vacuna. Una "distinción espuria"
entre vidas a proteger y otras que quedarán a la deriva. "La desigualdad social y económica asegurará que el virus
discrimine. El virus por sí solo no discrimina, pero los
humanos seguramente lo hacemos, modelados como estamos por los poderes
entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el
capitalismo", escribió en el artículo "El capitalismo tiene sus
límites" , con fecha del 19 de marzo,
originalmente publicada en Verso.
"La
idea de que podríamos convertirnos en personas que desean ver un mundo en el
que la política de salud
esté
igualmente comprometida con todas las vidas, para desmantelar el
control del mercado sobre la atención médica que distingue entre los
dignos y aquellos que pueden ser fácilmente abandonados a la enfermedad y la
muerte, estuvo brevemente vivo. Llegamos a entendernos de manera diferente
cuando (Bernie) Sanders y (Elizabeth) Warren ofrecieron esta otra
posibilidad. Entendimos que podríamos comenzar a pensar y valorar fuera de los
términos que el capitalismo nos impone", dice Butler. La propuesta
de una salud pública y universal "revitalizó
un imaginario socialista" en Estados Unidos, "ideal"
que "debe mantenerse vivo en los movimientos
sociales" en la lucha a largo plazo.
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