ARGENTINA.
“¿Que está pasando con las universidades? Va algo de info para ampliar la
discusión”. Las
placas en cuestión rezaban “chequeá lo
que compartís” e indicaban, entre otras cosas, que “el actual presupuesto
universitario representa el récord de adhesión entre lo solicitado por el
Consejo Universitario y lo otorgado (96%)”,
que “en los últimos años el salario le ha ganado al aumento de precios”, que
“el incremento del 10,8 ofrecido
igualaba la inflación del tramo marzo/junio”, que “el promedio del sistema
universitario hoy es de 8,82 alumnos
por profesor porque no hay planificación” –disparando, de paso, contra la
autonomía universitaria establecida por la reforma constitucional de 1994– y,
por último, que “el presupuesto
universitario se incrementó en un 104 por ciento en los últimos dos años”.
El mensaje fue replicado por otros funcionarios y legisladores de Cambiemos, entre ellos, la
senadora nacional Gladys González.
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Durante
la actividad, convocada por el gremio ADG-UBA y la FUBA, se realizaron más de
cien clases públicas.
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ARGENTINA. UNA UNIVERSIDAD
PÚBLICA FRENTE A LA ROSADA.
Más
de 70 cátedras de la UBA dictaron clases en Plaza de Mayo para visibilizar el
conflicto salarial y presupuestario.
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Página/12
sábado 25 de agosto del 2018.
Informa
Sibila Gálvez Sánchez.
Paralizadas desde hace tres semanas, las
universidades llevaron el conflicto a la Plaza. El lunes
habrá una nueva reunión y ya hay una marcha federal convocada para el jueves.
Desde el oficialismo buscaron desvirtuar el reclamo.
Ayer,
durante todo el día, la Plaza de Mayo se
convirtió en una enorme aula a cielo abierto. Más de 70 cátedras de la Universidad de Buenos Aires dictaron sus
clases frente a la Casa Rosada para visibilizar el conflicto presupuestario
y salarial que mantiene a las universidades nacionales paralizadas desde hace
tres semanas. Sin embargo, desde el Gobierno buscaron desestimar el reclamo de
los docentes y de la comunidad educativa difundiendo a través de las redes
información que, más tarde, fue calificada de “falsa y errónea” por especialistas en el tema.
Bajo
carpas de colores, frente a pizarrones improvisados, sentados en el piso
formando rondas y obligados por el frío y la lluvia a amontonarse, cientos de
estudiantes presenciaron sus clases ayer en Plaza de Mayo, coronando así la
tercera semana consecutiva de paro universitario. El presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA),
Julián Asiner, consideró que la jornada
“fue realmente un éxito porque se logró mantener la
actividad a lo largo de toda la tarde, a pesar de la lluvia” e indicó que “fue una expresión del crecimiento
que tiene la lucha universitaria de la UBA,
pero como parte del movimiento nacional”. Por otro lado, celebró la magnitud
del reclamo que se evidenció en las movilizaciones que en las últimas semanas
se realizaron en Córdoba, Rosario, La
Rioja y La Plata, entre otras, y en la toma de rectorados, asambleas y
abrazos simbólicos llevados adelante en diferentes localidades de todo el país.
La
actividad de ayer, en la que se dictaron más de cien clases públicas y que fue
convocada por la Asociación Gremial
Docente AGD-UBA y la FUBA, surgió en el marco de la protesta nacional que
encabezan todos los gremios docentes (Conadu Histórica, Fedun y Conadu) en
rechazo al aumento salarial del 15 por ciento en cuotas ofrecido por el
Gobierno nacional. Los profesores exigen que la suba sea de entre el 25 y el 30
por ciento, en línea con los aumentos y la inflación en curso.
No
obstante, los referentes sindicales y todos los miembros de la comunidad
educativa insisten en remarcar que el conflicto excede lo salarial porque
existe, además, un ajuste presupuestario de 3000 millones de pesos anunciado por la Secretaría de Políticas
Universitarias a principio de ciclo lectivo, que está acompañado por la
paralización de obras de infraestructura y el retraso de las partidas para
pagar gastos de funcionamiento.
En ese
sentido, el secretario general de Conadu
Histórica Luis Tiscornia, durante la marcha de antorchas hacia el
Ministerio de Educación que se realizó el jueves último, señalaba a este diario
que “hay
efectivamente una política de agresión y de ataque hacia la educación pública y
la universidad pública”, frente a la cual se conformó “un movimiento nacional
en defensa, que incluye el reclamo salarial porque lo que originalmente tenía
centralidad en este reclamo ha sido tomado por los estudiantes, por el conjunto
de la comunidad universitaria e, incluso, por órganos de cogobierno”.
El conflicto, lejos de llegar a su fin,
escala rápido y se espera que la próxima semana alcance su punto más álgido. El
Gobierno convocó a una nueva reunión para este lunes –tras la última realizada
el 13 de agosto en la que ofreció un 10,8 por ciento– y los gremios aún desconocen
la propuesta que las autoridades llevarán a la mesa de negociación. Sin
embargo, intuyen que la nueva oferta salarial rondará el 20 por ciento en
cuotas, en un intento “desesperado”
por desactivar el conflicto, que incluirá tomas simultáneas de facultades y una
vigilia el próximo miércoles, y evitar la “gran
marcha nacional” convocada para el jueves 30, en la que docentes de todo el
país se movilizarán desde el Congreso
hacia el Palacio Sarmiento, sede de la cartera educativa a cargo de Alejandro Finocchiaro.
Por la
tarde, mientras todavía se desarrollaban las clases públicas, el funcionario de
Jefatura de Gabinete Iván Petrella
–quien suele presentarse en los programas televisivos como un intelectual del
macrismo– publicó lo que a primera vista parecían ser placas informativas con
datos oficiales en torno a la situación del sistema universitario, y tuiteó:
“¿Que
está pasando con las universidades? Va algo de info para ampliar la discusión”.
Las placas en cuestión
rezaban “chequeá lo que compartís” e
indicaban, entre otras cosas, que “el actual presupuesto universitario
representa el récord de adhesión entre lo solicitado por el Consejo
Universitario y lo otorgado (96%)”,
que “en los últimos años el salario le ha ganado al aumento de precios”, que
“el incremento del 10,8 ofrecido
igualaba la inflación del tramo marzo/junio”, que “el promedio del sistema
universitario hoy es de 8,82 alumnos por profesor porque no hay planificación”
–disparando, de paso, contra la autonomía universitaria establecida por la
reforma constitucional de 1994– y, por último, que “el presupuesto universitario se incrementó en un 104 por ciento en los
últimos dos años”. El mensaje fue replicado por otros funcionarios y
legisladores de Cambiemos, entre ellos, la senadora nacional Gladys
González.
Inmediatamente,
especialistas en el tema salieron al cruce de Petrella por difundir
“información sin chequear”, al tiempo que lamentaron que la única respuesta
oficial ante el reclamo docente sea la publicación de datos falsos. El
sociólogo y especialista en estadísticas Daniel
Schteingart le respondió con un análisis detallado de la evolución del
poder adquisitivo de los docentes universitarios en el que concluyó que “con la
propuesta oficial y con inflación del 32 por ciento, el poder adquisitivo del salario
anual del docente universitario sería este año 7 por ciento menor a
2015”, aunque destacó que ese porcentaje de inflación –la meta máxima que se
propuso el Gobierno en el acuerdo con el
Fondo Monetario Internacional– “es hoy muy optimista”.
Por su
parte, el consejero superior de la UBA y docente Juan Winograd sostuvo, en
diálogo con PáginaI12,
que las declaraciones oficiales “no sorprenden porque se basan en la estrategia
general de este gobierno para avanzar hacia un vaciamiento y privatización de
la universidad pública”. “La publicación de Petrella demuestra una
gran ignorancia porque basta con recorrer las facultades de las distintas
universidades del país para darse cuenta de que no es ese el cuadro”, sentenció.
También
el ex decano de Exactas y ex subsecretario de Evaluación Institucional Jorge Aliaga le respondió a Petrella a
través de las redes. “La cantidad de docentes por alumno no es el
número total de docentes dividido el número total de alumnos”, aleccionó.
Explicó que había otros factores que había que tener en cuenta como, por
ejemplo, el número de materias que se cursaban al mismo tiempo, la carga
horaria, el tipo de asignatura y el factor escala (dado que si la carrera no
tiene muchos alumnos es más costosa). Añadió
que si aún los últimos tres factores fueran ideales, si
el alumno cursa cuatro materias por cuatrimestre al cálculo de Petrella había
que dividirlo por cuatro.
Informe: Sibila Gálvez Sánchez.
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