Llaman a erradicar bases
militares de EE.UU. en América Latina.-
Sacar las
bases estadounidenses de América Latina no es un sueño ni una utopía, pues ya
el presidente de Ecuador, Rafael Correa, demostró que es posible, al
retirar la base estadounidense de Manta.
El sociólogo
y politólogo argentino, Atilio Borón, hizo un
llamado a realizar una campaña
continental para erradicar las bases militares estadounidenses de la
región, debido a que atentan contra la soberanía y la seguridad de los pueblos.
Así lo señaló desde la Reunión de Partidos Comunistas y Revolucionarios de
América Latina y el Caribe, que se
celebra desde el 26 de agosto hasta este domingo 28 en Lima, Perú.
Borón
hizo la convocatoria en un auditorio
mayoritariamente repleto de jóvenes, en el marco de una visita como invitado a
la Reunión organizada por los dos partidos comunistas peruanos.
Estados Unidos tiene al
menos 80 bases militares en países latinoamericanos” y apuntó que “Perú posee
la mayor cantidad, por encima de naciones como Colombia, con siete, y Chile,
que alberga una”, señaló el
politólogo.
Asimismo, Boron aseguró que “esas
instalaciones se establecieron sin consulta a los pueblos ni discusión alguna,
solo por decisión de los gobiernos afines a Washington y son un instrumento de
la consolidación del poder del país del norte”.
Para
eso son las bases, al igual que la enorme masa de dinero que el Gobierno
norteamericano financia a
la derecha latinoamericana, a través de entidades como la Fundación de Altos Estudios Sociales del ex gobernante derechista
español José María Aznar, que
solventa planes y campañas electorales de partidos conservadores y neoliberales,
agregó el politólogo.
>> Nuevo Plan Cóndor busca restituir
gobiernos neoliberales en Latinoamérica. Para erradicar las bases hace falta, explicó, una
gran campaña, una movilización que tenga el vigor de la que, impulsada por el
presidente Hugo Chávez, derrotó en
noviembre de 2005 al proyecto del Área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
En
este contexto, “el presidente de
EEUU, George Bush, pensaba consagrar al ALCA como el gran proyecto
norteamericano para el siglo XXI, en la Cumbre de las Américas de Mar del
Plata, Argentina, pero fracasó por el rechazo de los gobiernos progresistas
encabezados por Chávez y por grandes protestas sociales”, recordó
Borón.
Para el
analista, “la campaña deberá hacer frente a la
contraofensiva restauradora del imperialismo y liberar a América Latina
de las bases, cuya permanencia someterá a los pueblos de la región a una
condición peor que la de los mendigos de Estados Unidos”, sentenció. Por último, Borón señaló, que sacar las bases estadounidenses de América Latina
no es un sueño ni una utopía, pues ya el presidente de Ecuador, Rafael Correa,
demostró que es posible, al tomarla decisión de retirar la base de Manta de su
territorio.
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EVO MORALES ALERTA SOBRE LA INVASIÓN
ENCUBIERTA DE EEUU A AMÉRICA LATINA.
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Sullkata M. Quilla.
Rebelión miércoles 22 de agosto del 2018.
El presidente
de Bolivia, Evo Morales, denunció una invasión encubierta de Estados Unidos
sobre América Latina, luego de que Washington anunciara que enviará a Colombia
un buque hospital para atender a los venezolanos que se encuentran en ese país
fronterizo, y señaló que la mejor ayuda que puede prestar ese país a Venezuela
es respetar su soberanía y “levantar el
bloqueo económico que el imperio norteamericano le ha impuesto injustamente”.
“Condenamos invasión encubierta de gobierno de EEUU a América Latina, al
enviar a Colombia barco del Pentágono con excusa de ‘ayuda humanitaria’
hermanos venezolanos. La embarcación USNS Comfort, con capacidad para
transportar helicópteros de guerra, es amenaza contra Venezuela”, alertó Morales a través de Twitter. “Toda agresión a Venezuela, es una
agresión a América Latina”, aseveró.
Mientras, EEUU sigue ideando
y financiando la destrucción de la integración latinoamericana, para poder
imponer la vieja doctrina monroista de “América
para los (norte)americanos. Hay intereses geopolíticos que tienen que ver con
tener acceso a los recursos” tales como “el petróleo”, “el agua dulce”, “la biodiversidad” o “los minerales”,
recursos esenciales para que Washington mantenga su poder hegemónico imperial,
indicó Pablo Ruiz integrante del
grupo de Observadores de la Escuela de las Américas.
En esta ruta de acciones de Washington se inscriben el golpe de Estado contra el presidente
progresista Fernando Lugo en 2012,
que rompió las siete décadas de hegemonía del partido Colorado, similar al
ejecutado contra el mandatario hondureño Manuel
Zelaya en 2009, o el derrocamiento de la presidenta constitucional
brasileña Dilma Roussef.
Fue precisamente la estrategia de la persecución
judicial parlamentaria con la que dejó la puerta abierta al gobierno de Estados
Unidos para instalar en la presidencia paraguaya -en principio a Federico Franco- quien luego dio paso a
Horacio Cartes, un jefe de Estado
complaciente a la agenda estadounidense, quien facilitó el emplazamiento de nuevas bases militares, una de ellas en la Triple Frontera con Brasil y
Argentina, de cara al Acuífero Guaraní y muy cerca de Bolivia.
La excusa de Washington
fue la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la misma usado para
instalar 76 de las 800 bases militares
que tiene en el mundo, también en Brasil, Chile, Colombia y Perú, lo
que le permite a Washington
controlar la mayor reserva de agua dulce de esa región, cuestión a la que se
suma hoy la explotación de esquisto (fracking)
por multinacionales petroleras norteamericanas.
La meta, apoderarse de los recursos naturales y el control geoestratégico de la región. De las
76 bases, están 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, 9 en Colombia, 8 en Perú, 3 en Honduras y 2 en
Paraguay,
En 2015 se concretó la
instalación de la primera base militar estadounidense en territorio paraguayo,
bajo el estatus de “Centro de
Operaciones de Emergencias (COE)” en el departamento de San Pedro, creada
con la excusa de “ayudar” a la
población ante “eventos de emergencia o desastres naturales”.
Prensa Rural señaló que las
comunidades indígenas de la zona denunciaron que esa base “se abona al control geoestratégico imperialista en la región y al
saqueo de los recursos naturales, en este caso con el aval del presidente Horacio
Cartes” en confabulación con el contralmirante George Ballance, entonces
director de Cooperación en Seguridad del Comando Sur. Poco antes había
instalado en 2012, en Chile, un “Centro de Entrenamiento para Personal de
Operaciones de Paz en Zonas Urbanas”, en el Fuerte de Aguayo de la ciudad
de Concón, Valparaíso.
Una investigación periodística de Raúl Capote en Granma de Cuba, sustentado en documentos publicados
en los portales del Comando Sur y del Ministerio de Defensa estadounidense,
advierte sobre la estrategia que aplicará en Latinoamérica durante los próximos 10 años, justificando sus
acciones directas contra Cuba, Bolivia y Venezuela, que por
mantener relaciones de cooperación con China,
Rusia e Irán, son consideradas enemigos de Washington.
Cita el texto publicado por Granma
que el actual Comandante del Comando Sur, almirante Kurt Tidd, “en febrero del 2018
expuso ante el Congreso los escenarios planteados para el continente,
objetivos, medios y estrategias acordes con la Estrategia de Defensa Nacional (2018) y la Estrategia de Seguridad
Nacional (2017-2018)”. “En términos
de proximidad geográfica, comercio, inmigración y cultura, no hay otra parte
del mundo que afecte más la vida cotidiana de EEUU que América Central, América
del Sur y el Caribe”, dijo Tidd.
Para lograr mantener la hegemonía de Washington en la
región, resaltó Tidd, las amenazas latinoamericanas deben enfrentarse por medio
de una “Red de Redes”, operada por
el Comando Sur.
“Tres fuerzas de tarea conjunta actuarán en este plan: Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo
(Base Aérea de Soto Cano, Honduras), Fuerza de Tarea Conjunta de Guantánamo, La
Fuerza de Tarea Interagencial y Conjunta-Sur (Cayo Hueso, Florida)”.
El nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, luego de reunirse en Washington con el vicepresidente
de EEUU, Mike Pence, informó que
será frontal contra Venezuela y
anunció la salida de su país de la UNASUR.
Para los fines de control militar en la región, con 2.200 kilómetros de
frontera terrestre con Venezuela, es
un punto geográfico bisagra, equivalente a lo que es Israel para Washington en
el Medio Oriente.
La nueva
relación de Colombia con la OTAN (a la que aspira sumarse el gobierno conservador de
Chile) y la gran inversión militar del gobierno del saliente presidente Juan Manuel Santos en 2017, por unos
9.713 millones de dólares, 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB), dan prueba de
ello. Los gastos militares colombianos son menores que los brasileños, lindero también con Venezuela, pero superiores a los de Argentina (5.680 millones de dólares, 0,9% de su PIB) y México (6.000 millones de dólares,
2,5% de su PIB), cifras que se dan en paralelo a recortes en ciencia,
tecnología, salud y educación.
EEUU anunció
asimismo la instalación de una base militar en Neuquén, Argentina, lugar donde
la empresa YPF encontró en 2011 “un
mega yacimiento de petróleo”, el de Vaca Muerta, y el gobierno
argentino habló de un Centro de Inteligencia Regional en Ushuaia, en Tierra del Fuego.
Los ministros
argentinos de Defensa y de Seguridad, Oscar Aguad y Patricia Bullrich se reunieron en EE
UU. con funcionarios del Departamento de Estado, del FBI, la DEA y directivos del Comando Sur, tras lo cual autorizaron
la instalación de una base militar en la Triple
Frontera con Paraguay y Brasil,
pero que también les permite acceso a Bolivia, Chile y Uruguay.
Asimismo, Perú en los
últimos años “se convirtió en pieza clave del despliegue militar estadounidense
en la región con la instalación de bases en la selva y los Centros de
Operaciones de Emergencia Regional (COER)”.
La guerra que
EEUU lleva a cabo contra Venezuela
necesita de una fuerza regional que intervenga no solo en lo económico y
político, sino también en lo militar, lo que explica la renovada injerencia
directa e indirecta sobre las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y soberanía
nacional de Ecuador, que incluye brindar capacitación, inteligencia,
intercambio de información y acceso a colegios militares.
La presencia de militares estadounidenses en suelo ecuatoriano, bajo el pretexto de lucha
contra el terrorismo y el narcotráfico, se oficializó con la visita del
subcomandante del Comando Sur, Joseph P.
DiSalvo, para coordinar las acciones militares con las máximas autoridades
de ese país. “Debemos pensar en una
estrategia nueva, que más que un Plan
Colombia sea un plan Sudamérica,
donde todo el mundo pueda combinar sus esfuerzos y así luchar contra esto”,
expresó DiSalvo en una entrevista ofrecida a medios ecuatorianos.
Hay
que tomar muy en serio la advertencia de Evo Morales.
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Sullkata M. Quilla, Antropóloga y
economista boliviana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis
Estratégico (CLAE, www.estrategia.la
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